Sensual (03)

Aventuras de un joven y su novia, con algunas relaciones filiales.

SENSUAL (PARTE tercera)

A Sensual le encantó oír algunas de mis historias cuando era joven. Esta es una de ellas

Después de recibirme en la Universidad, viajé a la Capital a hacerme cargo de una de las empresas de mi padre. Sin saberlo una de las chicas que se contrataron para los servicios de correspondencia era Sensual, pero para ese entonces no nos conocíamos y solo lo haríamos cinco años después (formalmente). Pero quien en ese momento atrajo mi completa atención fue Viviana.

Había pedido al gerente de recursos humanos, una secretaria que además de ser eficiente sea conocedora de las actividades de la empresa. Seleccioné varias chicas, pero cuando esta terminaba, se presentó una mujercita de unos 21 años, de cabellos negro y piel muy blanca, sus ojos eran oscuros y despedían un centelleante brillo, sus formas las recuerdo casi de memoria, de pechos pequeños pero erguidos, sus caderas eran bastante amplias, para ese cuerpo, con un trasero perfecto que se remarcaba sustancialmente sobre la ropa; algo que siempre me atrajo como un fetichismo, fueron los pies de las mujeres, Viviana no era la excepción, tenía dos pies perfectos enmarcados en unas sandalias negras romanas, que le daban un cierto aire aristocrático.

Le tomé los datos y sin darme cuenta me estaba encariñando con ella, hablaba suavemente y mostró papeles que la acreditaban como una secretaria ejecutiva. La contraté sin miramientos, satisfecho por la elección le dije que sería mi asistente, por lo que ella se sintió agradecida.

Pasó el tiempo y Viviana (Vivi) se volvió imprescindible, llevaba siempre a buen termino casi todo lo que hacia. Noté también que su apariencia cambio radicalmente, como el uniforme de la empresa era un conjunto muy formal, ella se ingenió para hacerlo sensual, muchas veces vi como cruzaba sus piernas o se agachaba, mostrando sus muslos o dejaba ver algo que hacia su cuerpo realmente erótico. Más de una vez noté que también usaba ropa interior muy sexy, aunque los colores variaban, el preferido era el negro. Una tarde se sentó un poco alejada de mi escritorio, lo que dejó perfectamente a la vista sus hermosas piernas, aunque su mirada estaba centrada en la carpeta en que trabajaba, disimuladamente descruzó sus piernas, mi vista se fijó en su pequeña trusita, levemente se insinuaba su vagina. Al contrario de cerrar sus piernas cuando se dio cuenta, como si fuera a propósito lo mantuvo en esa posición como dándome a saborear la punta de un helado.

Vivi siempre estaba en todas, recibía mis mensajes y comenzaba a necesitarlas aun más, su figura se me insinuaba cada vez mas constantemente. Había notado varias veces sus pechos expresivos en su escote y realmente la hacia desearla, pero lo que más me llamaba la atención era su piel blanca, através de la tela, solo en una ocasión pude ver cuando se agachó, no sé si fue intencional, sus senos, el rosado de la aureola y por ende el centro con sus pezones del mismo color.

Ese verano tuve por razones laborales ir a trabajar a una ciudad costanera y llevé conmigo a Vivi, para que me ayudara en los papeles, cuando le comuniqué la noticia noté un brillo extraño en sus ojos, y en un arrebato me dio un beso en la mejilla y las gracias por haber pensado en ella.

En nuestro primer descanso nos fuimos a la playa, allá pude verla realmente en todo su esplendor, aunque era bajita, tenía una figura espectacular. Tenía puesta un biquini color crema, excesivamente cavada, Vivi mostraba su cuerpo sin ningún recato, pero sabiendo que todas las miradas estaban sobre ella. Tímidamente como si esto la intimidara, me tomó del brazo hasta que llegamos a unas reposeras. Como la playa era privada, Vivi me consultó que había recibido la invitación esa tarde para una fiesta nudista.

  • Te das cuenta David, la ocurrencia de esta gente de invitarnos a esa fiesta, además pusieron Sr David A.... y Sra. ¿verdad que es gracioso?

  • La verdad que yo quisiera ir. Lo dije pensando realmente en ver por fin a esta potra totalmente desnuda. Ya que con el postre me hacia agua la boca.

  • Pero David, estás loco como vamos a ir a una soiare nudista.

  • Está bien si no quieres ir, estás en tu derecho. Dije en tono provocativo.

No, si a ti no te importa esta bien. Me voy a arreglar y nos vemos a la tarde. Se fue moviendo su impresionante trasero y a mi comenzó a aparecerme una excitación que no tenía hace mucho tiempo.

Mientras se dirigía a su cuarto, aproveché para tomar algo de aire fresco en el balcón, ambos cuartos tenían comunicación por allí. Yo estaba apoyado en la baranda cuando por la puerta del balcón que da a su cuarto, apenas cubierta por una cortina la vi pasar, me despertó tanto la curiosidad voyeurista que llevo adentro que no pude con mi tentación, así que me aproximé despaciosamente.

