Sex shop

SEX SHOP

Si estaban allí, desde luego era por algo. La mujer era bastante apetecible, de muy buen ver aunque no tuviese ningún atributo que resaltase especialmente. Los dos eran jóvenes, de mente abierta si estaban juntos en aquel lugar fungiendo de pareja.

Fingió mirar un canasta que contenía películas porno de oferta mientras los espiaba con el rabillo del ojo. Ellos se encontraban la sección de vibradores, y tan sólo el pensar como emplearían juntos uno de esos juguetitos le provocó una erección, aunque no se molestó en disimularla pues aquel lugar estaba pensado para provocar este tipo de cosas.

En varias ocasiones los había visto mirar a un lado y a otro. Se imaginó – propenso como era a la fantasía fácil – que estaban buscando una tercera persona con la que satisfacer la calentura que les había llevado hasta allí. Seguramente sabrían que ver a una mujer en un sex shop provocaba estímulos en los hombres que se encontraban allí, y dado con la soltura por la que se movían por el local, tal vez estaban buscando algo más de lo que podría parecer.

Pensó en acercarse educadamente hacia ellos y hacerles una propuesta para entretenerse los tres en aquella noche. La fantasía pasó a tomar forma de propósito e incluso empezó a articular lo que les diría dentro de su cabeza. Ya tenía preparadas las primeras frases cuando – propenso como era también al pesimismo – cayó en cuenta del ridículo que haría si tan sólo se trataba de una pareja desprovista de tabúes pero sin necesidad de otras experiencias que no fuesen las que podían darse el uno al otro. Este pensamiento coincidió con que la pareja se acercara a otro hombre que había entrado poco después que él pero antes que ellos y que estaba curioseando por allí ajeno a todo. Hablaron un poco con él, se dieron el apretón de manos y los besitos en la mejilla establecidos y se marchó con ellos, la mujer entre los dos hombres, agarrándolos de los brazos.

Entonces, se maldijo como siempre por su lentitud y se introdujo en una de las cabinas de vídeos para dar rienda suelta a su decepción.