Sevilla en Ferias I

Mi marido es un cornudo empedernido y yo... hago realidad sus sueños. LLegamos a Sevilla y fuimos al hotel

Sevilla en ferias

Es viernes, yo no trabajo pero el cornudo maricón de mi marido sí, así que… se levanta temprano y se va a trabajar, tenía que irse de viaje a hacer varias visitas. Yo debería esperarle a que volviera por la tarde para irnos juntos a Sevilla. Hemos puesto un anuncio en el blog, pero por lo visto nadie quiere quedar, será por miedo, por la distancia de desplazamiento, por que no viene bien… lo que sea, el caso es que nadie ha contestado a nuestra propuesta. Da igual nuestro amigo Félix sí que se ha ofrecido a acompañarnos esa noche.

Me levanto más tarde, preparo a las niñas, las llevo al pueblo con la abuela y regreso a casa a preparar las cosas para nuestro viaje. Son las 11 de la mañana y el cabrón de mi marido no da señales de vida, no sé a qué hora va regresar, estoy caliente, muy caliente y no pienso esperar.

Llamo a Félix y le propongo que venga a buscarme y me voy con él a Sevilla y esperamos allí al cornudo de mi marido. Félix como loco, acepta mi proposición en milésimas de segundo, jeje, me encanta lo dispuesto que este chico.

Me dijo que me recogía a las 12,30 y… ¿qué hacer mientras tanto tiempo?. Se me estaba ocurriendo que, qué mejor que una buena paja?. Pues hecho cogí mi avioncito y empecé a masturbarme despacito, desnuda en la cama, boca abajo, boca arriba, de lado… ufffff, me corrí como una perra pensando en el día que me esperaba.

El muy cabrón de mi amante llegó a la hora prevista, yo ya estaba preparada y sin más dilación cogimos el coche dirección Sevilla.

En ese momento mandé un sms a mi marido diciéndole que le esperaba en Sevilla que yo me iba para allá con un buen macho y caballero que se ha ofrecido a llevarme.

Él empezó a ponerse nervioso y me mandaba sms desde la reunión en la que estaba preguntando cómo, de qué manera, que no sabía donde era el hotel… una serie de preguntas que no venían al caso así que ni me molesté en contestar.

Félix y yo hicimos varias paradas en bares de carretera y aprovechamos para exhibirme un poco ante él y ante los que allí estaban.

Aproveché para llamar al cornudo y decirle donde estaba, con quién estaba y lo que estaba haciendo en ese momento y el cabrón se excitó muchísimo, me llamaba puta, zorra, comepollas… y lindezas parecidas.

Después de salir del bar de carretera, retomamos el viaje y por supuesto ya había entrado en calor escuchando al picha floja de mi marido.

Me fui con bragas, pero en el bar me las quité y fui enseñando el coño, durante lo que quedaba de viaje, a todo camionero que quisiera mirarlo. Félix se estaba poniendo realmente burro, pero no quise comerle la polla mientras conducía pues no sé cómo reacciona ante una mamada mientras conduce y no quería provocar ningún accidente.

Cuando llegamos a Sevilla, no fuimos al hotel, ya que era hora de comer y nos fuimos a un bar. Me dijo que le conocían que fuera un poco prudente y así lo hice, pero… la ropa que llevaba y la cara de zorra que se me estaba poniendo, ¿cómo quitármela?, jeje. Bueno, fui buena y nos dedicamos a pasárnoslo bien, a comer gambas de Huelva, queso, manzanilla. Bueno de todo. Estuvimos un buen rato charlando, comiendo y bebiendo. La verdad es que fue súper agradable toda la comida. Me lo pasé fenomenal con él.

Nos dieron las 4 y media de la tarde y decidimos ir al hotel a coger la habitación. Él había quedado con una amiga suya argentina que por lo visto está de muerte, ¿Cómo dice él?, ah sí, ESPECTACULAR. Así que decidimos coger dos habitaciones una para cada pareja.

Cuando llegamos a la recepción, él cogió una habitación, le dio el carné y mientras le daban la habitación nos besamos delante de la chica de recepción. Cuando acabó con él me pidió el mío como si viniéramos juntos y yo le dije que no, que ya tenía reservada habitación a nombre de mi marido. En ese momento me dio un ataque de risa. La chica de recepción empezó a alucinar un poquito, pero su sorpresa sería mayor en breves momentos. Justo cuando estaba pidiendo la habitación me llama mi amado esposo.

Félix no dejaba de tocarme el culo de subirme el vestido y meterme los dedos en el chocho que estaba muy mojadito por esa situación. Yo hablaba con mi querido cornudo, sin poder contener la risa, diciendo que ya había llegado, que me estaban dando la habitación. También le dije que no se preocupara, que nuestro amigo estaba ayudándome en todo, que no me había dejado sola en ningún momento y que esperaría conmigo hasta que llegara. Se me saltaban las lágrimas y no podía dejar de reír. Él me dijo que le pidiera una tarjeta de la puerta para cuando llegara, cosa que le dije a la chica de recepción a duras penas, entre risas también de  Félix. La cara de la recepcionista estaba empezando a ponerse colorada, supongo que por el descaro y lo cachonda que me estaba poniendo yo y lo cabrón que se estaba poniendo mi amante.

