Sesión guarra este viernes
Estaba de viaje y había quedado con mi marido en que el viernes por la tarde, a mi regreso, tendríamos una sesión guarra. Yo me vestiría para la ocasión y me masturbaría, sola, viendo videos porno que él había elegido para mí. Estaría escondido mirándome y enviando notas de instrucciones por whattup
Estaba de viaje y había quedado con mi marido en que el viernes por la tarde, a mi regreso, tendríamos una sesión guarra. Yo me vestiría para la ocasión y me masturbaría, sola, viendo videos porno que él había elegido para mí. Estaría escondido mirándome y enviando notas de instrucciones por whattup. Después, follaríamos y le chuparía la polla y haría que se corriese en mis tetas, que es una de las cosas que más me pone.
Toda la semana estuve muy excitada pensando en el viernes. Me habría corrido cada día, pero en las condiciones de la sesión estaba no correrse en los días anteriores y cumplí. Por fin llegó el viernes por la tarde.
Me vi en el espejo con los labios pintados de rojo. Miré mi pelo y lo toqué; los mechones blancos brillaban con la luz. Miré también mis ojos, un poco cansados de a semana, y volví a mis labios. Hacia mucho que nos los pintaba. Para llevarlos así hay que sentirse de una determinada manera y hacía muchos meses que no me apetecía. Pero ahora llevaba toda la semana esperando con el carmin guardado en la bolsa.
Llevaba puestos los ligueros y las medias negras. Bajo la camisa blanca se insinuaban las curvas de mi culo. Me giré, vi lo bien que me sentaba el tanga y sonrei. Le va a volver loco, pensé...
Desabroché un par de botones de la camisa para dejar entrever mis pezones que empezaban a endurecerse. Estaba lista.
No sabía lo que me esperaba, pero sabía que iba a bueno...y vaya si lo fue.
La primera nota me decía que tenía que bajar al despacho y que allí tendria más instrucciones.
Cuando llegué vi el vino, la televisión con los videos perfectos para pasar una tarde muy caliente y todos mis juguetes. Corrijo, todos nuestros juguetes, porque no hay nada que me ponga más que usar la polla de Doc Johnson mientras se la chupo a mi marido o que la chupemos juntos mientras me folla.
Probé el vino y leí la segunda nota: - mira los vídeos y disfruta...
Él me estaba mirando pero no sabía desde dónde exactamente y decidí que era mejor hacer lo que me ordenaba sin pensar en nada más. Empecé a excitarme con el primer vídeo. Cuando ella le chupaba o cuando él la giraba de espaldas y apretaba su polla entre sus piernas, sentía como mi coño se humedecía y mi clítoris palpitaba. Después, al ver cómo él le pasaba la polla por la boca y como la follaba de espaldas, no pude contenerme y me empecé a tocar.
Primero los pezones, que estaban ya muy duros y no pude evitar mirar. Los acariciaba, pasaba las yemas de los dedos por la punta y me retorcía de placer. No he mencionado que tengo una especie de conexión mágica entre mis pezones y mi coño... Con simplemente tocarlos, me mojo y siento unas ganas locas de que me folle.
Doblé ligeramente las piernas y moje mis dedos mi coño caliente. Quería chuparme, saborearme. Me encanta poner mis jugos en mi boca y que me los lama...me excita muchísimo notar su lengua caliente y húmeda saboreando lo más profundo de mi cuerpo y el hecho de saber que me estaba mirando, me excitó muchísimo más.
Continúe masturbándome. Acariciaba mi clítoris cada vez más rápido y sentía como me subía el calor entre las piernas, pasaba por la espalda y me hacía arquearla.
Entonces recibí la siguiente instrucción. Coge la polla y tócate con ella. Sonreí. La apreté y restregué fuerte contra mi clítoris. Me gusta así. Me notaba mojada pero no sabía hasta qué punto lo estaba. Me percaté cuando al ir a metérmela ligeramente se deslizó hacia dentro con una facilidad espectacular. Qué gusto Dios, mío! Me estaba follando a mi misma y me encantaba.
