Sexo ardiente en la oficina
La historia bien caliente de dos compañeros de oficina, enamorados entre si, que se sacan las caretas y hacen el amor por primera vez.
SEXO ARDIENTE EN LA OFICINA
Nos habíamos conocido en un curso de capacitación organizado por la Compañía para la que ambos trabajábamos. Juan José tiene unos doce años mas que yo, es corpulento, mide 1,80 m mas o menos , su cabello es castaño claro y ha comenzado a caerse dejándole unas entradas que lo hacen muy sexy. Lo primero que me impresionó de él fue su pulcritud, su prolijidad, sus uñas bien manicuradas, camisas impecablemente planchadas, zapatos siempre prolijos y lustrados. Un muchacho limpito.
Pero en aquella primera oportunidad no nos hicimos amigos. Supongo que yo era demasiado joven, demasiado nuevo, demasiado pagado de mi mismo como para que el un tipo de 37 años bien cumplidos y llevados reparara en mi. Sin embargo recuerdo ciertas miradas suyas, ciertos mensajes silenciosos dirigidos a mi que me calentaban enormemente aunque no supiera que querían decir.
El curso de capacitación concluyó con una cena en un buen hotel de Buenos Aires, y solo recuerdo que me sentí triste cuando le di la mano por última vez. Lo trasladaban al interior, y no lo vería por un tiempo. Mi mano en su mano quedó como paralizada por largos minutos o eso me pareció. Luego me avergoncé de mi conducta de chiquilín al haber sido tan evidente. Más en una empresa tan homofóbica como la nuestra.
Por días me critiqué de mi poco disimulo. Sabía que había gente que nos estaría mirando pero no se porqué senti, que con el fin de la capacitación y su transferencia al interior me quedaba mas solo. Pero si no somos amigos, que me pasa......
Por no se que extraña razón, Juanjo permanenció con el protagonista de mis fantasías mastubatorias, soñaba con hacer el amor con él , dormir abrazado, chupar su pija y sus huevos, coger hasta quedar extenuado con ese amor imposible y peludito. Imaginaba su culo mas blanco que el resto del cuerpo , redondo y lampiño , subiendo y bajando , subiendo y bajando y acababa locamente.
Al fin de semana siguiente conocí a Rubén, un médico casado y mayor que me hizo conocer el ambiente gay de la ciudad, con sus locas plumíferas, sus osos peludos y gordos, sus viejitos maduros y pedigüeños, las mariquitas jóvenes, los novios adolescentes, las parejas raras. Ruben que me exhibía como un trofeo, trataba de ser un buen amante pero no se le paraba, la tenía chiquita, era muy indiferente a mis necesidades, y además tenía un severo caso de halitosis (para los que no saben que es, se lo traduzco : tenía un aliento de mierda).
Al año corté con Rubén y comencé una etapa que yo llamo mi período S y M, que no es sado masoquista como pensaste , si a vos te digo, la que me lee con un montón de rimmel en la cara , una máscara de pepinos vírgenes en lau frente y medio en bolas, si a vos, no era sado masoquismo, soy un muchacho dulce , formal y tierno.
Mi período S y M significa de Sublimación y Manuela . Sublimación mediante el trabajo, por lo que me ascendieron dos veces, me aumentaron un ridículo cuatro con veinte por ciento, y me gané una licuadora en un concurso. Sublimación por el deporte tambien, cuatro dias de gimnasio que me dieron lindos bíceps, bellos abdominales , gruesas piernas y un culo de esos que paran el tráfico .
Manuela por masturbación, onanismo, goce solitario, paja, puñeta , vicio solitario pajilla o como se diga en tu país, si a vos te digo, el moreno de labios gruesos, cejas algo depiladas, y sunga color carne que se la está tocando y meneando ahora. ¡¡ Sacá la mano de ahí ,chancha , que hasta ahora no llegué a la parte de la porquería!!.
Tras ese período de retiro y meditación, emergí un ermitaño que no tenía vida social, que se pajeaba con el uso del netmeeting en la computadora con tipos anónimos de países lejanos , siempre erectos, siempre listos, siempre patéticos.. También adquirí más músculos, mejores formas que llamaban la atención a algunas personas.
Pasaron dos años y al fin Juan José fue trasladado a Buenos Aires , nada mas y nada menos que como mi supervisor. Por ese entonces, falleció mi abuela postiza, la que me había criado, y el vino al velatorio y al entierro. No me olvidaré jamás el abrazo que me dio cuando nos despedimos.
A los 39 años , llamaba la atención que el siguiese soltero pero todos especulaban que tenía cualquier cantidad de mujeres, teniendo en cuenta lo atractivo que es, lo simpático, elegante, sexy, distinguido etc.
Como supervisor era exigente muy severo, pero justo y de humor parejo , lo que teniendo en cuenta las hienas que había padecido yo antes, era todo un progreso. Además, qué lindo era verlo sin chaqueta, con el cuello desbrochado y las mangas levantadas, su vello brilloso y tupido asomando , guaaaaaaauuuuuuuu.
