Señora Medianoche: Cuarta Parte y Final

Relato final de la Superheroina que relata su resurgimiento y su posterior derrota total a manos de unos pandilleros.

Señora  Medianoche: Cuarta Parte y Final

Lisa se sentía extraña, algo dentro de ella parecía despertar y sacarla del letargo en el que se había convertido su vida en el último tiempo, no podia entender porque ese cambio, nada había cambiado de todos modos, todo continuaba igual, ella seguía sentada en el suelo en una esquina de una pequeña y sucia habitación, completamente desnuda y con rastros de semen seco en distintas partes de su cuerpo, mirando cómo, a pocos metros de ella, dormían cómodamente Trixie y Toro, su dueño.

Mientras escuchaba como Toro roncaba, recorrió su adolorido cuerpo con sus manos buscando algunos cambios, pero seguía igual, con los mismos tatuajes obscenos y con los mismos piercings que atravesaban sus pezones, obligo y clítoris.

Al sentir el metal contra sus dedos no pudo evitar recordar cuando marcaron de esa manera su cuerpo, el mismo día que toda su vida se cayó a pedazos, solo le bastaba cerrar los ojos para recordar como si lo viviera de nuevo, sentada en el auto del proxeneta, llorando en silencio mientras Toro, sobaba sin pausa su muslo y entrepierna, con algunos apretones en su pecho, más para causarle dolor que para su propio disfrute, ni siquiera escuchaba lo que le decía, estaba tan golpeada y aturdida que su cuerpo no podia hacer nada más que llorar y sollozar.

Por esas razones sus recuerdos se volvían difusos en ese punto, solo recordaba cuando se detuvieron por fin en un edificio de unos 5 pisos tan feo que parecía francamente abandonado y lo estaba en parte, al entrar Lisa notó que algunas habitaciones estaban repletas de basura y otras estaba llena de personas en el suelo inconscientes y delirantes.

La llevaron, tirando de la parte superior de su brazo, al último piso, a la última habitación disponible, al abrir la puerta se vio lanzada hacia dentro directa al suelo donde se golpeó con el frio suelo de cemento, ahí vio por primera vez el lugar que sería su nuevo hogar, era tan horrible como el resto del lugar, una simple habitación cuadrada con una pequeña puerta que ella imaginaba que iba al baño, el resto era una simple cama matrimonial en el centro de la habitación y basura repartida por todas direcciones.

No alcanzó a ver muchos detalles, antes que reaccionara la tomaron del pelo y la obligaron a levantar, era Trixie o Elena, la noche anterior la había mirado con ira y odio, ahora no veía nada de eso, la mirada que le dirigió era de puro desprecio, ya no la veía como la enemiga que fue sino como una molestia, no era más una amenaza, ahora no era nada, y Lisa sabía que ella tenía razón así que desvió la mirada, avergonzada.

Mientras Toro se acercó y le dio la nalgada más feroz que nunca había sentido, ni siquiera pudo gritar por la sorpresa y el dolor, luego con voz seca le ordenó quitarse la ropa, ella ni siquiera dudo en obedecer y en menos de 3 segundos quedó totalmente desnuda con las manos en sus costados.

Toro y Trixie dieron vuelta alrededor suyo mirando su cuerpo vulnerable con fría observación, nunca se había sentido tan humillada como cuando esos dos la miraban como si fuera una cosa, como si nunca hubiera sido una persona, los comentarios despectivos que lanzaban sobre su cuerpo tampoco ayudaban mucho, ella sabía que tenía los pechos pequeños no era necesario que se lo dijeran mientras lo sujetaran como si lo pesaran.

Al final se aburrieron aparentemente y Trixie la llevó del cabello al baño y prácticamente la lanzó sobre la ducha, Lisa sabía que, si se oponía podia romperle más que unos pocos huesos, pero no quería ni siquiera intentarlo, aunque consiguiera ganar (y su autoestima decía que no podia) ¿Qué haría después?

Esa misma pregunta se hacía ahora la ex-superheroina, aunque pudiera huir de su miseria que haría después, se abrazó a si misma intentando contener los temblores de su cuerpo, mientras con los ojos cerrados seguía recordando el momento en que salió del baño, ya limpia, aunque casi congelada por el agua fría.

En la habitación encontró a alguien nuevo, un tipo pequeño y gordo, con rostro de ratón que llevaba un par de maletines, con un gesto Toro le indicó que se recostara en la cama, al hacerlo vio como el hombre abría su maletín y mostraba su contenido, de inmediato Lisa dio un gemido asustado, ella sabía para que se usaban esos instrumentos, eran para perforar el cuerpo para poner piercings, sintió miedo, quizás que cosa le harían pero le basto una mirada a Toro para que sus quejas murieran en su boca y se quedara quieta esperando el tratamiento, lo último que le ordenaron fue abrir su boca y sacar la lengua.

El tratamiento fue tan cruel y horrible como se imaginó en un principio, sus recuerdos nuevamente se volvían difusos, aunque esta vez se mezclaban con una mezcla de gritos y dolor, ella sabía que ese procedimiento no debería ser tan doloroso, pero sus poderes esta vez actuaron en su contra, la dureza de su cuerpo hizo que las perforaciones fueran mucho más difíciles y lentas, esto sumado a la falta de cuidado del hombre hizo que fuera una tortura inimaginable.

Cuando por fin el dolor acabó y pudo dejar de gritar y llorar, recién pudo notar lo que le habían hecho a su cuerpo, sus pezones, su vientre y su pubis estaba hinchados y adoloridos y un anillo de metal sobresalía de cada uno de ellos y sentía otro en su lengua y era lo único que podia sentir claramente ya que sentía su boca entumecida y palpitando de dolor.

Realmente preferiría que la violaran a continuar con este dolor, pero no tuvo tanta suerte, en ese momento el tipo abrió el otro maletín, pudo distinguir a través de sus ojos llenos de lágrimas herramientas para colocar tatuajes, pensó que empezarían inmediatamente pero antes le ordenaron abrir las piernas, lo hizo y mostró su vagina totalmente abierta y vulnerable.

Antes de que asimilara la situación en que estaba, el tatuador rápidamente puso un montón de espuma sobre su pelo púbico bruscamente, en un segundo más sacó una navaja del bolsillo y sin más preámbulo comenzó a rasurarla, a pesar de todas las vejaciones a las que había sido sometida estos días, el sentir que alguien quien ni siquiera le había dirigido una palabra le rasurara la parte más privada de su cuerpo fue lo que la hizo sentir más humillada y avergonzada, a pesar de esto todo su situación la terminó de superar y abrumar, el cansancio la sometió y se quedó dormida.

