Servir para ser feliz 1
Era un chico para. trece años de diferencia y me hizo...............
SERVIR PARA SER FELIZ
1ª PARTE
Mi nombre es Paula, hoy de 41 años, divorciada sin hijos y hace un año ya pertenezco al Amo Giorgio. Tengo 1,70 y mis medidas siguen siendo 89-90-91. Tengo las mismas medidas que a los 17, pero hice mucha gimnasia. Mis tetas aun conservan un poco de rigidez. Mi cabello es castaño claro, lacio, largo hasta pasar unos centímetros mis hombros. A veces lo llevo suelto y otras recogido con una colita. Decía largo porque antes usaba cabello corto, hasta que Amo me lo hizo dejar como ahora.
El me ordeno contar mi historia y de cómo llego él a mi vida. Quiere que lo cuente como si estuviera viviendo momento a momento ahora y antes de mandar a publicar debe dar el ok él. Muchas cosas me hizo cambiar mi Amo
Mi niñez y adolescencia fueron inolvidables para mí. La niñez paso muy rápido. Fue hermosa, mis padres, mis abuelos y el vivir sin preocupaciones. En la adolescencia las cosas cambiaron, responsabilidad en el estudio y el típico cambio femenino. A los 14 empecé a ver crecer mis tetas y luego mi primera menstruación, que aunque a una la preparan para ella, siempre asusta un poco el perder sangre de un lugar tan delicado. Pero fui muy bien enseñada por mi madre y mi abuela. Ya empezaba a ver a los chicos de otra forma y mas grandes. Los de mi edad estaban aun con juguetes o el futbol.
A los 16 años tuve mis tres golpes muy grande, primero el fallecimiento de mi padre y casi inmediato mis abuelos. Quedamos solas mamá y yo. Había una necesidad de salir a trabajar y al cumplir los 17, luego de unos meses de estudio, conseguí trabajo en una agencia de modelos.
Hice muchos desfiles de ropa y eran muy bien pagos. También hice grafica y TV. Todo fue muy bien, me dedicaba solo a eso sin llevar el apunte a posibles candidatos. A los 20 años conocí a Cesar y me enamore de inmediato de él. El también se enamoro de mí y cuando cumplí los 22 y el 28 nos casamos, en medio de una felicidad total. Como él era de una familia de mucha plata tuve que firmar un convenio para casarme. Lo firme porque realmente estaba muy enamorada. Además deje de trabajar por pedido de él.
Fue mi primer hombre y el que me enseño lo que era el sexo. Con él entregue no solo mi almeja sino que aprendí a mamar. Solo siempre me negué a dar la colita.
Pasaron 5 cinco en los cuales, viajamos mucho por el mundo y luego empezamos a buscar el heredero. Como no llegaba, yo me preocupaba mucho y recurrí con Cesar a un medico especialista. El médico nos explico las posibles causas y quedamos en empezar el tratamiento. El medico dijo de empezar por el hombre que tenia mas rápida resolución si era él. La mujer el tratamiento era mas complicado.
A la mañana del día que debíamos ir al estudio, tuvo que hacerse una paja y guardar el semen en un tubito especial para llevarlo enseguida a laboratorio.
Tuve que ayudarlo a juntar el semen pajeándolo, mientras el sostenía el tubo deposito.
Lo llevamos a laboratorio y al día siguiente estaba el resultado en sobre cerrado. De ahí fuimos al medico y esperamos su dictamen.
MEDICO: bueno la causa es de Ud. es infértil.
Mi marido cambio de color y miraba casi con bronca al profesional.
MEDICO: Ud. tiene varicocele y debe operarse.
No quiso saber nada y salimos ahí. El varicocele son varices que se forman en los testículos y en algunos casos, como este, no dejar al hombre procrear.
