Sexo ardiente en oficina de cucuta

Soy infiel. Tengo sexo ardfiente y pleno con mi jefe en la oficina, me hace sentir la secretaria las plena, complacida y feliz del mundo.

SEXO EN LA OFICINA INVIAS CUCUTA

Soy una mujer relativamente joven, me considero bonita, soy casada y tengo una hija. Me atreví a escribir este relato porque mi vida sexual dio un cambio 180 grados hace 4 meses.

Mi compañero de oficina Juan Leonidas, fue ascendido al cargo de Jefe. Con Juan hemos tenido una gran amistad y le he profesado gran admiración y igualmente de el hacia mi.

Al quedar como jefe, me nombro como su secretaria y su asistente, razón por la cual pasamos a compartir gran parte del tiempo.

Un día estando en su despacho al final del día, revisando un informe que había que enviar urgentemente a Bogotá, día en el cual tenía un vestido rosado de minifalda, Juan me rozo accidentalmente la pierna que por postura de sentada se había subido y mi piel estaba desnuda, provocativa y la vista.

Con ese roce sentí como si una corriente hubiera invadido mi cuerpo, produciendo en mí una excitación, que quedó descubierta con el endurecimiento de mis pezones que sobresalían por encima de la blusa.

Juan Leonidas notó esta reacción en mí, y tres veces más al pasar las hojas del informe me volvía a rozar la pierna. Yo también noté como a través de su pantalón emergía un bulto que se iba haciendo cada vez más grande.

Mi excitación iba creciendo y la Juan también. Fue así que dejamos aun lado el informe y él empezó a acariciarme la pierna directamente y sin ningún disimulo. Yo también empecé a acariciar su pene duro por encima del pantalón. Luego la mano de Juan subió hasta mi entrepierna y empezó a acariciarme mi cuca por encima de la tanga azul hilo dental que llevaba puesta ese día.

Inmediatamente se arrodilló frente a mí, corrió la tanga e introdujo su dedo en mi cuca, la cual para ese momento estaba más que húmeda. Seguidamente me hizo levantar un poco y me quito la tanga. Siguió arrodillado frente a mi, y empezó con su lengua y boca a lamer y chupar mi clítoris. Este me excitó demasiado, y procedí quitarme la blusa y el brasier blanco que tenía. Juan siguió chapándome y me metió su lengua en húmeda cuca. Le pedí que no parara que estaba muy excitada y apunto de venirme. Juan mientras me chupaba, me oprimía los senos desnudos que tenia a la vista.

Fue tanta la excitación que tuve un fuerte orgasmo, con gritos, alaridos y una venida abundante de mis jugos que en gran parte quedaran en la boca de Juan. Juan me reconvino, diciéndome Elizedt bajeles a los gritos que pueden escucharnos afuera. Trate de hacerle caso pero el orgasmo que me produjo esa gran mamada fue explosivo. Hacia bastante rato que nadie me la chupaba así como me lo hizo Juan. Luis mi esposo, me la chupa pero no de esa manera extraordinaria que lo hizo Juan.

Seguidamente, le baje la bragueta a Juan y empecé a acariciarle el duro pene, que mostraba gotitas de humedad en su punta. Luego lo introduje en mi boca, dándole lenguetazos duros, rápidos y fuertes que hicieron estremecer a Juan.

Cuando vi que estaba a punto de venirse me detuve. Juan me llevó a la sala de Juntas, donde hay una gran mesa, me acostó sobre ella se quito los pantalones y me penetro. Me puso las piernas sobre sus hombros y me movía de una forma tan rica que me llevó a excitarme demasiado. Luego se bajó, sea costó sobre la mesa y me dijo que me le echara encima, primer de frente y luego de espaldas. No paraba de tocarme, chuparme y mamarme los senos. Yo me movía que parecía una licuadora con movimientos circulares, también salía y entraba y el pene de Juan entraba y salía sobre mi excitada cuca. Le dije que se controlará que no se fuera a venir dentro de mi.

Luego nuevamente me acostó y me penetro una y otra vez, notaba que la excitación de Juan estaba en el límite, le volví a recordar que no se fuera a venir en mí, que no me había tomado las pastillas, que no querría correr ningún riesgo de embarazo y que no quería tener problemas con Luis mi esposo.

Pero Juan siguió moviéndose muy rico, mi excitación también estaba al límite, hasta que mi hizo tener otro orgasmo. Me estremecí, gemí, grite y esto hizo que Juan no se pudiera contener y se vino dentro de mi. Si, me lleno con su semen, abundante, blanco amarillo y pegajoso. No pude hacerle caso a Juan, que volvía a decir ELIZEDT, no grite que pueden escucharnos afuera, pero que carambas, cuando uno se excita y se viene de esa manera, que le importa el mundo exterior.

Nos paramos, los lavamos en el baño y nos vestimos. Esperamos a que todos los de la oficina se hubieran ido para salir.

Desde esa experiencia, Le sigo siendo Infiel a LUIS mi esposo. Yo se que lo que estoy haciendo no es correcto. Pero Ustedes entenderán que cuando a una mujer se le logra excitar y llevar al cielo, no mide consecuencias de sus actos.

Ahora al menos tres veces por semana nos encerramos con Juan en su despacho a mirar informes y correspondencia (Léase a tener sexo) y él solicita que por favor no nos interrumpan, ni nos pasen llamadas, que estamos en un informe urgente. Y tenemos el mejor sexo que jamás como mujer me haya imaginado que pudiera tener. He tenido orgasmos que nunca las había tenido en mis siete años de matrimonio.

Voy a seguir siendo infiel y teniendo sexo con Juan hasta que el tiempo y las circunstancias me lo permitan, solo espero que ni LUIS mi esposo ni MARLENI, la esposa de Juan se enteren. De verdad, no queremos hacerles daño, pero que estamos sintiendo muy rico tanto yo como Juan.

Aquí termina la historia de una mujer secretaria común y corriente, con una vida normal, hasta que mi Dios me doy la oportunidad de sentirme realmente mujer y de disfrutar del mejor sexo que ni siquiera Ustedes se pueden Imaginar.

SECRETARIA INFIEL PERO FELIZ Y DICHOSA.