Cuando despertó estaba bocabajo, lo recordaba porque sintió dolor en todas sus partes recién perforadas, así como un ardor en su nalga derecha, ya sabía lo era, así que, no quiso mirar atrás y solo esperó en silencio a que terminara, en cuanto terminó guardo sus cosas y después de recibir un fajo de billetes de Toro abandonó la habitación.

No la dejaron descansar ni un segundo desde que se cerró la puerta, la levantaron del pelo nuevamente y la acercaron a tirones a un espejo de cuerpo entero que había en la pared, cerró con fuerza los ojos, pero ante un grito de Toro los abrió para ver en que convirtieron su cuerpo, allí lo vio, como dos aros de metal de considerable tamaño se enganchaban en sus mutilados pezones, con el tatuaje en su escote con las palabras:

SEÑORA SOPLAPOLLAS

Al bajar más vio un piercing más normal en su ombligo, pero lo que vio más abajo la hizo lanzar un grito ahogado, desde su bajo vientre hasta su pubis recién depilado había una gran imagen del rostro de un Toro, para terminar de su delicado clítoris colgaba otro aro de metal como el que llevaba en sus pezones.

Si no hubiera tenido los ojos tan resecos sin duda se habría puesto a llorar al ver su cuerpo así de profanado, así de violado, pero no terminó allí, escuchó un sonido de un teléfono tras de sí, se dio vuelta y vio a Trixie que le mostraba una foto que le acababa de sacar, con un nudo en la garganta notó otro gran tatuaje en la base de su espalda de una flecha que apuntaba hacia su trasero con el signo $ dentro, para finalizar en cada nalga tenía dos letras grandes que cubrían casi todo sus glúteos:

PU  TA.

Lisa solo quedó mirando en silencio la foto por largos minutos, aun en la actualidad, sentada sola en el suelo pensaba en ese momento, que fue en ese momento en que perdió toda la esperanza, el ver su cuerpo marcado permanentemente tuvo un efecto demoledor, aún más destructivo de lo que había planeado inicialmente Toro, el miedo, la rabia y la pena desaparecieron para dar paso a… nada, el exceso de presión a la que se vio sometida Lisa hizo que su mente no pudiera soportar más y decidiera encerrar sus emociones en lo más hondo, la mirada que le dirigió a Trixie estaba vacía, carente de contenido.

Esa actitud persistió, pese a los intentos de sus captores ella se mantuvo igual de fría y seca, fueron pasando los días y sin que lo notara en su apatía, los días se convirtieron en meses y estos en un año, ese fue sin lugar a dudas el peor año de su vida comenzando con su primera semana que fue una repetición de la noche de su captura pero con menos lucha de su parte, fue violada reiteradamente por Trixie y Toro, de maneras cada vez más creativas y crueles no recordaba mucho de eso solo que ambos tomaron la costumbre de tirar con fuerza sus nuevos piercings, de no ser por su resistencia inhumana se los abrían arrancado, la cosa no se detuvo ahí al  ver que no reaccionaba Toro decidió que ya estaba suficientemente dominada y podia continuar con su plan para ella.

Lo siguiente que hizo Toro fue echarla de su habitación, completamente desnuda, informándole que no volviera hasta que haya conseguido $200, que tenía que prostituirse solo con la gente que estaba en el edificio, después le cerró la puerta en la cara dándole en la nariz, se quedó unos momentos frente a la puerta ignorando el dolor, estuvo muy cerca de sentir pánico en ese momento, pero como había hecho toda la semana se tragó sus emociones y comenzó a caminar por el edificio buscando como cumpliría su labor.

Dio varias vueltas, al principio trataba de que no la vieran pero al poco andar notaba que casi no pasaba gente por los pasillos y los que pasaban estaban tan drogados que ni cuenta se daban, si quería conseguir dinero tendría que ir dentro de las habitaciones, lo cual no era un gran problema ya que casi todas estaban abiertas, era evidente que solo Toro usaba ese lugar para vivir, el resto lo usaba como lugar de reunión para adictos o para otras actividades ilícitas, caminar por esos pasillos y observar esa depravación le hubieran causado un gran impacto y dolor por el estado de su ciudad si es que todavía le importara, ahora actuaba con total indiferencia, incluso creyó escuchar una mujer gritando por ayuda y caminó en la dirección contraria ya que no era su problema.

Tiempo después se inclinó por una puerta, intentando mirar una habitación oscura por la rendija de una puerta, cuando sintió un silbido apreciativo detrás suyo, se dio vuelta rápidamente para ver al hombre detrás suyo, la sorpresa hizo que abriera la boca aturdida.

- ¿Lisa? - preguntó el joven tan o más sorprendido que ella, se acercó a ella hasta quedar a un metro mirándola a la cara sorpresivamente dado su estado de desnudez, era Pablo, el joven que tuvo que cuidar una vez y que terminó cogiéndosela por dinero y unas fotos, nuevamente se quedó quieta frente a él desnuda y sin intentar cubrirse, esto la habría puesto nostálgica pero esa ocasión y esta era igual de molestas, aunque ahora podría sacar provecho de Pablo, o de su dinero.

Pablo por su parte, sobrepuesto a la sorpresa, fue mirando el resto de su cuerpo y notando las modificaciones que tenía desde su último encuentro,  no le gustaba los tatuajes pero los piercings tenían algo de atractivo, recordó como la vez anterior quedó catatónica en unas circunstancias similares y pensó que esta vez pasaba lo mismo, se llevó una mano a su bolsillo buscando su teléfono para sacarle fotos de nuevo, recordando que no lo había traído, no era seguro llevar cosas de mucho valor cuando se iba a antros así, se lamentó por su mala suerte así que solamente acercó  su mano a su pecho, quería en realidad tomar el aro metálico de su seno derecho pero un golpe a su mano lo detuvo, retrocedió tomándose la mano, fue sorpresivamente doloroso, esperaba verla histérica reaccionando de golpe, pero estaba tan tranquila como antes mirándolo fijamente.

- si quieres tocar vas a tener que pagar- le dijo Lisa con la voz plana y sin emoción, esto hizo que Pablo abriera la boca aturdido, no podia creer que era la misma niña ingenua que había caído en sus burdas trampas, de golpe sintió la necesidad de tener sexo de nuevo con ella, aunque tuviera que pagar.

- ¿Cuánto? – dijo con voz baja, aun sorprendido que la pequeña mujer desnuda con tatuajes insultantes en su cuerpo controlara tan pasivamente la situación.

- depende de que es lo quieres- dijo sin ningún gesto facial.

-todo - respondió casi en un susurro.

- Son $300- señaló Lisa esperando que él quisiera regatear y ella bajara hasta 100 o algo así, al menos así tendría la mitad, pero para su sorpresa el asintió nervioso y rápidamente le pasó el dinero, Lisa lo recibió sin dejar que se exteriorizara su asombro.