No hubo manera de hacerlo cambiar de aptitud y fue pasando el tiempo y al final no tuvimos. Seguimos nuestra vida y yo siempre trataba que lo hiciera, pero no era muy terco y cagón. Pasaron los años y a mis 35 años me pidió el divorcio. Tuve que acceder, ya andaba con una chica de 23 años con la que se caso luego del divorcio. Luego de un tiempo el hijo de puta se opero y tenía una nena. Estuve un tiempo destruido pero tenia que levantar y lo hice. No conseguí tantos desfiles de modelos como antes, pero me la rebuscaba. Claro ya tenía 35 años y había mucha competencia.
Justo en esos momentos murió mi madre y quede sola sola. Me quedo el departamento que había comprado de dos ambientes y ahí me fui a vivir. Tuve mi vida sexual bastante activa, pero con semejante experiencia no quería saber nada de convivir. Ni tampoco llevaba tipos a mi departamento, era todo en de él si tenia o un hotel alojamiento. De mis 35 a lo 40 tuve dos o tres pero solo para sexo.
Cuando cumplí los 40 años conocí a un muchacho en una fiesta familiar. Tenía 27 años y además algo no me cerraba, así que deseche gentilmente, aunque tenía buen porte, pero había mucha diferencia de edad. Yo le llevaba 13 años y me asustaba la diferencia.
Con el tiempo los encontré en la barra de un bar y se acerco a saludarme. Yo estaba con una amiga y recién salíamos del cine. Me hablo y me pidió el teléfono a lo que dije que no. Charlamos algunas cosas más y nos despedimos.
Paso una semana había ido cine. Al salir fui a un bar a tomar café, estaba sola. No era el bar de las dos veces anteriores. Como no había mesas me senté en la barra y pedí un café y un coñac. Estaba tomando cuando lo vi en la barra, me quería morir. Pero no me miraba ni yo a él. Cuando termine comencé a caminar hacia la salida y tuve que pasar al lado de él. Me tomo de la mano y nos miramos de frente. Le pedí que me soltara y se río. Matías, que así se llamaba dejo de mirarme y acerco su boca a mi oído. En medio del alboroto de la música, me dijo.
MATIAS: te ibas sin saludarme siquiera
PAULA: porque tengo que saludarte?
MATIAS: porque me conoces y yo a los que conozco los saludo.
PAULA: que engreído eres
MATIAS: (tomándome del brazo, me llevo al fondo del salón) veni vamos a tomar algo
A fin de no armar escándalo me deje llevar. Me hizo sentar en una mesa en el último rincón del bar y sentó a mi lado-
MATIAS: estas jugando conmigo
PAULA: jugando? A que referís?
MATIAS: estas en la barra y no saludas, pasas a mi lado y me ignoras y sabes que me gustas.
PAULA: ya te dije, yo no quiero salir contigo.
MATIAS: te morís de ganas de salir conmigo y no te animas.
PAULA: ajajá, que soberbio
Note que debajo de la mesa su pierna buscaba la mía y me encogí más. Eso le di mas ganas y su pierna ya rozaba la mía. Al tiempo que su mano derecha masajeaba mi rodilla. Tomo un sorbo de la bebida que tenía y me ofreció a mí, la rechace. Paso su brazo derecho por mi espalda, sin tocarme y la derecha sobre la rodilla. Me dio un beso que trate de esquivar y no pude, al tiempo que su derecha me inclinaba hacia y su izquierda la metió entre mis muslos. Trate de parar pero no pude. Me sentí mojar enseguida al tiempo que su mano llegaba a mi tanga, ya mojadita. Me entregue a sus besos frenéticos, notando como sus dedos parecían agujerear mi tanga.
MATIAS: sácate la tanguita
PAULA: (ya turbada) estas loco!
MATIAS: no, estas muy mojada, ve al toilettes y sácatela.
Me volvió a besar y meter su lengua en mi boca, al tiempo tocaba mi tanga. Me levante y me dirigí al toilettes. Me metí en uno con inodoro, me senté y me la saque. Como había dejado la cartera con él, la hice una pelota y la lleve en mi mano.