Estaba disfrutando muchísimo pero él quería que lo hiciese más aún y me ordenó ponerla encima de la mesa y que me sentara encima. En esa postura, a horcajadas, me follé primero suavemente y después rápido, sin control, como a mí me gusta. Con el movimiento se me abría la camisa y dejaba al aire uno de mis pechos. Me miré y me puse todavía más cachonda. Lo estaba tanto que al acabar me dejé caer completamente abandonada en el sofa.
Olvidé las instrucciones y decidí que era hora de tomar la iniciativa. Me quité la camisa y me quedé completamente desnuda, a excepción de las medias de liguero. Me pone follar con ellas. Le mandé un mensaje y le dije:- Ven, entra y fóllame! Pero no lo hizo, prefería mirarme.
Como no estaba dispuesta a perder la oportunidad de correrme, pensé que había llegado el momento de usar mi aparato favorito, ése que en el último año ha favorecido los orgasmos más intensos y espectaculares de mi vida.
Empecé suavemente por el clítoris y pense que sería buena idea usar también la polla y follarme mientras me masturbaba. Acerté. Era tan, tan excitante que empecé a aumentar el ritmo. Al estar tan mojada entraba con mucha facilidad. Hacia movimientos rápidos y suaves, metiéndomela solo hasta la mitad. Con la otra mano, el clítoris estaba a punto de estallar...
Mientras hacía esto, intentaba mirar la pantalla y ver el vídeo, pero muchas veces no podía aguantar con los ojos abiertos porque el placer era tal, que no lo podía soportar. Y entonces pasó.
Con las piernas abiertas, con la polla entrando y saliendo suave y rápidamente, estimulando cada milímetro de mi coño, mi clítoris explotó. Sentí unas sacudidas iniciales lentas pero irreversibles. Allí supe que no había marcha a atrás, que me iba a correr como nunca antes lo habia hecho. Cerré los ojos y me dejé ir...sin dejar de mover mi mano y pensando que me estaría mirando a través de la ventana.
Antes incluso de que acabara, con las piernas temblando y sintiendo aún las contracciones en mi ...le mandé un mensaje. Mis dedos casi no atinaban a escribir las letras y aún y así escribí: ¡Cómo me he corrido,uff!
Lo que pasó luego os lo cuento otro día, si a alguien le interesa.
Estaba de viaje y había quedado con mi marido en que el viernes por la tarde, a mi regreso, tendríamos una sesión guarra. Yo me vestiría para la ocasión y me masturbaría, sola, viendo videos porno que él había elegido para mí. Estaría escondido mirándome y enviando notas de instrucciones por whattup. Después, follaríamos y le chuparía la polla y haría que se corriese en mis tetas, que es una de las cosas que más me pone.
Toda la semana estuve muy excitada pensando en el viernes. Me habría corrido cada día, pero en las condiciones de la sesión estaba no correrse en los días anteriores y cumplí. Por fin llegó el viernes por la tarde.