Raudamente ambos se metieron a la habitación que Lisa estaba mirando, encendiendo la luz Lisa al fin notó que se trataba de un baño público, que como todo el edificio estaba en pésimo estado, con grafitis en las paredes agua sucia en el suelo y lavamanos destrozados, por un segundo se preocupó que el dinero se arruinaría si tenía sexo ahí, pero aprovechando que Pablo se estaba desnudando y dejando la ropa fuera del alcance del agua, ella escondió rápidamente escondió los billetes detrás de una baldosa suelta en la pared, ahora aun si la dejara inconsciente todavía le quedaría el dinero.

Al terminar quedó mirando cómo se terminaba de cambiar su primer “cliente”, ya lo había visto antes, su cuerpo seguía igual de tonificado y musculoso, pero el efecto que tuvo esta vez fue muy distinto, si aún mostrara algo de interés estaría nerviosa como la primera vez pero ahora, podia mirar fijamente su miembro erecto sin siquiera sonrojarse, cuando finalmente se acercó a Lisa con la intención de tomar el control, buscando parecer confiado pero al ver su fría expresión su seriedad falló y se notó indeciso.

Queriendo quitarse su indecisión tomó dos pasos al frente y la semi abrazó pasando sus brazos por debajo de sus axilas y agarrando una nalga con cada mano y apretó con fuerza, después las tiró hacia el costado con brusquedad, después la levantó del suelo y ella con naturalidad envolvió sus piernas alrededor de su cintura, no inmune al dolor de sus nalgas, pero indiferente.

En ese momento los nervios por la indiferencia de Lisa se convirtieron en ira, sintió casi como un insulto a su hombría que la chica que hace un tiempo hubiera temblado al ver su cuerpo desnudo ahora no tenga ninguna mueca, aprovechando que la tenía sujetada de una patada abrió un compartimiento del baño y casi la lanzó sobre el inodoro, pese a que estaba bien sujetada el brusco movimiento la desestabilizó así que termino cayendo de mala forma, golpeándose la espalda contra el estanque y cayendo finalmente a un lado del asiento, sentada en el suelo.

Lo primero que sintió Lisa fue que el agua sucia entre sus piernas trató de incorporarse, pero sus manos se deslizaron y se cayó de costado al suelo, con su mejilla chocando con el suelo, su rostro quedó sucio y mojado y su cabello casi pegado al rostro, incluso tuvo que escupir un poco que le entró en la boca dejándola con un gusto del sabor agrio.

Mientras Lisa luchaba por ponerse nuevamente de pie, ensuciándose cada vez más, Pablo volvía a sonreír, aunque seguía estando tan fría como permitían las circunstancias, el verla en ese estado hizo que sintiera que recuperaba el control de la situación, antes que se pudiera ponerse de pie la tomó de los hombros y la giró con fuerza de manera que quedara boca abajo, sintió como su frente se golpeó en el suelo y comenzó a sentirse aturdida, pero adivinando las intenciones de Pablo prefirió quedarse quieta y sumisa, si algo había aprendido en su estadía con Toro es que es mejor quedarse tranquila y esperar a que pase el temporal.

Pablo queriendo humillarla aún más la tomó por la nuca y la levantó del suelo, haciendo como lo había hecho cientos de veces cuando estaba en la escuela le hundió la cabeza completa en el retrete y la sujetó ahí, con la otra (lo que no hacía en la escuela) le metió dos dedos en el ano y los retorció sádicamente, Lisa después de unos segundos de sorpresa se sacudió ligeramente intentando que la soltara, más por la necesidad de oxigeno que como un acto rebelde sin considerar el inmenso asco que sentía.

Para su alivio después de casi un minuto entero por fin la soltó, inmediatamente salió a respirar o jadear en realidad, escupiendo toda el agua sucia que se había tragado, cuando aún no se recuperaba notó que le retiraba los dedos que tenía en su culo y que de un solo movimiento la penetró en vagina.

No pudo evitar un quejido, no estaba preparada, curiosamente era la única parte de su cuerpo que se encontraba seca, sintió como si la apuñalaran más que si se la cogieran, al notarlo Pablo queriendo causarle la mayor molestia posible agarró sus caderas con ambas manos y comenzó a meterla y sacarla lo más rápido posible, eso no le preocupo demasiado a Lisa, su tolerancia al dolor había aumentado considerablemente la última semana, lo que realmente le preocupaba es que cada vez que la pelvis de Pablo golpeaba sus nalgas con violencia, sus rodillas se iban deslizando por el suelo mojado, lentamente su cabeza fue avanzando más por el inodoro hasta que finalmente su cabeza chocó con el estanque con un ruido sordo y sus pechos terminaron colgando sobre el agua ensuciándolos, esto casi la saca de su letargo, por alguna razón parecía que eso la afectó más que cuando su cara estuvo en la misma posición, por tan solo un segundo perdió el control sobre su cuerpo y de un raro movimiento, destrozó el inodoro.

Lo siguiente que supo Lisa es que terminó en un lio de agua a chorro, desperdicios e increíblemente el semen de Pablo, que eligió precisamente ese momento para correrse dentro suyo, finalmente se detuvo en la mitad del baño, quedando con los brazos y piernas abiertas mirando hacia el techo, dudando como había llegado hasta ahí y soltando agua por la boca como si fuera una fuente.

Sorpresivamente, y sin entender cómo ni porque, Pablo quedó bastante bien posicionado, y quedó casi intacto, sorprendido por el baño se acercó a apagar la cañería de agua, y se preparó para continuar disfrutando el servicio que había pagado.

Se acercó a ella que parecía todavía un poco inconsciente, dudó por un segundo de cómo seguir, no quería meterse en toda esa agua alrededor de Lisa, se terminó por decidir por lo más fácil, que era sacarla de allí, la tomó del tobillo y literalmente la arrastró por el suelo hasta otro cubículo y otro inodoro, recién ahí Lisa pareció despertar, preocupada que le volvieran a meter la cabeza en el agua, esta vez podría morir ahogada de verdad, afortunadamente esta vez él tenía otros planes, a empujones, tirones y golpes hizo que quedara sentara sobre el retrete aunque esta vez estaba cerrado, de ahí le abrió las piernas hasta que casi se las dislocó y sin más preámbulo la penetró de golpe.

Esta vez no fue tan terrible, ya se encontraba preparada y lubricada con el semen de Pablo, se quedó quieta esperando que termine pronto, mientras él se lo tomaba con calma, no buscaba terminar tan rápido como la primera vez, movía su cintura con lentitud sintiendo cada vez que entraba y como los pequeños senos de la mujer que tenía delante se sacudían de un lado a otro, pero no se sentía muy satisfecho, le molestaba nuevamente la indiferencia que mostraba.

