Ser madre o mujer iii parte

María Rosa a punto de tomar una decisión final, pero el destino le envía una señal, de que eso no es posible. Porque la felicidad y la desgracia llegan al mismo tiempo ¿Eso Nunca lo sabremos?

ENTRE MI HIJO O MI FELICIDAD III PARTE

Cuando estás a punto de tomar una decisión final, el destino te envía una señal, de que eso no es posible. Porque la felicidad y la desgracia llegan al mismo tiempo ¿Nunca lo sabré?

A la mañana siguiente seguía profundamente dormida, parecía que entrado el amanecer recién podía conciliar el sueño, creo que mi cuerpo por fin aceptaba que por la madrugada había sentido un placer que me fue esquivo durante casi dos años.

Cuando apenas podía mantenerme en vigilia, observé que eran las 9.20 de la mañana y en ese momento como si alguien me diese una cachetada, me vino a la mente una palabra.

_ ¡Oh por Dios! ¡Alejandro!

Y precisamente recordar a mi hijo me hizo volver a la realidad. En eso vi una nota en el refrigerador que decía:

_ “Mamita me levanté temprano y tu aún seguías durmiendo, traté de despertarte, pero seguías descansando y aparte estabas algo desnuda. Por eso me fui al colegio solo y no tomé desayuno. Me guardas mi almuerzo y que te vaya hoy bien en tu trabajo. Alejandro”

Leer la nota de mi hijo que se fue temprano, sin desayunar, sin despedirse y sobre todo el verme casi desnuda, sólo hizo que me formulara una sentencia.

_ María Rosa, no cabe duda que eres ¡ UNA GRANDÍSIMA ESTÚPIDA !

Sin perder el tiempo, me duché rápido, al hacerlo sentí que, en mí, olía la fragancia de la colonia de Henry ( ojalá que mi hijo no lo haya percibido, me decía ). Luego me vestí con la primera ropa que tuve en la mano y fui directo al mercado a comprar jugos, una hamburguesa, y unas cuantas frutas. Acto seguido llegué a la escuela, justo cuando empezaba la hora del recreo (intermedio en otros países) mi hijo se alegró al verme y le di todo lo que compré. Lo devoró al instante y me fui a casa contenta de ver a mi hijo alegré ( al menos por ahora subsané ese error )

Como estaba apurada por el desayuno de mi hijo, no había llevado el celular y al volver encontré 3 llamadas perdidas (era Claudia) y le devolví el mensaje para ver que sucedía. Fue cuando en medio de la conversación, le confesé lo de la noche anterior:

_ Si Claudia, salí con él a bailar, a tomarnos una cerveza y,

_ ¿Y?

_ Bueno yo estaba algo tomada, nos besamos, luego

_ ¡No me digas que!

_ Si, lo hicimos y la verdad amiga, fue algo lindo. Después de algunos años sola, me volví a sentir amada y yo saber que puedo amar.

_ Ay amiga, te dije que ibas a caer a sus encantos, jajajajaja

_ Ya loca, bueno más tarde conversamos. Cuídate.

Terminado la conversación con ella, me fui directo a preparar el almuerzo para mi hijo. Una vez concluido mis quehaceres, me fui directo al trabajo, pero esta vez decidí ir a pie hasta allá (la verdad quería caminar y de paso poner en orden mis emociones, si bien la compañía de Henry me hizo muy feliz por unos momentos, también pensaba en que cada día me estaba distanciando de mi pequeño, entonces muchas cosas pensaba y tal vez, Alejandrito aun esperaba que yo pusiese la tienda en la casa, para tenerme más tiempo a su lado, y luego lo de anoche quizá solo fue un debut y despedida. Y también ¿Cómo iba a reaccionar al ver a Henry en el casino? Acaso seguiría con sus mismos pensamientos o tal vez como decía Claudia, solo fui una más de su colección.

Llegué al casino y allí estaba él. Durante nuestro turno no nos dirigimos la palabra, mucho menos las miradas, recién cuando terminé mi labor y estaba por retirarme, siento que me llama:

_ María, detente un momento.

_ Henry, disculpa debo volver a mi casa.

_ Necesito hablar contigo, vamos a comer algo y allí podemos hablar.

_ Lo siento, pero si vamos a hablar de lo que pasó ayer, ese tema quedó olvidado para mí.

