Seúl Saranghae - 2

Sigue la serie... medio discusión con sus padres... Joon Woo ¿Se apuntará?...

Parte 2

Corea del Sur es impresionante. Las calles llenas de vida, los puestos de comida en la calle, su gente. Es cierto que la gente joven con los pelos tintados con colores llamativos puede parecer rara para la gente de fuera, pero es su modo de vida, se sienten más cerca de sus ídolos musicales. No es raro ver a una chica pasar por la calle con el pelo azul o verde, que va. Tienen una especie de obsesión por los ídolos que carece de sentido. Hay miles de grupos musicales, unos más famosos que otros obviamente, grupos de cuatro, cinco integrantes o solistas. Las chicas con ropa corta luciendo piernas, o los chicos enseñando músculos, es algo natural en los grupos musicales. Algo que es natural también es que todos son delgados y guapos, tanto chicos y chicas. Se dejan llevar bastante por el aspecto físico de las personad, hay excepciones, pero primero se fijan en el exterior y luego si eres buena persona bien y si no, ahí te queda.

Otra potencia en Corea del Sur son los Kdramas 1 . Típicas series que suelen ser de unos veinte capítulos, veinticuatro, cincuenta o un centenar. Se hacen bastantes al año, dos capítulos por semana y final de la serie. Es raro ver las típicas series donde hay muchas temporadas, pero las hay. Las series de veinte capítulos o dieciséis se emiten de lunes a viernes, dos capítulos por semana. Las series de treinta y cincuenta los fines de semana y se emiten sábado y domingo. Los dramas que sobrepasan los cien capítulos se emiten diariamente. La duración varía, una hora es lo normal.

Abrió los ojos, no había sido necesario que el despertador lo despertara. Se levantó y se dio una ducha con el agua más caliente de lo normal. Se vistió con sus fieles vaqueros, una camiseta corta y encima la chaqueta de cuero, hacía bastante frío. Un gorro de lana al que le hizo el dobladillo lo más perfecto posible.

-Buenos días hijo –dijo Juan al ver entrar a Jun –Te has despertado muy temprano…

-Tengo que empezar a preparar todo, hablar con alguna inmobiliaria, buscar locales, ir al banco –respiró cansado- muchas cosas… -dio un sorbo al café.

-Sabes que si me necesitas para algo solo tienes que decírmelo –dijo Juan mirando a su hijo.

-Lo sé, pero prefiero hacerlo solo, necesito hacerlo solo. –mordió un bollo de chocolate de la cesta situada en medio de la mesa...

Tras desayunar salió de casa. Fue mucho mejor que ayer respecto al coche y las calles, se desenvolvía mejor pero todavía tenía alguna dificultad. Primero iría a buscar a su amigo Joon Woo, él sería su mano derecha, aunque no lo pareciera Joon Woo tenía mucho talento para distinguir entre una voz normal a una fuera de lo normal. Son de esas personas que tienen un don pero que no lo aprovechan al cien por cien.

No tardó en llegar al trabajo de medio tiempo que le daba dinero a su amigo. Por suerte encontró un aparcamiento bastante cerca de la heladería, era difícil poder aparcar por esa avenida. Llegó hasta la puerta y miró desde fuera como su amigo iba de un lado para el otro sin parar, le hizo gracia su impecable pelo rizado totalmente alborotado. Entró.

-¿Los amigos no necesitan pagar, cierto? –preguntó Jun nada más entrar siendo la atención de todos los clientes de la heladería.

Joon Woo se quedó sorprendido, corrió con su sonrisa de siempre y le dio un golpe en el hombro con bastante fuerza.

-Estas más fuerte –dijo Jun pasando su mano por el hombro adolorido.

-¿Cuándo has llegado? –preguntó Joon Woo sonriente- Podías haber avisado –hizo un gesto para que le acompañara a una de las mesas libres del local.

-Me gusta dar sorpresas ya lo sabes –se quitó las gafas de sol- Pues si que te está durando este trabajo, ¿no? –dijo sentándose en la silla- Es raro que no te hayan despedido –esquivó el puñetazo de Joon Woo- ¿El libro de reclamaciones? –amenazó.

-Vale… perdóneme cliente –apretó la mandíbula- ¿A qué has venido? –lo miró serio.

-Te echaba de menos… -parpadeó varias veces poniendo cara de enamorado- Es broma…

-En serio –dijo Joon Woo esperando alguna locura de su amigo.

-Voy a abrir mi propia discográfica –lo miró- Quiero que trabajes conmigo –concluyó.