La cortina dejaba un espacio en la parte inferior, de modo que me tuve que arrodillar, así que tenía una visión parcial. Vivi se estaba quitando la ropa, aunque no podía ver todo, la vista se remontaba solo a ver sus piernas perfectas desde los muslos, imaginé que no llevaba nada, bajé la vista y la imagen de sus pies cuidadosamente arreglados, me hizo tener una erección. Vi como se los masajeaba, colocándolos encima de uno de los costados de su cama. Ella en un momento se sentó al borde con las rodillas hacia dentro de la cama, colocó una pequeña palangana que estaba en cada pieza como elemento decorativo, la llenó de agua y sacó un pequeño estuche con algunos implementos que desde la distancia no reconocí. Abrió las piernas y su cuerpo bajó un poco hasta la cintura, allí pude ver todo ese esplendoroso culo, totalmente blanco con apenas unas marcas del biquini. Como estaba casi inclinada veía que tomaba los implementos y se los llevaba para la parte delantera de su cuerpo, no distinguía que estaba haciendo, pero podía observar la hendidura y la terminación en su pequeño ano. Siguió con la operación hasta que se inclinó con los brazos hacia la cama, ahora tenía la perspectiva de su pequeña conchita desde atrás, recién ahí me pude dar cuenta de lo que estaba haciendo, ....se estaba depilado su vagina, ahora seguía con su trasero, con delicadeza, echó espuma alrededor de su ano, luego sacó un pequeño espejo que colocó exactamente debajo de su trasero y comenzó a pasar despaciosamente la maquinita de afeitar, cuando terminó con delicadeza se pasó una toalla, siguió con un masaje con crema (que supuse suavizante) lo que me excitaba mas a cada rato, ella por el masaje también estaba excitada, comenzó introduciéndose unos dedos en su conchita y luego usando la misma crema como lubricante se la aplicó en su pequeño agujerito rosado, avanzó allí con uno de sus dedos hasta conseguir un ritmo determinado. Desde mi posición no pude mas que sacarme el pene y comenzar una paja de las llamadas "gloriosas". Ella se estaba masturbando y lo hacia como toda una experta (claro que imaginé que era lo único que hacia), tenía el ano dilatado de manera que le permitía entrar y salir dos dedos, a cada momento buscaba lubricarse con la crema, su cuerpo se arqueaba en espasmos de gozo cuando llegaba al orgasmo, cuando acabó quedó tendida sobre sus rodillas, cansada pero feliz. Me retiré a mi cuarto, esto llevó a que recordara mis viejos tiempos de adolescente, me dirigí presuroso al baño y seguí con la puñeta fantástica.

Esa tarde Vivi apareció con un vestido muy sexy, sin rastro del cansancio o en su rostro del gozo que había experimentado, además mostraba parte de su perfecto cuerpo y debo recalcar que pude apreciar sus bellos pies rematados en unas preciosas sandalias que hacían juego (sigo con mi manía de zapatero goloso). La imagen de ella masturbándose su depilada conchita me hacia sentir a cada rato una erección que por mas que trataba de colocar mi mente en otro lugar, su figura me lo recordaba.

Cuando llegamos al club, nos atendió un conserje, el cual nos indicó un vestidor que tenía salida hacia la playa, la cual se distinguía a travez de uno de los ventanales. Cuando entramos al salón vestidor nuestras miradas se unieron, por un momento no sabíamos cual de los dos iba a tomar la iniciativa, así que comencé a sacarme despaciosamente la ropa, y Vivi hizo lo mismo.

  • ¿Alguna vez hiciste esto anteriormente? Pregunté como para que el momento íntimo me ayudara a conocer algo más a Vivi

  • ¡No! Y estoy muerta de vergüenza.

  • Bueno si quieres mirare a otro lado mientras te quitas la ropa. Dije con un pensamiento algo estúpido de caballero andante.

Me desnudé rápidamente y salí, Vivi salió detrás de mí, con una mano se cubría sus genitales, aunque dejaba ver sus hermosos pechos, los cuales eran más perfectos que como los imaginé. Apenas unas aureolas rosadas, que remataban en unos pezones casi del mismo color, eran más hermosos que la primera vez que los vi. Ahora los tenía al alcance de mis manos, estos estaban erectos. No pude reprimir una acción, levanté mi mano derecha y tomando el pecho derecho lo acaricie levemente, ella reaccionó mirándome con ojos acuosos, quité mi mano presurosa de allí.

  • David, no me mires así que me pongo toda colorada. Mientras decía esto miraba sin total disimulo mi miembro que comenzó a tener una erección...

  • Te veo hermosísima... perdóname fue un acto reflejo, es que jamás pensé que podrías tener un cuerpo tan perfecto. Ella por toda respuesta se ruborizó al extremo.

  • Tu no pensarás ir así con esa cosa parada, ¿no?. Dijo mirando mi pene que estaba casi al tope, dibujándosele una sonrisa que hacía su rostro más hermoso.

  • Trataré de ocultar esto. Yo también me ruboricé, sin saber porque. Aunque traté de poner en mi boca una sonrisa que no salía.