_ No lo creo. Lo pude sentir en tu cuerpo, tu boca, tu …

_ ¡Basta! Lo de ayer fue solo un momento de debilidad. Y no se volverá a repetir. Me voy

_ Pero

En ese momento pasó un taxi y me embarqué. Al llegar a mi casa nuevamente mi hijo se había quedado dormido con la tv pendida. Y como fue el día anterior, apagué todo y me eché a dormir. Por la mañana al despertarme encontré un mensaje de wasap (era Henry) que me decía

“Querida María Rosa, lo que esa noche vivimos no fue por un momento de debilidad, fue porque nació en el acto y tanto tú como yo lo disfrutamos. Quizá suene cursi, pero cuando te hice mía, pude sentir con cada gemido tuyo que volvías a nacer, que te entregabas al placer, que buscabas por un momento una cálida compañía. Lo sentí en tus besos, en tu mirada y sobre todo cuando estábamos ligándonos. María no debes cerrarte a tus sentimientos, yo también lo disfruté y no sabes cómo y la verdad te digo de todas las chicas con que estuve, tú has sido la primera a quien he conocido de una forma tan especial y te soy sincero llevaba 7 meses de abstinencia y tus dos años jejejejeje. Bueno solo quiero decirte que yo no solo quiero tu amistad, quiero que seas algo más y también más adelante ser una figura paterna para tu hijo, ya que a mi si me encantan los niños. Solo te pido que lo pienses y si no respondes a este mensaje, entenderé que no quieres nada más. Cuídate y te quiero un montón. Henry”

Después de leer ese mensaje, una súbita alegría, también como una hipotermia entró en mí ¿Era en serio, acaso solo lo decía por decir, solo estaba metiendo galantería, que era en realidad lo que pasaba?

Llegué al casino y vi que Henry no había venido a trabajar ese día. Yo continué con mi trabajo y cuando estoy por salir, me llega un mensaje diciéndome.

_ MARÍA HOY NO FUI A TRABAJAR, PORQUE NO QUERÍA ATARME A UNA FALSA ILUSIÓN, PERO SOLO QUIERO PROPONERTE ALGO. SI VIENES A MI DEPARTAMENTO AHORA, SIGNIFICARÁ QUE QUEREMOS VOLVER A INTENTARLO Y SI NO VIENES, ENTONCES YO TE DOY MI PALABRA QUE ME MARCHO Y NO VOLVERÁS A VERME.

En ese momento me debatía ¿Ir a verlo o regresar a casa y estar con mi hijito? Los segundos parecían interminables, mi mente y mi corazón entraron en debate, uno me decía tu hijo y otro eres mujer y sé que deseas estar con hombre. Al final decidí. Tomé un taxi y fui a su departamento. Una vez al llegar, le marqué y me dijo que subiera que la puerta de su cuarto estaba abierta.

Empecé a subir y cuando llegué a la puerta, quise salir corriendo decir ¡NO! ¡NO! Pero mis manos no hicieron caso a mi mente y empujé la puerta esta se abrió, yo dije ¿Henry? Y luego él apareció, cerró la puerta, mientras sus manos comenzaban a abrazarme y recorrer mi cuerpo. Yo sabía lo que me esperaba y decidí nuevamente ser mujer.

Me tiré a la cama, no sé pero estaba muy caliente, aunque eso ya no me importaba nada, se acostó a mi lado y me abrazó, luego comenzó a abrazarme yo solo atiné a abrirle mis labios, mientras nos besábamos, quise hacerle a un lado y le dije

_ tú sabes que tengo mi hijo y me está esperándome.

_ Por hoy olvídate de él y solo piensa en ti tesoro,

Comenzó a besarme y a sacarme el polo, me gustaba y comencé a corresponderlo, el miedo se me había ido, tenía una sensación muy distinta, luego metió su mano por mi jean y sentí la punta de sus dedos en mi vagina que creo estaba muy mojada ya que resbalaban muy suave, rápidamente se bajó el pantalón y llevó mi mano nuevamente a su pene, quien con solo sentirla solamente me comenzó a desesperar. Me sacó el jean  y yo me saqué mi ropa interior mientras él se desnudaba completamente, subió sobre mí y por segunda vez disfrutaba de su cuerpazo trigueño, llevó su pene hacia mi vagina mojada y sentí como si algo me fuera atorando, entraba ajustado pero sin dolor, llegó al fondo lentamente hasta chocar ahí se fue moviendo hacia los costados hacia unas cosquillas maravillosas, me dije este es el hombre a mi medida, luego comenzó a meter y sacar yo le abría las piernas y las levantaba, en cada empujón que daba me habría más y se iba más al fondo, luego me hizo ponerme en cuatro fue ahí cuando sentí que me corría de nuevo y me acorde de lo que me dijo Claudia, pero eso ya no importaba ahora.

Lo disfrutaba, llevé mi mano hacia atrás por debajo y toque sus testículos en eso nuevamente se me vino y no aguante más y grite, él también se movió muy rápido y sentí que se la mandaba hasta el fondo y luego se quedó quieto, solo sentía adentro caliente y palpitando, luego sacó su pene estaba un poco flácida pero húmeda, la cogí y la metí en mi boca y ahí se la tuve hasta que se volvió más pequeña. Después de eso me fundió en un cálido beso y eso era el inicio de mi romance con él. Nos cambiamos y me llevó hasta mi casa.