-Sabes que lo de ser subordinado de un amigo no me va nada, luego vienen los problemas –quedó pensativo.

-Sabes que no te lo pediría si creyese que habría algún problema alguna vez entre nosotros –dijo Jun apoyando la espalda en la silla- Acepta –ordenó.

-¿Eres un gánster? –puso cara de asco viendo la pose de chulo que mantenía Jun.

-Venga ya… sabes que no habrá ningún problema, esto me lo tomo en serio. –jugó con el servilletero deslizándolo de un lado a otro- Por fin puedo hacer realidad mi sueño desde pequeño.

-¿No era tu sueño casarte con Sun Hi? –sonrió con maldad Joon Woo.

-Golpe bajo, pero me lo merezco –levantó la mano derecha dejándola extendida en señal de paz.

-Si trabajase para ti, que no es el caso para nada, ¿Qué tendría que hacer? –preguntó Joon Woo haciéndose el duro.

-Lo que sabes hacer mejor que servir zumos y helados, música. –se levantó de la silla dejando un billete sobre la mesa- Sabes que eres bueno y no me vengas con tu estúpida humildad, la oferta seguirá en pie hasta… dentro de cincuenta años, llámame cuando aceptes que será dentro de una hora –empezó a caminar dirección a la puerta.

-¿Cómo sabes que voy a aceptar tan rápido? –gritó Joon Woo desde la mesa cuando Jun se acercaba cada vez más a la puerta.

-Se giró y volvió a ponerse las gafas de sol- Porque te conozco como si fueras de mi sangre y por qué no vas a aguantar que tu jefa no sea una chica guapa –sonrió volviendo hasta la puerta, miró a unas chicas que tomaban café junto a sus parejas- Señoritas… -se despidió de ellas con una media sonrisa que las hizo reír nerviosas- Se me olvidaba, esta noche salimos de fiesta, a las nueve voy a recogerte-salió del local y caminó hasta su coche.

Una cosa menos, todavía quedan muchas. Durante toda la mañana estuvo viendo locales para alquilar con opción a compra. Si todo marchaba como lo planeado no tardarían en ganar dinero y poder comprar el local. De los cinco que visitó le gustaron dos de ellos, estaban en la misma zona y eran bastante asequibles respecto al dinero. Otra de las cosas importantes era la publicidad, necesitaban que alguien con un gran corazón invirtiera en el sello discográfico, era parte del plan principal y no se lo iba a saltar a la torera. Es cierto que hay muchas productoras musicales, casi todas representan tanto a músicos como a estrellas de la televisión coreana. Quizás en el futuro ellos también pero de momento lo más importante era encontrar jóvenes figuras con una voz fuera de lo normal.

Los famosos coreanos tenían un solo estereotipo, delgado y guapo. Es cierto que la voz cuenta, pero se dejan llevar más por la apariencia física. Jun no miraría en ningún momento su forma física, jamás, quiere voces maravillosas y seguro que las encontraría con la ayuda de Joon Woo.

Tras la comida familiar habló durante un rato con su padre. Se volvió a ofrecer para darle un préstamo pero Jun volvió a ser tajante en su negativa. No podía empezar con ayuda de sus padres, tenía que hacerlo sólo, conseguirlo solo. Incluso se cabreó un poco ante la insistencia de su padre, Hye Sun tuvo que poner paz para que padre e hijo no terminaran gritando como locos. Jun tuvo que prometer a su padre que si necesitaba urgentemente dinero le pediría ayuda, pero solo si estuviera en un aprieto de los importantes.

Por la tarde salió a pasear con Min Ji.

-¿Tienes novia Oppa? –preguntó Min Ji mirando al frente.

-No –respondió Jun.

-Y... ¿no sabes nada de Sun Hi unnie 2 ? -volvió a preguntar.

-Nada de nada –expulsó el aire- ¿Por qué tanta pregunta sobre Sun HI? –ahora preguntaba Jun a su hermana pequeña.

-Por nada… es que no sé como… ella y yo, quería decirte que seguimos en contacto, Sun Hi unnie y yo. –soltó de una vez.

-¿Creías que me cabrearía por eso, no? –pasó su brazo por el hombre de su hermana –Vosotras siempre os habéis llevado de maravilla, no tiene que cambiar porque ella y yo no seamos novios o amigos. Jamás te diría que la borraras de tu vida, no soy ningún niño inmaduro. –le acarició el hombro- No sé si tendría la poca vergüenza de pedírtelo –rió.

