Sentimientos de un Marido 1
Relato que me envió mi amigo José y se los retransmito a Uds., ya que él confiesa sus sentimientos referente al sexo.
Mi esposa, Lucy y yo José, llevamos casados 25 años, ella bordea ya los 45 años y yo tengo 48 años.
Tenemos dos hijos, Andrea la mayor de 22 años y Luis de 20 años, ambos estudiantes aún de universidad, excelentes hijos y ambos llevan hará un año una vida independiente.
Como pueden sacar sus cuentas nos casamos jóvenes Lucy con 20 añitos y yo con 23, en plena juventud. En los años 90” ya lo referido al sexo dejaba de ser tabú, por ello nosotros ya teníamos relaciones sexuales antes de casarnos, valgan verdades, Lucy tenía un poco más de experiencia en lo relativo al sexo, ya que antes de conocernos tuvo una pareja con quien experimentó el sexo, según ella misma me lo contó en una oportunidad cuando todavía éramos enamorados y me refirió también que con “él” perdió su virginidad.
Esto Lucy me lo refirió antes de tener relaciones conmigo, ya que desde que nos conocimos convenimos ser sinceros y honestos entre nosotros y esto también abarca lo concerniente al tema sexual y además que pensó que si iba tener sexo conmigo yo me iba a dar cuenta que ya no era virgen.
En lo que a mi respecta, de sexo tenía una no muy amplia experiencia, esta se limitaba a dos o tres ocasiones que tuve relaciones con unas amigas, por que ni siquiera eran enamoradas, la primera vez fue en uno de mis cumpleaños creo que a los 17 años, en mi casa, nos quedamos al último de la fiesta un amigo, Javier y su enamorada y yo con una amiga de la enamorada de Javier (los nombres de ellas no los recuerdo)todos teníamos casi la misma edad, ya con unos tragos de más, comenzamos a jugar póker de prendas.
Primero todos comenzamos a perder prendas menores, las mujeres: anillos, pulseras, aretes, zapatos y demás chucherías y nosotros: relojes, anillos, zapatos, medias, etc. Y cuando estas prendas se acabaron, empezó lo interesante, las chicas perdieron sus chompas, blusas y pantalones y nosotros de igual forma, en no mucho tiempo ellas estaban en brasier y truza y nosotros en boxers.
Estábamos en la sala en el primer piso, en el segundo estaban mis padres durmiendo, por ello no hacíamos mucho ruido.
El siguiente que perdiera iba a quedar desnudo en nuestro caso y ellas enseñando ya algo más interesante por así decirlo, ambas chicas tenía cuerpos formados y unos senos redonditos y muy naturales, eran muy simpáticas, a nosotros ya se nos notaba el bulto debajo de los boxers para risa de ellas.
Antes de empezar el juego, mi pareja se levantó para ir al baño, momento que aproveché para poner más música y al regresar al sitio donde jugábamos, Javier y su enamorada ya estaban en unos morreos imparables, a él las manos ya no se las paraba nadie, yo al ver que mi pareja no regresaba del baño, fui a ver que pasaba, toqué la puerta y le pregunté si se encontraba bien, y me manifestó que sí.
Por eso regresé a la sala y antes de entrar miré por la puerta entre abierta que Javier ya le había bajado el brasier a su enamorada y le estaba besando sus tetitas y una de sus manos se encontraba acariciando su sexo por debajo de su truza, ella ponía un poco de resistencia, al parecer no quería llegar a tener sexo, pero él no paraba es su tarea de seguir acariciándola.
Yo me regresé al baño muy caliente por lo que había visto y justo en el momento que iba a tocar la puerta, ésta se abrió y ella se quedó unos segundos parada frente a mi, lo que aproveché en entrar y sin perder tiempo abrazarla y plantarle un beso en la boca, beso que fue correspondido por ella, cerré la puerta y seguimos besándonos, ella me preguntó por su amiga y le dije que ellos ya estaban en lo suyo.
