Séptima [Ciencia ficción] - Capítulo 11
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- El primer iluminado
—¿No nos iremos a dormir? —preguntó Thalía.
—La nave tiene un sistema de hipervelocidad —explicó Yael—, todo fue un engaño para hacernos creer que habíamos viajado 150 años.
—¿Por qué harían algo así? —preguntó.
—Tal vez para que al llegar a Andralian y descubrir lo que harían con nosotros, no nos importara, si ya habían pasado tantos años en nuestro planeta, no íbamos a querer volver —le dijo—, nos hubiesen convencido.
—Ir a Andralian es una misión suicida —intervino Leinor.
—Tenemos que rescatar a esas personas —dijo Yael con preocupación.
Los chicos estaban sentados en el suelo de la sala central. Suri estaba frente a la consola de mando intentando descifrar la estructura física de Andralian y así tener una idea de lo que debían hacer. Azul estaba sentada a un extremo, recostada de la pared, mirando hacia arriba con los brazos cruzados. Yael estaba preocupado por lo que pasaba su hermana, a él no le afectaba tanto el hecho de que su padre estuviera muerto, y que los hubiesen procreado específicamente para ese proyecto. Solo le preocupaba su hermana.
—¿Qué es eso que tienes ahí? —le preguntó Leinor a Lyo.
El chico entraba a la sala con un libro en sus manos.
—Lo encontré en una de las habitaciones.
—Es un libro de la historia draconiana —dijo Yael acercándose con curiosidad y leyendo la portada.
—¿Y qué esperan? —intervino Suri— léanlo.
Azul se interesó y prestó atención cuando Lyo empezó a leer.
«El primer draconiano que unificó las leyes y pensamientos de su civilización fue llamado Abdías El primer iluminado . Estudió durante años el por qué su gente se sentía incompleta y vacía. Con los avances tecnológicos logró conocer otras civilizaciones primitivas y algunas otras evolucionadas. Con el estudio de las religiones, creó nuevos sistemas de pensamientos que revolucionaron su mundo y aquellos que descubría. Plantó sus ideales como semillas en el universo que conocía y estas germinaron en felicidad y plenitud.
Cuando Abdías conoció a la raza humana, su investigación dio un giro completamente diferente. El ser humano estaba más vacío, más incompleto y más dividido que cualquier otra raza que hubiese conocido, pero ésta lo negaba. El humano se ha vanagloriado siempre de creencias absurdas, ha creído ser el centro del mundo, el centro de su sistema planetario y el centro del universo, un universo que ni siquiera conocen.
Abdías se vio frustrado en muchas ocasiones de no poder plantar humildad, generosidad y sencillez en sus nuevos pupilos. Retorcían sus ideales religiosos, enseñanzas de amor y paz, convirtiéndolos en guerras, muertes y daños hacia sus semejantes. Destruían las maravillas de su planeta a cambio de banalidades y cuando empezaron a crear transportes para viajar fuera de su planeta, Abdías tuvo que intervenir.
Al momento de mezclarse con los humanos, su proyecto de unificación espiritual empezó a tomar forma.
Él había descubierto que el alma de todos los seres vivos se dividía en un total de siete partes en su madurez. Esto quería decir, que un alma evolucionada, constaba de siete partes en siete lugares o planos diferentes. Y que solo podían encontrarse atravesando distancias casi infinitas en el universo.
El universo ha estado en constante expansión desde el inicio, por lo que todos aquellos elementos de creación, en algún punto casi infinito, tenían que repetirse con ciertas diferencias.
Al llegar a la tierra, se posicionó con los humanos de élite, con los líderes, con los que tenían el poder y se ocultaban detrás de rostros menos importantes.
Intervino en diferentes proyectos espaciales, intentando atrasarlos. Su objetivo era no dejar que los humanos salieran al espacio exterior.
Cuando Abdías logró la manera de viajar distancias casi infinitas, descuidó su objetivo principal. Viajó cerca de cincuenta años terrestres por el universo desconocido en busca de las otras partes de su propia alma, pero nunca pudo encontrar las otras seis. Esto lo enfureció, eso significaba que su alma no había evolucionado lo suficiente o que se había equivocado.
