Sentimientos de un marido 2

Les paso la segunda parte del relato de mi amigo José.

Así fué la primera vez que tuve sexo completo, después de esa noche no volví a ver a esa chica, muy linda y liberal para esa época.

A Javier sí, por algo éramos buenos amigos y hasta la fecha nos vemos muy de vez en cuando y en muy pocas oportunidades comentamos lo de esa noche, él al poco tiempo terminó con su enamorada de esa vez.

La segunda vez, fue con Eliana, una chica de mi barrio, era poco agraciada pero tenía un trasero impresionante y unas tetitas chiquitas pero muy duritas y paraditas , prácticamente ella me pidió que me la tirara, éramos muy buenos amigos y nos comentábamos todo.

Eliana tenía mi misma edad, esto sucedió casi un año después de la primera vez; un día estando reunidos en la puerta de su casa, estábamos conversando y salió el tema del sexo, Eliana me dijo que quería tener sexo y me confesó que lo había intentado con Javier ( Javier también era del mismo barrio), ahí detrás de la puerta donde conversábamos en ese momento, Eliana me refirió que ese día le pidió a Javier que se la metiese, ella hasta ese momento me dijo no sabía de las proporciones del miembro de Javier y yo me hice el que no sabía del tema.

Entraron y ahí  parados detrás de la puerta de su sala comenzaron a tener sexo, lo que me contó Eliana fué que en ese momento ella tenia una faldita de esas tipo jean que le llegaba más arriba de las rodillas y un polo holgado sin brasier debajo. Javier comenzó a besar y acariciar a Eliana  por todos lados, le subió la falda hasta la cintura, Javier bajando el cierre de su pantalón sacó su pene y haciendo a un lado el calzón de Eliana, comenzó a sobajear por fuera su conchita, Eliana me siguió contando que no tuvo tiempo de ver en ese momento el pene de Javier, sólo sentía el sobajeo de arriba a abajo en todo lo largo de su conchita, mientras se besaban muy apasionadamente.

Eliana, continuó relatándome, que si bien no era virgen en ese momento, no por haber tenido relaciones si no por que le gustaba masturbarse y en una se esas se excitó demasiado que sus dedos rompieron su himen. Bueno, me siguió contando de que Javier y ella ya se encontraban bastante excitados y ambos mojados por los jugos de ella y por el líquido pre-seminal de Javier, que él comenzó a intentar meter su pene en su conchita, pero por más lubricada que se encontraba no lograba entrar, más bien sentía que la partían por la mitad,  me dijo que Javier se separó  de ella y recién ahí pudo saber por que no podía ser penetrada, vio en directo el miembro de Javier, en su máxima dimensión, bien parado, con las venas a reventar y el semejante glande que se manejaba.

Eliana me dijo que no pudo contener la ganas de agarrar ese pene y lo hizo, lo sintió caliente y duro como un fierro y su mano a las justas podía abarcar el grosor de semejante miembro y las palmas de sus manos sentía las venas como en alto relieve y la palpitación de cada una de esas venas, Eliana haciendo un esfuerzo le dijo a Javier que volviese a intentar penetrarla, él primero bajó una de sus manos a su conchita y comenzó a acariciarla y a meter primero un dedo en esa conchita, Javier al hacer esto, le preguntó a Eliana si era virgen, a lo cual ella le dijo que no, y le refirió lo que a mi me había contado.

Javier con mucha paciencia, siguió acariciando y metiendo ya dos dedos en la conchita de Eliana, ella me dijo que lo hacía muy suave y lentamente, como para ir dilatando su entrada y seguir excitándola, lo cual daba resultado, ya que allí abajo ya era una acumulación de jugos y una llegada al orgasmo de Eliana, en ese momento Javier intento nuevamente meter su pene dentro de su conchita, pero sólo logró meter parte de la cabeza ya que la tubo que retirar a pedido de Eliana, que no aguantaba el dolor, Javier le dijo que era muy estrecha y que si lo volvía a intentar le podía hacer daño.

Eliana por eso me dijo que quedó resignada a no ser penetrada por Javier en ese momento, por eso  en ese punto de la conversación con ella, me pidió que entremos a su sala un momento, pensé que quería hacer allí mismo como quiso hacerlo con Javier y eso comenzó a excitarme y mi pene  comenzó a ponerse duro, estando dentro de su sala Eliana me dijo que me saque mi pene, que quería verlo por que no quería llevarse otra sorpresa como con el pene de Javier, me sonreí y accedí a enseñarle mi miembro que estaba ya bastante duro, ella lo miró y me lo agarró y suspirando me dijo que estaba bien que no era tan grueso como el de Javier, pero de largo estaba muy bien, como cualquier hombre me sentí alabado y nos reímos.

Eliana me dijo que quería ahora sí más que nunca hacerlo conmigo, pero no allí parados en su sala, quería hacerlo lo más cómodo posible, para ello me dijo que su hermano mayor Carlos ( de 25 años más o menos), tenía un cuarto de soltero cerca de donde vivíamos, ella un día que llegó mareado conversaron y le confió ese secretito. Eliana me dijo que tenía planeado hacerse de las llaves un día que Carlos no piense utilizar ese cuartito, yo le dije que estaría dispuesto a hacerlo y esperaría cuando ella me diga.

