Servico militar - una nueva experiencia
Dos soldados alejados de sus compañeros se ayudan mutuamente a calmar sus deseos
Me encontraba realizando mi servicio militar obligatorio junto a 120 pelados mas, bajo las ordenes de un sargento que disfrutaba haciéndonos sufrir. Éramos 120 jóvenes que por seguir nuestros estudios universitarios, teníamos que realizar el servicio durante dos meses en verano, donde , se encargaban de aporrearnos todo lo que a los otros los aporreaban durante dos años.
Mala alimentación , un pésimo dormir, un esfuerzo físico agotador, privados de cualquier beneficios que nos entrega la libertad, encerrados en el regimiento , abusados por todos, denigrados , realmente el servicio para mi , fue un suplicio.
Nos encontramos una mañana , cargando un vejo fusil y una mochila, bajo un sol infernal, en un juego de guerra. Mis pies me estaban matando , pero la caminata continuaba, bajo insultos de nuestro estimado sargento. Éramos 25 en ese escuadrón , cuando el sargento nos hace detener. Con un fuerte grito , me llama a mi y a González, y nos ordena subir a la cima de un cerro y establecer el primer puesto de vigilancia. Era un cerro enorme y nos dio una hora para llegar hasta arriba. Nos entrego una radio y nos dijo que nuestra misión , era vigilar cualquier movimiento del grupo contrario, debiendo cuidar de no ser descubiertos. Rápidamente comenzamos a subir por la ladera del cerro, separándonos del grupo. A pesar de de estar muy cansados, ambos estábamos felices de separarnos del grupo y del imbécil de nuestro sargento. Solo debíamos llegar arriba en el plazo establecido y ya podríamos descansar. Algo que aprendimos en nuestro entrenamiento , fue que si había algo de verde en la cima , es que algo de agua tendríamos, y efectivamente, mientras subimos, encontramos una pequeña caída de agua , que dentro de todo ese desierto de piedras y cactus, era el paraíso. Seguimos subiendo tratando de no alejarnos de la caída de agua, hasta que al fin , luego de mucho sufrir , llegamos casi a la cima del cerro, donde teníamos una perfecta visión del valle.
Solo unas grandes rocas de 6 o 7 metros, nos entregaban una magnifica sombra para capear el calor y para pasar inadvertidos, sin necesidad de agacharnos para no ser descubiertos. Ya con agua y sombra , sin el perro de nuestro sargento , estábamos en el paraíso. Lo primero que hicimos fue sacarnos los duros bototos y refrescar nuestros cansados pies en la fría agua. Sabíamos que permaneceríamos ahí al menos dos días, por lo que despejamos un poco el lugar cortando algunas ramas y con las piedras grandes y ramas , armamos una pequeña represa en el diminuto riachuelo, donde conseguimos juntar algo de agua, no mas allá de unos 40 cms de altura, pero que alcanzaba perfectamente para que uno de nosotros se sentara en una especie de tina natural.
Gonzales era un muchacho muy parecido a mi. De buena familia, de buen colegio, 18 años. Pelo negro, tez blanca, delgado, muy parecido a mi fisco. Nunca lo había tratado mucho, pero en ese lejano paraje , conversamos de muchas cosas, mirando hacia el valle.
El calor era infernal y como estábamos lejos de la mirada de nuestro sargento, el fue el primero en desnudarse, como si fuera lo mas natural del mundo y meterse a la tina natural que habíamos echo. Yo me haba bañado montones de veces con todos los de mi grupo , incluso con el, pero en esa lejanía , sin nada mas que mirar , mis ojos se figaron en el cuerpo de ese joven soldado, tratando de refrescar de alguna manera su cuerpo. Si bien es cierto siempre me he considerado 100% hetero, de alguna u otra forma me sentí excitado al ver ese cuerpo desnudo. Trate de evitar mirarlo mucho, pero ms ojos inevitablemente se iban una y otra vez a admirar su culo y su pene que no era gran cosa, igual al mío, pero tampoco era despreciable. Cuando se salió del agua, me comento lo rica que estaba y me invitó hacer lo mismo. El calor era insoportable y espere un poco a que mi verga no se notara muy despierta y dándole la espalda , me desnude y me sumergí , sintiendo el agua fría en mi cuerpo. Note departe de González también unas miradas extrañas, pero me imaginé que al igual que yo, luego de casi dos meses de encierro y de no tener ningún encuentro con el sexo opuesto, algo de morbo también debe haberle producido.
Pasaron las horas , al fin el sol se estaba ocultando. Habíamos colocados algunos lazos, por si acaso conseguíamos cazar algún conejo y comer algo mas decente. Ambos solo con nuestros pantalones puestos y nuestros torsos desnudos, solo podíamos fumar y conversar, siempre vigilando.
