Sesión Fotográfica
Me invitaron a ir a una sesión fotográfica en la que no sabía que iba a fotografiar. Tampoco sabía que yo participaría como modelo.
Una amiga me propuso ir a realizar una sesión fotográfica grupal. No me dijo en ningún momento de qué aunque le pregunté en varias ocasiones pero supuse que serían modelos u algo similar. Había que inscribirse, lo que hice rápidamente ya que estas cosas, y más siendo gratuitas, solían llenarse pronto. La fotografía no es mi fuerte pero era una buena escusa para pasar la tarde y aprender un poco más.
Aparecí en el lugar antes de la hora acordada y en lo que parecía ser una academia de arte. Entré y me señalaron donde iba a ser la sesión. Allí encontré a un par de conocidas mías que hacía bastante que no veía, ambas relacionadas con la fotografía y las artes: una fotoperiodista y una escultora. Nos teníamos que poner en el fondo de la sala, en una sala bastante grande y sentados en cojines. Ante nosotros, en el resto de la sala, había unas esterillas colocadas en el suelo para los supuestos modelos. Esperé a mi amiga y no apareció, tampoco contestó al móvil. Fui sacando el trípode y coloqué la cámara en posición. Aun no sabía que iba a fotografiar, tampoco quería preguntar. La gente guardaba silencio. Los fotógrafos seríamos unas 10 personas.
Cuando estábamos todos preparados nos dieron la bienvenida al “experimento fotográfico” que anunció con una sonrisa. Nos ordenó apagar los móviles, no usar fotografías con flash para no molestar a los modelos y guardar silencio. En aquel momento se apagaron las luces de nuestro sector, dejando iluminada el resto de la sala y sonó una campanita. Empezaron a entrar parejas. Tenían edades diferentes, había una pareja veinteañeras, treintañeros, dos parejas de chicas, una de chicos, y una de unos 60 años diría yo. En total serían unas 20 parejas que se colocaron sobre las esterillas. Se pusieron de rodillas mirándose.
Pasaron unos segundo y no hicieron nada, solo se miraban. Yo miraba a las parejas, no sabía que iba a pasar. La gente de mi alrededor empezó a fotografiarles. Miré por mi objetivo y delante de mí había una pareja de unos 30/40 años, a los que lancé mis primeras fotografías. Se les notaba nervioso. Giré la cámara y observé a mi derecha, una de las dos parejas de chicas, una pelirroja y otra castaña. Sonreían se los notaba igualmente nerviosas pero tenían algo que hacían que en su rostros reflejara que estuvieran esperando algo. Entonces se acercaron y se empezaron a besar en la boca. Yo las miré sorprendido. No sabía de qué iba esto. ¿Que se suponía que iba a fotografiar? ¿Gente liándose? Entonces hile los hilos y entendí lo de “experimento” las fotografié. Capté como cerraban sus ojos al besarse, cada pausa entre beso, cada movimiento de sus labios… todo ello mientras a su alrededor, el resto de las parejas, empezaban a hacer lo mismo. Observé a las demás parejas y cada una poseía su ritmo. Había parejas más tímidas y otras más desinhibidas.
En una de las parejas del fondo, ella le empezó a hacer una paja por encima del pantalón a su chico. Esto se está desmadrando pensé. Pero por el rabillo del ojo vi que muchas de las otras parejas empezaban a quitarse prendas. Quedándose en rota interior, marcando sus erecciones y sus pezones. Empezaron a realizar masturbaciones y felaciones mientras el sonido de las cámaras sonaba. Empezaron los primeros gemidos en la sala. Eran tímidos… pero poco a poco aumentaron y perdieron la timidez. La pareja de chicas empezaron a masturbarse mutuamente metiendo sus manos por debajo de sus bragas húmedas, en la pareja de al lado ella ya estaba sobre su chico cabalgando únicamente con un tanga puesto. Aquella rubia de unos treinta y tantos cabalgaba moviendo su cuerpo de una forma casi hipnótica. Sus pechos botaban, su culo rebotaba cuando chocaba contra las piernas de su chico. Me estaba poniendo malo. De pronto me miró, sabía que la estaba fotografiando. Se pellizcó los pezones mientras se mordía el labio inferior y volvió su cara para mirar a su pareja.
De pronto una mano tocó mi polla marcada en el pantalón. Era una de mis amigas. Se acerco a mi oído y me dijo:
- Me estoy poniendo muy cachonda.
Y entonces me besó. Sus labios finos y suaves, húmedos, se deslizaban sobre los míos en un suave pero apasionado beso. Me había fijado en ella en alguna ocasión, era atractiva, una chica delgada, pero nunca como para tener algo con ella ya que la conocía desde que solo éramos unos críos. Pero en ese momento, con el calentón encima, ese increíble beso y la situación que nos rodeaba, no pensé en nada más que en ella y en el ahora. Cogió fuerza mientras los movimientos sobre mi pantalón de su mano aumentaban en velocidad y en fuerza. Atraje su pequeña cintura sobre mí y le agarré el culo para que se sentara encima de mí. Mientras nos besábamos empezó a moverse como si estuviéramos follando. Notaba como se restregaba por mi polla, ambos lo sentíamos. Le mordí el cuello, le apreté el culo notando el tanga a través de su pantalón vaquero negro… y empezó a gemir muy sutilmente. Nuestra respiración se agitaba. Se aparté, me miró a los ojos y pasó rápidamente su mirada a mis labios. Me volvió a besar. Sus movimientos eran más rápidos. Con una de mis manos uno de sus pequeños pechos. Se apartó y se quitó la camiseta quedándose en un sujetador blanco que poco resaltaba con su blanca piel. Me empezó a quitar mi camiseta y empezó a desabrocharme el pantalón para después sacarme la polla del calzoncillo y empezar a masturbarme. Le empecé a abrir el pantalón para poder masturbarla a ella también pero se levantó y se lo quitó completamente, colocándose a cuatro patas frente a mí.