Le tomó ambos piercings de los pezones y los tiró ligeramente, sin resultado, molesto tomó el de su clítoris e hizo lo mismo, esta vez sí le dolió, pero siguió en silencio confusa, ella entendía que él era sádico, pero ya estaba exagerando, el dolor terminó por hacer que su embotada mente entendiera el problema lo que él quería era que ella manifestara el dolor, le molestaba que no hiciera nada.

Lisa buscando terminar dio un quejido en voz alta, fue una burda imitación de uno real, estaba convencida que no engañaba a nadie, pero Pablo se lo creyó completamente esto hizo incluso que él se detuviera un segundo dentro suyo, la miró con una tétrica sonrisa y reanudó su labor a un ritmo acelerado, esta vez sin violencia para alivio de Lisa, que para asegurarse siguió gimiendo como si no pudiera soportar el dolor, hasta que para finalizar de una vez dio un largo quejido que era interrumpido cada vez que sus pelvis chocaban hasta que de improvisó sacó su pene y se corrió sobre sus pechos.

Hubo un silencio sepulcral después de eso, Pablo respiraba disparejo mientras se apoyaba en la pared, mientras Lisa se concentraba en no hacer ni un ruido que le recordara que estaba ahí, aunque no fue suficiente, para su sorpresa no se tardó más de unos minutos en estar completamente erecto, pensaba que tenía menos resistencia, ahora le dio órdenes secas que Lisa siguió obediente, colocando sus piernas en sus hombros de manera que tenía directo acceso a su culo, y lo utilizó de inmediato, con una envidiable precisión encontró rápidamente la entrada que buscaba y empezó a introducir lentamente en su ano.

El grito que dio Lisa hizo que él se riera, sin darse cuenta que era más falso que un político, después de tantas veces que Toro, que tenía el pene más del doble de grande, se al cogiera así por una semana, varias veces al día, ahora su ano estaba dilatado hasta un punto que hubiera sido impensable tiempo atrás, el miembro de Pablo le dolía, pero era más una molestia que un dolor real, no justificaba para nada la forma en que estaba gritando.

Por lo menos Pablo parecía por fin haber llegado a su límite, empezó a resoplar mientras aceleraba por última vez, agarrando sus muslos y de a poco levantándola de su incomodo asiento, Lisa dejó de gritar y se concentró en no caerse, fallando de todas maneras cuando Pablo la arrojó de nuevo al suelo mojado antes de correrse sobre su cara.

Esta vez, sabiendo que era lo último, se quedó quieta boca arriba, él se vistió tranquilamente, y al pasar le lanzó unos billetes, diciendo algo de propina y se marchó.

Lisa pasó mucho tiempo ahí recostada, una hora al menos, si aún se permitiera sentir, estaría destrozada llorando sin parar y no podría pararse por estar emocionalmente devastada, se prostituyó sin dudarlo y en un baño público, con un chico que ya la había humillado antes, para darle dinero al que la veía con un maldito objeto, que no le interesaban sus poderes ni lo especial que era, solo la usaba como una puta como si nunca hubiera sido una superheroina, como si nunca hubiera sido nada, la  verdadera razón que se quedaba en esa posición era porque estaba adolorida y cansada, nada más.

Lisa se puso finalmente de pie, tanto en sus recuerdos como en la actualidad, en ambos casi igual de sucia y casi igual de indiferente, mientras en silencio Lisa se iba hacia el baño, recordaba como en ese momento saco el dinero de su escondite, incluyendo la propina tenía $350, siguiendo un raro impulso buscó un mejor escondite en ese baño y allí puso los $150 sobrantes, después fue donde Toro.

Lisa recordaba la mirada despectiva de Toro al darle el dinero, como le dio un paquete de comida rápida fría y la hizo dormir en el baño, sin poder bañarse hasta la mañana siguiente, también el horror de los siguientes días cuando fue con ella a una de las habitaciones donde había una gran cantidad de hombres drogados, sin preámbulo le ofreció a esa horda de hombres que por cada $10, podia cogerla por cualquier agujero, inmediatamente se formó una fila de tipos dispuestos a pagar y así comenzó su nueva pesadilla, hombres de todo tipo, jóvenes, viejos, sucios, limpios, sanos y evidentemente enfermos pagaron y se acercaron, al principio de uno en uno, tuvo que chupársela a tipos inmundos, ser cogida por la vagina por otros y otros varios prefirieron usar su trasero.

A medida que fueron avanzando y el fajo de billetes en la mano de Toro se fue haciendo más y más grande, terminaron perdiéndole el poco respeto que le tenían y el sexo paso a ser grupal, cada vez que alguno de sus agujeros quedaba disponible era rápidamente reemplazado por otro, Lisa lo hizo bastante bien, hasta Toro lo reconoció para sus adentros, pudo durar consiente por más de 8 horas, cuando el fajo de billetes de Toro llegaba cerca de los $1.000, pero aun con su resistencia ya barboteaba incoherente y le salía semen por la nariz cuando intentaba respirar, tuvo que parar y llevársela a regañadientes.

Fue dos semanas enteras en que siguió esa rutina, por la mañana le daba algo ligero de comer y después la llevaba a la misma habitación que, corrida la voz, estaba más llena de gente, ahí pagaban y la cogían en grupo, Lisa sumisa hacia absolutamente todo lo que le ordenaban, sin dudar ni molestarse por ninguna de las aberraciones que le hicieron y que le hicieron hacer, tener tres penes en la boca no significaba nada, que le echaran semen en el globo ocular solo para burlarse tampoco, que se tragara tanto semen que sentía como su barriga se hinchaba era solo circunstancial, ella no pensaba, dejó de verse a sí misma como una persona racional buscando ser solo un objeto.

Al final de la segunda semana, Toro por fin le dio un descanso, le dijo con una sonrisa que en ese tiempo había follado con 559 tipos y como prueba le mostró un impresionante montón de dinero, lo que significó una nueva visita del tatuador, que con su habitual falta de emociones le tatuó el 559 en números grandes y negros en el dorso de su mano derecha, como recordatorio de  lo que había hecho, la idea de haber estado con tantas personas hizo que la ya rota mente de Lisa se hundiera en un pozo aún más profundo, de miseria y autodesprecio.

Toro estaba tan satisfecho que permitió a Lisa el siguiente paso en su evolución como prostituta, le dio el traje más burdo que pudo encontrar, minifalda con un top casi transparente y unos zapatos tacones aguja y le ordenó ir a la pequeña Sodoma a trabajar, esto curiosamente significó que tenía mucha más libertad para actuar, como no necesitaba ser protegida por Toro como pasaba con Trixie, solo tenía que salir en la mañana y volver en la noche con al menos $300, bajo amenaza de volver a hacer una maratón con los drogadictos.

