Sexo a la luz de la luna

Está relacionado con mi relato anterior "Amor de primavera", podría decirse que es la continuación de esta.

Esta no es necesariamente la continuación de mí relato anterior, más bien es sólo que pasó después en un día cualquiera, no necesariamente fue el día, semana ó mes siguiente. Sin embargo la situación en la que nos conocimos y como somos está relatado en mí otra historia (Amor de primavera.).

Pude verlo de pie frente a mí, contrastaba con el resplandor de la luna que entraba por la ventana del balcón. Tenía su mirada fija en el cielo nocturno, pensante. Me levanté de la cama y me acerqué sin que lo notara, lo abracé por la espalda apoyando mi cabeza en su espalda, no dijo nada, colocó sus manos sobre las mías y las acarició, luego se volteo y me miró directo a los ojos, tenia aquellos ojos café que tanto me gustaban pero se veían melancólicos, cuando le quería preguntar el porqué estaba de esa manera colocó su dedo índice en mi boca en señal de que no dijese nada, colocó sus manos en mi cara y me besó, era un beso desesperado como si fuese el último que iba a tener, yo lo abracé nuevamente acaricié su espalda y su nuca.

Después de ese largo besó que debió haber durado minutos me susurró al oído "te amo", luego me empujó para quedar sobre la cama, lo miré un instante y se podía ver la luna justo detrás de él, su perfil se veía majestuoso, sólo iluminado con la luz de la luna.

Se colocó sobre mí y comenzó a besarme nuevamente, esta vez lleno de pasión y deseo. Luego de probar el dulce de sus labios comenzó a bajar por mi cuello mordiendo suavemente cada lugar por donde pasaba, acaricié su nuca revolviendo sus cabellos de un castaño hermoso. Comencé a dar pequeños gemidos cuando llegó a mis tetillas, cada vez que lo hacia era mejor que la anterior. Estaba sumido en un vaivén de sensaciones y placer que es difícil de describir. Luego comenzó a meter su lengua dentro de mi ombligo, pasándola de un lado a otro dando un placer muy intenso. Me senté un momento, lo tomé de los hombros y cambiamos de posición, lo dejé acostado boca arriba, me deleité mirando su cuerpo, aquél que me encantaba probar y tocar.

Comencé a lamer y besar sus oídos, metiendo mi lengua dentro de su oreja pasándola de un lado a otro por cada rincón de esta. Sentí sus cálidas manos en mi espalda acariciándola incitándome a continuar con mi labor, comencé a escuchar pequeños gemidos provenir de él y al escucharlo me hizo estar a mil. Volví a besar sus labios, y ahora comencé a bajar mis manos por su pecho, deteniendo una mano en sus tetillas, pellizcándolas suavemente, con la otra mano seguí bajando hasta llegar a sus abdominales, acaricié esa zona mientras pellizcaba su tetilla y besaba sus labios, mezclando nuestras lenguas y salivas de una forma morbosa.

Sentí un fuerte gemido provenir de él cuando bajé mi mano de sus abdominales a la base de su pene ya erecto. Sus 17cm eran algo llamativo, acerqué mi cabeza a su pene y comencé a lamérselo desde los testículos a la parte superior de su glande, luego me lo introduje entero a la boca y comencé a chupárselo. Una de mis manos acariciaba y rasguñaba sus testículos y con la otra lo masturbaba mientras le hacia sexo oral.

Después de un rato, me acerqué a su oído y le dije "espera un momento", fui al armario y volví, él me miraba con una sonrisa pícara en su rostro, verme vestido con ropa de colegio siempre lo calentaba, no sé la razón pero lo hacia. Me acerqué a él y comencé a besarlo nuevamente, mientras él me quitaba la camisa y la corbata, luego quitó rápidamente mi pantalón y mi slip, y comenzó a chupar mis 18cm de carne mientras con sus manos acariciaba mis testículos y la zona que une los testículos y el ano.

Yo estaba con mi espalda arqueada mirándolo darme el mejor placer que podía tener, luego de un momento comencé a gemir diciendo su nombre una y otra vez, acariciando su nuca que era lo único que tenia a mi alcance.

Cuando dejó de hacerme la mamada sacó del cajón un condón y se lo colocó, ya sabía lo que venia así que cerré mis ojos esperando a la invasión, antes de penetrarme se acercó a mí, me besó y dijo "no te dolerá mucho, te lo prometo"

Volví a mirar a Benjamín y le di una sonrisa dándole a entender que podía hacerlo, además también lo quería. Comenzó a poner su glande en mi entrada, cerré mis ojos y sentí como de a poco comenzaba a entrar, di un pequeño gemido de dolor y de placer. Luego comenzó a meter y sacar su miembro de mí, una y otra vez dándome un placer que parecía que estaba en la nube 7.

Empecé a masturbarme mientras él me penetraba, podría escuchar mis propios gemidos mezclándose con los que él daba, nos besamos intensamente mezclando nuestra saliva en una mezcla deliciosa. Lo abracé y sin darme cuenta estaba enterrando mis uñas en su espalda, luego besé su cuello mordiéndolo un poco más fuerte que antes.

Luego se salió de mí y se colocó sobre la cama boca arriba, yo entendí lo que quería, así que sin más tomé su erección con mi mano y me senté sobre sus 18cm, coloqué una mueca de dolor que luego pasó a ser de placer, sacaba y metía su miembro en mí de una forma descontrolada. Sentí su mano en mi miembro y comenzó a masturbarme al mismo ritmo que él me penetraba y no pasó mucho hasta que me vine sobre sus abdominales.

Él me quitó de encima y con su dedo sacó el semen de su estomago y se lo llevó a la boca mientras yo lo masturbaba con mi mano, luego comencé nuevamente a darle sexo oral. Escuché un fuerte gemido al mismo tiempo que sentí como su semen entraba en mi boca.

Ambos con semen en nuestras bocas, nos acercamos y besamos haciendo una nueva mezcla, nos abrazamos mientras nuestras lenguas se encargaban de mezclar el contenido de ellas. Luego nos acostamos abrazados y nos quedamos dormidos siendo iluminados por la luz de la luna.

Al la mañana desperté vi a mi lado y él ya no estaba, tomé un papel que había sobre la mesa de noche que tenia mi nombre, la abrí y decía "Lamento haberme ido sin avisar pero tenía clases en la mañana, te veré luego en la universidad ó en casa. Hoy yo haré la once, tengo algo para ti... Benjamín"

Tomé la nota y me volví a echar sobre la cama mirando el techo de la habitación con una sonrisa dibujada en mi rostro.