Cuando me dio mi tarjeta, Félix me dijo delante de la recepción que si quería me ayudaba a subirme el equipaje y a metérmelo en la habitación. A lo que yo dije que muchas gracias me encantaría que me ayudaras ya que mi marido no está para hacerlo él.

A todo esto mi amante no dejaba de meterme mano en el culo descaradamente y no nos dimos cuenta que había un hombre esperando su turno para coger habitación, JUSTO DETRÁS DE NOSOTROS. Diosssssss, que pasada, lo había visto todo, mi culo al aire, los dedos de mi amigo en mi culo, coño. Joder, me corté un poco pero me puso muy guarra eso, pero que muy guarra.

Nos fuimos hacia el ascensor, yo empapada y él con una tienda de campaña debajo del pantalón. Cuando esperábamos al ascensor seguía metiéndome mano pero ahora por fuera del vestido, tocándome el culo, magreándome con todo el descaro del mundo.

Al entrar se puso el de frente a la puerta y yo dando la espalda a la recepción. Dejó las maletas en el suelo y cuando se estaban cerrando las puertas me levantó el vestido por detrás para que todo el mundo que nos estaba observando viera mi culo sin bragas y lo zorra que yo era esperando a mi marido cornudo.

Después del numerito de recepción, él cornudo de mi marido me llamó no sé cuántas veces y yo no le cogí el teléfono.  Supongo (quiero decir que lo sé) que fue porque se había quedado un poco mosca al colgarle tan precipitadamente, y por escuchar mis risas y las de mi acompañante. Querría que le aclarara qué había sucedido en recepción, pero yo ya estaba dedicándome con los cinco sentidos a satisfacer a mi acompañante, que se había portado como un verdadero hombre, por lo que no hice ni puto caso a las llamadas de mi maridito CORNUDO CON MAYÚSCULAS. Ni siquiera me molesté en comprobar si había mensajes porque me había propuesto dedicarme por completo a mi acompañante. Éste, incluso, me había regalado tres preciosas rosas cuando fue a recogerme por la mañana, detalle que el maricón de mierda de mi esposo no ha tenido nunca. A veces pienso que real y verdaderamente que no se merece una hembra como yo... porque, a ver, ¿¿dónde va a encontrar mi perro a una mujer que le dé tanto placer follando con sus amantes delante y detrás de él?? ¿¿ dónde va a encontrar una mujer que le quiera tanto como yo??, ¿dónde va a encontrar una esposa que de rienda a todas sus fantasías morbosas como yo??...

Realmente cuando llegué a la habitación me di cuenta de que había bebido demasiado durante la comida por eso, decidí ducharme en primer lugar. Bueno, por eso y porque llevaba ropa bastante ligerita que me apetecía mostrarme desnuda ante nuestro amigo Félix. Mientras él se preparaba para darme lo mejor de él.

Así que después de la ducha empecé a probarme braguitas y tops para resultar lo más sexi posible. Me vestí para la ocasión, quería que me viera guapa, sexi, atractiva, quería estar espléndida para mi amante.

El cornudo tiene fijación por una camiseta negra transparente y cuando me la puse le pedí a Félix que me hiciera algunas foto para enseñárselas después al perro de mi marido. Pero… fue precisamente cuando le dije a Félix que ese conjunto le ponía cachondo cuando ya no se quiso sujetar más me tumbó sobre la cama y empezó a comerme las tetas por encima del top mordisqueándome los pezones.

Me quité el chaleco vaquero y me quitó las bragas sin contemplaciones. Fue  alternando la comida de coño y de culo. Diossss...cómo me pone que me coman el culo.

Estaba embriagada por el alcohol y por la maravillosa situación que estaba viviendo. Puedo jurar que en ese momento se me paso de ver si el cornudo llegaba sano y salvo a Sevilla (ni siquiera la había dado la dirección del hotel).

Mi amante tiene una polla fantástica y estaba dispuesto a que no olvidara ese momento. Cogí su polla y empecé a mamársela a conciencia uff... me confundo, su polla en mi boca, su boca en mi coño, mi culo en su boca. Lo que recuerdo perfectamente es que empezó a jugar con su polla durísima a la entrada del coño, besándonos… de vez en cuando paraba y miraba cómo su polla jugueteaba en la entrada de mi chochito. Pensé que no me follaría sin condón, era una de sus "reglas de oro·"

Él pasó olímpicamente de su regla de oro y comenzó por meter la puntita, sólo parte del capullo dentro del coño. Yo me balanceaba sobre él para que entrara toda la polla, pero él sujetaba impidiéndome el movimiento y me miraba y me preguntaba:

¿¿¿la quieres???

diossssssssss...síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Y volvía a meter un poco más, esta vez el capullo entero.

