Sesión de rayos uva

Os voy a contar algo que sucedió no hace mucho tiempo cuando mi novia acudió a una sesión de rayos uva.

Sesión de rayos uva

Hola amigos me llamo Pablo y os voy a contar algo que sucedió no hace mucho tiempo cuando mi novia acudió a una sesión de rayos uva.

El relato que voy a contar comenzó un jueves cuando Eva (así se llama mi novia) regresó a casa después de pasar por el centro de estética donde habitualmente va a depilarse. Me contó que habían puesto una máquinas de rayos uva y que a ella por ser clienta habitual del centro le habían regalado un bono de diez sesiones de 20 minutos de duración.

Mañana podrías acompañarme y haría mi primera sesión. – me dijo

Mañana no podemos, que hemos quedado con Víctor para cenar. – Víctor era un amigo de la universidad al que no veíamos desde hacía tiempo ya que él se había ido a trabajar a Madrid.

Pues podemos recoger a Víctor y de camino al restaurante pasar por el centro. Venga, si serán sólo 20 minutos y además el centro nos queda de paso al restaurante. – Como siempre Eva se salió con la suya y yo accedí.

Al día siguiente, después de trabajar nos duchamos y cambiamos para la cena. Eva estaba guapísima. Llevaba una camisa negra de seda brillante y una minifalda negra, que junto con las medias negras y los zapatos de tacón alto de daban un aspecto espectacular. Recogimos a Víctor en su piso, él nos saludó con gran alegría, a mi me dio un abrazo y a Eva dos besos. Siempre nos habíamos llevado muy bien, tanto yo como Eva, ya que Víctor es muy simpático. Mientras que íbamos en el coche le conté que antes de ir al restaurante teníamos que pasar por el centro de estética para que Eva tomara una sesión de rayos uva, pero que solo serían 20 minutos. Víctor no puso ningún problema.

Ya en el centro, una chica atendió a Eva muy amablemente (se notaba que era cliente habitual) y le indicó que pasase a una de las salas de rayos uva. Víctor y yo nos quedamos fuera sentados en frente de la puerta donde se había metido Eva. Estábamos hablando sobre los viejos tiempos cuando noté que la puerta del cuarto donde se había metido Eva no estaba cerrada del todo, sino que se había quedado abierto un hueco de una mano aproximadamente de ancho. Miré en su interior y pude ver perfectamente a Eva completamente desnuda tumbada boca abajo sobre una máquina de rayos uva de esas que tienen como una especie de tapadera. Se podía ver su cuerpo completamente depilado (Eva se rasura totalmente en conejito) que reflejaba la luz azulada que emitía la máquina de rayos uva. Entonces me giré hacia Víctor y pude ver como él también miraba a través del hueco entreabierto de la puerta.

Lo más extrañó fue que esta situación me excitó bastante. El saber que Víctor estaba mirando a mi novia completamente desnuda sin que ella se diese cuenta me puso a cien. Yo hice como si no me diese cuenta de que la puerta se había quedado entreabierta y seguí con la conversación que estaba manteniendo con Víctor. Este me siguió la conversación pero no paraba de echar ojeadas furtivas hacia el hueco de la puerta.

Cuando la sesión ya estaba finalizando volví a mirar a través del hueco y Eva ya no estaba en la máquina de rayos uva por lo que supuse que se estaba cambiando. Efectivamente Eva salió ya cambiada a los pocos minutos y con una sonrisa radiante dijo:

Bueno chicos ya estoy lista. Ya podemos ir a cenar. ¿Se me nota el bronceado?

Claro que sí. –contesté yo sonriendo.

Estas guapísima. –Dijo Víctor.

Parar de adularme que me voy a ruborizar.-Dijo Eva sin parar de reírse.

Salimos del centro de estética y nos dirigimos al restaurante donde ya habíamos reservado mesa. La cena fue muy agradable. Cenamos a base de pizza y aperitivos todo ello regado con dos buenas botellas de Rivera del Duero. Ni que decir tiene que cuando terminamos de cenar ya estábamos todos más que contentos, sobre todo Eva a la que ya se le empezaba a trabar la lengua. Entonces yo propuse tomarnos la última copa en nuestra casa y tanto a Víctor como a Eva les pareció una idea estupenda.