Lisa sorpresivamente, lo hizo increíblemente bien, ninguna noche volvía a casa con menos de $500 en el bolsillo (más bien entre la falda y la piel o en los zapatos, no tenía bolsillos) , tardó poco tiempo en hacerse relativamente conocida en el mundillo, los clientes apreciaban su aparente falta de inhibiciones, ya que hacia todo lo que le pedían sin dudar ni pedir más dinero de lo normal, vinieron a ella con todo tipo de perversiones y las probó todas, en meses se volvió experta, dominaba varios tipos de sexo, se volvió excelente en las mamadas, demostrándole a Toro que se había ganado el tatuaje en su pecho, y además se hizo muy buena entendiendo a sus clientes, sabia como ellos quería que actuara, si tenía que gritar y fingir dolor o si tenía que fingir como si estuviera disfrutando el mejor sexo de su vida.

Así fue subiendo en el escalafón de las prostitutas de la zona, de estar trabajando al principio en la zona alrededor de la pequeña Sodoma paso a trabajar en las calles del centro, después incluso le permitían trabajar al interior de algunos burdeles aunque solo para fiestas especiales, en ese tiempo muchos proxenetas le ofrecieron hacerse cargo de ella, pero Lisa jamás se le pasó por la mente alejarse de Toro, la sola idea de no estar cerca de Él en las noches la aterraba de tal manera que casi la hacía salir de su estado de aturdimiento, sin embargo algunos proxenetas no aceptaban un no por respuesta, se vio obligada a mandar a 6 al hospital, uno al parecer nunca volvería a caminar.

No solo con ellos tuvo problemas, los policías intentaron arrestarla en 3 ocasiones, la primera vez antes que se acercaran, escapó de un salto y trepando a un edificio, la segunda vez eran tres policías al parecer recién salidos de la academia, usando sus mejoradas dotes de persuasión los convenció para que la dejaran tranquila por la mejor mamada de su vida, lo hizo tan bien que se convirtieron en clientes regulares, la última vez fue más difícil era un par de mujeres policías que la arrinconaron en un feo callejón, no le dejaron ninguna otra alternativa que atacarlas, las noqueó con brusquedad tratando de no romper sus huesos, pero al verlas tan brillantes y dignas en sus lindos uniformes despertó una vena sádica dentro de ella, con delicadeza les quitó sus uniformes y los puso en una bolsa de basura junto con sus armas placas y cualquier otra cosa que llevaran encima, después rápidamente la lanzó a por una ventana que sabía que daba a otro tugurio de drogadictos, se quedó escondida lo suficiente para escuchar sus gritos y luego se fue, y no volvió a pensar en ellas hasta meses después.

Su creciente avance en el escalafón hizo que incluso pudiera trabajar fuera de la pequeña Sodoma, yendo a las casas de clientes que querían pasar un buen rato o que querían hacer despedidas de solteros extremas, otros casos más raros como parejas que querían hacer un trio u otro sujeto que la quiso usar de silla mientras hablaba con su novia por el computador, esos trabajos no le daban tanto dinero como el que conseguía con una noche entera de trabajo, pero eran mucho más tranquilos y fáciles que estar en la noche con desconocidos en callejones, además le dejaba más tiempo libre.

Lisa encontraba curioso que esos recuerdos le vinieran a la mente, ahora mientras se miraba al espejo del pequeño y oscuro baño del cuarto de Toro sentía con más fuerza que algo cambiaba dentro de ella, que algo despertaba, no le dio importancia, quería seguir tranquila, ahora que las cosas iban bien, que Toro la dejaba dormir sin encadenarle sus piercings a la pared, que ahora le dejan comer dos veces al día y a veces caminar con un poco más de ropa, su vida no podia ser mejor.

Se iba a volver a dormir cuando notó que una solitaria lagrima caía por su mejilla, el solo verla hizo que todo su cuerpo se sacudiera y tuvo que sujetarse al lavamanos para no irse de bruces al suelo, ya no había algo que iba a despertar, había algo que estaba despertando en ese momento, desesperada intento repasar todo ese día desde temprano.

Se despertó como siempre cerca del mediodía, con Trixie dándole una patada al pasar cerca de ella, estuvo bien porque la patada no fue tan fuerte como de costumbre, después esperó su turno en el baño, para poder limpiarse el semen seco de los clientes y de Toro que tenía desde ayer.

Una vez limpia comió los restos que había quedado del almuerzo de Toro y Trixie, no era mucho aunque era suficiente para el día, después se fue con ropa normal a ver a un cliente en el centro de la ciudad, normal quería decir minifalda y blusa aunque sin transparencias y zapatos sin tacones demasiado altos, fue caminando, por supuesto Toro estaba muy ocupado para llevarla, llegó un par de horas después, era otro de los casos que ella consideraba raros, un padre quería que sus hijos perdieran la virginidad, algo sobre su hombría o algo así, ellos tenían… en realidad no quería pensar en la edad de los chicos con los que tuvo sexo por varias horas.

Salió cuando ya atardecía con $500 en su bolsillo, realmente le dieron una buena propina, tal vez fue porque también terminó acostándose con el padre, se fue caminando a casa tal como había llegado, se giró en una esquina y allí la vio.

Sarah, su amiga de su antigua vida, estaba de lado mirando una vitrina de una tienda de ropa, con esa hermosa sonrisa que hacía que los problemas de todos se esfumaran, estaba más delgada que hace un año, lo que hacía resaltar más su bella figura, con su abundante trasero y unos pechos que era al menos el doble que los suyos, siempre tuvo una sana envidia al respecto, pero ahora sus ojos solo podían mirar su tierno rostro, coronado por un sedoso cabello color paja.

Se quedó demasiado tiempo mirándola, se dio cuenta muy tarde recién cuando ella se volteó exactamente en su dirección y la vio, por supuesto que la vio, resaltaba en ese lugar, su sonrisa de inmediato murió en sus labios reemplazados por una expresión de sorpresa, de inmediato Lisa se volteó y comenzó a caminar en cualquier dirección, no podría soportar la mirada de desprecio que seguramente vendría, de la que fue su mejor amiga.

Caminó por una cuadra entera a una buena velocidad y sin mirar atrás, antes de que cruzara un paso peatonal una mano delicada le agarró con fuerza el codo, por supuesto era Sarah, Lisa no dudo que era ella, pero aun así le sorprendió que la siguiera, ¿tanto era su desprecio por ella que debía decírselo personalmente?