Vamos que quiero conocer a la gente. Dijo quitando su mano de su vagina

Ahora pude comprobar que efectivamente estaba totalmente depilada. Aunque era pequeña, tenía sobresaliente los labios menores como formando una pequeña roseta. Su clítoris era pequeño y se encontraba todavía encapuchado, a pesar de que ella era una mujer su conchita parecía la de una niña de 12 años, o quizás mas como si estubiera viendo la de un bebé.

Ella se sujetó de mi brazo, ahora tenía todo su cuerpo depilado cerca de mí lo sentía tibio, aunque de todas formas había visto muchas mujeres desnuda así que esto no me causó gran impresión, pero seguía excitado. Cuando llegamos a una mesa ella se apresuró a sentarse de forma de ocultar su sexo, por mi parte yo lo mostraba bamboleante, en una demostración mas que machista, generalmente lo llevaba encapuchado por que me sentía más cómodo, dado que fácilmente me lo irritaba con el roce de la ropa, pero al estar libre de este problema, como al descuido, me lo había descapuchado, (viejo truco para que parezca mas grande e imponente) así que el brillante glande estaba desafiante al mundo, como dije anteriormente mi miembro es tamaño standard, así que podía mostrarlo con cierta seguridad de no ser visto mal por uno que otro asiduo visitante. ( algo mas de 17 cm)

Había muchas parejas desnudas (era obvio porque ese era un club nudista). Una de ellas de cerca de 35 años se nos acercó a conversar. La mujer era una rubia de piel igual de blanca que Vivi, pero bronceada al extremo, por lo que se le notaban las marcas del biquini, tenía unos pechos inmensos, rematados en pezones oscuros y seguramente erectos por el momento, aunque su cuerpo no mostraba mas signos, recalé mi vista en su concha y su abundante mata de pelo casi castaño claro y observé que esta era de un tamaño algo mas grande que lo normal, tenía los labios mayores suficientemente dilatados y se entreabrían para dejar ver unos labios menores que se notaban perfectamente, con un clítoris que asomaba un poco mas grande que los que había visto hasta ese entonces, casi al instante me pareció estar viendo a Ana, con la diferencia de lo hermosa que Ana era y de que hasta ahora nunca había tocado una conchita más carnosa que esa, en cambio el hombre tenía un miembro que escasamente era la mitad del mío, y contrastaba con todo su mofletudo cuerpo, lleno de vellos, al ser más moreno se notaba la diferencia entre ambos, aunque me sorprendío que su pene no estuviera erecto.

  • Que linda pareja que hacen, son vosotros muy hermosos. Dijo la mujer sin quitar la vista de mi modesto instrumento, que a esa altura de la fiesta, ya parecia asta de bandera.

  • ¿ Uds. son de la zona?. Preguntó Vivi algo nerviosa, aunque fijaba su vista en el pene del hombre como al descuido, volviendo la vista al mío.

  • Estamos de paseo y nos agradó esta invitación, es la primera vez que hacemos algo como esto. Se refería a venir al campo nudista.

Sin duda esto excitó a la mujer, porque vi que su mano bajó a su vagina y algunas gotitas de lubricación cayeron, estaba caliente, e intuía que era por mí. Realmente éramos muy apuestos con Vivi, ella algo mas desinhibida, ya no ocultaba tanto su figura, y tanto fue esto que en uno de sus movimientos abrió las piernas y pude comprobar que tenía también algunas gotitas brillando en sus labios menores y que la vulva se le estaba inflamando de la excitación que tenía.

Con un rasgo, que mostraba lo sinvergüenza, que podía llegar a ser, le puse una mano en las rodillas y comencé a subirla hasta casi la entrada de su cuevita, lo suficiente como para sentir su piel, también como al descuido comencé a rozar los labios de su vagina. Ella en cambio con mas disimulo mientras hablábamos con la pareja de sexo (obviamente) acarició la cabeza de mi pene, como para decirle a la mujer ...Esto es mío y no se lo entregaré a nadie.

Yo casi me muero, por supuesto que si no me controlaba, podía hacer un enchastre de locura, algo que sin duda saldría en los diarios por la cantidad de "crema", que podía arrojar.

La pareja se retiró luego de unos minutos y mientras pasaba el tiempo, nos fuimos calmando, es mas casi nos acostumbramos a nuestros cuerpos desnudos, aunque cuando bailamos su sexo daba sobre mi pierna, humedeciéndolo y por mi parte varias veces provoque una distancia cuando mi pene saltaba como resorte, dando principalmente sobre su estómago, y eso también me excitaba, porque sin darme cuenta mi glande le estuvo haciendo el amor al ombligo de Vivi. Como al descuido comenzamos una charla que luego tendría mucha importancia en nuestras vidas.

  • ¿Vivi, estas comprometida?

  • ¡No!. ¿Y tú?

  • ¡Tampoco, soy un solterón empedernido!. Mentí

  • La verdad es que me alejaron de mi casa, por que estuve involucrada con mi .... primo.