Al regresar a la tierra, todo se había convertido en un caos. Los humanos habían destruido, casi en su totalidad, un satélite natural llamado Luna. La guerra había matado a millones de personas, había destruido enormes hectáreas de vegetación, asesinado a millones de animales hasta extinguirlos. Habían perdido su humanidad.
Cuando Abdías estaba por rendirse, conoció la parte humana de su alma. Se dio cuenta que estaba en lo correcto y que, a medida que el alma va evolucionando, esta se va dividiendo. Él ya había encontrado uno, pero había un problema: no lo podía mirar a los ojos.
Realizó experimentos y ensayos en sí mismo y su nuevo compañero. Consiguió crear un Nirvana , un líquido espeso que aceleraba las funciones neuronales principales del cerebro. Al unir su alma con la de aquel humano, miles de conocimientos se adentraron en su mente: la creación de agujeros dimensionales, la forma de salvar a la humanidad, el proyecto Séptima. Vio muy de cerca los conocimientos de creación suprema, como la formación de estrellas, planetas y galaxias enteras, tal cual lo hacía, según sus creencias, el Dios al que adoraban los humanos y del cual tergiversaban sus enseñanzas. Se obsesionó de tal manera que empezó a reclutar jóvenes talentos, inteligentes, con habilidades únicas y diferentes, buscó por todo el universo sus otras partes, pero nunca las encontraba todas, nunca pudo encontrar almas completamente evolucionadas»
Cuando Lyo terminó de leer, nadie dijo nada.
—Nuestra raza encontró la forma —dijo Azul y todos la miraron—, mejor dicho —acla—, los crearon ellos mismos.
Yael la miró y tragó fuerte.
—Mamá nos dijo —empezó a decir, pero corrigió—, Áurea nos dijo que habíamos sido procreados para esta misión, Azul tiene razón, encontraron la manera de tener sus almas evolucionadas con las investigaciones de este draconiano.
—Ahora quieren unir nuestras almas para ser los amos y señores del universo —dijo Leinor chasqueando los dedos.
Azul la miró con curiosidad.
—Tiene sentido —dijo Suri—, tenemos que planear cómo vamos a rescatar a todos esos chicos —agregó con fastidio—, estas personas deben estar muy locas, además que ya saben muchas más cosas.
—Sí —dijo Azul poniéndose de pie—, pero tenemos algo que ellos no —todos la miraron— almas evolucionadas.
La chica caminó hacia la consola de mando y los miró a todos desde la pequeña plataforma.
—El libro nos ayudará —empezó a decir—, ya sabemos que son unos dementes obsesionados con el universo, también sabemos que no podemos mirar a nuestras otras partes a los ojos —puntualizó—, tenemos armas —agregó—, somos diez aquí, pero allá —señaló hacia el negro espacio que se cernía afuera— tenemos sesenta personas que estarán de nuestro lado, tenemos a Áurea —dijo amargamente—, la interrogaremos cuando se recupere de la hibernación.
Todos asintieron con entusiasmo.
—¿Cuánto tiempo nos tomará llegar hasta Andralian?— le preguntó a Suri.
—Cinco años.
—¿Cómo va el reconocimiento de la estructura física?
—Lento, pero seguro.
Azul le dio la espalda a sus compañeros y miró hacia el ventanal, mientras se masajeaba la nuca. Yael se acercó a ella.
—No tienes que llevar el peso de esta misión sobre tus hombros.
—Lo sé —dijo cansada.
—Yo interrogaré a Áurea —dijo— Azul. —Hizo que la mirara— Esa mujer, haya hecho lo que haya hecho, es nuestra madre —puntualizó—, no dejes que el resentimiento y la ira te nublen la mente.
—No puedo confiar en ella.
—Yo tampoco —la interrumpió—, pero se merece el beneficio de la duda. Quiero que estés conmigo cuando la interrogue. Mientras, ve a descansar.
Azul asintió y se fue a su habitación. Su hermano siempre había sido así, desligado de las emociones fuertes, pero siempre se preocupaba por ella. Tenía tal equilibrio de sus sentimientos, que a veces lo envidiaba. Sabía controlar sus pensamientos, sabía tomar decisiones desde puntos de vista neutros. Y aun esperaba que Áurea le diera una explicación razonable y menos dolorosa de la existencia de sus hijos.
