Sex Shop
Mi hijo me ha acompañado a un Sex Shop para comprar un juguete. El dependiente fue muy amable y atento.
Antes que mi hijo sacara de dentro de mi lo puta que soy, tenía una vida sexual con mi marido de lo más normal, un par de polvos a la semana mas o menos y nada más. Pero desde aquel primer día en que me cogió por primera vez, mi vida sexual ha dado un giro total.
Ahora mantengo una relación con mi marido y mi hijo totalmente normal, unas veces me follan entre los dos, otras veces, mientras mi marido está sentado tranquilamente en el salón de casa, justo a su lado mi hijo está sentado en el sillón y yo estoy cabalgando sobre él. Otras veces cambian los papeles, Mi marido me folla mientras nuestro hijo está sentado en la mesa trabajando con el ordenador.
Pero aparte de mi marido y mi hijo, también tengo las visitas del hijo de nuestros vecinos, Angel; el amigo de mi marido ,Alberto, también me llama de vez en cuando, y Beatriz mantiene mi coño rasurado, y también con ella hago algo, aunque con las mujeres no me va demasiado, pero esa chica es tan dulce y sabe tocar en el sitio justo la condenada.
Pero con todo y con eso hay veces que cuando estoy sola en casa me entra la calentura y yo con tocarme no tengo suficiente, si no tengo algo dentro de mi coño o mi culo no me quedo satisfecha, así que echo mano de alguna hortaliza para aliviar mi calentura. Pero no me acaba de gustar, así que le pedí a mi marido que me trajera de un Sex Shop un juguetito:
Eso mejor te llegas tu y eliges el que mas te guste.
Pero es que me da vergüenza, nunca he entrado en un sitio de esos. ¿Por qué no vamos juntos?
No, yo no tengo tiempo, pídeselo a tu hijo.
Mamá, a mi no me importa en absoluto, siempre que vengas tu conmigo.
¿Es necesario?
Claro,tienes que elegir tu.
Quedamos para la tarde siguiente en el centro para ir comprarlo.
Pasé toda la mañana en el trabajo pensando en el juguete que me iba a comprara, incluso estuve mirando por Internet varias tiendas virtuales los artículos que ofrecían, las fotos de los vibradores eran las que más me interesaron ya que había algunos de un tamaño considerable y de un gran realismo.
Llegó la hora acordada con mi hijo y fui a buscarlo. Primero fuimos a tomar café y estuvimos charlando un rato sobre cómo habíamos pasado la mañana. Me gusta estar con mi hijo, es un chico tan atento.
Bueno mamá. Voy a pagar los cafés y nos vamos.
Pedro pagó los cafés y salimos en dirección del Sex Shop. Cerca del bar donde habíamos estado tomando café había uno, entramos pero había varios clientes, cuando me vieron entrar se quedaron mirándonos, sobre todo a mi, me sentí muy violenta y así se lo hice saber a mi hijo:
Pedro, vamonos.
¿Por qué mamá?
No me gusta como me miran esos tíos.
Si quieres esperamos a que se vayan.
No, no. Vamos a buscar otra tienda, este sitio no me gusta.
Salimos de aquel lugar y mi hijo me llevó a otro, este era un local pequeño y la calle donde se encontraba era poco transitada. Entramos y para mi tranquilidad comprobé que el local estaba vacío de clientes. La tienda era pequeña, pero estaba muy bien surtida y ordenada, la atendía un chico de unos 30 años aproximadamente, quien al vernos entrar nos saludo:
Buenas tardes señores, ¿les puedo ayudar en algo?
Buenas tardes, si no le importa primero vamos a echar un vistazo a la mercancía.
En absoluto, tómense el tiempo que deseen, si necesitan mi ayuda me avisan.
Estuvimos mirando los artículos. Nunca imaginé que hubiera tanta clase de artilugios para el sexo. Estuve viendo la lencería, había unas cosas preciosas, pero sobre todo me centré en la sección de los vibradores. Los había de todos los tamaños, colores y formas. Especiales para el ano, para el punto G, de todo.
Bueno mamá, ¿te decides por alguno?
No se...no me acabo de decidir.
¿Quieres que avise al dependiente y que nos asesore?
No se...me da algo de corte...
Por favor, ¿nos podría ayudar?
Como no caballero, ¿en qué puedo ayudarles?
Vera, mi madre está buscando un vibrador y no se acaba de decidir, ¿usted cual le recomienda?
Eso depende de cómo le guste de tamaño a la señora.
A mi madre le gustan las pollas grandes y gordas.
¿De algún color en especial?
El color es lo de menos, ya que cuando se la follan cierra los ojos y le da igual el color de la polla que tiene en el coño.
Yo permanecí en silencio, con la mirada agachada, mi hijo me estaba delatando delante de aquel chico.
Pues aquí tengo uno que creo que le va a gustar a su madre.
Sacó un vibrador de color carne de un realismo increíble, no le faltaba detalle era como una polla apunto de eyacular, con las venas marcadas y el glande rojo y gordo.
¿Te gusta este mamá?
No está mal...
¿Qué tamaño tiene?
Este en concreto tiene 25 cm de largo y 8 cm de diámetro.
Mamá, ¿está bien de tamaño o lo quieres más grande?
No, este está bien, me gusta.
Pues le voy a sacar uno, si me disculpan un momento.
El chico se fue a la trastienda y volvió en seguida con el vibrador.
Me he permitido de traerles una variante del que han visto ustedes, que creo que a la señora le va gustar más.
¿Y en qué se diferencia?
Pues en que en la base tiene una potente ventosa para pegarlo donde más le guste.
¿Qué te parece mamá?