  • Yo también terminé una relación con Celia, mi prima. Pero nuestras familias no se oponían, claro que tal vez éramos mas abiertos.

  • No sé, tal vez mi familia fue muy dura, especialmente cuando se enteraron que había tenido relaciones con él.

  • Bueno... yo también tuve relaciones con mi prima, y creo que fue lo más maravilloso que me pasó.

  • Nunca estuve con otro hombre mas que él. Me siento rara, es mas, miro tu cuerpo, tu rostro tan lindo, que me decidí a salir. Además disfruté cuando té vi espiando por la ventana, me gusta que me miren sobre todo cuando me hago el amor.

La confesión de Vivi, provocó en mi un rubor exacerbado, pero natural, estaba ante la presencia de una mujer que con el conocimiento necesario, sabía de lo que había estado haciendo, de manera que ella me estaba excitando de exprofeso.

  • No se que decir, mis intenciones no fueron malas, ni deseo aprovecharme de ti, simplemente que tenés el cuerpo de una diosa. Dije tratando de suavizar las cosas..

  • Sos una buena persona, y no me hubiera extrañado que me desearas. pero aunque no lo creas soy todavía virgen.

Su explicación aunque difícil de entender me sobresaltó con una frase anterior, ella dijo que había tenido relaciones con su primo, de alguna manera "ya no era virgen", me preguntaba entonces porque dijo que si lo era. Esa idea me comenzó a rondar insistentemente por mi cabeza.

  • Te deseo, pero sos mi secretaria y realmente me siento mal por la situación, sos muy especial y nunca hubiera querido dañarte, sobre todo si eres "virgen".

Diciendo esto me aproximé y bese con cariño su bello rostro, ella por toda respuesta giró su cabeza y quedaron nuestros labios muy juntos. La besé, suavemente, no como lo hacia con Celia sino con un respeto y un deseo sincero. Tenía su lengua pequeña, hurgando mi boca, por mi parte succioné chupándola mas lentamente. Pasaron algunos minutos, nuestras manos jugaron con nuestros cuerpos, acariciandolos.

Al sentir que me excitaba rozé con una mano su trasero sentí la vibración de su cuerpo, ella lentamente tocó mis genitales, pero solo con un roce que hizo levantarlo como siempre cuando sentía ese tipo de caricia.

  • ¿Qué hiciste después de mirarme como me pajeaba?. Mirándome como distraída ella me tiró su pregunta, como de quemarropa.

  • También me masturbé, lo hice inmediatamente después hasta agotar mi existencia "láctea". Respondí

  • Bien. Ahora ya sabemos algo mas de cada uno, pero me debes una espiada de como te masturbas, quizás algún día me la cobre.

Dicho esto se levantó y llevando mi mano hasta su espalda nos fuimos acercando a la parte central de la pista de arena, allí volvimos a ver a la pareja que estaban sentados en una banqueta romana, ahora ella exhibía sin tapujo su sexo, ya que tenía una pierna levantada sobre la banqueta. El hombre aunque la tenía sostenida por los hombros, se deleitaba mirando a las demás parejas. Por primera vez al ver esto giré mi vista hacia el resto de las personas, había jóvenes, maduros y viejos, pero casi todos parecían gozar de la charla y el espectáculo de la fiesta, también distrajo mi atención que los hombres en su mayoría eran mucho mayores que yo, no así las mujeres.

Leticia que era el nombre de la mujer que estaba llevando a Vivi del brazo se alejaron conversando. Como al descuido me senté en la banqueta y comencé una charla trivial.

  • ¿Su primera fiesta de este tipo?.

  • ¡Sí! Y realmente me tienen loco todas las mujeres, pero tengo algunos problemas, me cuesta tener erecciones. Diciendo esto miró mi pene que como era natural todavía me encontraba al palo.

  • ¿Ud. y su mujer...?

  • Algunas veces pero ella siempre quiere mas, recién me comentaba que le gustaba su instrumento, realmente creo que debe hacer feliz a su mujercita....heee.

  • Vivi es mi secretaria y solo vinimos por divertirnos, además todavía no paso nada entre nosotros.

  • ¿Cómo todavía nada...acaso no se decidió ella?

  • Así parece.... Diciendo esto seguimos conversando hasta que llegaron las mujeres.

Cuando regresamos, Vivi me comentó que la mujer le había encarado sobre si le gustaba una relación de menage a trois o swingers. Naturalmente le dijo que este era un tema que ella conversaría conmigo.

  • ¿Qué te parece, te acostarías con esa mujer?

  • Puede ser pero creo que no es mi tipo.

  • ¿Y yo? ¿Soy tu tipo?

  • Sos muy hermosa, creo que serias el tipo de cualquier hombre.

  • En la Capital, no te conocí mujeres, es mas las chicas de la correspondencia dicen que nunca sales con nadie. (Una de esas chicas era seguramente sensual, aunque para entonces las nenitas que me llevaban la correspondencia no me interesaban como mujer). Dijo esto dejando la pregunta tácita en el aire.

