Sexo a tope en la M30

En ruta hacia Barcelona, una excitante experiencia en la madrileña M30

¡Vaya experiencia inesperada y guay! Hace unos días viajaba solo en mi coche, desde Sevilla hacia Casteldefells, una playa muy agradable cerca de Barcelona, donde hay mucho ambiente y paso siempre las vacaciones. Al llegar a Madrid, para evitarme cruzar la ciudad tomé una circunvalación que se llama M30 y que es casi toda subterránea, muy al estilo parisino. Mi coche es un descapotable muy cómodo, de techo rígido, que se abre y cierra simplemente con un pulsador, no tienes ni que pararte. Como hacía mucho sol decidí descapotarlo para ir cogiendo color, porque yo iba con una camiseta de asillas, muy escotada, y con un short vaquero muy cortito. Me gusta sentir el viento y el sol en la piel. Además en verano me depilo el cuerpo por completo y me dejo el pelo muy largo, hasta los hombros, con mechas rubias y me gusta que al conducir lo agite el viento. Para completar el aspecto un poquito provocativo y en plan gay, me había puesto una gargantilla de cristales de colores, con pendientes a juego, y una esclava, del mismo juego, en el tobillo derecho. Así que daba bien el cante.

Ya dentro del túnel de la M30 se puso a mi altura una furgoneta de esas de obras, con tres tíos, el conductor y otros dos, en la parte delantera. El conductor bajó la ventanilla y me miró riéndose, parecía simpático. Mientras iba a mi lado me gritó: "¡Eh, tu, nenaza, menudo revolcón bueno debes tener con esa pinta de maricona, debes tener el culo más visitado que el metro en hora punta!". Yo le sonreí porque esos tíos lanzados me ponen muy cachonda, y el que iba a su lado se levantó del asiento, se sacó la polla del pantalón y me la enseñó. Aunque todavía no estaba dura se veía muy grande y sentí que se me excitaba el culo. Los tres se reían con ganas y el conductor volvió a hablarme a gritos: "Sal ahora detrás de nosotros, que vamos a ir a un sitio donde te lo vas a hacer con los tres y te vamos a dejar la boca y el culo bien llenos de leche. Ya verás como disfrutas, maricona."

Fue fantástico. La furgoneta tomó una salida de la M30 y seguí detrás de ella. Pronto estuvimos en una especie de parque, que como no conozco Madrid no se cual es, y la furgoneta se detuvo en una zona con muchos árboles y una vegetación espesa. Paré mi coche detrás de la furgoneta y esperé muy excitado. Se abrieron las puertas de la furgoneta y bajaron los tres tíos y vinieron hacia mi coche, donde yo esperaba sintiéndome caliente a tope. Uno de ellos agarró con una mano grande y fuerte uno de mis pechos y lo apretó riéndose, y dijo a los otros que mirasen que nenaza, mientras me apretaba el pezón haciéndome dar grititos de dolor. Me hicieron salir del coche y procurando mover provocativamente las caderas me desabroché el short vaquero y lo dejé caer, quedando sólo con una pequeña braguita tanga con muchos caladitos y puntillitas que llevo siempre cuando voy de viaje, porque les gusta y excita mucho a los tíos y yo me siento todavía más mujercita.

Fue más de una hora de locura. El que me había enseñado la polla me hizo agacharme y me la metió en la boca, cogiéndome la cabeza para empujar a fondo, hasta mi garganta. El conductor resultó que tenía un pollón de miedo, como de más de treinta centímetros de largo y grueso como mi muñeca, y me dijo riéndose que ahora iba a saber lo que era una tuneladora. Mientras el primero me sujetaba la cabeza y me follaba la boca, el conductor se echó saliva en los dedos y me empezó a abrir el culo, luego me agarró por las caderas, noté que ponía la enorme polla en mi agujero y sentí un fuerte dolor cuando me penetró violentamente, metiéndomela dentro toda entera de un solo empujón, y empezó a follarme con fuerza. El tercero le animó diciéndole que se corriera pronto, que estaba muy caliente y quería metérmela ya. Pronto noté los chorros de semen en mi boca y en mi culo.

El que me follaba por la boca me tenía cogido por los pechos, apretándolos mucho, y el otro, al mismo tiempo que me follaba, me daba fuertes golpes con las manos en las nalgas. Este sacó la polla ya satisfecha de mi culo y le sustituyó el tercero, que antes de follarme se sacó el cinturón y me dio cinco o seis correazos, con todas las ganas, en mis nalgas. No grité de dolor porque tenía la boca llena por la polla del primero. El tercero me penetró de un solo empujón y se corrió enseguida. Me sacaron las dos pollas, del culo y de la boca, y el que me había follado por la boca me dio un sonoro bofetón.

Los tres reían contentos y satisfechos. Y no habían terminado conmigo, porque me hicieron ponerme de rodillas en el suelo, junto al coche y se colocaron los tres alrededor mío. Yo no imaginaba lo que iban a hacer, hasta que el del pene enorme, riéndose, me dijo: "bueno, zorrita, ahora vamos a limpiarte un poco", y los tres se pusieron a mearme encima, apuntando a mi cara y a mi cuerpo. Se vaciaron con ganas y yo quedé lleno de semen por dentro y cubierto de meadas por todo el cuerpo.

Me dijeron que subiera al coche y que les siguiera hasta una gasolinera cercana que conocían y donde podía lavarme y ducharme. Después, muy simpáticos, me invitaron a unas cervezas y me dieron sus teléfonos, diciéndome que les llamase cuando quisiera sentirme toda una putita como esta vez. Y vaya que sí, que pienso llamarles. ¡Qué buen comienzo de vacaciones! Todavía me excito al recordarlo.