Si, me gusta.
Le podría explicar a mi madre cómo funciona.
Es muy sencillo, sólo tiene que poner las pilas aquí, darle al interruptor y ya está listo para jugar.
¿Por qué no se lo demuestra a mi madre?
Como desee el señor.
Pedro no es necesario...
No se preocupe la señora, para mi es un placer explicarle cómo funciona.
El chico sacó el vibrador del envoltorio y me lo dio para que me familiarizada con su tacto, mientras él iba a buscar las pilas. Tenía un tacto suave y agradable y era bastante rígido.
Si me permite la señora, le pongo las pilas para que vea su funcionamiento. Ya está listo cójalo para que sienta como vibra.
Lo cogí en mis manos y sentí un cosquilleo muy agradable.
¿Te gusta mama?
Si, mucho. Me lo voy a llevar.
¿No le importaría explicarle mejor a mi madre cómo se usa?
No le entiendo caballero.
Si, que le enseñe a mi madre cómo hay que usarlo correctamente.
Déjalo Pedro ya aprenderé yo en casa.
Señora, para mi no es ninguna molestia.
Claro mamá, deja que este señor te enseñe su uso, así podrás sacarle más provecho.
Si me disculpan un momento voy a cerrar la tienda.
El chico nos dejó solos.
¿Qué es lo que pretendes Pedro?
Nada mamá, que ese señor te explique bien el uso del vibrador...
Perdone los señores, si no les importa podríamos pasar a la trastienda.
Pasa tu primera mamá.
Entramos en una especie de almacén, estaba lleno de cajas hasta el techo y había una mesa de escritorio en el centro llena de papales y un ordenador.
Si me disculpan voy a dejar la mesa libre.
El chico dejó la mesa limpia.
Señor siéntese usted en esa silla, y usted señora si es tan amable de quitarse las bragas y subirse a la mesa.
¿En la mesa?
Si, para que pueda tumbarse.
No se...mejor que...
Mamá, hazle caso a este señor.
Le hice caso a mi hijo y cómo me había indicado el vendedor me quité las bragas y me senté en la mesa.
Señora, suba los pies para que se le abra el coño.
Seguí las indicaciones del vendedor, pero antes me subí el vestido. Y ahí estaba yo, con el coño desnudo ante aquel desconocido.
Señora he de decirle que tiene usted un coño precioso, ¿me permite besárselo?
Mejor que besárselo, ¿por qué no le come el coño a mi madre?
¿Le importa señora?
Habíamos venido a enseñarme el manejo del vibrador.
Y eso es lo que vamos a hacer, pero si le chupo el coño lo tendrá húmedo y así no le molestará el vibrador cuando se lo meta.
Está bien, pero sólo un poco.
Como usted mande.
Aquel endemoniado chico sabía dónde y cómo chupar. Yo ya tenía el coño bastante húmedo por lo morboso de la situación. El vendedor metió su lengua en mi coño y chupaba con tanta ansiedad y pasión que acabó por arrancarme un orgasmo. Si no hubiera estado allí mi hijo le hubiera pedido que me follara, pero Pedro nos recordó para qué estábamos allí.
¿Creé usted que mi madre ya tiene el coño bastante húmedo?
Si por supuesto.
El chico se incorporó, cogió el vibrador y lo puso en marcha.
Señora, una vez que lo ponga en marcha puede usarlo de muchas maneras.
Explíquele a mi madre bien le funcionamiento.
Primero estuvo pasando el vibrador por mi clítoris. Sentir aquellas vibraciones eran una delicia. Estuvo un rato pasando el vibrador por mi raja, de arriba a abajo, parándose en el clítoris. Luego lo introdujo un poco dentro, pero yo ya estaba tan caliente, que yo misma le agarré las manos he hice que me lo clavara hasta el fondo.
Métemelo, métemelo.
¿Te gusta guarra, te gusta?
Si, si...dale fuerte, dale fuerte.
Metía y sacaba el vibrador de mi coño con fuerza. Lo sacaba dejando la punta dentro y lo metía con fuerza hasta el fondo.
Más, más, quiero más...dale más...
Mi hijo se subió en la mesa y me metió la polla en la boca ahogando mis gritos de placer. Ahora tenía la polla de mi hijo toda dentro de mi boca, me tenía agarrada de la cabeza y me follaba la boca, mientras que el dependiente seguía metiendo y sacando el vibrador cada vez más rápido y fuerte.
Justo en el momento en que me empezaba a venir el orgasmo sentí como mi hijo se corría en mi boca, aquello hizo que explotara en un orgasmo fantástico y bestial. Me trague toda la leche. Entonces el vendedor me agarró y me hizo bajar de la mesa, me puso en el suelo a cuatro patas y sin dejarme tiempo para advertirle que no me follara por el culo (aún lo tenía muy dolorido por el burro) me la metió de un golpe. Fue doloroso, muy doloroso, pero aquel chico se había puesto muy caliente por nuestra culpa y no le dije nada. Me folló durante un rato y cuando se corrió sentí un gran alivio al sentir su leche caliente, que hizo que mi culo se aliviara un poco, así que me la sujeté un rato con la mano para que no se saliera.
Bueno mamá, espero que hayas aprendido bien el manejo del vibrador.
Si ha sido una lección muy fructífera, estoy deseando llegar a casa y ponerla en práctica.
Cuando los señores les apetezca pueden volver cuando quieran. Son mis clientes preferentes.
Gracias, lo tendemos en cuenta.
Me puse de pie y dejé que el semen del chico saliera de mi culo, nos vestimos y nos despedimos. Desde ese día tengo un nuevo amigo.