Desde ese día hacia maravillas para poder encontrarnos y tener sexo, después del trabajo. Pasaron otros dos meses y seguíamos en nuestra vida lujuriosa, pero en mi casa las cosas cambiaron. Ahora llegaba más tarde, y muchas veces cuando Alejandrito quería acercarse a mí, lo alejaba. Una mañana él me pregunto mientras tomaba su desayuno.

_ Mamita ¿Ya conseguiste el dinero para la tienda?

_ No hijito, aún no pero ya lo conseguiré. Te lo prometo

_ Ya llevas siete meses mamita. Pero bueno esperare, y se acercó a darme un beso.

Ese beso de mi hijo, nuevamente me hizo reaccionar ¿Qué haces mujer? ¿Por qué le mientes a tu hijo? Dile la verdad de una maldita vez. Quería hacerlo, pero algo me impedía decírselo. Después de todo ¿Quién no ha tenido un amante a escondidas de su familia?

Después de ese día pasaron dos semanas más y un sábado fue el día fatal. Y por qué lo digo, aquel sábado era un sorteo estelar y en el casino nos ordenaron quedarnos doble turno, porque era el aniversario de ese local. Cuando le dije a mi hijo que no vendría en toda la noche, él lo aceptó y para que no se quedará solo, hable con una de mis vecinas para que esa noche lo cuidará y se quedará en su casa. Tras llegar a ese acuerdo, me fui a trabajar, aunque ese día no nos quedamos toda la noche ya que todo terminó a la 1 de la madrugada. Al salir Henry me dijo para ir como siempre a su departamento, pero no quería hacerlo, entonces me dijo

_vamos a tu casa te acompaño.

Y yo acepté. Una vez que llegamos, le hice pasar y me acordé que mi hijito no estaba, entonces Henry me preguntó por él y le dije que se iba a quedar toda la noche en casa de una vecina. Entonces él comenzó a besarme, yo me negaba, pero sus besos me dominaron, entonces me dijo:

_ Quiero conocer tu cama, la cama dónde pronto dormiré contigo

Nos miramos fijamente y cual, si estuviéramos conectados, empezamos a besarnos con más deseo a pasar nuestras manos por el cuerpo del otro, no importaba que estuviéramos en mi casa, ¡ahora mi deseo era incontenible!

Comenzamos a despojarnos de nuestra ropa rápidamente, acariciándonos sin demora, ¡como para recuperar el tiempo perdido!

¡Mmm!!… como extrañaba tu piel, tu aroma…

_ ¡TE DESEO TANTO!

Y diciendo esto me colocó en cuatro patas como una perrita deseosa de sentirlo de inmediato y levantó mi trasero hacia su cara, hizo mis bragas húmedas las cuales son la única prenda que aún conservaba puesta y separando mis nalgas comienza a pasar sus dedos por mi vagina primero y por el ano después impregnándolo por completo con mis flujos, para así introducir un dedito suavemente por allí.

El siguiente paso, la lengua, tanteando apenas con la punta para comprobar el efecto que producía en mí, la pasa tímidamente de la rajita hasta el ano, tan delicadamente que me sentía morir.

Me baja las bragas por completo dejándolas a la altura de mis rodillas, el termina de desnudarse también, yo lo observo por encima del hombro y comienza a comerme la espalda a besos y mordiscos.

_ COMO ME GUSTA TU ESPALDA, ¡Y ESE ANO TAN RICO, QUE BANQUETE TAN INESPERADO VOY A DARME!

_ ¡CÓMETELO ENTERO… QUE ESPERAS…!

Él ni corto ni perezoso arremete contra mis nalgas lamiéndolas, mordisqueándolas y separándolas con sus grandes manos, masajeándolas en círculos, encendiéndome aún más, haciéndome gemir y jadear de manera incontrolable para lo cual él es un completo experto.

Sentí mi ano completamente dilatado por sus caricias y lametones.

Estaba tan excitada que mi vagina parece a punto de explotar de tan hinchada y húmeda que se encuentra, gotas de sudor descienden por todo mi cuerpo y siento que el momento del orgasmo se aproxima, pero él se detiene y se separa un poco de mi cuerpo, ¿qué espera? me pregunto y pego mi culo a su pene para frotarme contra el.

¡Quieres que te penetre en el ano!

¡SI!! ¡YA LA QUIERO!

¡Prepárate entonces porque conocerás el placer anal!

Me daba escalofríos recordar lo doloroso que es al principio, ¡pero el deseo le puede al miedo y me coloco en posición de recibir su pene recto de nuevo dentro de mí!