  • Si lo que quieres saber, es si me gustan las mujeres, sí. Te contaré algo que me pasó. Le referí la historia de Celia y Ana, evitando las escenas que pudieran parecerle groseras.

.....................................................

  • Realmente te aprovechaste de esas niñas.

  • Yo era también un niño, pero estoy agradecido aprendí lo que realmente era el sexo.

  • ¿Quizás tu también quieras descubrir el sexo conmigo?

  • Puede ser, tal vez esta noche o cualquier día ¿No te parece?

Por toda respuesta le acaricie la pierna hasta su vagina, dejando que mis dedos rocen su clítoris, ella no quitó mis manos y dejó que siguiera por un tiempo acariciándola.

Cuando llegamos a nuestro hotel, nos despedimos luego de un beso más excitante que el primero, soltándose de mis manos se refugio en su habitación.

Estaba sacándome la ropa cuando sentí golpes en la puerta, al abrir me encontré con Vivi, vestida solo con una remera que apenas le cubría las nalgas, la trusita de color negra (distinta que la que llevó a la fiesta), era mas cavada y solo tenía atrás una tirita.

  • Me vengo a cobrar de lo que hablamos.

  • Estas segura que lo que quieres, es verme hacer una puñeta.

  • ¡Sí! Adelante macho demuéstrame que tu no tienes vergüenza.

  • Bien. Pero voy a necesitar de algo de estimulación, me refiero que sería interesante que tu me excitaras un poquito...

Al instante Vivi se sacó la remera quedando solamente con su trusita negra. Me terminé de desvestir y ahora si mi pene estaba con todo su esplendor, descubrí su cabeza lentamente y comencé a masturbarme mirando el esplendoroso cuerpo de Vivi.

  • Ven acércate y acaríciame tu...si quieres.

Vivi no esperó un segundo se abalanzó hacia mi sexo con rapidez, tanto que me caí sobre la cama, ella aprovechó para situar su cuerpo encima del mío, tomándola de la cintura y siendo ella muy liviana, la giré sobre mi cuerpo de forma que quedé haciendo un 69. Tenía ahora debajo de mi cabeza su hermoso trasero, tan blanco que de mirarlo cerca aumentaba mi excitación, ahora sentía que mi pene palpitaba, ella con suaves besos y pequeños lengüetazos, lo iba comiendo como si fuera un helado que no quería que terminara. Lentamente le quité la braguita, ahora tenía su pequeña conchita depilada sobre mi boca, le comencé a acariciar y traté de introducir mi lengua. Para mi sorpresa, apenas entraba una parte de esta, sentía el himen perfectamente conservado.

  • Vivi realmente eres virgen. Le dije elevando sus caderas de forma que su cabeza quedara en dirección mía.

  • Si, no te mentí.

  • Pero tu me dijiste que habías tenido sexo.

  • Y lo tuve, chupé varias veces la pija de mi primo, pero solo dejé que él me hiciera sexo anal. Aunque lo hice solo dos veces, aun me resulta doloroso.

  • ¿por qué?, El no supo hacértelo, si lo amabas por que no le diste tu conchita.

  • Puede parecerte tonto pero solo "reservaba" mi conejito para mi marido cuando me case.

  • Entonces caíste en las manos de un experto. Dije y recordé los tiempos de Ana y Celia. Pero ahora seguro de mi experiencia deduje que todo sería más fácil.

Se levantó y se dirigió a mi cómoda, trajo un frasco de crema suavizante que usaba para después de afeitarme y lo puso sobre mis manos, así que luego de untarse la crema quedó extendida por sobre toda la palma, se dedicó hacer lo mismo por mi pene. Dejó una cantidad en su mano que luego depositó sobre su entrada trasera. Primeramente con un dedo y luego con dos dedo se dilató su pequeño agujerito, no mostraba signos que era un receptáculo del sexo, pero indicaba cierta experiencia en hacer lo que estaba haciendo. Se acomodó de cuatro, colocando sobre su cabeza una almohada, luego se sujeto de la cama, mordiendo la sábana y me dijo.

  • Bueno David es tu trabajo, a pesar que lo hice anteriormente el dolor inicial, siempre me es insoportable.

  • Listo ahí voy solo quiero que te relajes. Ella no sabía de las veces que mi tía Ana, la madre de Celia me enseñaba a hacer esto. Inclusive aun cuando Celia y yo éramos parejas, muchas noches nos encontramos los tres en la cama. Y tomaba por cierto mis precauciones para hacer bien el trabajo, extrañaba en esas secciones a Carola, pero ella se había casado y viajado a Estados Unidos, actualmente recibía en su casa, a la otra vampiresa de mi vida Celia. Mi tía me enseñó algo que siempre me serviría. Me dijo que para que desaparezca el dolor inicial, había un truco muy viejo, debía controlar la penetración siempre con el tiempo que el esfínter se acostumbre, aunque ella gozaba de otras maneras, cuando me incitaba para que Celia y yo tuviéramos sexo anal, me dijo que empleara este método. Además debía jugar con cierta rapidez sobre el clítoris, para que el placer fuera mayor que el dolor. Recuerdo que Ana dejaba que su esfínter se acomodara al tamaño de mi verga, pero ahora era diferente estaba ante una mujer que toda su vida había hecho el amor por ahí con cierta inexperiencia y sabía lo que era recibir algo tan grande y macizo en su ano.

