Servicios contratados

El impacto que causo en una TV Full Time la obliga a hacerme una nada despreciable invitación.

-50...94...32...-La llamada entró y esperaba con nerviosismo que me respondieran.

-Hola, soy Tania, ¿en qué puedo ayudarte?-La voz era gruesa pero afeminada.

-Hola Tania, soy...¿me puedes dar información de los servicios que ofreces?-Por más que intentaba aparentar serenidad mi voz temblaba.

-Con gusto. ¿Estás instalado en un hotel amor?-

-No, aún no. ¿Hay problema en ello?-

-Ninguno. Mira, se trata de lo siguiente: Estoy contigo dos horas; podemos tener el tipo de relación que desees; puedo llevar ropa y juguetes. Te cuesta ... pesos. Yo pago mi transporte-

-¿Haces transformaciones?-

-Sí pero eso ya te cuesta ... pesos. ¿Tienes ropa?-

-Sí, yo llevaría mi ropa. Tan sólo necesitaría maquillaje-

-De acuerdo. Te cuesta entonces ... pesos y estaría unos minutos más contigo-

-De acuerdo. ¿Vas a donde sea?-

-Sí, pero de preferencia por el rumbo de ... o la Colonia ...-

-Me queda bien Tlalpan. ¿Conoces el...?-

-Sí, ese está perfecto-

-Entonces me voy para allá en este mismo momento-

-¡Claro! Cuando estés allí me llamas nuevamente y me dices el número de habitación que te asignaron-

-De acuerdo. Te veo al rato-

-Ok amor. No te vas a arrepentir-

Colgué el teléfono. Mis manos sudaban. Tenía que salir inmediatamente hacia el lugar acordado.

Llegué al hotel, solicité la habitación y estando en ella procedí a alistarme para el encuentro con ésta chica, no sin antes llamarla para indicarle el número asignado.

No tardé mucho en ducharme y perfumarme pero vestirme para la ocasión me llevó unos minutos. No decidía qué ponerme, había llevado varios modelos de ropa:

Elegí para ese encuentro mis senos postizos, un corset blanco, tanga y medias en color rojo y zapatos en color negro. No llevaba vestido. Coloqué la peluca y esperé la llegada de la chica.

No tardo mucho. Levanté la bocina al segundo timbrazo.

-Sí, bueno-

-Llamo de Recepción. ¿Hay alguien con Ud. En este momento?-

-No, nadie-

-De acuerdo. Tengo en Recepción a una persona que lo busca. ¿Desea recibirla?-

-Sí, por favor, permítale el paso-

-De acuerdo. Ya no se permitirá el paso de una tercer persona-

-No hay problema. Muchas gracias-

Llena de emoción me dirigí al espejo para acomodar nuevamente mi indumentaria y la peluca.

Un minuto después llamaban a mi puerta. Me dirigí a ella y abrí. Acto seguido entró de manera algo apresurada una chica enfundada en unos ajustados jeans, una blusa corta también ajustada y tenis. Llevaba el cabello recogido y una maleta depotiva grande.

-Hola, soy Alejandra-Me dijo en tono alegre volviéndose a mí y depositando un tibio beso en mi mejilla derecha.

-¿Alejandra? ¿No te llamas Tania?-

-No, Tania es quien nos contrata. Yo soy Alejandra. ¡Me gusta cómo te ves! ¿Es tuya la ropa?-

-Gracias. Sí, la ropa es mía-

-No pienses mal; somos muchas chicas las que nos dedicamos a esto. La que esté más cerca y se encuentre desocupada es la que envían. En este caso me tocó a mí.-

-Ok, no hay problema-

-¿Tienes mi dinero?-

-¡Claro! Permíteme-En principio me sentí confundida pero al escuchar su explicación me sentí más tranquila. Le dí el dinero y sonriente me invitó a acomodarme para maquillarme.

-¿Quieres maquillaje pesado o suave? En mi opinión te verías bien con maquillaje pesado-

-Estoy de acuerdo contigo-Me senté frente al tocador y extrayendo sus accesorios de su maleta comenzó la tarea de maquillarme.

Después de unos minutos ví mi imagen terminada y de inmediato sentí una excitación inmensa. No podía creerlo. Estaba irreconocible, bonita, sexy...

-Lista. ¡Te ves muy bien!-

-La verdad es que me gusta lo que has hecho-

-Ahora me toca a mí. Antes de venir aquí tomé una ducha así que solamente voy a cambiar mi vestuario-

-Adelante, te espero aquí, aprovecharé para tomar unas imágenes-

-Adelante. No me tardo-

Llevando su maleta consigo se metió al baño. Al terminar de tomar las imágenes encendí el televisor e inmediatamente sintonicé el canal porno que más me gustaba.