Ya habíamos conversado de autos, mujeres, armas , carreras, del colegio, de fauna , hasta que comenzamos hablar de nuestras aventuras. Ambos seguíamos siendo muy parecidos, con una vida sexual activa para nuestra joven edad , con varios encuentros con amigas incluso ambos habíamos tenido algo con mujeres ya mayores. La conversación me fue calentando y a el también. Nos burlábamos de nosotros mismos con ese tiempo de abstinencia que a ambos nos tenia locos. Confesamos nuestras pajas ocultas dentro del servicio para poder desahogar nuestras ganas. Incluso bromeamos diciendo que si una cabra de cerro caía en el lazo , antes de comerla , la follaríamos .
En broma le dije que bueno, al fin estábamos solos, que éramos pajeros y que si a cualquiera de los dos le daban ganas de pajearse , que nos teníamos que ir detrás de la otra roca y relajarnos, manteniendo el secreto.
Ahí fue donde en vez de reírse como yo me lo esperaba , me dice muy serio que tenía otra idea. Cuando comienza a decirme que el era muy hombre para sus cosas, que tenía sus cosas claras, ya sabía yo que venía una propuesta indecorosa y no me equivoque. Me dice que el me proponía otra cosa, dentro de un pacto solemne de mantener el secreto, que si yo quería, el me podía correr una paja, a cambio de que yo le corriera una a el. Yo sabía muy bien que el pacto por su parte se cumpliría , y la verdad , con lo caliente que estaba la idea no me pareció para nada mal. Era una forma de tener sexo con alguien , sin penetración , una mano distinta a la mía , era algo muy excitante considerando mi posición. De todas formas , para no demostrarme de inmediato interesado, lo largué por el lado de la broma. El pensaba que yo respondería de inmediato que si, por lo que también dijo que era broma, aunque ambos sabíamos que no lo era, Paso un rato, la conversación se torno un poco cortante y dedicamos mas atención a mirar hacia el valle en busca del equipo contrario.
Esperé que el volverá a tocar el tema, pero no lo hizo, de hecho quedo mas callado, por lo que disimuladamente fui yo el que volvió a tocar el tema . Le dije que me había quedado dando vueltas en la cabeza el tema de la paja y que pensándolo bien, no era tan mala la idea. El me confesó que de verdad estaba muy caliente hace muchos días y que si ninguno de los dos hablaba, podíamos hacernos disfrutar el uno al otro, sin dejar hombre, por su puesto.
Empezamos luego con la problemática de quien se la corría al otro primero, hasta que bromeando , me levante y me saque la verga que con solo una par de agarrones quedo dura, mientras González se reía y sacaba la suya mostrándomela , e invitándome a tocarla.
Entre bromas nos fuimos acercando , hasta que el estirando su mano , me la agarro y me tomo con la otra la mía y me la puso sobre la suya. Era la primera verga que tenía en mi mano, ( aparte de la mía ), y se sentía extraño, pero de todas formas agradable. Tímidamente al principio, ambos de pie con la verga del otro en la mano, comenzamos a masturbarnos, El cerro los ojos , permaneciendo en silencio ambos , jugando a ese peligroso juego. Pasaron como 15 minutos de estar así, ya con movimientos más fuertes. En dos ocasiones estuve a punto de hacerlo acabar y el a mí, pero ambos nos separábamos para hacer durar más el placer que nos estábamos entregando. A las finales de tanto tocarnos y al estar tan acumulados, Gonzales me dijo que ya no aguantaba y que quería acabar. Le dije que yo también, y colocándonos de lado para que nuestro semen no nos manchara nos tocamos mas fuerte y rápido, hasta que el , lanzando unos pequeños gemidos comienza a acabar, aprontándome fuertemente mi verga. Para mi era algo muy excitante, distinto y al igual que el , comencé a desparramar mi semen sobre la roca. Con nuestras manos mojadas con el semen del otro estuvimos unos dos minutos mas , hasta que el me suelta y no me quedo mas remedio que soltarlo.
Nos reímos de lo que habíamos echo, imaginándonos que nos pasaría si alguien nos hubiese visto . Nos lavamos y nos sentamos en dos grandes piedras a fumarnos un merecido cigarro. Me dijo que realmente necesitaba eso y yo por mi parte también le confesé que fue bueno ( por no decr espectacular ) , que realmente era mucho mejor que hacerlo uno mismo.