Ella comenzó a recibir de forma simple mi pene, la cabeza del glande se alojó primero entre los pliegues de su trasero totalmente depilado, luego sin mediar mas, comenzó a tener ciertos movimientos que le permitieron la entrada de mi sexo. De alguna forma, la penetración no fue dolorosa, lo que significó para mi valiosos puntos, ella soltó las sábanas y extendió una mano sobre las mías que la tenía agarrada de la cintura. Sin duda estaba haciendo bien las cosas, con lentos movimientos se lo pude enterrar totalmente, el pene dentro de su culo aun estaba inactivo, lo moví perezosamente pero sentía como ella estaba gozando, ahora su otra mano jugaba incansablemente con su clítoris.

Había hecho el amor por la entrada trasera siempre gozando de esto pero ahora lo que sentía era incontrolable. El recto de Vivi tenía como la succión de una estopa, lo hacia bien y por primera vez el placer que sentía era superior al dolor que se siente normalmente. Echándome sobre ella, mi cuerpo, que era más largo llegué hasta su boca, la besé largamente y ella me retribuyó de la misma forma. Me dejé caer con ella todavía empalada en mi sexo, el espejo de la puerta de mi gabinete me mostraba la más sensual de las escenas, yo de espalda y sobre mí engarzada por mi pene estaba Vivi, más hermosa y sensual que nunca; su cuerpo blanco contrastaba levemente con el mío. La nueva posición también la excitaba y más rápidamente se dedicaba a masajear su clítoris. Ahora en la posición encima de mí ella se movía y yo dejaba hacerla, a cada instante se daba vuelta y encontraba mi boca. Volví a tomar impulso y esta vez ella quedó boca abajo en esa posición decidí que ya era hora de gozar. Arremetí con mis movimientos, cada vez más rápido, ella estaba gozando y yo derramé toda mi leche dentro de ella, sentí como sus intestinos la absorbían y sin darme cuenta seguí el movimiento, como en mis mejores tiempos puede acabar una segunda vez sin dejar de perder la erección. Esta vez cuando saqué mi miembro, noté la tremenda dilatación de ese pequeño agujerito.

Me sentía culpable y no sabía porque, así que me dedique a pasarle suavemente la lengua por ese sitio, ella solo ronroneaba. Cuando el esfínter volvió a tomar su tamaño casi normal me dijo.

  • David, me rompiste el culo no creo poder moverme. Pero fue lo más maravilloso que sentí hasta ahora, jamás Pedro (seguro era el nombre de su primo) me había hecho sentir algo así, además el la tiene mas chica y mas delgada, cunado te la ví pensé que sufriría el doble. Dijo con sus acostumbrados mohincitos de cara.

Yo por respuesta la besé, haciendo algo que siempre me gustó, agradecer a la mujer el momento que había tenido. La levanté con cuidado y la llevé al sanitario, cuando el agua comenzó a empapar su cuerpo y los primeros chorritos cayeron por ese lugar soltó un gritito, el ardor que sentía se reflejaba en su rostro. Mi cara debe haber estado desencajada por que me dijo.

  • David, en mi vida había gozado como hoy, te amo mi amor. Diciendome esto me besó. Esa noche dormimos abrazados en mi cama, no hubo mas sexo pero por primera vez me sentía bien después de muchos meses sin compañía femenina.

A la mañana siguiente de nuestro encuentro apareció con el vestido más hermoso que tenía, su cabello recogido, la hacía ser una colegiala. Toda la noche había pensado que era una forma realmente buena hacerle por ese sitio el amor, pero también deseaba hacerla mujer.

  • Sé de tu promesa de llegar virgen al matrimonio, pero anoche me di cuenta que realmente sufres mucho, además te deseo y deseo hacerte mujer.

  • ¿Tu me amas?

  • Me gustas, Vivi, pero aun no sé lo que es el amor, por eso si lo que quieres es alejarte de mí lo comprenderé.

  • David, te amo y anoche descubrí que deseo ser tuya, pero ahora no estoy segura de lo que quiero hacer.

  • Esta noche quiero entregarte lo más valioso para mí, aunque no te cases conmigo, quiero ser tuya por toda la vida.

  • Vivi, no merezco ese sacrificio, me siento mal por haberte propuesto esto.

  • No te preocupes aun cuando no lo parezca sé que eres el hombre que necesito para esto, por tu calidez y porque jamás sentí nada parecido. Cuando venga esta noche quiero que hagas algo por mí.

  • Lo que quieras. No sabía en lo que me metía.