Después de un rato la ví aparecer enfundada en una coqueta y sensual lencería: Brassier, tanga, liguero, medias y zapatos, todo en color rojo. Se veía maravillosa.

-¡Tú también eres muy bella!-

No me dio tiempo de decir más. Me invitó a levantarme y en cuanto lo hice depositó un beso en mis labios, puso sus manos sobre mis hombros y me acercó hacia ella; yo sin dudarlo la abracé por la cintura; nuestros sexos chocaron, ambas comenzamos a acariciarnos. Me fue acercando hacia la cama sin dejar de abrazarme ni de besarme. Me sentó en ella. Se irguió y dándome la espalda acercó su hermoso par de nalgas a mi rostro. No dudé en aspirar el aroma que despedía su cuerpo, besé sus nalgas, las acaricié. Sentí sus senos, su vientre; tomó mis manos y las llevó hacia el frente de su cuerpo; sentí su sexo sobre la tanga, se adivinaba un miembro de gran tamaño, acaricié sus testículos; sus piernas, no dejaba de besar su espalda, la recorría con la lengua.

-¡Hagamos el 69!-

-Lo que gustes preciosa-

Ambas subimos a la cama, yo boca arriba y ella, dándome nuevamente la espalda, acomodó su exquisito trasero sobre mi rostro. Lo besé nuevamente sin dudarlo. Retiré su tanga y le dí lengua a su ano; ella retiró la parte frontal de mi tanga y colocando un condón comenzó a morder mi pene suavemente con sus labios hasta que desapareció por completo en su boca. Pasando una mano hacia atrás me extendió un condón, abrí el paquete y liberando su pene de la tanga procedí a colocarlo. Su miembro era hermoso, largo, no muy ancho, completamente destapado en la punta. Al terminar de colocar el condón de inmediato procedí a besar su miembro; paseaba mis labios por toda la extensión del mismo, lo mordía, lo recorría con la lengua hasta que finalmente comencé a devorarlo.

Ambas comenzamos a mover nuestras caderas, ella hacia abajo y yo hacia arriba penetrando nuestras bocas en un ritmo delicioso. Ella gemía deliciosamente y yo me contagié de su entusiasmo gimiendo igualmente. Por un buen rato estuvimos proporcionándonos ese placer mutuo.

Finalmente ella se retiró liberando mi pene de tan deliciosa caricia ocasionando que igual yo liberara su miembro, ambos se encontraban deliciosamente ensalivados, listos para lo que ambas ansiábamos. Ella tomó la iniciativa y tomando mis manos me invitó a voltearme boca abajo, me pidió que elevara las caderas y colocó las almohadas debajo de mi vientre, mis nalgas estaban a su alcance en esa posición, las besó, las mordió, paseó su lengua en ellas; retiró la tanga y abriendo mis nalgas comenzó a dar lengua a mi ano. Después de lubricarlo y prepararlo se colocó un segundo condón encima del que ya tenía y encimándose en mí apuntó su pene sobre el ano, éste se abrió dando paso a la cabeza del mismo, sentí un poco de dolor así que decidí ayudarle pasando mis manos hacia mis nalgas para abrirlas; logró penetrarme un poco más, levanté mis caderas y sin esperar a más empujó de forma violenta penetrándome por completo, sentí dolor y ardor; ella no se detuvo y comenzó a bombearmede manera rápida, solté mis nalgas y ella apoyando sus manos sobre la cama me bombeó más violentamente, ambas brincábamos sobre la cama. El dolor fue cediendo y comencé a sentir un tremendo placer, mi ano se insensibilizó, escuchaba el golpear de su bajo vientre en mis nalgas.

-¿Te gusta reina? ¡Qué rico culo tienes! ¡Me excita la ropa que escogiste!-

-mmmmmmmmm ¡sí, me gusta, no te detengas!-

De repente se detuvo y dejando de apoyarse en sus manos comenzó a tirar de mis caderas con lo cual la estocada fue más profunda, más deliciosa. Comenzó a nalguearme, primero una nalga, luego la otra, el sonido de los golpes me excitó aún más. Amasaba mis nalgas con brutalidad, las pellizcaba, las apretujaba...me fascinaba.

Después de un rato comenzó nuevamente el bombeo sobre mi trasero dolorido, no se detuvo hasta que llegó a su clímax durante el cual me penetró hasta el fondo afianzándose de mis caderas.

