Sesión de lapsitting y lift & carry forzados (II)
...la continuación de mi segunda visita al piso de Teresa y Vicky
Sesión de lapsitting y lift & carry forzados (II)
Marta me soltó y Vicky se levantó para agarrarme y tirar de mí hasta el lugar donde estaba sentada. En medio de protestas y forcejeos, consiguió bajarme los pantalones y después los calzoncillos. Me puso recostado boca abajo sobre sus rodillas. Evidentemente, iba a tomarse su venganza por mis "desaires" durante su acoso. Empezó a darme azotes en las nalgas, azotes recios y dolorosos. Pero a mí lo que más me dolía era la humillación. Estaba pasando de unas manos a otras como si fuera un muñeco. Encima, me estaba gustando, lo que me atormentaba, porque yo sabía que no estaba bien que aquello me gustara. Me sentó a horcajadas y me dijo: -"ahora, tú y yo vamos a jugar como sé que te gusta" y empezó a hacerme caballito de nuevo, pero al mismo tiempo me frotaba la polla, agarrada a su mano.
-Emilio fue a París, en un caballito gris. Al paso, al paso, al paso. Al trote, al trote, al trote. Al galope, al galope, al galope, al galope!!!
Este juego lo repitió durante bastante tiempo, entre las risas de Teresa y Marta. Yo estaba absolutamente aturdido y loco de placer. Finalmente me corrí. Acto seguido, me cogió en brazos, y me dijo:
-Qué, te ha gustado?
-Me puedo ir ya?
-No- dijo Teresa desde su sitio-tengo una idea. Por qué no aprovechamos para inmortalizar este momento? Qué tal unas fotos?
-Genial- dijo Marta.
-Voy a por mi máquina digital- dijo Teresa
-No seais capullas- Dijo Vicky- Y qué pensais hacer con las fotos?
-Tienes razón-dijo Marta-pero a mí me han entrado ganas de jugar a las mistress
-Me puedo ir ya?-repetí yo, que no entendía nada de lo que estaba pasando.
-Tú te callas y haces lo que te mandemos- me dijo Vicky, que aún me sostenía en brazos
-Por favor...me quiero ir!!!-imploré
-Pónmelo a la espalda- Marta me agarró de las piernas y empezó a dar saltitos por el salón conmigo a cuestas, mientras yo gritaba que me soltaran y las otras dos la animaban a seguir galopando. A mi se me estaba poniendo dura otra vez.
-Déjamelo a mí-dijo Vicky
-Para nada. Contigo ya se ha corrido- replicó Marta
Mi polla rozaba la espalda de Marta y yo, aunque muerto de vergüenza, ya no me quería resistir. Sabía que me iba a correr de un momento a otro. Vicky y Teresa me daban palmadas en el culo de vez en cuando diciéndome:-"ahora ya no te revuelves, eh, pillín?" y Marta volvía de vez en cuando, sin interrumpir su trote, la mirada hacia mí para decirme:-"Te gusta, eh?"
Después de unos minutos de viaje sobre las espaldas de Marta, de repente mi hinchadísima polla liberó un largo chorro de leche. Yo gemí y suspiré. En ese momento, todas se rieron. Con las piernas aún temblorosas, me puse el calzoncillo y el pantalón. Antes de marcharme, conducido a la puerta por Vicky, esta me dijo:
-Sé que no dirás ni palabra de lo que ha pasado aquí. Ni a tus padres, ni a un profesor, ni a nadie. Sé que tampoco se lo quieres decir, porque te ha gustado lo que ha pasado. Sólo ha sido una pequeña broma, aunque algunos no lo entenderían así. No lo vamos a repetir. Eso sí, ya sabes que de esto, ni palabra a nadie.
Yo balbuceé una frase de aprobación y me fui de allí, de nuevo desconcertado por aquella experiencia. Más tarde supe que existían frikies del lapsitting (sentarse sobre las rodillas de alguien y obtener placer sexual de ello) y del lift & carry (ser levantado y llevado por mujeres) dos prácticas ligadas al fetichismo, de las que soy un maníaco a dia de hoy. Mi adorado Krumb me inspira mucho sobre ello. Menos mal que nunca se me ocurrió hablar de mis experiencias sexuales en el piso de aquellas extrañas mujeres, porque lo que habían hecho era ilegal, claro. Pero ellas fueron las primeras en hacerme intuir que mis gustos sexuales iban por unos caminos muy particulares. No en aquellos momentos, sino a posteriori, unos pocos años después.