Me vi en el espejo con los labios pintados de rojo. Miré mi pelo y lo toqué; los mechones blancos brillaban con la luz. Miré también mis ojos, un poco cansados de a semana, y volví a mis labios. Hacia mucho que nos los pintaba. Para llevarlos así hay que sentirse de una determinada manera y hacía muchos meses que no me apetecía. Pero ahora llevaba toda la semana esperando con el carmin guardado en la bolsa. Llevaba puestos los ligueros y las medias negras. Bajo la camisa blanca se insinuaban las curvas de mi culo. Me giré, vi lo bien que me sentaba el tanga y sonrei. Le va a volver loco, pensé... Desabroché un par de botones de la camisa para dejar entrever mis pezones que empezaban a endurecerse. Estaba lista. No sabía lo que me esperaba, pero sabía que iba a bueno...y vaya si lo fue. La primera nota me decía que tenía que bajar al despacho y que allí tendria más instrucciones. Cuando llegué vi el vino, la televisión con los videos perfectos para pasar una tarde muy caliente y todos mis juguetes. Corrijo, todos nuestros juguetes, porque no hay nada que me ponga más que usar la polla de Doc Johnson mientras se la chupo a mi marido o que la chupemos juntos mientras me folla. Probé el vino y leí la segunda nota: - mira los vídeos y disfruta... Él me estaba mirando pero no sabía desde dónde exactamente y decidí que era mejor hacer lo que me ordenaba sin pensar en nada más. Empecé a excitarme con el primer vídeo. Cuando ella le chupaba o cuando él la giraba de espaldas y apretaba su polla entre sus piernas, sentía como mi coño se humedecía y mi clítoris palpitaba. Después, al ver cómo él le pasaba la polla por la boca y como la follaba de espaldas, no pude contenerme y me empecé a tocar. Primero los pezones, que estaban ya muy duros y no pude evitar mirar. Los acariciaba, pasaba las yemas de los dedos por la punta y me retorcía de placer. No he mencionado que tengo una especie de conexión mágica entre mis pezones y mi coño... Con simplemente tocarlos, me mojo y siento unas ganas locas de que me folle. Doblé ligeramente las piernas y moje mis dedos mi coño caliente. Quería chuparme, saborearme. Me encanta poner mis jugos en mi boca y que me los lama...me excita muchísimo notar su lengua caliente y húmeda saboreando lo más profundo de mi cuerpo y el hecho de saber que me estaba mirando, me excitó muchísimo más. Continúe masturbándome. Acariciaba mi clítoris cada vez más rápido y sentía como me subía el calor entre las piernas, pasaba por la espalda y me hacía arquearla. Entonces recibí la siguiente instrucción. Coge la polla y tócate con ella. Sonreí. La apreté y restregué fuerte contra mi clítoris. Me gusta así. Me notaba mojada pero no sabía hasta qué punto lo estaba. Me percaté cuando al ir a metérmela ligeramente se deslizó hacia dentro con una facilidad espectacular. Qué gusto Dios, mío! Me estaba follando a mi misma y me encantaba. Estaba disfrutando muchísimo pero él quería que lo hiciese más aún y me ordenó ponerla encima de la mesa y que me sentara encima. En esa postura, a horcajadas, me follé primero suavemente y después rápido, sin control, como a mí me gusta. Con el movimiento se me abría la camisa y dejaba al aire uno de mis pechos. Me miré y me puse todavía más cachonda. Lo estaba tanto que al acabar me dejé caer completamente abandonada en el sofa. Olvidé las instrucciones y decidí que era hora de tomar la iniciativa. Me quité la camisa y me quedé completamente desnuda, a excepción de las medias de liguero. Me pone follar con ellas. Le mandé un mensaje y le dije:- Ven, entra y fóllame! Pero no lo hizo, prefería mirarme. Como no estaba dispuesta a perder la oportunidad de correrme, pensé que había llegado el momento de usar mi aparato favorito, ése que en el último año ha favorecido los orgasmos más intensos y espectaculares de mi vida. Empecé suavemente por el clítoris y pense que sería buena idea usar también la polla y follarme mientras me masturbaba. Acerté. Era tan, tan excitante que empecé a aumentar el ritmo. Al estar tan mojada entraba con mucha facilidad. Hacia movimientos rápidos y suaves, metiéndomela solo hasta la mitad. Con la otra mano, el clítoris estaba a punto de estallar... Mientras hacía esto, intentaba mirar la pantalla y ver el vídeo, pero muchas veces no podía aguantar con los ojos abiertos porque el placer era tal, que no lo podía soportar. Y entonces pasó. Con las piernas abiertas, con la polla entrando y saliendo suave y rápidamente, estimulando cada milímetro de mi coño, mi clítoris explotó. Sentí unas sacudidas iniciales lentas pero irreversibles. Allí supe que no había marcha a atrás, que me iba a correr como nunca antes lo habia hecho. Cerré los ojos y me dejé ir...sin dejar de mover mi mano y pensando que me estaría mirando a través de la ventana. Antes incluso de que acabara, con las piernas temblando y sintiendo aún las contracciones en mi ...le mandé un mensaje. Mis dedos casi no atinaban a escribir las letras y aún y así escribí: ¡Cómo me he corrido,uff! Lo que pasó luego os lo cuento otro día, si a alguien le interesa.