Se retiró, y ambas quedamos extenuadas sobre la cama. Nos miramos y sin esperar la invitación bajé de la cama. Ahora me tocaba a mí. Mis piernas temblaban pero la posición en la que deseaba penetrarla me obligó a no tomar en cuenta eso. La acerqué a la orilla de la cama, ella estaba boca arriba, levanté sus piernas y las acomodé sobre mis hombros, acto seguido localicé su ano y ensalivando uno de mis dedos se lo introduje dando pequeños giros, al terminar procedí a penetrarla con la misma brutalidad con que ella lo hizo, en dos empujones ya la había penetrado por completo. Ella se relajó y yo pude inclinarme hacia el frente con lo cual sus nalgas se abrieron un poco más permitiendo que también yo llegara hasta el fondo de su ano. Me quedé quieta durante un rato, estaba disfrutando la tibieza que despedia su bajo vientre, la suavidad de sus nalgas; acariciaba sus piernas, las besaba. Sin esperar aprobación comencé a nalguearla también; contrariamente a ella yo la golpeaba y mantenía el movimiento de mete y saca.

Ambas estábamos disfrutando el momento, ella gemía loca de placer, yo posteriormente pase mis manos hacia sus senos y los masajeé con violencia. Me apreté más a su cuerpo hasta que finalmente llegué a mi clímax.

Era una de las experiencias más maravillosas de mi vida. Yo me mantenía dentro de ella sintiendo los últimos espasmos de mi pene, ella se mantenía relajada y con los ojos cerrados, disfrutando el momento.

Cuando estuvimos más tranquilas me retiré de su ano, mi pene se encontraba flácido perdido en una gran cantidad de semen dentro del condón. Su ano estaba dilatado, abierto y se vislumbraban pequeños espasmos No soporte la tentación e hincándome en el piso sostuve sus piernas para que no las bajara y nuevamente le dí lengua en su ano por un buen rato.

Pero todo lo que comienza tiene que terminar así que al fin me retiré y ambas nos permitimos un descanso durante el cual sostuvimos una pequeña conversación. Ella me dijo:

-¡Eres fantástica! Tienes buen gusto para vestir y tu figura es muy estética. ¿No te gustaría dedicarte a esto? Tengo muchísimos conocidos que buscan chicas con tus características. No es necesario que seas Transexual. Se gana buen dinero y yo podría ayudarte para que te vayas "soltando", acostumbrándote.

Me quede pensativa durante unos minutos. La idea me atraría. Alguien conocedora del tema me estaba confirmando lo que tantos Amigos me habían dicho ya: Que mi figura era la de una mujer, el buen gusto por la ropa, la personalidad. Todo lo necesario para incursionar en ese mundo.

Fui sacada de mis pensamientos, ella continuaba animándome a decidirme.

-Así comencé yo. Tengo tres años en esto y como ves ya estoy cambiando mi cuerpo. Gracias a lo que he ganado he podido pagar mis operaciones, tengo un pequeño departamento y hasta un auto. Todas las personas que conozco son de mi absoluta confianza. Muchos buscan a las Transexuales pero más les atraen las chicas nuevas, las de clóset, les excita la idea de que aún son virgenes, que ellos pueden ser los primero en poseerlas analmente; les gustan para eventos privados en los que no tienen que andarse paseando en auto de un antro a otro. En mi caso particular yo busco la acción, el sexo, y ellos muchas veces desean tener una larga conversación y para eso las de clóset son perfectas. Además, si tú no quieres no hay sexo o tan sólo puedes dejar que te acaricien, que te cachondeen. ¡Anímate! Lo que te estoy contando es verídico. Si quieres no me respondas en este momento. Te dejo un número de teléfono para que me llames cuando tengas una decisión-

-Muchas gracias. Me sorprende todo lo que me cuentas, honestamente no suena tan malo-

Ya no hubo más conversación. Nos dedicamos a nuestro arreglo para posteriormente abandonar la habitación. Ella fue la primera en retirarse no sin antes decirme unas cuantas frases más.

-Espero tu llamada. Nada pierdes con probar. Yo te aseguro que te va a ir bien. Te repito que tienes las características apropiadas para muchos de mis Clientes. Ya de lo puedas ganar te lo diré después y para que no haya engaños, obtendría una pequeña parte por contactarte. ¿De acuerdo?-

-De acuerdo, lo voy a pensar-

Ambas nos despedimos con un sonoro beso. Me sentía emocionada y contenta por el impacto que había causado en Alejandra. Sentía curiosidad por experimentar una situación como la que me había planteado.

Los días subsecuentes no pude quitar ni un solo instante todo lo que Alejandra me había dicho. Yo tenía mi trabajo y ganaba más o menos bien. -"si tu no quieres no hay sexo"- Eso es lo que más resonaba en mi mente.

Desde hace tiempo venía deseando precisamente eso, estar con un hombre que tan solo se dedicara a tomarme fotos, a acariciarme, que le gustara conversar...sexo, tal vez sí pero...No tenía nada que perder, se trataba de estar en una reunión con varias personas y además Alejandra estaría presente.

No lo pensé más. Decidí aceptar la invitación de Alejandra. Estaba dispuesta a asistir a esas "reuniones privadas" y lo que es más: Decidida a estar con un hombre.

"Mi primera vez". Eso te lo platicaré en otra ocasión.