Ya en casa nos tomamos un par de cubatas más cada uno mientras contábamos batallitas de la universidad. Entonces Eva con el alcohol que llevaba encima empezó a ponerse cariñosa y comenzó a besarme entre batallita y batallita. Yo le correspondía los besos y veía como Víctor miraba a Eva con ojos de deseo. Todavía no había podido quitarme de la mente la imagen de Eva completamente desnuda siendo observada por mi amigo y me volví a poner a cien.

Entonces empecé a desabotonar la blusa de Eva hasta terminar de quitársela. Ella no puso ninguna objeción ya que estaba bastante borracha. Comencé a acariciar sus suaves pechos por encima del sujetador mientras ella emitía unos leves gemidos. Se notaba que estaba muy caliente y se había olvidado por completo de nuestro invitado. Víctor observaba toda la escena sentado en sofá sin moverse. Entonces Eva comenzó a desnudarme mientras me daba suaves mordisquitos en mis orejas. Primero me quitó la camisa, luego los pantalones y por último dejó al aire mi polla que estaba a punto de reventar. Ella dejo deslizar su minifalda a lo largo de sus largas piernas y después se quitó las braguitas de cara a mi y de espaldas a Víctor dándole a este un espectáculo digno de ver. Por último se quitó el sujetador quedando completamente desnuda a excepción de las medias de encaje y los zapatos de tacón alto.

Miré por encima de su hombro y vi como Víctor había dejado libre su polla completamente erecta y se estaba masturbando contemplando el cuerpo de mi novia. Yo me senté en el sofá y Eva rápidamente se introdujo mi rabo en su coñito completamente mojado, deslizándose con facilidad y empezó a cabalgarme. Ella estaba super excitada. Yo veía por encima del hombro de Eva como un Víctor ya completamente desnudo no paraba de masturbarse mientras miraba como nosotros follábamos.

Entonces Eva giró su cara y la dirigió hacia donde estaba Víctor. Puso sus manos en las dos partes de su culo y las abrió para que su agujerito quedase todavía más expuesto. Tenía una cara de viciosa que nunca le había visto, entonces le preguntó a Víctor:

¿Te gusta lo que ves?

Sí . Estas buenísima.-Contestó él

¿Quieres tocarme?

Sí quiero tocarte.

Pues antes de tocarme te tendrás que chupar el agujerito que ves. – Yo no podía creer lo que estaba oyendo. Nunca había visto a Eva comportarse así pero me excitaba.

Víctor se acercó a Eva por la espalda, se puso de rodillas y comenzó a chuparle el culo. Eva se volvió como loca, tenía mi polla dentro de su conejito y Víctor chupándole su culito. Yo notaba como a veces la lengua de Víctor rozaba mi polla y esto me ponía a mil. Eva debió de darse cuenta porque le dijo a Victor:- Si quieres que te deje entrar en mi cueva, a la vez que me chupas el culito tendrás que mamarle los huevos a Pablo.

Yo pensaba que Víctor se negaría, pero enseguida comencé a sentir como la lengua de Víctor pasaba por mis huevos mientras yo penetraba más rápidamente a Eva. Esta debió notar que estaba a punto de correrme porque se levantó, se puso de cara a Víctor. Entonces se cogió las dos partes del culo como había hecho anteriormente y lo abrió, se acercó a mi polla todavía erecta y comenzó a introducirla poco a poco por su culito super húmedo. Cuando ya estaba así le dijo a Víctor:-Como te has portado bien dejaré que me folles.

Víctor introdujo su pene en el coñito de Eva y empezamos a movernos de forma acompasada, ganando velocidad a la par que nuestra excitación aumentaba.

Ahhhhhhhh. Que gusto cabrones . Folladme, folladme, folladme.

Los tres estallamos al unísono en el orgasmo más brutal de nuestras vidas.

Un saludo.