Se despidió de mí con un beso apasionado. Esa noche la recibí vestido de gala, con mi mejor traje. Ella entró esplendorosa a la habitación, llevaba un vestido blanco y parecía una novia. Sus ojos tenían algunas lágrimas, y yo me emocioné. Había olvidado el amor de mi vida Celia, y ahora me estaba dirigiendo a una mujer a la cual me iba a deber por entero.

Vivi se dejo llevar por mis brazos en andas, la deposité despaciosamente en mi cama, había preparado todo como si fuera una noche de bodas, creo que ella se lo merecía. Le quité con mucha suavidad las sandalias y no pude dejar de besar sus pies que eran como dos palomas blancas, su cuerpo se comenzó a estremecer. En un segundo le saqué el vestido y quedó solo con corpiñito blanco de encaje y una braguita muy a tono. La comencé a besar de los pies (ya dije eso), hasta llegar a su cuello, allí mientras me sacaba la ropa me fundí en un beso muy sensual. La excité hasta el extremo cuando llegue a su conchita, separé sus pequeños labios y pude sorber los juguitos que comenzaban a salir.

Ella me indicó que estaba lista, como ya había tenido cierta experiencia con vírgenes, cuando casi explotaba, le comencé a introducir mi miembro, sentí la tensión de su himen que se comenzaba a desgarrar, pero su placer como la primera vez era superior, cuando el camino estaba despejado lo metí completamente, comencé a moverme, ella ahogaba sus pequeños jadeos con los besos que nos estábamos dando, acabé profusamente dentro de ella. Seguimos haciendo el amor durante toda la noche. En ese tiempo me olvidé de Celia pero tampoco era Vivi mi complemento ideal.

Hacíamos el amor a cada instante y ella gozaba hasta el éxtasis total. Los lugares se fueron multiplicando, lo hicimos en la ducha, en la cocina mientras ella preparaba una comida en el pequeño kitchen, en mi auto, en la playa, hasta en un restauran y en cualquier lugar insólito que encontrábamos.

Cuando casi se acababa el tiempo de trabajo, nos encontramos con Leticia, la mujer de la pareja que conocimos en la fiesta nudista. Nos dijo que estaba emocionada de encontrarnos. Y por lo tanto nos proponía una cena en su chalet. Como estábamos distendidos de trabajo aceptamos gustosos. Aunque yo sentía que la invitación tenía un fondo distinto del que anunciaba, no le dije nada a Vivi.

El chalet quedaba cerca de nuestro hotel, de modo que fuimos caminando esa noche, íbamos abrazados como dos enamorados, cuando llegamos nos esperaba Leticia, vestida en forma insinuante, con una bata que dejaba ver sus senos, a través el escote, la bata tenía pequeñas "ventanitas que dejaban ver que ella no llevaba bragas. Su marido Roberto nos recibió vestido elegantemente. Cuando tuvimos un apartado me comentó.

  • Desde que mi esposa lo vio en esa fiesta realmente quedó deseosa de Ud. David. Y Pensé que sería una buena oportunidad de darle algo, mi problema es ahora cada vez mayor y ella no queda satisfecha.

  • Me halaga, pero estoy con mi pareja.

  • Lo sé, y creo que en este momento Leticia la estará convenciendo.

  • Le advierto que soy heterosexual.

  • Tranquilo David, no me gustan los hombre y su mujercita es hermosa, pero no tengo balas para ninguna guerra por ahora, aunque me puedo satisfacer mirando....eso si Ud. no tiene problemas.

  • Bueno, si Leticia convence a Vivi, estaré contento de servirlos. Dije riendo de la ocurrencia, pero en verdad deseaba tener otra mujer.

Cuando llegué a reunirme con Vivi, ella lucia una sonrisa picaresca. Deduje con rapidez que ella estaba de acuerdo.

  • David, Leticia me acaba de proponer que desea tener sexo con nosotros.

  • ¿Qué le respondiste?.

  • Le dije que estaba de acuerdo si vos también lo estabas. Además deseaba probar alguna otra experiencia.

  • Bien, vayamos entonces a nuestro juego. Pero debo decirte que no me gusta compartir mi mujer, entiendes verdad, si tú lo quieres no me acercaré a esa mujer. Dije esto con énfasis y dando claras señales de quien quería el juego.

  • David, yo deseo excitarme mirándote.

  • Te doy la oportunidad de salir fuera de este juego, si lo haces no me sentiré mal , si hago esto es por vos, no me falles.

  • Solo seré tuya David.

Leticia recibió la aprobación de nuestro juego de parte de Vivi, aunque no lo vi, percibí que el arqueo de los ojos era la señal. Leticia nos llevó a disfrutar de una cena sumamente afrodisíaca. Como estaba cerca de las dos mujeres, comencé por explorar el territorio, despaciosamente acerqué mi mano hasta la pierna de Leticia, que entornó los ojos con aprobación. De la misma manera mi otra mano se fue por los pliegues del vestido de Vivi, Leticia abrío sus piernas y mi mano comenzó a acariciar ese monte velludo, bajó hasta tocar su clítoris del tamaño de un pezón y lo apretaba y acariciaba lentamente. Por su parte ella comenzó a segregar tanta lubricación que empapó literalmente la parte trasera de su bata.

