Serás un mueble, puta mía
Sólo eso. Tanto y tan poco. Un mueble, un culo que se deja junto a la pared, quieto, con las piernas abiertas, el coño mojado y anhelando que te follen. Serás usada y ni tan siquiera sabrás por quién
Solo eso, ya te digo: un mueble que se usa para ser follado. Estarás con los pies juntos, el cuerpo doblado, tu cabeza y cuerpo metido en el mueble y tu culo y coño asomando.
Se acercarán a ti por detrás, te follaran y ni tan siquiera sabrás quién es el que te usa, el que te folla. Y luego quizás venga otro. Y otro. Y quizás otro más, antes de darte un descanso porque es probable que tengas el coño escocido y te duela. Pero será breve, por por poco tiempo, porque tú misma suplicarás que te sigan follando.
Lo sabes.
Sabes que suplicarás y otro macho se acercara por detrás, te penetrará y te seguirá follando mientras tú te corres una y otra vez, te retuerces de placer entre un orgasmo y otro al sentirte usada, humillada y follada como una perra, digo, como un mueble. Como un puto mueble, que se puede correr hacia la ventana para que entre mejor la luz y se te vea mejor el coño, ya hinchado, y puedan meterte mejor la polla.
O para que mires para la venta y veas a los que por abajo pasan, mientras tú eres follada, usada y penetrada una y otra vez. Y otra. Y quizás otra. Ya has perdido la cuenta. Sólo notas que el semen, la leche de los machos te cae por las piernas y que hay un charco bajo, junto a tus pies. Un gran charco de semen. Es probable incluso que te quedes preñada y no sepas quién es el padre. Es posible.
Sólo si tú lo suplicas, si suplicas que te preñen, porque a fin de cuentas te da igual quién sea ya que tú eres una puta perra salida. Una zorra ninfómana. Lo sabes. Y lo reconoces hasta el punto de que cuando oyes la puerta de la calle y sabes que los tíos se han ido, te echas a llorar desconsolada porque quieres que te sigan follando.
Más.
Todavía más. No tienes hartura. Eres tan perra...que aún sabiendo que no están sigues suplicando entre sollozos, que te follen, que no paren, por favor.
Pero no te preocupes, porque de pronto la puerta se ha abierto y se oye un tropel de pasos. Los machos han vuelto a la habitación para seguir follándote. Sólo han bajado al bar de abajo a tomar una copa para coger fuerzas. Queda toda la noche por delante.