Yo ya empecé a sobarle su traserito bien parado y firme y a pegarla más a mi con ambas manos sobre sus glúteos y la reacción que tubo fue apartarse un poco ya que sintió mi miembro que estaba a estas alturas bien duro a las justas sostenido por el boxer, pero volví a hacer presión sobre sus nalguitas y esta vez ella cedió y se pegó bien a mi sintiendo mi miembro duro sobre su estómago (ella era mas bajita que yo).
Al ver esta reacción le comencé a meter mano a sus tetitas, que las tenía bien redonditas, al primer contacto directo con ellas debajo de su brasier, ella no dijo nada y se pegó más fuerte a mi cuerpo y me siguió besando, yo aproveché esto y bajé la tapa del baño y me senté y le dí vuelta a ella para que su espalda esté pegada a mi pecho y la senté en mis piernas, ella y yo aún conservábamos nuestras truzas, le seguía sobando con ambas manos sus tetitas ya salidas de su brasier y besaba sus hombros y su cuello.
Ella hacía movimientos más o menos circulares sobre mi pene y se apretaba sobre el, cosa que a mí ya me terminó de calentar y al parecer a ella también, por eso aproveché en pararla ligeramente y aproveché en sacar mi pene por un lado de mi boxer y ella al volver a sentarse abrió un poco sus piernas y mi pene salió entre sus piernas, iniciando un sobajeo sobre su truza, ella apretó sus piernas y ajusto mi pene que estaba ya botando líquido pre-seminal, ella estaba con la cabeza hacia atrás bien pegada a mi pecho, en un momento se inclinó hacia delante y bajó la mirada a mi pene y lo agarró, yo aproveché y dejé de acariciar sus tetitas y bajé mis manos hacia su sexo y por el costado de su truza le metí ambas manos y comencé a acariciar su pelitos que los tenía bien frondosos y poco a poco llegué a sus labios vaginales los cuales ya se encontraban bastante húmedos, ya no pude aguantar más y con una mano le separé la truza y con la otra cogí mi pene retirándole su mano la empujé un poco hacia arriba lo cual ella entendió y se levantó un poco y me ayudó a dirigir mi pene a la entrada de su vagina.
Ya con la cabeza de mi pene en la entrada, ella se terminó de sentar y de meterse el resto de mi pene dentro de su conchita, la sentí muy caliente, le agarraba de sus caderas y la impulsaba hacia arriba y hacia a bajo (en ese momento me di cuenta que no era virgen), mi pene estaba en su gloria, era la primera vez que concluía una penetración, (antes solo llegaba a sobajeo sin penetración con algunas enamoradas) lo único era que no era virgen.
Aumentamos la velocidad del sube y baja y ella comenzó a emitir unos quejidos, la hice callar ya que mis padres podrían escucharnos, yo ya estaba a punto de explotar y quise levantarla para acabar afuera, pero ella no se dejó y se apretó más hacia mi insertando mi pene hasta lo más profundo de su conchita, me dijo: termina adentro no hay problema, un par de movidas más y se vino toda mi leche dentro de su conchita, ella percibió esto y se sentó con fuerza sobre mi pene haciendo pequeños movimientos circulares, esto terminó por hacerme explotar una y otra vez chisgueteado dentro de ella mi leche.
En este estado de culminación me estiré hacia atrás e hice sonar la tapa del tanque del baño, cosa que hizo un ruido fuerte, a lo que sentí la voz de mi madre preguntado si todo estaba bien, le contesté rápido y lo más tranquilo posible, que todo estaba bien, que me había resbalado. Nos paramos rápido sin hacer ruido, yo guardé mi pene dentro del boxer y ella acomodó su truza al pararse y eso evitó que toda mi leche cayese al suelo, toda quedó en la truza de ella, se le notaba toda húmeda, pero por el apuro salimos rápido del baño hacia la sala.
Cuando llegamos a la sala la puerta se encontraba entre abierta aún, Javier y su enamorada estaban en pleno ajetreo, ella de cuatro sobre la alfombra de la sala y el casi arrodillado por detrás, dándole duro, ella emitía unos quejidos que parecía de dolor más que de placer y con los brazos apoyados en la alfombra y las manos juntas entrelazadas y la parte de la cara que le podíamos ver se le notaba que tenía los ojos cerrados y el ceño fruncido, yo y mi pareja nos quedamos un momento mirando la fuerza de las embestidas y no entrábamos para no interrumpirlos, cosa que esos pocos minutos nos volvieron a calentar.