A veces un compañero y yo nos quedábamos charlando con el , de cualquier cosa, de política , de actualidad, de cine, de deportes. Me gustaba hablar con el, escucharlo , dialogar, mirarlo, sentir su mirada dulce en mi, era como un hermano mayor , un amigo mas adulto siempre ubicado.. Pero claro, también era algo más.
Tras una de esas charlas nocturnas, y como llovía fuertemente, se ofreció a alcnzarnos hasta nuestro domicilio. El otro chico tenía auto , de modo que sólo yo acepté.
Bajamos hasta el estacionamiento del edificio y apenas cerró la puerta le pregunté si tenía novia. Se sorprendió pero no lo noté tanto, porque estaba oscuro. Me dijo que no y que no pensaba casarse, que estaba bien así. Yo pienso igual , le dije y el me miró por el espejo retrovisor. Cada uno sabe, contestó pero vos sos un chico sólo y sin familia, y ya sabes que es malo no tener a alguien. Lo miré y bajé la cabeza.
Puso el auto en marcha y enfiló por la avenida del Libertador, y sentí mucha tristeza , como decirle que yo era gay y que nunca tendría una mujer......
No podía evitar mirarlo, mirar sus piernas gruesas y largas, sus zapatos negros, su camisa , los pelitos de sus brazos, y muy al pasar su bulto enorme bajo el pantalón gris.
Te quedaste pensativo Fer , me preguntó y yo lo miré como despertando de un sueño y dije.
Nunca me voy a casar Juanjo. Estabamos frente a un semáforo y el me miró sorprendido
Y eso porqué boludo, me dijo.
Porque soy gay....
Ahh dijo como si eso no tuviera importancia.
Soy puto, chupapijas, mamón marica, mariquita, homosexual , desviado agregué
Ya entendí, no hace falta que grites, dijo
Y te causa risa Juanjo?
No boludo, me dijo , con infinita ternura. Poniendo su mano peludita y grande sobre mi rodillas.
Y entonces? Pregunté esperando la definición.
Yo tambien lo soy pelotudo , afirmó él, otra vez con mucha ternura . Somos dos, gays chupapijas, mamones maricas, mariquitas, homosexuales, desviados.
Su mano seguía en mi pierna y el manejaba con la otra . Levanté esa mano de mi rodilla y la acerqué inconcientemente a mi boca emocionado por su confesión, la besé y el casi choca del susto.
En su departamento todo era pulcro y luminoso. Limpito como el. Nos sacamos la ropa naturalmente, y advertí lo peludo y fuerte que era, y reparé en su mirada dulce que me había impresionado dos años atrás y en su pija enorme erecta, palpitante y gozosa que me esperaba entres sus piernas como columnas, emergiendo de esa mata de vello tupido que enmarcaba su pubis.
Cómo chupé su boca, sus labios, su lengua, en besos húmedos y desesperados, cómo lamí la exquisita tersura de su piel, mordí sus orejas sus pómulos, su pera, y chupé su cuello fantástico masculino y casi animal.
Nos besamos de arriba abajo como sóolo dos verdaderos amantes lo hacen y como nunca se cuenta en los relatos eróticos, y el me acariciaba el culo y la pija y el pecho, los hombros , los brazos, los costados y las piernas y yo repetía sus movimientos y su pija se atravesaba con la mia y se hundía en mi vientre, y solo el ruido de los autos allá abajo interrumpia ese momento glorioso.
Metí su poronga en mi boca, su pija deseada y prohibida, su polla enorme y destructora y comencé a chupar como si fuera una teta materna, comencé a sentir su pasión, sus gemidos, sus gritos de deseo , y cuando me dijo .te quiero, no le creí porque era demasiado hermoso, demasiado inesperado, demasiado pronto....
El me cogió luego, y mi culo recibió su leche como si fuera una lluvia que me liberaba y me daba vida, como si con su semen estuviera dándome alas y perdón y fuerza.
Bombeaba y bombeaba y mi culo tomaba vida propia para moverse a su ritimo, y yo gritaba como loco su nombre, y él gritaba el mío y yo que nunca fui deseado por nadie, sentía que alguien me deseaba por fín y que toda la amargura de la vida se compensaba con ese minuto de amor que estaba viviendo asombrado.
Cuando mas tarde, lo penetré , entre en sus tripas por primera vez, y cabalgamos juntos el éxtasis del sexo entre dos machos, y cuando me metía en sus tripas calientes y dulces, y bombeaba como loco buscando el orgasmo imposible, el que te transporta al más allá, escuché mi voz quebrada por el deseo y la emoción, repetir su nombre y un "te quiero" que ahora me sonó oportuno, real , y definitivo.
Mas tarde dejó de llover y nos dormimos abrazados , destapados, desnudos, transpirados, oliendo a semen , a sudor ,a machos, a sexo, a vida.
galansoy
Quiero saber que les ha parecido este relato. Escríbanme por favor a galansoy@hotmail.com