Me miró. Escupió en mi polla y luego se la metió entera en su boca, sacándola completamente llena de babas. Se colocó encima de mí y retirándose el tanga se la metió entera gimiendo hasta llegar al fondo. Me fijé en nuestra otra amiga y nos miró y con su mirada nos dijo “¿pero qué coño hacéis?” y con mi mirada le respondí “no tengo ni puta idea”.
Le quité el sujetador y apreté sus pechos. Los empecé a comer y morder ligeramente sus pezones mientras ella me cabalgaba, votando suavemente sobre mí. Me empujó de los hombros para que me colocara horizontalmente mientras ella se mantenía sobre mí, sus botes cambiaron para hacer movimientos circulares mientas subía y bajaba. Mi polla estaba completamente mojada en su interior. Veía como sus pequeños pechos se movían al botar sobre mí. Me iba a correr y ella también. Mientras gimió con la cabeza hacia atrás noté un palpitar en su interior, en ese momento me corrí. Se había corrido e incluso había hecho un poco de squirt sobre mí puesto que mi abdomen estaba un poco mojado. Cayó sobre mi pecho y con un susurro me dijo:
- Necesitaba este polvazo…
Aun tenía mi polla dentro notando como su semen salía de su coño cayendo sobre mi y estuvimos un rato así mientras aun seguían los gemidos a nuestro alrededor acompañados de los sonidos de las cámaras. En ese momento recordé donde estaba y que estaba rodeado de gente con sus cámaras y ahora nos estaban enfocando a nosotros. Se levantó y una mano la invitó a irse con él. Era el chico de la pareja de unos treinta y tantos. Al levantarse, su chica me vio y sonrió. Se acercó a cuatro patas hacia y me empezó a comer la polla sin previo aviso, quería correrme otra vez. Siguió lamiendo el resto del semen y el squirt que había sobre mi… era rubia, tenía grandes pechos pero sin ser demasiado exuberantes y aunque los tenía un poco caídos eran extremadamente sexys. Tenía un ben cuerpo, con unas caderas perfectas para cogerlas de ellas. Su pelo largo caía sobre mi… me levanté y la besé. Noté aun fluidos en su boca. La cogí del cuello y ella se mordió el labio. Estaba muy cachonda. Le introduje dos dedos con la otra mano y estaba completamente mojada. La tumbé contra el suelo y entonces empezamos a follar. Se agarraba de los pechos mientras me miraba y gemía. Sus gemidos eran casi chillidos. Intercalaba palabras incitándome a follarla más duro.
Cambié de posición y la puse a cuatro patas. Se la metí de golpe y chilló. Empezó a fundir mis movimientos con los suyos y entonces se corrió pero no paré. Continúe follándola, cogiéndola de la cintura y manteniéndola a cuatro patas, sus piernas temblaban. Giró su cabeza hacia atrás para mirarme y vi su cara de placer absoluto. Se mordía los labios, gemía, su respiración era jadeante. Y de pronto de volvió a correr. La deje caer y se puso boca arriba y entonces me corrí sobre sus pechos, llegándole a salpicar un poco en la cara, la cual recibió con una sonrisa y un sollozo.
A su lado aparecieron las dos chicas que habían estado masturbándose la una a la otra y la empezaron a besar. Una de ellas, la pelirroja, me miró y señaló con su mirada y una sonrisa su coño. Asentí. Me acerqué y se lo empecé a comer. Ya casi no podía mas… le cogí del culo y la penetré con mi lengua, jugando dentro de ella. Se apartó de la mujer mientras dejaba a solas a su compañera con ella y nos empezamos a liar. Era una chica exuberante, sus pechos chocaban contra mi torso. Me encantaba agarrarla de su hermoso culo. Me mordisqueó el cuello, el pecho… jugamos un poco hasta que notó que mi polla estaba lista de nuevo y entonces hicimos un 69, yo abajo. Me encantó comer su coño, como lo restregaba, lo jugoso que estaba… ella mientras me hacía una paja de campeonato. No usaba las manos, solo la boca y la lengua. Escupía, lamía, mordía… me puso a 100 en muy poco tiempo… se colocó para que yo me pusiera encima y la penetrase. Entró sin problemas, no sabría decir si tenía un coño grande o es que lo tenía completamente inundado pero fue más que suave. Empecé a moverme y ella se agarró con sus piernas a mi espalda. A los minutos apareció su amiga y empezaron a comerse la boca. Le mordí el cuello, su amiga hizo lo mismo. Gimió. Me besó, la besó a ella… No duramos mucho pero ambos terminamos. Ella antes pero siguió moviéndose mientras intercambiaba besos con ambos moviéndose para que terminara dentro de ella. Estuvimos los tres liándonos y tocando nuestros cuerpos hasta que volvió a sonar la campana y todos volvieron a su sitio y se vistieron. Yo hice lo mismo. No hablé con mis amigas al salir, tampoco vi a aquellas con las que me había acostado. Supongo que para todos eso nunca había ocurrido aunque había fotos para demostrar que sí.