Servir para ser feliz 4
Rumbo a mi desconocido destino
SERVIR PARA SER FELIZ
4ª PARTE
Cuando se fue y quede sola nuevamente llore desconsoladamente. Me iba a entregar vaya a saber a quien para que me lleve a un campamentos de adiestramiento de esclavas.
Luego, seguro, me venderían para integrar algún prostíbulo. Yo había confiado y estaba plenamente satisfecha sexualmente con él, caí en una trampa, por eso siempre estaba en bares y confiterías, para enganchar entupidas como yo. Como entre con él, la buena pinta, la labia y luego su forma de cogerme, hizo de mi lo que soy hoy. Una cautiva que hace tres días esta esposada a una cama y amordazada y con destino incierto.
Pase un día como los anteriores, orinándome. Pero mi situación iba a cambiar el día siguiente y no como yo hubiera esperado.
Lo cierto que todo esto de mi cautiverio en cama e ir a campamentos de adiestramiento me estaba excitando. Estaba mojada y no podía ni siquiera tocarme, pero mi mente trabajaba a full. Cuando uno espera que el tiempo no pase rápido siempre es al revés se paso volando. Mire de reojo el reloj de la mesa de luz y eran las 7,10 de la mañana.
Se abrió la puerta y parecieron Matías y Violeta. Se acercaron a la cama y me miraron.
VIOLETA: menos mal que es el último día, mira esta cerda, se hizo otra en la cama (mientras retorcía un pezón de mi teta haciéndome retorcer de dolor)
MATIAS: saquémosla de la cama
Me soltaron primero las piernas y luego los brazos. Me levantaron de la cama, no podía estar en pie y me esposaron de manos en los barrotes de la cama pero sentada en el piso. Estaba incomoda porque tenia los brazos muy tirantes. Violeta saco la sabana y me la tiro en la cabeza y cara. Dieron vuelta el colchón y armaron toda la cama. Me llevaron al baño con las manos esposadas atrás. Me metieron bajo una lluvia fría y con dos esponjas me enjabonaron, pasando fuertemente por mis genitales y tetas. Después me secaron y volvimos al dormitorio.
Una vez en ella, esposaron mis tobillos por lo que caminar era hacerlos con pasos muy cortos. Hacia muchos días que no me sentía limpia, ahora por menos lo estaba. Colocaron de nuevo mi mordaza.
A las 9hs llamaron al departamento y ella atendió la llamada. Hizo subir no se a quien. Al tocar el timbre de la puerta, Matías fue abrir y Violeta salio al living cerrando la puerta, de la habitación en mis narices. Quede sola y solo puede escuchar voces conversando pero no podía saber que decían, aunque se hablaban de mi. Me comían los nervios y ansiedad. Entro Violeta y me llevo al baño, me arreglo el cabello, delineo mis cejas y pinto mis labios con un rojo suave. Me hizo girar hacia ella y me miro de pies a cabeza. Retorció mis pezones que sentí deseos de gritar y tenia la mordaza.
VIOLETA: bueno cerda tenes que estar presentable para unas personas.
Presentable y estaba toda desnuda. Abrió la puerta y primero salio ella, y me hizo salir a mi. En la sala estaban además de ellos, tres hombres muy siniestros. Me miraron de arriba abajo.
MATIAS: bueno Dr. Yáñez, acá esta la cerda.
YAÑEZ: (con una voz que denotaba mando) esta es Paula de 41 años?
MATIAS: si Dr. Examínela si lo desea. Vera que es un buen ejemplar
Me trataban como si fuera un animal. Se vino encima mío, quise retroceder pero me impedía Violeta que estaba detrás mío. Sin ningún miramiento metió sus dedos en mi coño haciéndome doler. El otro me saco la mordaza. Yo estaba dura, inmóvil. Por detrás mío Violeta me amenazaba por lo bajo, cuando me sacaron la mordaza, diciéndome “ni se te ocurra gritar cerda”
El Dr. me hizo girar dándole la espalda. Violeta soltó la esposa de uno de mis pies. Me hicieron abrir de piernas y doblar mi torso. Violeta sujetaba mi pelo para que no me irguiera. El Dr. miro mi agujero negro y luego metió tres dedos adentro, girándolos de un lado al otro. Me mordí los labios para no gritar, estaba demasiado seca. Saco su mano, me hizo girar nuevamente frente a él y uno de los otros abrió fuertemente mi boca, hasta hacerme doler. El Dr. la observo y luego metió los dedos que antes había metido en mi coño y culo, en mi boca, para que los limpiara. Luego sopeso mis tetas y retorció mis dos pezones que casi grito.
YAÑEZ: si es un buen ejemplar para 41 años. Tiene aun carnes muy firmes, las tetas no caídas. Cuando lleguemos a campamento la ejercitaremos y revitalizara su cuerpo.
Hizo una seña a los otros, que salieron del departamento.
YAÑEZ: bueno amigo, acá tiene lo acordado (entregándole un sobre con dinero). La llevaremos de inmediato para que empiece el adiestramiento para que luego rinda sus frutos.
MATIAS: es un placer hacer negocios Dr. Yáñez
YAÑEZ: el placer es mutuo, siempre tiene buenos ejemplares
Me sentí un animal al escuchar adiestramiento, ejemplar, frutos.
Volvieron los otros con uniforme blanco de enfermeros trayendo una camilla deslizable. Uno de ellos abrió un portafolios y saco otro tipo de mordaza que me causo terror. Sacaron la que tenía y me pusieron esa. Era un que se usa en los caballos, le hacia mantener la boca abierta. Luego saco una jeringa cargada de un líquido y ante mis ojos desorbitados me la inyecto en mi brazo derecho. Trate de protestar pero no podía. De pronto, comencé a marearme y lo último que recuerdo es que me acostaron en la camilla. Cuando desperté estaba sentada en el piso de un avión, esposada al fuselaje.
