Sexo al lado del piano

Dos chicas tiene sexo en una alfombra al lado de un piano, muy despacio y de forma muy sensual.

Ella estaba desnuda, sentada al piano de espaldas a mí. Sus curvas tan suaves, tan delicadas. Parecía como si se fuese a romper si respiraba demasiado fuerte. Me acerque por detrás y bese su cuello, tan blanco y tan fresco que hizo que todo mi cuerpo temblase.

Su cabello, moreno y liso le caía por encima del hombro donde no estaba mi boca. Empezaba a lanzar pequeños suspiros que solo pedían mas.

Baje mis manos por sus pechos, grandes y perfumados y sus pezones se pusieron erectos solo con rozarlos un poco. Se giro para que pudiese besarla en la boca, nuestras lenguas se fundieron en un beso largo y húmedo, con la experiencia que nos daban ya otros muchos besos. Mi cuerpo empezaba a ponerse caliente, mis pezones se endurecieron también sin necesidad de tocarlos y sentía como se iba humedeciendo mi vagina.

Baje mi cabeza a sus pechos, primero pasando la lengua entre ambos, por su estrecho canalillo para después empezar a chupar muy lentamente uno de sus pezones. Cambiaba de un pecho al otro mientras con las manos empezaba a tocar mis tetas, tan pequeñas en comparación con las suyas

Empecé a pasar mi lengua por su estomago y su ombligo mientras con mis manos empezaba a separar un poco mas sus piernas tan suaves. Cogí una de sus piernas y la recorrí toda con besos y lametones hasta llegar hasta las ingles, donde el olor de su sexo me embriagaba. No pude mas y comencé a chupar su vulva, muy suavemente, pasando la lengua entre sus labios y jugando con su clítoris como si lo besase, succionándolo con fuerza.

Sus manos me acariciaban el pelo y apretaban un poco mi cabeza entre sus muslos. Metí un dedo en su vagina mientras continuaba lamiendo su clítoris.

Se levanto del asiento del piano y se sentó a mi lado para continuar besándome y acariciando mi cuerpo.

Nos tumbamos en el suelo y ella comenzó a masturbarme con sus finos dedos, llevándolos desde el clítoris al ano y metiendo un par de dedos en mi vagina.

Estaba tan caliente que sus dedos resbalaban entre la cantidad de fluidos que no dudaba en lamer de sus dedos.

Seguimos masturbándonos mutuamente sobre la alfombra hasta llegar al orgasmo primero yo y luego ella.

Terminamos agotadas, sudorosas y completamente empapadas en flujos mezclados los de la una con los de la otra. La bese en la boca y me fui a dar una ducha.

Espero que os haya gustado por que es lo primero que escribo y publico.

Un beso y espero escribir mas cosillas.