Pero cuando se voleó no vio nada de eso en el rostro de su amiga, al contrario, parecía triste y … esperanzada, ¿acaso podia querer contratar sus servicios?

- ¿Lisa? - dijo suavemente, la aludida solo pudo notar que el ultimo que la llamó por su nombre fue Pablo cerca del baño, un año atrás, el resto solo le decía puta o sus derivados, o señora soplapollas cuando notaban su tatuaje - ¿en serio eres tú? - basto un ligero asentimiento de su parte para que sonriera ligeramente y la agarrara con más fuerza- me dijeron que…- continuó aun sin atreverse a soltar a su examiga.

- todo es cierto- le respondió Lisa monótonamente a la vez que se bajaba un poco la blusa para que pudiera ver su tatuaje en el pecho, lo leyó rápidamente y se puso pálida, como un cadáver, ahí Lisa creyó entender porque la siguió, no estaba segura de que realmente se hubiera convertido en una prostituta, ahora que lo sabía vendría el desprecio y se alejaría, como todos, pero la mirada en su rostro solo cambió a una de pura determinación.

- ¿por qué? - fue lo que preguntó, Lisa solo se quedó quieta unos minutos mientras la gente la esquivaba y pasaba a su lado indiferentes de lo que pasaba entre ellas, finalmente decidió que no tenía una respuesta, se encogió de hombros e intentó liberarse del tenaz agarre, sin resultados, en el fondo se dio cuenta que no hacía más fuerza porque no quería dañar a Sarah, a ella no.

Al ver que no respondía y que intentaba irse la mente de Sarah trabajó a toda velocidad, mirando en todas direcciones notó una cafetería cercana, la llevó hacia ahí pensando que se resistiría, en realidad la siguió dócilmente, al interior del café les dirigieron varias miradas inquisitivas, no porque fuera un mal lugar, porque la simple apariencia de Lisa la marcaba como lo que era y puso a todos un poco incomodos.

Indiferente de esta reacción, se fue hasta una de las ultimas mesas donde tenían cierta privacidad, se sentó de espaldas a la puerta e hizo que Lisa se sentara en frente suyo, pidió dos cafés y porciones de un pastel de chocolate casi sin mirar al mesero cuando se acercó, esperó en silencio simplemente mirando a los ojos de su amiga, extrañamente vacíos y sin vida.

Cuando les sirvieron Lisa solo se quedó mirando su comida por un minuto, no recordaba cuando fue la última vez que podia comer algo más que sobras frías, tomó el tenedor con una mano temblorosa mientras su boca salivaba, se lo hubiera comido de tres mordiscos, pero Sarah la miraba mientras bebía café.

- Lisa… ¿por qué? – repitió la pregunta, esta vez la tomó de la mano intentando brindarle apoyo, a Lisa se le pasaron cientos de historias falsas por la cabeza, todas perfectamente creíbles y razonables, tomó un sorbo de café, disfrutando de como una bebida caliente bajaba por su garganta, se preguntó que le gustaría a Toro que hiciera, pero descartó la idea de inmediato, no la llevaría a su departamento para que también la prostituyera, eligió una opción de historia y empezó a hablar.

- cuando cumplí 18 años descubrí que tenía poderes- la sorpresa en el rostro de Sarah estuvo cerca de reflejarse en la cara de Lisa, era como si boca se hubiera separado de su mente y actuaba por voluntad propia, no quería decir nada de eso- cuando descubrí esos poderes yo…

Dos horas después ambas estaban en silencio nuevamente, en la mesa que las separaba había distintos platos algunos vacíos y otros a medio comer, así como otras tazas vacías de café, Lisa se lo dijo todo, absolutamente todo, sus victorias, sus derrotas y como había sido el último año de su vida, si aún expresara emociones estaría llorando desconsolada por tener que contar todo eso de nuevo, pero incluso lo contó con voz plana y desapasionada solo deteniéndose por una pregunta o cuando se acercaba el mesero, Sarah por otro lado, tenía los ojos enrojecidos y las mejillas húmedas y con rastro de lágrimas, prácticamente había estado llorando desde que habló de su primera derrota a manos de esos pandilleros y desde entonces solo se había intensificado.

Sarah se tardó varios minutos en recuperar la compostura, mientras, Lisa pagó la cuenta con un billete de entre sus pechos, dejando una buena propina, cuando al fin pudo hablar le dijo a Lisa que dejara a Toro y que se fuera con ella, esta vez Lisa se negó con más firmeza, aunque estaba sorprendida que ella aun quisiera ayudarla, Toro la tenía muy controlada, si escapaba liberaría todo lo que sabía de ella y todos las personas que alguna vez quiso terminarían muertas, o peor, no quería ver a Sarah si alguna vez Toro o Trixie les ponían sus manos encima.

Le explico eso y ella solo insistió con más vehemencia dijo que debía haber otra forma, brillantes planes y locas aventuras, nada de eso pudo convencer a Lisa, al final Sarah solo pudo darle su dirección entre lágrimas de rabia y desesperación y hacerla prometer que si se alejaba de Toro iría con ella.

El resto del día fue normal pensaba Lisa, después de separarse de ella volvió derecho al edificio donde vivía, antes de entrar a su departamento se la mamó a unos tipos por unos pocos billetes, más para quitarse de encima el olor a café que otra cosa, se aseguró de que el semen le cubriera parte del rostro y del pecho y después fue a su casa.

Entró silenciosamente para encontrar a Toro de espaldas a la puerta cogiéndose a Trixie por atrás con vehemencia tal que parecía que la cama se destruiría en cualquier minuto, se giró para verla entrar, ella rápidamente dejó el dinero sobre un viejo mueble, luego se desnudó y se sentó en silencio en su esquina.

Ahora en el baño, Lisa ya lloraba abiertamente, aunque en silencio, Sarah, Sarah era la que la había cambiado la que con su preocupación le dio algo de esperanza, lo que la hizo despertar al fin de su letargo, mirar lo que había pasado y llorar por lo que había hecho.

Eventualmente se dio cuenta que ya no podia seguir así, ahora que su cascara de indiferencia ya no estaba se destruiría a sí misma en unos días, solo quedaba una cosa que hacer, con decisión tomó un cuchillo que estaba detrás de la pared detrás de un fondo falso, estaba perfectamente afilado, como necesitaba, por supuesto no era suyo pero una vez vio a Toro guardarlo ahí, armada se acercó determinada a ganar su libertad, o morir intentándolo.