Luego nos dirigimos a tomar el café, Leticia mas atrevida se sentó a mi par, me acariciaba mi entrepierna, avalanzándome hacia ella quité unos de sus senos de lugar sacándolo afuera, Vivi cerca de mí disfrutaba de lo que veía y comenzó a sacarse su vestido. Leticia también se quitó el vestido, ahora mas que nunca estaba excitadísima, su concha mostraba una lubricación excesiva, Roberto el marido miraba desde una distancia prudencial gozando con la escena, lentamente se acariciaba su pequeño pene. En pocos minutos estábamos los tres desnudos.

Leticia comenzó una fellatio larga, Vivi la acompañó dándole besos a la boca de esta. Por su parte Roberto extrajo su miembro de su pantalón y comenzaba a manearlo. Me levanté y mirando los ojos de Vivi, me di vuelta quedando a la espalda de Leticia, acomodé sus caderas y de un solo envión, no suave como lo hacia con Vivi comencé a cojerla. Quizás lo hacia por despecho, pero ella gozaba como loca, cuando estaba por llegar saqué todo mi miembro con el glande melado por sus jugos y sin decir nada se lo introduje ferozmente en su culo, Leticia abrió los ojos desorbitada, giró su cabeza y me miró con cierto terror, el dolor supuse era inmenso por que no lo estaba haciendo con la paciencia que lo hice a Vivi, pero pensé que se lo había buscado, una lágrima apareció de sus ojos y su mirada se transformó en una súplica, esto hizo que reflexionara, al fin y al cabo ella no tenía la culpa de la rabia que sentía y no sabía porqué. Paré con mis embestidas, de modo que dejé que su esfínter se acomodara al tamaño de mi sexo. Vi en los ojos de Leticia una mirada de agradecimiento, inmediatamente comenzó a gozar con las embestidas suaves.

En tanto Vivi se aproximó a Roberto, le comenzó a chupar su pene flácido. Sorprendentemente este se comenzó a erectar. Era patético ver el pene de este hombre, pero mi visión de sentir a Vivi cerca del otro me enfureció

Acabé dentro de Leticia dejándola satisfecha, sin esperar le saque y me dirigí hacia Vivi, mientras ella siguió chupando la tomé de la cintura y aproximé mi pene a su culo, levantó la vista casi por un segundo, no le permití implorar, sabía de su dolor esta vez se lo hice a gusto, la penetré con dolor, ella solo bajó la cabeza y comenzó a llorar. Pero no dejó de besar y acariciar el pene de Roberto. Cuando estaba por acabar este acabó con pequeñas gotitas, que Vivi secó con el pañuelo de él, entre tanto yo comenzaba a gozar, acabé y creo que pude darle una ración inigualble de leche, estaba tan excitado que no me di cuenta de la furia con que habia hecho el amor. Giró de frente a mi me besó largamente, por debajo sentía como Leticia me besaba los testículos, Roberto como inducido aproximó su pene semi erecto y pudo meterlo en esa gran concha, lo que trajo sensaciones varias a Leticia.

Caminamos lentamente a casa, ambos sabíamos que las cosas se habían salido de carril, descubrí mi ser interior destructivo, no quería compartir mi mujer con nadie, ella se pegaba a mí como queriendo pedirme disculpas. Llegamos a nuestra habitación nos duchamos junto pero rehusé tener sexo aduciendo cansancio. A la mañana cuando me desperté ella llegó al máximo de su sacrificio, me despertó con besos y comenzó a succionar mi pene como a mí me gustaba. Estaba desnuda, cuando estaba por llegar, se dirigió al baño y volvió con una crema lubricante, mirándome siempre a los ojos se untó su culito con la crema, me miraba y me ofrecía algo que yo sabía que era doloroso para ella.

  • ¿Por qué?.

  • Por que te amo, y sé que no debía hacer lo que hice.

  • Discúlpame, yo también te era infiel.

  • Pero tu no sabias que yo preparé todo con Leticia, me puse en comunicación con ella y planeamos todo esto. Pero me equivoqué vos no soportas las cosas compartidas.

  • Lo siento tal vez nos equivocamos.

  • Cójeme soy tuya. Hacelo por mi culo, sé que te gusta.

  • Si te lo hago de esta forma te haré sufrir.

  • Hazlo....ya.

No dudé, hice el amor violentamente por su ano, ella derramaba lágrimas de dolor, no estaba gozando, se estaba flagelando por mí. Entonces tuve una reacción que hasta hoy me parece increible, la levanté y despaciosamente la coloqué de espalda en la cama, con mucho cuidado esta vez tomé su conchita y fue mi polvo mas espetacular.

La abracé suavemente y como la primera vez la curé, pero esta vez lo hice con cuidado, ella se dejaba hacer sujetando mi mano que besaba continuamente. En esa posición cansado me dormí.

Luego de esto regresamos a Baires, allá ella se mudó a mi departamento y seguimos un tiempo hasta que tuvo que viajar ....

Pero eso ......es otra historia