Un llamado por radio de nuestro sargento, nos volvo a la realidad y volvimos a nuestra misión. Paso el rato, y tratamos de no tocar el tema, aunque inevitablemente volvimos hablar de lo mismo. Ambos coincidamos que lo que habíamos echo no era algo gay, ya que a ambos nos gustaban las mujeres, que solo haba sido un juego entre dos machos para desahogarnos. El sol comenzaba a ocultarse y ya el calor disminuía. El fue a revisar los lazos que habia colocado , mientras yo me quede de guardia, admirando el bello atardecer, ya más relajado , pero con ganas de volver a repetirlo.
Cuando González volvió, comimos algo y coordinamos que el hará la primera guardia en la noche mientras yo dormía y que luego el me despertaría para hacer cambio . Nuevamente volvimos a tocar el tema de lo relajado que habíamos quedado luego de “eso”, paso el rato y fue nuevamente a revisar los lazos, volviendo sin ninguna novedad. Le dije que no creía que pudiera cazar algo y el insista que si, que los conejos cuando se oculta el sol, salen a comer, hasta que por aquí y por allá, surgió una apuesta. Me dijo que ya que estábamos en esto, me proponía una apuesta que consistía en que si el conseguía atrapar un conejo antes de las 10 de la noche, yo tendría que hacerle una mamada de 20 minutos, en caso contrario el me la haría a mí. Riéndome le dije que aceptaba su apuesta , diciendo que era muy alto el lugar para que hubiesen conejos y el confiado de sus dotes de cazador, me dijo que me preparara , para mamarle la verga cuando volviera con el famoso conejo.
Todo el rato bromeando en lo bien que la pasara cada uno con la boca del otro hasta que se cumplió el plazo. González sale a revisar las trampas , diciéndome que me preparara para saborear su verga , mientras yo me reía diciéndole lo contrario. Me quede solo, ansioso de lo que vendría. No sabía bien si deseaba que en los lazos hubiese caído algún conejo, ya que comeríamos algo decente o por el contrario, tendría que mamarle la verga a mi compañero, cosa que no me desagradaba en lo mas mínimo, ya que desde que hicimos la apuesta , estuve pensando en que pasaría si perdía y la verdad, me excitaba.
Paso como media hora y Gonzalo no volvía. Estaba ansioso, excitado de todas maneras ya sea por que me hiciera la mamada o hacerla yo, cualquiera de las dos alternativas era buena para mi. Al poco rato aparece Gonzalo con las manos vacias, mientras yo me reía diciéndole lo bien que lo iba a pasar. El también se reía , maldiciendo a los conejos que le haría pagar su apuesta.
Con una luna sorprendente en el solitario paisaje , me apoye contra una roca y saque mi verga , ansiosa de la boca de González. El se reía , sabiendo lo que le esperaba, hasta que se acerca a mi y diciendo que de esto ninguna palabra a nadie, se agacha y la toma con su mano. Abre su boca y se la mete. Comenzó a darme una mamada fingida por un momento riéndose a ratos, maldiciendo y diciendo que no le gustaba, pero que una apuesta era una apuesta, igual que yo , pero al cabo de unos minutos, ya las risas cesaron y comencé a disfrutar. Solo su advertencia de que no fuera acabar y al parecer el también comenzó a disfrutar haciéndomelo. En el silencio de la noche , González me daba una mamada extraordinaria , ya metiéndosela por completo a la boca, apretándome las bolas, era indudable que el lo estaba disfrutando. No decíamos nada solo disfrutábamos, hasta que sacándose la verga de la boca , me confiesa que nunca lo había hecho, pero que le gustaba lo que me estaba haciendo. Le confieso que me tenía muy caliente y que a mi , también me gustaría experimentar algo nuevo. Lo hago levantarse y cambe posición, me arrodillo ante el y le bajo sus pantalones, encontrándome con su verga dura, la que en pocos segundo ya estaba en mi boca. La chupe como un profesional como si lo hubiese echo miles de veces. Era extraño tener un pedazo de carne como ese en mi boca, pero la verdad me excitaba. Gonzales me tomaba de la cabeza y me guiaba al ritmo que el quería, metiéndomela hasta la garganta. Éramos dos soldaditos gay , ya nada podíamos hacer para evitarlo. Me hizo levantarme y me nos besamos. Estábamos entregados completamente al placer , nos masturbábamos mutuamente tratando de saciar nuestros deseos. YO ya no aguantaba más, quera saber que se sentía ser penetrado por un macho y cual si fuera una puta , me di vuelta y me apoye de espaldas contra el . Sentí su dura verga apoyarse contra ms nalgas y su mano agarrándome la verga. No necesitábamos hablar , nos habíamos entregado el uno al otro y sentía como su dedo buscaba entre mis nalgas la entrada. Siento la presión de su dedo contra la entrada de mi ano, causándome algo de dolor. Solo le pedí que lo hiciera lentamente y así lo hizo. Me paso su dedo el que le chupe dejándoselo completamente mojado, para luego yo mismo llevármelo hacia atrás y meterlo un poco en mi culo. Luego el presiono un poco mas y logro meterlo un poco, dejándolo adentro , causándome algo de dolor , pero nada comparado con el placer que sentí.
