Servir para ser feliz 2

Se me ocurrió desafiarlo y vean como termine

SERVIR PARA SER FELIZ

2ª PARTE

Me quede reflexionando, abanicando la tarjeta en mis manos, dudando en llamarlo o no. Tanto presumir de anguila y se voló enseguida. O tiene otra mujer que lo esperaba, acaso tiene una familia.

Lo que respecta a mi fue la mejor cogida que me hicieron. No cuantos orgasmos tuve desde el bar hasta acá, pero ese del final que dejo como si hubiera cogido todo un día. Me dio bronca la forma de irse de él. Yo esperaba más acción, pero al despertar había partido.

Tome el teléfono para llamarlo y no contestaba, hasta caer en el contestador para dejar mensajes. Como no tenia muy bien en cuenta que decirle corte. Además una de las cosas que odio es dejar mensajes en el contestador.

Me puse a hacer otras cosas de la casa y luego tome el teléfono y lo llame otra vez. De nuevo el contestador, pero me anime y le deje un mensaje.

“hola, habla Paula, la viejota. Que te paso pendejo, te fuiste sin decirme nada, acaso no tenias mas rollo” y corte. Después me arrepentí de haberlo llamado provocativamente, pero bueno ya esta hecho, además en algunos momentos me trato como una puta. Y no lo soy. Soy una mujer que quedo sola a los 35 años que también tiene apetencias de sexo. Pero no cobro por ello.

Después de limpiar el departamento me puse a planchar y luego a mirar un poco de TV. Era sábado a la mañana, no tenía nada que hacer y solo pensaba en la noche pasada.

Sonó el teléfono, corrí a contestar pero me detuve pensando, no voy a atender. Cuando de sonar fui a escuchar de quien era el llamado y nada.

Seguí haciendo algunas cosas cuando volvió a sonar. Esta vez atendí

PAULA: hola

MATIAS: así que ahora te haces la viva?

PAULA: no, pero si te ibas podías haberme despertado y decirme me voy por equis motivo, no que te bañaste y te fuiste.

MATIAS: mira, no tengo porque hacerlo

PAULA: si tienes que hacerlo, porque estabas en mi casa.

MATIAS: mira nena….

PAULA ahora soy nena no viejota como me llamaste ayer

MATIAS: te llamo como quiero yo y prepárate la concha que te voy a hacer hervir, por veo que quedaste calentita.

Y corto, el guacho corto dejándome con la palabra en la boca. Ahora cuando venga vamos a hablar. Me quede vestida como estaba con el salto de cama.

A la media hora tocaron al portero eléctrico. Era él y le abrí la puerta. Cuando llego a mi departamento toco, mire por la mirilla y le abrí

MATIAS: que pasa loca? Me provocas por teléfono

PAULA: no soy ninguna loca y…………

No me dejo terminar de hablar tapándome la boca con un furioso beso y ahí no trenzamos. Mi salto cama cayo al suelo quedando toda desnuda. Le ayude a desnudarse, mientras nos besábamos. Luego me llevo hacia la cama y caímos los dos desnudos en ella. Besaba y chuponeaba mi cuello y mis pechos, yo tenia agarrada su enorme pija pajeando. Mordía mis pezones estirándolos hasta hacerme doler. Tomo su pija y me penetro lentamente. Yo trataba que me penetrara de una vez por todos, estaba desesperada, rasguñaba su espalda y él que gritar mordía mis pezones. Parecíamos dos bestias que trataban de sobrevivir. Clave mis uñas en su cintura, hizo un gesto de dolor y mordió mi oreja. El movimiento era intenso, entraba y salía de mí rápidamente. Estaba ya delirando de placer cuando sentí venir un largo y hermoso orgasmo, al tiempo que él descargaba dentro de mí toda su batería. Quedamos rendidos uno al lado del otro.

MATIAS: como te gusta coger guacha

PAULA: nunca me cogieron así

MATIAS: eso ya lo se, parecían una perra en celo

Nos quedamos dormidos. Como a las horas me desperté sobre saltada pensando que habría ido, pero esta vez no, estaba a mi lado mirándome dormir.

PAULA: que haces?

MATIAS: mirándote dormir, esperando despiertes para darte una segunda ración de sexo e irme.