Callaron durante unos minutos disfrutando del paseo.

-¿Hablas mucho con ella? –preguntó Jun.

-A veces, está muy ocupada con su nuevo disco y las entrevistas –sonrió Min Ji sabiendo por donde iban los tiros- Hablamos sobre ti, casi siempre. –informó a su hermano.

-Ah… ¿está bien? –quería saber más.

-Si, como siempre. –se paró en seco- Mira, ¿ves aquel hombre que está paseando al perro? –preguntó.

Giró el cuello para mirar donde su hermana había señalado. Un coreano paseaba con su perro tranquilamente mientras saludaba a la gente a su alrededor.

-¿Quién es? –preguntó Jun mirando a su hermana.

-Es Wol Ku, el protagonista del drama Forever junto a Kim Sum. Qué guapo es –dijo Min Hi con los ojos bien abiertos.

-No es para tanto… -dijo celoso.

-¡Es el mejor vestido, el más guapo, el mejor! –gritaba Min Hi –Lástima que este año tenga que hacer el servicio militar… -se puso triste.

Los sur coreanos tienen que pasar dos años en el ejército por ley. Una norma que Jun ve estúpida, ¿Por qué tienen que obligarlos a hacer algo? Va en contra de la decisión de la gente. Lo gracioso es que los actores que ven acercarse peligrosamente ese momento se llenan de trabajo durante los dos últimos años de libertad para llenarse bien los bolsillos más que nada. Además es machista o feminista, según como se vea. Los hombres tienen que hacerlo obligados, pero las mujeres no. Hay setenta países que obligan a los hombres a hacer el servicio militar pero ninguno de esos obligan a las mujeres salvo Israel, es de chiste. Y cuando preguntan el por qué a las mujeres no se les obliga, salen con que si embarazo, que si historias para lavarse las manos. Machista y feminista a la vez.

-¿Quieres una foto con él? –preguntó Jun a su hermana.

-¡SI! –gritó Min Hi tirando de su hermano.

Llegaron donde el actor se encontraba, los miró serio, no se fiaba.

-Disculpe –Jun agachó la cabeza en señal de saludo. ¿Podría tomarse una foto junto a mi hermana? Es su fan y bueno… -intentó excusarse.

-Claro, sin problema –respondió Wol Ku tranquilizándose.

Cuando tomó la fotografía hablaron durante un rato. El hombre era bastante cercano para ser un actor, que no quiere decir que los demás tengan un ego exagerado. Se dieron las manos y se despidieron amablemente. Ni que decir que Min Hi estaba loca de alegría. Agradeció a su hermano miles de veces camino a casa.

Tras ducharse y vestirse salió en busca de Joon Woo. Habían quedado para ir de fiesta y pasar el rato en alguna discoteca de Seúl y si podían ligar mucho mejor. Llegó hasta los departamentos donde se quedaba Joon Woo, le estaba esperando con cara de pocos amigos.

-¡Sube! –le dijo abriendo la ventana del copiloto.

-Algunas personas están cansadas tras un día de trabajo… -dijo con pesadez abrochándose el cinturón.

-Veo que no me has llamado para aceptar mi oferta, estas haciéndote el duro. –aceleró.

-Acepto y no me estaba haciendo el duro… el móvil se ha muerto. –sonrió- Vamos de fiesta… que guay –dijo en tono burlón.

-No seas un amargado, esta noche vamos a pasarla bien. –cambió de marcha- Además podemos hablar sobre tu paga… -dejó caer sonriente.

-No me mueve el dinero… -mintió, no se lo creía ni él.

Rieron a la vez después del comentario de Joon Woo. No tardaron en llegar a una discoteca de nombre Love. Había mucha gente haciendo cola, pero por suerte Jun conocía al dueño después que su padre le salvara la vida tras un infarto hacía unos años. El portero también los conocía así que pasaron con los gritos de la gente que esperaba impaciente en la cola. La música a todo volumen inundó los oídos de Jun que miró a su amigo totalmente sonriente, se acercó al oído de su amigo.

-No está nada mal y esto está lleno de chicas –animó a su amigo que seguía con su cara avinagrada.

-Eso parece… -contestó con pesadez.