Pero se quedaba ahí y volvía a preguntarme:

¿¿¿la quieres???

por favor, por favor, por favor...MÉTELA DE UNA PUTA VEZ!!

Yo seguía moviéndome para que la polla se deslizara, qué digo, para que se resbalara dentro, porque la humedad era bestial y ya, por fin, me la mete entera...

ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

Y me dice:

Estamos follando sin condón, ¿qué pasará cuando venga tu marido?, ¿¿se lo vas a decir??, ¿¿¿le contamos que he estado follándote sin condón???, ¿¿¿¿crees que se va a mosquear????

Le contesto:

Mira, cariño, como saques la polla de ahí te la corto.

Para que mi marido pusiera pegas tendría que estar aquí, y no está, ¿Verdad? Y si no le gusta, le van a dar por culo, por maricón y por no estar donde tiene que estar.

Jajaja, cómo eres,

Me decía él, pero siguió follándome así, sin condón. Eso me hace sentirme aún más traidora, jeje... además, eso hace que mi marido sea aún más cornudo.

Hay machos que me follan a pelo y a él le costó mucho tiempo convencerme para no usar condón con él y eso le jode un montón, pero a la vez,  le excita muchísimo.

Félix siguió follándome sin dejar el tiempo, el ritmo frenético era, como le caracteriza. ¡Dios, qué máquina, follando!

Yo estaba muy caliente, pero no encontraba postura hasta que le dije:

Ahora siéntate, cariño ,me toca cabalgarte un rato.

Y me senté sobre él y...uffffff...siento la polla clavada hasta dentro, eso es mortal para mí, así que me corrí con toda su gran polla bien metida dentro. Con el coño lleno de polla y el pensar que mi flujo estaba empapando su capullo y que le escurriría por toda la polla, eso me hizo sentir un orgasmo inmeeeeensooooo.

Paramos un momento había que beber, refrescarse y volver un poco a la realidad..jeje.

Miro el móvil me había  llamado cuatro veces y tengo otros cuatro mensajes de mi marido!!

Me doy cuenta de las llamadas perdidas, pero me es mucho más urgente refrescarme, así que abrimos una botella de champán. Perdí la noción del tiempo. Ni idea de cuánto llevamos aquí, con la ducha, las fotos, follando…

Lo que sí sé es que cuando retomamos nuestra tarde de placer. Volvió a sonar el teléfono y esta vez no estaba inmersa en la polla, de Félix así que lo escuché era mi marido, el cornudo, naturalmente le mentí descaradamente:

En este momento iba a llamarte, cariño, es que....

Y el cabrón de Félix, en ese momento, empieza a follarme de nuevo. Perro se da cuenta, claro, yo, entre jadeos, intento contarle que todo va bien, pero…uff... es tan difícil concentrarse en lo que estoy diciendo...

Mi marido está molesto, porque ya está en Sevilla y aún no le he mandado la dirección del hotel, jejeje, que torpeza la mía, jeje.

Uff, espera, le digo

La busco y te mando sms

Noooo, dice el cornudo, haciéndose el machote que tiene derecho a exigir algo de su hembra y en estas, mi amigo Félix, me mete la polla en el culo!!!

¡¡¡¡diossssssssssss!!!!

Debe ser que hago un suspiro característico o algo parecido, porque justo en ese momento me dice el perro:

¡Puta, te están follando el culo!

Ayyyyyyyyyyyyyyy, SIIIIIIIIIIIII

Me vas a dar la dirección del hotel o sigo dando vueltas en Sevilla?, Joder!

Félix follándome el culo, el cornudo por el móvil, pidiéndome la dirección del hotel y mientras, llamando a recepción para que me digan la dirección. No sé ni cómo pude hacerlo, lo juro. Una polla en el culo es un argumento buenísimo para volverse loca, y yo estaba llamando a recepción mientras que Félix me enculaba.

Pues nada, que llamo. Entiendo que los empujones con que Félix me metía su polla en el culo se convertían en jadeos que intentaba disimular mientras los de abajo me decían la dirección. Yo repetía en alto la dirección para que mi marido la grabara en el gps. El otro cabrón enculándome, embestida va, embestida viene, no sé si pude articular las gracias al final o fue un grito lo que pegué y por fin colgué a recepción.

El perro me preguntaba y yo pasaba de contestarle, así que le pasé el teléfono a Félix, para que él le explicara. Sacó su polla del culo y le dio las explicaciones precisas para llegar al hotel.

Me tumbé bocarriba en la cama y le comenté a mi amante que ¿qué cara pondría la chica de recepción cuando pidiera la llave de esta habitación?

La chica se había percatado de todo y seguro que diría: pobre cornudo, míralo, la puta de su mujer ha subido con un cabrón a la habitación y ¡¡seguro que él no sabe nada!!

Nos reímos un montón pensando en la cara del uno y de la otra y para celebrarlo, seguimos follando.

De modo que, cuando mi esposo entró en la habitación, yo estaba con las piernas levantadas recibiendo bien dentro la polla en mi chocho.