Lisa se acercó con el cuchillo en la mano al hombre que había destruido su vida un año atrás, caminó con lentitud y cuidado como él mismo le había enseñado por las malas, no había mejor manera de hacer que alguien no hiciera ruido al caminar que levantarla del suelo solo por los pezones si despertaba a alguien, cuando estuvo a un lado de él mirando como su respiración subía y bajaba, acercó el cuchillo y dudó, no entendía porque, ese hombre era la manifestación de sus pesadillas, la había destrozado real y figurativamente, debía odiarlo, despreciarlo y aborrecerlo.

Pero no podía, a medida que acercaba el cuchillo hacia su garganta pensaba en los escasos buenos momentos que tuvo con él, cuando la llevaba de vuelta después de desplomarse en las primeras semanas, cuando le daba comida y agua, y las veces que la felicitaban por hacer un buen trabajo.

No era suficiente para perdonarlo por todo lo que había hecho, para nada, pero algo la detuvo, le impidió mover la mano para terminar con su miserable existencia, se tardó unos segundos en darse cuenta que había empezado a llorar, en ese momento se dio cuenta de la verdad, ella no lo odiaba, a pesar de lo cruel y despreciable que era, llegó a respetarlo a confiar en el a... quererlo, sabía que debía ser el síndrome de Estocolmo o algo parecido, pero no podía negar lo que sentía, finalmente tuvo que cerrar los ojos, pedir perdón en silencio y hacer el rápido giro de muñeca que terminó cortándole la garganta a Toro, su Toro.

Fue sorpresivamente fácil, el corte fue profundo y le rebanó la tráquea, solo alcanzó a abrir los ojos antes que Lisa, aguantando el remordimiento lo terminara con una puñalada en el corazón, el gigante proxeneta terminó así sus días, pero esto despertó a Trixie que dormía a su lado, en un rugido se lanzó sobre ella sacando al pasar el cuchillo del pecho de Toro, Lisa no esperaba tanta violencia de parte de ella así que no esquivó una feroz puñalada en su pecho.

Lisa tuvo que agradecer una vez más a su resistencia sobre humana, el cuchillo, aunque le dejo una fea herida en la parte baja de su teta derecha, no pudo atravesar lo suficiente como para causarle una herida de gravedad, en represalia dio un golpe con toda su fuerza en el estómago de Trixie, fue mucho más efectivo de lo que buscaba, la mandó al otro lado de la habitación estrellándose con la pared con un feo ruido.

Se acercó rápidamente por si había que terminarla y se dio cuenta que no era necesario, ella respiraba con dificultad y le salía sangre de la boca, lo único que pudo hacerle fue escupirle sangre al pasar, antes de dar un último suspiro y morir ahogada por su propia sangre.

La única sobreviviente del cuarto se arrodilló en el suelo buscando que su respiración se tranquilizara, mientras el rastro de sangre y saliva que tenía en su rostro se escurría hasta su cuello, y la herida de su pecho fluía un hilillo de sangre que bajaba por su abdomen, sorpresivamente para ella la muerte de Trixie, a pesar de que no tenía dudas de que a ella si la odiaba con todo su corazón, le había afectado más que la muerte de Toro, debía ser porque uso sus poderes para matarla, algo que nunca había hecho ni pensado en hacer.

Pero no tenía tiempo ni ánimo para pensar en eso, rápidamente fue al baño y se lavó los rastros de sangre, después se puso ropa que aparentemente era de Trixie, ya que nunca la había visto, se vistió con unos jeans ajustados y una blusa, le quedaba grande ya que Trixie era más alta y voluptuosa que ella, pero apenas si le importó lo que si le importó era la caja fuerte que sabía que Toro tenía bajo su cama, la sacó usando toda su fuerza la rompió, rápidamente tomó todo el dinero que tenía en el interior y se dispuso a marcharse, antes de salir tuvo un raro impulso, se volteó y tomo los restos de Trixie y los arrojó sobre la cama luego tomo un encendedor y le prendió fuego al cochón, luego salió corriendo de la habitación.

Unos minutos después estaba en el baño, abriendo su compartimiento y sacando el dinero secreto que tenía ahí, era bastante, desde el primer día sin saber porque había ido guardando dinero cada vez que podia y ahora tenía casi la misma cantidad que Toro en su caja fuerte, se lo puso al bolsillo y al fin salió del edificio, teniendo que rechazar en el camino a tipos que querían contratarla.

Al salir del edificio notó algo raro, unas cuantas personas agolpadas y mirando hacia arriba, ella, como haría cualquier persona, se dio vuelta y miró en la misma dirección y lo que vio la impresionó, la parte superior del edificio donde había vivido el último año estaba ardiendo con fuerza, ella no había pesado eso, ella quería que la cama y su contenido ardiera, no se le había pasado por la cabeza que resultaría en eso, menos cuando parecía que el techo ya se estaba desmoronando, parte de ella quería ayudar a la gente que aún estaba dentro, pero esa parte de ella murió hace un año con la captura de Toro, miro el edificio por última vez y se marchó.

Horas más tarde, se revolvía indecisa en frente de la casa de Sarah, estaba segura de que era su casa, era como ella la había descrito, una casa bastante bonita en un barrio residencial a las afueras de la ciudad, las dudas que tenía eran si debía entrar, llegó hasta ahí porque en realidad no sabía dónde más ir, pero ahora dudaba, ella… llevaba la tragedia consigo, había pasado por un infierno y había salido de ahí matando a dos personas a propósito y quien sabe cuántas en el incendio que provocó, estaba traumatizada y lo sabía, solo había ido ahí por sí misma, porque necesitaba ayuda pero no quería causarle ningún mal a su amiga.

Cuando ya se había decidido a marcharse la puerta se abrió, del interior salió Sarah vestida con un ropa deportiva y una bolsa de basura en la mano, con calma puso la bolsa en un contenedor y recién ahí la notó, lo primero que mostró fue sorpresa, después corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, Lisa casi la aleja de un empujón, todavía se sentía asustada y vulnerable, el solo pensar en el contacto físico le molestaba, pero cuando sintió unas cálidas manos en su espalda, manos que no tenían ningún interés sexual en ella cedió y la abrazó de vuelta por la cintura e inclinó su cabeza sobre su hombro, en un momento ambas estaban llorando paradas en medio de la vereda.

Pero no duró mucho, Sarah se recuperó primero y de la mano la llevo hasta el interior de su casa, era bonita pensó Lisa aun con lágrimas en los ojos, ordenada y bien decorada, su amiga la llevó hasta el comedor y le hizo sentarse.

- ¿dejaste a… Toro completamente? - le preguntó después de un rato.

- yo… lo maté a él y a Trixie - le contestó mirando la mesa como si fuera lo más interesante del mundo, entre sollozos pudo contarle la historia completa de lo que había ocurrido después de separarse, cuando terminó, parte de ella estaba segura de que ella llamaría a la policía o le pediría que se fuera, pero de pronto sintió que la abrazaban de nuevo esta vez por la espalda.