Jun fue a saludar al dueño del bar mientras Joon Woo fue al baño. Como siempre que veía a aquel hombre, el pobre se iba con dolor de espalda. No era normal los golpes que ese hombre le propinaba en forma de saludo. Se despidió cortésmente y buscó a su amigo desde lejos, lo vio entrar en un privado acompañado por una camarera. Tuvo que ir por el centro de la pista donde todos bailaban, se chocó con bastante gente que lo miraban enojados, el solo pedía disculpas bajando la cabeza. Una chica chocó mas fuerte con él y la tuvo que agarrar para que no callera al suelo. Se quedaron mirando a los ojos unos segundos, mas por el susto que por otra cosa.  La chica no estaba por la labor de perdonarle, gracias a la música no se enteró de los insultos que le dedicó. Con su natural sonrisa se disculpó de nuevo y siguió su camino.

-Están todas locas –dijo Jun cerrando la puerta.

-¿Qué te ha pasado? –preguntó con cansancio.

-Una chica, hemos chocado y me ha liado la de Dios… esta juventud de hoy en día. –dijo la última parte en español intentando sonar como su padre.

-No sigas diciendo frases de tu padre, no te queda bien –empezó a mirar la carta de bebidas.

-¿Cómo sabes que es de mi padre? –levantó una ceja escrutando a su amigo.

-Aunque sea español, tantas veces lo ha dicho que se me ha quedado grabado –sonrió- La de veces que decía esa frase… siempre que llegábamos de clase nos la decía –recordó aquellos días.

-Es que mi padre no tiene otra frase más que esa, las demás no son aptas para menores y entonces no las decía nunca –dijo Jun quitándoles la carta- Un whisky estará bien.

La chica escuchó los pedidos después que la llamaran y a los pocos minutos volvió con las copas que habían elegido.

-Pongámonos serios –dijo Joon Woo despegando la espalda del sillón- ¿Qué tienes en mente? –preguntó.

-Ya te lo he dicho, primero encontraremos algún lugar. Ya he estado viendo algunos locales y me han gustado dos de ellos, mañana iré al banco para pedir un crédito y ver lo que me ofrecen. –bebió de su vaso- De momento quiero alquilar el local, luego según vallan las cosas quizás lo compre o rente uno más grande.

-¿Qué haría yo? –preguntó de nuevo.

-Quiero que encuentres voces, voces que me pongan la piel de gallina. –jugó con el filo de la copa- Sé que eres bueno, tal vez sea la única cosa en la que seas mejor que mucha gente. Por eso te lo estoy pidiendo, olvídate de nuestra amistad, quiero que seas sincero –miró a los ojos de Joon Woo- ¿Te ves capacitado? Si fuera otro tipo el que te propusiera este trabajo aceptarías sin pestañear, acepta mi oferta.

-No sé –resopló- ¿Y si no encuentro nada? No creo que valga para esto… -apoyó la espalda en el sillón y bebió de su bebida.

-Sé que puedes hacerlo… no sabes de lo que eres capaz. Piénsatelo mejor, acepta cuando te veas cien por cien preparado, no sé… -peinó su flequillo con la mano derecha- Pero si aceptas, no me vengas a la mínima con que renuncias por qué no aceptaré ninguna de tus idas y venidas. ¿Lo has entendido? –dijo totalmente serio Jun.

-Vale, pero deja que me lo piense un poco más –dijo por última frase.

Durante toda la noche hicieron planes. Hablaron sobre sus estudios en Nueva York, los ligues y cosas varias. Sobre las tres de la mañana decidieron dar por cerrada la noche, Joon Woo se retiró antes a pesar de la lata que le daba Jun por quedarse un rato más, no tuvo suerte. Se quedó solo, en aquella zona vip del local, bebiendo varias copas que le fue trayendo la chica que le atendía desde el principio. Salió hacia la barra para pagar la cuenta. Cuando llegó se encontró con la chica que chocó sentada en uno de los taburetes y los codos apoyados en la barra, se sentó a su lado. Se la quedó mirando detenidamente, parecía triste, apagada. Jugaba con los dedos haciendo dibujos con el líquido del cubito derretido.

-Es de mala educación mirar fijamente a una persona que no conoces, señor… -dijo la chica sin levantar la cabeza, jugando con los dedos.

-Perdona, no pienses mal pero se te ve… no me hagas caso –calló tratando de no incomodar a la chica, él no era nadie para meterse en la vida de los demás.

-¿Parezco? –levantó la mirada y se le quedó mirando a los ojos.

-Triste –respondió rápido.

-Sonrió irónicamente- También es de mala educación meterse donde no le llaman, señor –masticó las palabras una a una, había dado en el clavo.

-Tú me preguntaste, señorita. –sonrió devolviéndosela.