Pasaron unos 20 días, cuando estando solos nuevamente, Eliana me dijo que había ido hace un par de días al sitio de su hermano Carlos, que había entrado muy discretamente y me refirió con estas palabras textuales "El pendejo de mi hermano lo tiene muy bien acondicionado, tiene un colchón grande en el suelo bien equipado, un estante con algunos tragos, un par de sillones y una mesita", nos reímos , Eliana me dijo que seguro que el colchón en el suelo era para no hacer ruido al momento de la acción.

Eliana me refirió que ese fin de semana Carlos se iba de paseo con sus amigos del trabajo, me dijo que era la oportunidad que estaba esperando y que estaba rezando para que no se lleve las llaves y las deje en el escondite que ella había descubierto.

Le dije que estaba de acuerdo y quedamos para el día sábado que venía, planeamos primero ir a una disco cerca para entonarnos un poco y de allí al cuartito.

Y así pasó, el sábado por la mañana ella muy contenta me buscó en mi casa, me dijo que Carlos ya había viajado y que no se había llevado las llaves y así confirmamos la salida de la noche.

Nos fuimos a una disco, tomamos unos tragos, bailamos un poco, ambos estábamos nerviosos y pasado un par de horas, nos dirigimos al cuarto de Carlos, con Eliana entramos muy sigilosamente, para no levantar sospechas entre los vecinos, entramos en la habitación, Eliana prendió unas luces de las lamparas que eran tenues, nos sentamos en el colchón que era muy mullido y ella había previsto una botellita de espumante y nos servimos un par de vasos.

Comenzamos a besarnos y yo la comencé a desvestir, tenía unas tetitas chiquitas, pero bien paraditas, cuando se paró para quitarse el pantalón, pude apreciar unas lindas piernas y un culito maravilloso muy bien formado, para mí era suficiente, todo ello compensaba su carita no muy agraciada.

Yo y Eliana ya estábamos desnudos, la eché suavemente en el colchón y por fin pude ver su conchita, tenía muy pocos pelitos  y eran cortitos y muy gruesos, lo sentí cuando le comencé a acariciar su conchita, ella se abrió de piernas me dí cuenta que estaba deseosa de ser penetrada, por mis caricias y besos en todo su cuerpo ella comenzó a excitarse y a emitir sus primeros quejidos, que parecían muy fuertes, ya que lo que faltó pre-veer  algo de música.

Lo que me excitó fué chupar y besar esas tetitas paraditas y duritas, con sólo abrir mi boca un poco, toda esa tetita entraba en mi boca y su pezón era duro y bien paradito, tanto así que dentro de mi boca sentía al chuparlos su dureza de ese pezón  en mi paladar.

Al principio de costado los dos y luego yo me fuí subiendo sobre Eliana y ya sobre ella, comencé a dirigir mi pene ya muy duro, hacia su entrada, agarré mi pene con una de mis manos y comencé a sobarlo por toda su rajita, hasta sentirla muy húmeda y en ese momento comencé a penetrarla, realmente mi glande entró con facilidad pero al avanzar más profundamente realmente su conchita estaba muy estrecha, saqué un poco mi pene y volvía a empujarlo hacia dentro con un poco de más fuerza y logré introducirlo no sin antes sentir un ardor en mi glande por la resistencia de su conchita estrecha.

Vencido este obstáculo y esperando unos segundos a que ella acepte mi pene dentro de ella, comencé a meter y sacar mi pene a lo que ella comenzó a llevar el ritmo con el movimiento de sus caderas de arriba a bajo y yo en un momento logré metérsela hasta en fondo, lo que causó el Eliana un prolongado y ruidoso orgasmo, me rodeó con sus piernas a la altura de mi baja espalda y con sus manos en mi espalda, me apretó hacia ella logrando una mayor penetración y yo que se la metía y sacaba cada vez con más fuerza.

Yo estaba en ese momento obsesionado por tenerla de cuatro patas, como Javier tuvo a su enamorada, por eso saqué mi pene y la volteé muy delicadamente y le dije lo que quería, a lo cual Eliana aceptó y se puso de cuatro en el colchón y por detrás volví a a penetrarla embistiéndola cada vez con más fuerza a lo que ella respondía empujando su culo hacia atrás, ya en un momento éramos un solo fuerte y rápido movimiento, listos para llegar a un orgasmo, con mis manos en sus caderas, apretándola cada vez más fuerte y rápido hacia mi y con mi pene durísimo, no tarde en estar listo para llenarla de leche y Eliana pegando su culo con fuerza hacia a mi, logré acabar dentro de ella en una fuerte penetración.

Pasado este momento de éxtasis  y ya repuestos del momento de lujuria vivido, Eliana me refirió, que fuí el primero de penetrarla totalmente y que dijo que me sintió hasta lo muy profundo de ella, lo cual  elevó mi libido.

La tercera vez, si no más recuerdo, fué tan fugaz en una fiesta, en el baño con otra chica que sólo fué una metida y sacada en el baño en la casa que estuvimos, sólo fué una penetración tan corta porque el lugar no era el muy adecuado.

Continuará...