Me follo con su dedo unos minutos, metiéndolo y sacándolo. Me di vuelta y me saque por completo el pantalón, colocándome en 90º grados, ofreciéndole mi culo. Gonzales también se bajo los pantalones , tomo su verga y la dirigió a la entrada de mi ano… como les dije no era tan grande pero sentí que me moría al sentir esa cosa dura entrando en m cuerpo. Con algo de dolor, pero soportable, la verga de m compañero fue abriéndose paso en m virgen ano, hasta que este sufrimiento se transformo en placer y comencé a disfrutar como Gonzalez me follaba fuertemente. Era extraño pero rico. Sentía todo su pedazo de carne entrando en mi una y otra vez, excitándome al sentirme mujer.
Me dijo que no acabara, que el también quera probar, yo solo le decía que era un trato, que disfrutara conmigo que luego cambiaríamos de lugar. Por unos 15 minutos la verga de González entro y salio de m culo como mil veces. Finalmente sus embestidas fueron mucho mas lentas, metiéndomela suavemente , manteniéndola adentro , diciéndome que aun no quera acabar. Por lo que me di cuenta , el mismo se estaba chupando su dedo y metiéndoselo en el culo , como para prepararlo para lo que venía.
Cambiamos posiciones , yo sentía mi ano dilatado y adolorido, pero feliz. Fue su turno ahora y en la misma posición que yo estaba, se abro de piernas y solo me pidió que no se la metiera de una sola vez. Me tome la verga y la apunte a la entrada de su ano. Comencé a ejercer solo un poco de presión , mientras el dilataba y contra su ano, metiéndose de apoco mi instrumento. Poco a poco mi verga fue penetrándolo hasta que entro una buena parte de ella. Comencé un lento mete y saca , hasta que el me pidió que se la metiera más adentro. Asi lo hice y m verga se introdujo poco a poco hasta el final . Comencé a follarmelo tal cual como el me lo haba echo y escuche de m compañero lo rico que se sentía y que le gustaba. Tímidamente al principio, pero ya después de un rato era un pedazo de carne que era follado con toda m furia y deseos contenidos. Le avise que ya no aguantaba mas y me dijo que le echara todos mis mocos adentro, no tuvo que repetírmelo por que ya con las últimas embestidas , toda mi calentura y mi leche fue a parar al interior de su culo, llenándoselo de semen, en medio de fuertes quejidos de ambas partes. El rápidamente se salió y me dijo que tampoco no se aguantaba y colocándome nuevamente en posición nuevamente mi ano se sintió lleno de verga y poco después de las fuertes embestidas de González, comencé a sentir como se descargaba en mi interior , causándome un placer indescriptible al sentirme lleno de leche caliente . Me mantuvo la verga metida hasta el fondo por unos minutos , hasta que la saco, sintiendo un viento frio entrar por mi culo restos de su semen escurriendo , con mis piernas templando.
Nos incorporamos , recuperando el aliento y al cabo de un rato nos matábamos de la risa por todo lo acontecido. Nos fuimos a lavar y comentamos nuestra experiencia , de lo que habíamos sentido y que a ambos nos había gustado.
Atrás había quedado toda la vigilancia , fumamos unos cigarros y nuevamente juramos no contar nada a nadie por ningún motivo. Yo estaba cansado y me fui a dormir un poco. El se quedo vigilando mientras yo , exhausto , al poco rato dormía, con un ardor en el culo.
Luego de unas buenas horas de sueño, me despertó para hacer el cambio. No dijimos nada .
Al otro día, cerca de las 9 de la mañana , vimos actividad del equipo contrario bajo la ladera del cerro. Tomamos la radio y dimos aviso a nuestro sargento, ordenándonos permanecer en esa posición hasta nuevo aviso.
Fuimos a revisar las trampas y un conejo estaba atrapado en una de ellas. Gonzalez lo mató , descuero y lo preparamos.
No tocamos el tema hasta las dos de la tarde, cuando luego de comer , reposando en nuestros sacos de dormir, tuvimos un nuevo encuentro , luego otro …. Y luego otro. Cerca de las 8 de la noche, mi sargento nos ordena que bajemos y que nos reunamos con el resto del grupo, llevándonos con nosotros una experiencia inolvidable del servicio militar.