Empezó a recordar pequeños momentos de su infancia. Sus padres se habían ido cuando ellos apenas eran unos niños y nunca imaginó que su nacimiento hubiera sido planificado de esa manera. Le habían quitado su libre albedrío, o eso pensaba. Ella misma había decidido ir por sus padres, dudó un poco sobre eso, ¿sería posible que eso también estuviese planificado?, no lo creía. Sus acciones habían retrasado el proyecto, al menos, cinco años.
Suri analizaba el mapa de la estructura andraliana. El planeta parecía ser completamente rocoso, con pequeñas construcciones específicas.
—Se ve muy tenebroso, debo admitir —dijo la chica a la rubia que estaba sentada a su lado.
—Las estructuras parecieran estar muy iluminadas —señaló Leinor.
—Es roca luminosa —le explicó Suri—, sus edificaciones parecen estar hechas de ese material.
El mapa señalaba una edificación enorme sobre una superficie de roca lisa.
—Ese parece ser un edificio importante —dijo Leinor.
Suri guardó las coordenadas en un pequeño recuadro flotante al lado de la pantalla y otras coordenadas aparecieron cubriendo la pantalla.
—Mierda —dijo Suri tecleando—, la nave tiene coordenadas predeterminadas de llegada.
—¿No las puedes cambiar?
—Eso intento —dijo apresurada.
La pantalla emitía sonidos de error con cada tecla que Suri presionaba.
—Vamos a llegar justo a sus garras y vamos a morir —dijo Leinor con una sonrisa sarcástica.
—Pues tendremos que matar antes de que nos maten.
—Me gusta ese plan.
Yael paseaba por los pasillos blancos de la nave, observando con detalle cada habitación vacía. Encontró el depósito de basura y observó varias naves individuales colocadas al borde de la compuerta que daba al exterior, supuso que eran las naves de emergencia. Justo al lado estaba una habitación o lo que quedaba de ella. Lo que parecía ser un ventanal, era una puerta, pero hacia el otro lado no había nada.
—Creo que aquí estaban las naves que salieron con los doce chicos terranos —Thalía se acercaba detrás de Yael con su mascota revoloteando en sus manos— me tomé la libertad de explorar un poco mientras todos estaban atentos al drama de tus padres —dijo con una pequeña sonrisa— o bueno, de tu madre.
—¿De qué hablas? —preguntó Yael dándose la vuelta para mirarla de frente.
—Entré a la habitación donde estaban tus padres —dijo bajando la voz—, Suri me ha enseñado un poco de todo —explicó— la cámara donde estaba tu papá, había sido programa para autodestruirse, alguien lo hizo, mira —sacó un trozo de metal del bolsillo de su pantalón y Yael lo tomó para mirarlo.
En el recuadro habían tecleado códigos que indicaban una cuenta regresiva y un bloqueo de emergencia. Eso significaba que, aunque no hubiesen intentado abrir la cámara, ésta igual se hubiese destruido.
—¿Puedo quedarme con esto? —le preguntó.
—Claro, también tengo la que estaba en la cámara de tu mamá —dijo extendiéndole el pedazo de metal.
—No le digas sobre esto a nadie más —le pidió— muchos menos a Azul.
—¿Cómo está ella?
—Sólo tiene que poner en orden sus ideas —dijo—, pero esto la alteraría muchísimo, así que prefiero que lo mantengamos en secreto —Thalía asintió.
Yael intentó poner su mente en blanco, pero la duda le empezaba a incomodar. No había nadie más en esa nave, quién podía haber colocado un sistema de autodestrucción a la cámara de su padre. No quería acusar a su madre sin tener pruebas de ello. Aunque todo indicara que había sido ella.
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Holaa!! Como siempre, la historia está completa en mi blog para descargar. Además, si les gustan las historias paranormales/románticas también subí la 2da edición de Proyecto Fantasmagorium Castle Village, una historia inspirada en los Cazafantasmas pero lésbica gg
Besos, abrazos y feliz año!