Me senté nuevamente y me saco la tanga de la mano
PAULA: no por favor, dámela, (temiendo que alguno se diera cuenta)
MATIAS: quieta, (al tiempo que se puso a olerla y besarla)
Yo temí que alguna se diera cuenta, pero cada uno estaba en lo suyo. Me puso la tanga en la nariz y tuve que olerla. Ese flujo tenía una fuerte olor. Luego en la boca y tuve que besarla. Esta roja y además caliente. Se puso la tanga en su bolsillo del saco y siguió atendiéndome tocándome y besándome
No me atreví a tocarle el bulto, pero el lo subsano enseguida apoyando mi mano sobre el pantalón en la bragueta. Era impresionante el bulto que tenia. Mientras metía dos dedos en mi concha.
MATIAS: vamos a tu casa
PAULA: no, a la tuya o a un hotel.
MATIAS: (mientras aceleraba los dedos) vamos a tu casa
PAULA: (al borde del delirio) esta bien.
MATIAS: adonde tienes el coche?
PAULA: acá al lado, en el garaje
MATIAS: deja cien pesos por las bebidas.- dijo abriendo mi cartera. ) Yo metí la mano y saque un billete y se los día a la camarera)
Me llevaba agarrada del brazo, entre lo que tome y lo caliente que estaba, parecía me llevaba en el aire. No se como baje la pendiente del garaje con esos zapatos de taco. Me hizo sentar en mi coche del lado de acompañante y el al volante. Yo no estaba en condiciones de manejar. Le dije mi dirección y hacia salimos.
Al llegar saque las llaves para abrir la puerta de entrada, él la tomo y abrió. Casi me arrastra hasta el ascensor. Cuando entramos a él, me acorralo contra un rincón, levantándome la pollera y toqueteándome. Toco piso 22 y el ascensor comenzó a elevarse. Saco de nuevo su pija y presiono mis hombros para abajo hasta ponerme de rodilla tomo su pija y me puso en la boca. Era realmente monstruosa esa pija
MATIAS: (mientras chupaba su pija) sabes como le llaman a eso que tienes en la boca. “anguila”. Ya vas a disfrutarla y pedirla seguido. (Y mientras yo seguía, hirientemente dijo) que te parece la anguila que hay para vos viejota)
Preferí no contestarle y cuando explotaba toda en mi boca, manchando hasta mis tetas, llegamos al piso 22. La puerta se abrió y yo baje media ahogada y mi cara y tetas con semen de él. Abrí la puerta del departamento y me incrusto en un rincón del living, sacándome toda la ropa hasta quedar completamente desnuda. Luego lo hizo él lo propio. Abrazados, besándonos fuimos hacia el dormitorio y entramos. Sin siquiera deshacer la cama nos tumbamos a seguir tocándonos y besarnos.
Nunca en mi vida había tenia una previa así, ya contaba con varios orgasmo, desde el café hasta acá. Estaba desconocida para mi misma. De pronto el busco mi almeja, le pedí me dejara lavarme en el bidet, esta completamente mojada. No me hizo caso y siguió. Sentí como su anguila pujaba por entrar en mi almeja y temí por su largo y grosor, pero estaba tan húmeda que me penetro totalmente enseguida. Fue frenético nuestro movimiento. Yo parecía estar en otro mundo, tanta felicidad. Acabamos los dos juntos, quedando él unos minutos más dentro de mí.
Nos quedamos dormidos abrazados uno al otro. Cuando desperté, dos horas después, toque el otro lado de mi cama y no palpe a mi lado. Me incorpore llamándolo al tiempo que me ponía un salto de cama. No tuve respuesta, fui al baño y se notaba que se había duchado. Me encamine hacia la cocina y no estaba, pero pegada a la puerta de la heladera, había un nota de él.
“te dejo mi teléfono para que cuando estés necesitada de sexo me llames. Estuvo bueno, pero tendría que ser mejor. Matías (y el teléfono) “
Pensé hijo de puta me mate por satisfacerlo y dice podía haber sido mejor. Yo por mi parte nunca había estado mejor en la cama. Terriblemente satisfecha. Me duche y luego me senté en la cama y mirar la tarjeta