PAULA: no te vayas, quédate el fin de semana conmigo

MATIAS: no puedo, pero te prometo que mañana domingo volveré.

Decía eso mientras empezó a meter su mano en mi almeja.

MATIAS: a mi anguila de encanta tu almejita

PAULA: quédate entonces y las tendrás todo el día

Vi que su pija estaba ya dura. Me dio vuelta poniéndome en cuatro patas. Mi almeja esperaba ya húmeda su penetración, cuando sentí me abría las nalgas y golpeaba su cabeza en mi agujero negro.

Trate de separarlo y me tenia muy bien agarraba. Lo insulte que no lo hiciera, le rogué, lo volví a insultar, grite, llore y de golpe sentí que me parecía desgarrarme. Tenía toda su anguila dentro de mi culo y cada movimiento me producía más dolor. Lo insulte a mas no poder y el seguía en lo suyo, hasta que al fin sentí su caliente semen dentro de mi.

Cuando la saco me vi vuelta para darle un cachetazo, al tiempo que los mandaba a la concha de su madre. Freno con su mano la cachetada. Le tire del pelo lo mas fuerte que podía y recibí una bofetada que me hizo girar la cabeza. Le di un golpe en la cara y el respondía con cachetazo.

Trate de arañarle la cara mientras lo puteaba y me dio una trompada que aturdió por completo, casi desmayándome. Cuando volví no podía lucharon se como ni de donde las había sacado me puso una esposa en cada mano y extendiendo mis brazos los puso en los barrotes de la cama. Esposada tiraba mi cuerpo hacia delante para zafar y no podía. Tiraba patadas hacia todos lados donde estuvieran. Amago, tire una patada y aprovecho a tirarse encima de mi pierna para ponerme una esposa y esposarme a la barra de los pies de la cama. Me hizo doler al tirar y yo tratar de resistir. Una vez quede así enganchada la otra pierna le resulto fácil dominarla.

PAULA: (llorando y gritando) soltadme hijo de puta, soltame y ándate, no quiero verte mas. (Todos los insultos que conocía los descargue sobre)

El se levanto fue hasta el portafolio que llevaba y había sacado las esposas y saco algo que no alcance a ver. Recién cuando lo tuve cerca vi y mire con desesperación

Era una mordaza con una bola.

PAULA: ni se ocurra hijo de puta, soltame y ándate. No me amordaces

Se sentó sobre mi pecho con las piernas abierta, me abrió la boca tapándome la nariz y metió la bola en mi boca. Logre escupirla y lo volvió a intentar hasta que con la bola en mi boca, puso su mano tapándola impidiendo la expulse y su otra mano me tiro de los pelos levantando mi cabeza. Llevo mis pelos a su mano ocupada en taparme la boca, los tomo. Quede esposada con la boca tapada con su mano que al mismo tiempo agarraba mis pelos y mantenía mi cabeza inclinada hacia delante. Su otra mano al quedar libre sujeto a mi nuca la tira de la mordaza, ya ayudándose con las dos manos.

Se levanto contemplándome como había quedado y se dio por satisfecha. Mis lagrima saltaban de mis ojos y articulaba mi boca vocablos in entendibles.

MATIAS: la verdad me diste mucho trabajo y eso de insultar y escupir no queda bien en una dama, por más perra que sea. Ahora escúchame yo ahora me voy a ir pero prometo mañana vendré

Mi ojos parecían salta fuera de mi cara de furor, seguí emitiendo sonidos in entendible y el me miraba y reía. Fue otra vez al portafolio. Mis ojos desorbitados seguían sus movimientos. Estaba aterrada de lo que podía venir. Se acerco y me puso en cada pezón un broche muy bien apretado.

Luego de eso fue al baño y al retornar con un seco hasta mañana se despidió de mí.

No podía creerlo había cerrado la puerta del departamento y quede sola, esposada de pies y manos abierto a los extremos de la cama, con una mordaza puesta firmemente y con dos broches en los pezones. Lo único que podía hacer era llorar y llorar. Gire un poco la cabeza y alcance a mirar el reloj, eran la 18 horas. Me sentí mojada y era que me había orinado encima. No podía hacer nada sino esperar. Fueron cayendo las sombras de la noche y quede completamente a oscuras. Maldije el momento que le di bola