La chica sonrió y de nuevo callaron. Por fin le trajeron la cuenta y pagó en metálico, esperó hasta que le trajeron la vuelta. Se despidió de la chica con un suave adiós y se levantó del taburete. No dio dos pasos siquiera cuando un brazo le agarró de la manga de su chaqueta y dio media vuelta quedando cara a cara, boca con boca. Las manos de la chica agarraba su cuello haciendo que se agachase para poder besarlo con comodidad. La diferencia de altura era severa, ni haciendo que se agachara llegaba con facilidad, ni los tacones de gran longitud. El beso tímido se acabó cuando Jun la separó suavemente.

-¿Qué haces? –preguntó sorprendido.

-Calla y vamos –dijo la chica tirando de Jun fuera del local.

El frió se hizo nada más salir de la discoteca. La chica lo llevó de la mano unos metros hasta que entraron en un hotel cercano. No paró para pedir una habitación, lo que le hizo pensar a Jun que ya tenía previsto ir con alguna conquista esa noche. También le hizo pensar que él era el típico salvavidas de última hora.

Durante el trayecto en ascensor no hubo palabras, tampoco caricias y mucho menos besos apasionados. Simplemente reinó el silencio y el nerviosismo del chico. El ascensor avisó que llegaron a su destino con el típico sonido y se abrió la puerta, salieron y caminaron por el pasillo hasta una de las habitaciones algo separada del resto, entraron.

La chica dejó la tarjeta encima de la cómoda situada en la entrada, fue bajando la cremallera de su vestido a la vez que se alejaba de la puerta. Jun la siguió como el león que huele a carne fresca. Sus ojos se perdieron en el contoneo sugerente con el que anduvo la chica, realmente sexy. Hizo lo mismo que ella y se desabrochó la chaqueta y tiró con demasiada ansia la camisa rompiendo varios botones. Se agachó para reunir los botones tirados en el suelo y los guardó en uno de los bolsillos del pantalón antes de quitárselos por completo. Buscó de nuevo a la chica que lo miraba totalmente desnuda con las manos levantadas invitándole a acercarse. Observó el cuerpo de la chica a conciencia a la vez que se acercaba lentamente. Pechos menudos, pezón oscuro y puntiagudo. Pancita tersa y plana. Una leve línea de vello en su monte de venus. Acarició su cintura con la mano completamente abierta, deslizándose de abajo arriba y de arriba abajo. La mano que quedaba libre recorrió la curva de su cuello, el dedo corazón se posó en los labios y acarició lentamente.

La chica apartó de mala manera las dos manos y lo empujó hacia la cama, quedó tendido mirando al techo. Quiso hablar pero el peso de la chica sobre él le dejo sin aire. La boca de la chica rápidamente se adueño de la suya y comenzaron a besarse furiosamente. Agarró el culo de la chica llenando sus manos al completo.

De nuevo quitó las manos con dureza y se sumergió hasta llegar al pene erecto del chico. Acarició con mimo, sopesándolo entre sus manos. Abrió la boca y lo engulló casi por completo. La habitación se inundó con gemidos de Jun y el lameteo de la chica.

-Que bueno… ahh –gemía Jun.

Sintió un mordisco en la cabeza del pene. La chica no quería palabras ni sobeteos excesivos, lo comprendió como signo de defensa. Dejó de lamer y subió enseguida de nuevo a besar la boca de Jun, con rabia, sin rodeos. Quiso bajar y beber de la fuente para que la chica gozase al igual que él pero de nuevo se negó y lo dejó de nuevo mirando al techo. Abrió las piernas  quedando su vagina justo encima del pene, se refregó suavemente balanceándose de un lado a otro sintiendo la dureza del pene junto a su vagina. Bajó la mano apoderándose del pene y lo guió hasta la entrada de su vagina y dejó caer el peso quedando completamente empalada por el chico. Se dejó hacer, ahí tendido, con la vista en los pechos de la chica al ritmo que su dueña cabalgaba salvajemente. Duró un minuto, quizás diez minutos, aunque no pudo aguantar el ritmo de la chica y sacó el pene rápidamente para no llenar completamente de esperma su vagina.

Reinó el silencio. Cada uno tumbado a un lado de la cama, respirando cansados. Sin poder remediarlo, quedó dormido profundamente.

Continuará…

KDrama – Se refiere a los dramas televisados, similares a las miniseries occidentales, producidos en la lengua coreana para las audiencias coreanas.

Unnie - es hermana mayor, pero se usa también entre amigas. Solo lo utiliza el género femenino.