Aturdida mire a mi alrededor y sentados en unos asientos estaban los dos que oficiaron de camilleros, pero del Dr. ni rastro. Sentí que el avión iniciaba un descenso e intuí seria mi destino. Recordaba lo sucedido hasta la inyección y por la manera que se desarrollaba todo estaba aterrada, temblaba de miedo. Ni sabia adonde estaba aterrizando. Suavemente el avión aterrizo, y los dos abrieron la puerta sacando una escalerilla por la que bajaron. Subieron dos desconocidos y empezaron a bajar algunos bultos que estaban en el fondo del avión
Después quede sola un rato y como estaba en el suelo no podía mirar hacia para saber como era el lugar. Sentía mis ojos húmedos a punto de llorar y trate de ser fuerte y no demostrar miedo. Subió uno de los de la camilla con una cadena tipo de pasear perros y la engancho a mi mordaza. Saco las esposas del fuselaje y volvió a ponerlas en mis muñecas pero por delante. Me llevo del brazo hasta la puerta y poniéndome de frente a él me hizo bajar a tierra firme. El otro tomo la cadena y me aparto para que baje el primero. Tenía tirante la cadena y tenia que levantar la cabeza por lo que no podía mirar. Luego comenzamos a caminar. Ellos delante y yo atrás tirada de mi cadena. Ahí puede observar que era todo campo. Ninguna casa que delatara vida y a unos doscientos metros de donde íbamos se veía un espesura. Pese a que habían puesto unas sandalias me dolían los pies al ser tan fina la suela. Por lo demás seguía desnuda. Antes de llegar a la espesura intente y logre llamar la atención de mis captores y le indique por gestos y posturas mis deseos de orinar. Pararon y ante la mirada de ello me puse en cuclillas y orine en pleno campo. Mirándome se reían y yo estaba humillada de tener que hacer eso
delante de ellos.
Ya había oscurecido al entrar ese bosque y pararon. Uno de ellos bajo la mochila que portaba y otro ato mi cadena a un árbol. Armaron una carpa, encendieron un farol y se sentaron a comer delante de mí. Yo estaba sentada al pie del árbol mirando y me tiraban algo de lo que comían. Luego hablaban de ir a dormir y yo pensé que me iban a violar entre los dos. Se metieron en la carpa y no los vi más hasta el día siguiente.
Al amanecer salieron, guardaron todo en la mochila, la cargaron a mis espaldas, me sentí una mula de carga y reiniciamos el camino. Luego de cálculo unas 3 horas llegamos a un llano y fuimos por ahí. Se divisaba una construcción que a medida que nos acercábamos parecía enorme. Se abrió el portón y entramos a ella. Era hermoso ver esos jardines llenos de flores y árboles y al fondo de ellos una mansión preciosa.
Entramos en ella y era todo lujo que pensé quien viviría ahí. Apareció el Dr. Yáñez a darme la bienvenida al campo de adiestramiento. Pensé si el campo de adiestramiento era así bienvenida estaba.
El índico me llevaran a la parte de atrás. Había distintas salas en la que pude leer laboratorio, consultorio y quirófano y sala de parto. El personal estaba todo uniformado.
Por fin me sacaron las esposas de las manos y tobillos. Una mujer me indico la siguiera y así lo hice, me metió en una sala de 4x4. Entraron dos mujeres, una era la que me había encerrado ahí. Portaban mascaras. Una me llevo a un rincón de la sala indicando quedarme ahí y saco una manguera gruesa empotrada en una pared, abrió la punta de ella y comenzó a salir un grueso volumen de agua apuntándome a mí. Sentí no solo el frío del agua sino también como golpeaba fuertemente en mi cuerpo. Solo atine a cubrir con mis brazos mis tetas.
Baja los brazos cerda- vocifero una- y tuve que hacerlo.
La fuerza del agua me hacia caer y tenia que levantarme constantemente. Me dolía el cuerpo por la fuerza que tenia esa manguera. De inmediato cerró el grifo y quede parada en el rincón temblando. Una de ellas se acero y saco de cerca mío una manguera fijada en la pared, y tenia un pico menor a la otra. Lo abrió y salía un humo desinfectante que paso por todo mi cuerpo, en especial mis agujeros, tetas, axilas y mi pelo.
De ahí fuimos a otra sala sin nombre en la puerta. Entramos y había un ginecólogo esperando. Me hicieron acostar y poner las piernas bien abiertas en los estribos de la camilla. El Dr. se acerco y me reviso de pies a cabeza. Toqueteo y retorció mis pezones, ingreso primero sus dedos y luego su mano en mi coño, mientras me mordía los labios de sentir dentro mío una mano.
Me hizo bajar de la camilla y me colocaron ante una placa para una mamografía. La placa estaba fría y es odioso que te aprieten los seños para hacerla, y de varias formas.
Mientras el Dr. esperaba el resultado, me llevaron a laboratorio. Me hicieron orinar (fue un alivio, ya tenia ganas) y sangre.
Volvimos al ginecólogo y apareció una enfermera portando una enema grande. Me mordí lo labios pensando como odiaba las enemas. Me hicieron recostar y la aplico.
No tarde mucho en evacuar.
Me sacaron una placa intestinal y de vuelta a laboratorio donde me aplicaron varias vacunas, incluida la del tétano.
Después me dejaron en un establo, dividido en boxes, encerrada con candado.
GUARDIA: si mañana esta todo bien y ruega sea así, empezara el baile para ti. Aprovecha a dormir y no pensar.
Quede sola en medio de un silencio total y a oscuras.
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