Sexo al aire libre

Él me decía que tenía muchas ganas de follarme, de que yo fuese suya y de nadie más, tenía ganas de agarrarme del pelo y ponerme a 4 patas como una perra.

Holaa sé que llevo mucho tiempo sin escribir, pero he sentido la necesidad de volver a escribir, este texto o historia tiene parte real y parte ficticia. En esta historia me pondré el nombre de Inés, inicial I.

Antes de empezar la historia me gustaría describirme, soy una chica de 23 años morena, pelo liso y largo, ojos pardos, con curvas y tengo una buena pechonalidad, para ser más exacto, una talla 100.

La historia va de un chico que lo llamare J, debido a que es la inicial se su nombre, se puede llamar Juan, Jose, Jaime, Javier… ya os dejo eso para la imaginación.

J es un chico joven moreno, con ojos preciosos, un poco de barba que le hace aparentar más edad de la que tiene y aparte de su físico; delgado y más alto que yo, tiene una buena polla unos 20 cm aproximadamente.

A mi desde siempre me han atraído los chicos mayores que yo, me pone que sea directo y que sepa lo que quiere; me dejo hacer pero… el, es mi debilidad siempre me he sentido atraída por él, a pesar de eso en la infancia ya nos veíamos y nos besábamos como críos, pero según van pasando los años todo crece, mis pechos, mi polla y nuestras ganas de follar todo aumenta.

La última vez que nos vimos nosotros solos solo pude chuparle esa gran polla que tiene, por cierto repetiría más veces, espero que tú también.

Hace unos días hablando a altas horas de la noche, tuvimos una conversación… subida de tono, J me decía que si me había follado a alguien de sus colegas, yo le dije que solo a uno, ¿estaría celoso? Y como tanto el como yo tenemos ganas pues le dije que le prometía que íbamos a follar. Y entonces me puse a pensar donde me gustaría hacerlo con él, pensaba en hacerlo en mi casa, o en la suya, en la calle, en un coche… pero finalmente creo que lo haremos de noche o en la caída del sol cuando en la calle haya poca luz, iremos a una cancha de baloncesto que hay aquí en mi pueblo, por la noche no suele haber nadie, es un sitio donde podemos sentarnos y tocarnos… hacer de todo.

Él me decía que tenía muchas ganas de follarme, de que yo fuese suya y de nadie más, tenía ganas de agarrarme del pelo y ponerme a 4 patas como una perra.

Pero antes de todo eso tendríamos una conversación:

J: ¿has venido como te dije?

I: claro, a ti te hago siempre caso

J: ¿entonces has venido sin ropa interior?

I: claro, ahora mismo estoy notando la humedad de mi cuerpo

J: enserio, ¿tan caliente estas?

I: ya lo sabes, tú me pones muy perra.

J: bueno pues… ¿qué hacemos aquí parados?

J empezó a besarme la boca, a morderme el labio, seguía por el cuello hasta llegar a uno de mis grandes pechos. Con una de sus manos tenia cogido un pecho y con la otra fue bajando hasta mi coño, que al llevar falda y no tener tanga, llego fácilmente a donde quería llegar; sus dedos acariciaban todo mi cuerpo. Yo en cambio con una mano estaba tocándole el pelo pero con la otra estaba acariciando su polla por encima del pantalón. Después de un rato, J se tumbó boca arriba, y tenía un bulto enorme, le quite el pantalón y desde el cuello hasta su polla fui poco a poco besando y mordiendo para que se pusiera más y más caliente cuando llegué allí, me lo llevé a mi boca tragándomelo por completo; me dediqué a chupársela una y otra vez rápidamente mientras con una mano se lo masajeaba y con la otra le acariciaba su pecho por debajo de su camiseta. El con sus manos me agarraba del pelo mientras escuchaba sus gemidos.

Cuando ya llevaba un rato yo estaba cachondisima, con unas ganas de que me follara tremendas por eso decidí quitarme de la boca y subir lentamente hasta su boca y poco a poco fui metiéndomela en el coño que estaba chorreando fui bajando lentamente hasta tenerla toda metida dentro empecé con un sube baja continuo y J por un momento me dejo marcar el ritmo pero después de un rato… dice que me ponga a 4 patas que me va a follar fuerte, me pongo a cuatro como él me dice.. me agarra del pelo y empieza metiéndomela de un empujón, toda su polla dentro en menos de un segundo, me la saca entera y me la vuelve a meter; así estuvo un rato y después de eso empezó a darme fuerte sentía como si me reventara el coño. Finalmente y después de estar un rato dijo que se iba a correr y le dije mejor en la boca así no dejamos huellas y él se puso de pie yo me puse de rodillas y… todo fue a parar a mi cara y mi boca.

Espero que os haya gustado, leeré los comentarios. Un besoo.