Comienza a introducir la punta poco a poco y luego el resto, ¡siento que todo da vueltas y quedo apoyada en los codos debido al dolor a pesar que él ha sido tan cuidadoso!

Empiezo a gemir, pero poco a poco me voy acostumbrando de nuevo a este intruso tan bien conocido y querido hasta el punto que yo misma comienzo a moverme hacia delante y atrás pegando mis nalgas contra la parte baja de su abdomen.

Siento sus testículos chocar contra mi vagina y el dolor se torna poco a poco en placer, me apoyo en mis manos nuevamente para darle más firmeza a mis movimientos, moviendo mis caderas en círculos y de vez en cuando acariciando sus testículos para agradecerle por todo lo que me está haciendo gozar.

_ ¡QUÉ RICO CULO, UHM!

_AH, SI, AH, MAS, ¡DAME MÁS!

Jamás pensé en estar en mi casa con otro hombre y haciendo anal, que rico sentía sus embestidas, me tenía toda empalada y jadeante.

Se sentó en la cama y me pido subiera, yo subí de frente ensartándome sola y dejándome caer en su verga grande, me dolía, ¡pero con el paso de los movimientos me acostumbre a todo y ahora lo cabalgaba con mucha fiereza!

_ ¡SI, ASÍ QUE RICO TE MUEVES NENA!

_ ¡AH, ¡SI MI AMOR, ¡UHM, ¡QUE RICO, AH!

Sus gemidos se van haciendo más y más fuertes, me apretaba las nalgas moviéndome más rápido, nos besábamos me mordía los pezones, ¡la verdad me penetraba riquísimo!

Me acostó boca arriba y levanto mis piernas, yo las abrace dejando mi culo abierto para el

Nuevamente me la metió haciéndome sacar un grito de loca, sentía que no podía respirar, me dolía muchísimo, sentía que me sacaba el alma, pero no quería que me dejará sin ese rico intruso en mí

_ QUE RICO, UHM, AH, SI ASÍ, ME DUELE, ¡UHM!

_ NENA, ERES LA MEJOR, UHM, ¡QUE RICO CULO!

El me embestía muy fuerte, yo escurría de mi vagina, y ni que decir de sus gemidos eran fenomenales anunciándome que él está a punto de correrse.

Así fue, me inundó los intestinos por completo con chorros de su espesa leche que parecía que no fueran a terminar, que sensación más deliciosa, sentí una oleada de calor como no había sentido en mucho tiempo.

Supliqué en silencio por sentirlo unos segundos más y como a buen entendedor pocas palabras apretaron aún más mis caderas pegándose más a mi sin dejar de moverse hasta hacerme estallar.

_ QUE RICO, UHM, ¡QUE RICA LECHE!

_ ¡AH!! CIELO QUE RICO, UHM, ¡QUE RICO SEXO!

Nos abrazamos muy fuertemente y nos besamos, hasta quedaros dormidos (el trabajo de ese día fue muy fuerte y encima nuestra rutina sexual nos dejó totalmente exhaustos.

Pero como las desgracias no avisan, Henry y yo nos dormimos, totalmente desnudos, cuando de pronto escuché un grito, el grito que era el principio del fin.

_ ¡¡¡¡MAMÁ!!!

Desperté y frente a mí, estaba mi hijo, bañado en llanto, con la cara de espanto, sorpresa, yo no sabía qué hacer y ni siquiera se me ocurrió cubrirme en ese momento. Henry despertó y se cubrió con una almohada, pero ya era muy tarde.

_ ¡ALEJANDRITO ESPERA DEJA QUE TE EXPLIQUE!

_ NO ME DIGAS NADA, ERES UNA MENTIROSA, ME VOLVISTE A MENTIR, TRAJISTE A UN HOMBRE A ESTA CASA.

_ ¡HIJO ESPERA, TODO TIENE EXPLICACIÓN!

_ NO, NO

Alejandrito salió corriendo y esta vez escuché que la puerta de la calle se cerró con violencia. Yo me puse una bata de dormir, para alcanzarlo, Henry no me detuvo, y al correr hacia la puerta, escuché un grito desde la calle.

_ ¡CUIDADO!

Y en ese momento se escuchó como un auto frenaba y un impacto como si con algo hubiese hecho efecto.

_ ¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡ALGUIEN AYUDE A ESE NIÑO!

Cuando escuché eso, mi corazón empezó a latir más y un sentimiento de culpa, comenzó a invadirme, todo acompañado de un miedo indescriptible.

Al salir a la puerta los vecinos rodeaban entre gritos a un cuerpo pequeño, me acerqué y vi que ese niño atropellado, con la cabeza llena de sangre, era mi hijo Alejandro.

_ ¡HIJITO NOOOOOO!

Y mis lágrimas en ese momento, al igual que mi cuerpo totalmente muerto, no dejaban de caer.