Ella estaba delante de mí y yo saqué mi pene nuevamente duro (ventaja de ser jóvenes) y con la cabeza de mi pene moví su truza a un costado y la empuje un poco a ella hacia delante y nuevamente se la metí, entró muy fácil ya que estaba aún con la leche de mi acabada anterior y ella colaboraba ya que se agachó y plantó su culito y lo pegó hacia atrás, facilitando así otra vez el mete y saca, la agarré por las caderas con ambas manos y ella con una mano en su rodilla y la otra en el marco de la puerta de la sala bien en escuadra comenzamos un mete y saca frenético, viendo la escena de Javier y su enamorada desnuda , creo que a mi y a mi pareja nos calentó muchísimo y terminamos en muy poco tiempo llenándola de leche de nuevo, al igual que Javier que sacó su pene y chorreo toda su leche en la espalda de su enamorada, era una gran cantidad que seguía saliendo sobre su espalda, me imagino igual que la mía en mi primera acabada.
Una vez recuperados mi pareja y yo nos volvimos a acomodar nuestras truzas y reparamos ya más tranquilos en los cuerpos de nuestros amigos, ella un cuerpo bastante bonito, buenas tetitas y un culito redondo y firme igual que mi pareja, cuando vi la cara de mi pareja antes de terminar de entrar en la sala me di cuenta que no despegaba la mirada del miembro de Javier que aún botaba leche y daba golpecitos en la parte baja de la espalda de su enamorada, al reparar yo también en el miembro de Javier me dí cuenta que era del porte del mío
(16cms + ó -) pero de un grosor bastante considerable y muy muy venoso, parecía que iba a explotar, al igual que su glande bastante cabezón, hacía juego con el resto de su pene.
Ahí comprendimos con mi pareja, que nos miramos y por la mirada me dí cuenta que pensaba lo mismo que yo, por esa cabezota y grosor del miembro de Javier, eran los quejidos de su enamorada y sus manos apretadas y su rostro compungido, mi pareja me agarró de la mano y lo que le pude escuchar fue: gracias a Dios de lo que me he librado, que grueso que la tiene, y así entramos a la sala, Javier reaccionó y agarró su boxer y limpió la abundante leche de la espalda de su enamorada quien aún estaba de cuatro pero ya volteando a mirarnos y se puso colorada y volvió a agachar la cabeza hacia el suelo, mientras Javier terminaba de limpiarla, al toque les dije que no pasaba nada y que no se preocuparan que para eso éramos buenos amigos.
Ya recobrados ella se paró y comenzó a vestirse lo cual me dio un tiempo más para apreciar su bonito cuerpo y su conchita bien peludita y sus lindos pechitos muy firmes con unos pezones que aún no terminaban de reventar, los de mi pareja ya los tenía formaditos y duritos y ambas tenía muy buenas piernas.
Pero la obsesión de mi pareja era el miembro de Javier, que lo seguía mirando aún sorprendida por su grosor, aunque ya no muy duro seguía venoso, cabezón, el se puso su pantalón y guardó en su bolsillo el boxer lleno de semen.
Javier nos dijo medio nervioso que si la habíamos pasado bien, a lo cual casi en coro le contestamos que sí, mientras todos nos terminábamos de vestir y para romper yo el hielo, les dije que nosotros también habíamos gozado una en el baño y otra mejor aún mirándolos gozar a ellos, a lo cual todos soltamos unas risas aún nerviosas.
La enamorada de Javier me dijo, disculpa por la escena, estaba muy avergonzada y le dije que mas bien gracias por haberme hecho gozar doble con tu bonito cuerpo, y tu amiga también a disfrutado, más aún quedó después impresionada viendo el pene de Javier, por lo cual nos volvimos a reír, y mi pareja se puso colorada, Javier comentó que eso no era justo que nos había dado un espectáculo gratis y así nos fuimos soltando ya más tranquilos en la sala, escuchando música.
Continuará…