- se lo merecían, todos, por lo que te hicieron - Lisa sorprendida se dio vuelta para ver a su amiga y vio en sus ojos una ferocidad que jamás pensó que podia estar ahí, se relajó en sus brazos y cerró los ojos, un repentino dolor en su seno la despertó y dio un pequeño grito, ahí recordó que había sido apuñalada y le explicó a Sarah, ella pidió revisar la herida que sabía primeros auxilios, ella estaba de acuerdo pero quería bañarse primero así que le dijo dónde estaba el baño.

Minutos después Lisa disfrutaba de una ducha caliente después de mucho tiempo, Sarah tocó la puerta unos minutos después, a Lisa que ya no le importaba tanto que la vieran desnuda menos aun si era su amiga le dijo que pasara, lo hizo muy tranquila, pero la vio y soltó un grito mientras dejaba caer el botiquín que traía en la mano.

Por un minuto Lisa se quedó confundida sin saber que pasaba, hasta que Sarah apuntó con su dedo hacia su cuerpo, miró hacia abajo y además de una pequeña herida que ya no sangraba en su pecho, pero aparte de eso…oh, ya había pasado tanto tiempo con los tatuajes y los piercing puestos que ya los sentía parte de su cuerpo pero ahora que lo pensaba para el resto de gente, gente que no quería pagarle para acostarse con ella, su apariencia debía ser muy chocante.

Consciente de lo que le asustaba se dio vuelta rápidamente, dándole la espalda otro extraño ruido de Sarah le hizo recordar que en la espalda también tenía tatuajes, se hubiera puesto a llorar de nuevo pero Sarah se acercó y con gentileza la tomó de la mano y la sacó de la ducha le dio una toalla y esperó a que se secara, después la llevó hasta una habitación y le hizo recostarse en la cama, sin decir ninguna palabra curó lo mejor que pudo su herida, que básicamente consistió en desinfectarla con alcohol y ponerle una pequeña venda, porque ya se estaba prácticamente curada.

Después Lisa con delicadeza se sacó los piercings por primera vez desde que se los pusieron, sabía que eso no era para nada sano, que debía haberla dañado de alguna forma, pero nuevamente su antinatural resistencia fue suficiente para evitar daños, aunque los orificios que hicieron quedaron para siempre, como un recordatorio, así como sus tatuajes y la cicatriz que tenía su pecho, de lo que había pasado y de lo que había hecho.

Lisa no recordaba mucho después de eso, solo que se abrazaron nuevamente mientras le contaba entre sollozos nuevos detalles del infierno que había pasado hasta que finalmente se durmió en sus brazos.

A la mañana siguiente ambas estaban más calmadas y pudieron por fin hablar, con una sonrisa Sarah le dijo que quería que viviera con ella permanentemente, que vivía sola en esa casa que le habían heredado sus padres hace un año, al preguntarle su amiga le contó que murieron asesinados en un banco cuando un robo salió mal y los ladrones mataron a varios rehenes, y que ahora tenía suficiente dinero en el banco para vivir cómodamente por varios años, que además mientras Lisa estuvo… ocupada, ella se había titulado como Ingeniera electrónica, Lisa puso cara de sorpresa hasta que se acordó que ella siempre fue un genio, adelantaba cursos y los profesores siempre la buscaban para ayudantías y demás.

Ahora trabaja en una empresa, no quiso decirle cual, pero le dijo que ganaba mucho guiñándole el ojo y hablando de dinero Lisa sabiendo que no conseguiría trabajo en un rato decidió darle el dinero que había traído consigo, fue a buscar su antigua ropa y de entre todos sus bolsillos sacó el dinero y lo contaron entre ambas cada vez más asombradas, era cerca de $100.000, para alegría de ambas se dieron cuenta que no habría problemas de dinero por un tiempo.

Pasaron 7 meses viviendo juntas y las cosas iban mejorado considerablemente para Lisa, había vuelto a su peso normal, estaba más relajada y mucho más feliz, los traumas seguían ahí, así como sus marcas corporales, pero había aprendido a vivir con ellos, también descubrió que su resistencia sobre humana también aplicaba a las enfermedades sexuales, porque a pesar de todo lo que le habían hecho durante ese tiempo, los exámenes dijeron que estaba limpia como una virgen.

Ahora incluso tenía trabajo, encargada de aseo en un bar cercano de no muy buena reputación, con Joel como jefe, el viejo más feo y cascarrabias que había conocido, iba por las mañanas a limpiar el desastre que dejaban los jóvenes ebrios durante la noche, no era un buen trabajo y le pagaban una miseria que no necesitaba, pero no podia optar a un trabajo mejor por sus antecedentes penales, prostituta no quedaba muy bien en el CV, Sarah trató de convencerla que no trabajara que no lo necesitaba, pera para ella trabajar tenía un uso terapéutico, se sentía en control y que recuperaba el dominio de su vida,  aunque en fuera en un trabajo de mierda donde trataban de correrle mano cada vez que podían.

Aun así, no fue fácil conseguir un trabajo, estuvo buscando dos meses sin resultados, paso un momento bastante incomodo en una entrevista de trabajo, cuando el entrevistador resultó ser uno de sus clientes más asiduos cuando era prostituta, Lisa tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para conservar la calma durante la entrevista, pero cuando el tipo le ofreció el trabajo por una mamada al día, ella se puso de pie con calma y abandonó la oficina.

Después tuvo suerte, otro intento así y se habría olvidado por un tiempo de conseguir trabajo, a la siguiente ocasión le dieron el trabajo en el bar y aunque no lo disfrutaba era suficiente para empezar a olvidar su anterior trabajo, aunque de vez en cuando no podia evitar querer renunciar cuando tenía días malos.

Era precisamente uno de esos días para ella, para empezar, llegó tarde porque el bus se atrasó, el jefe la regañó y la mandó de inmediato a limpiar el baño, decir que había un desastre seria subestimar el problema, se tardó 3 horas, 2 más de lo normal y al final estaba prácticamente llorando, arrodillada en el suelo recién limpio intentando borrar una mancha de algo que no quería saber que era.

Al salir Joel la regañó de nuevo por la tardanza y la envió a sacar unos licores de la bodega, con tan mala fortuna que al tomar una se resbaló de su mano y le cayó encima quedando empapada de alcohol barato, esta vez su jefe estaba lívido, cada grito hacia que Lisa bajara la cabeza avergonzada, incluso cuando descaradamente le agarró el culo y se lo sobaba, Lisa estaba tan frustrada y a la vez, tan acostumbrada a que tocaran su cuerpo que ni cuenta se dio.

Al final cuando se aburrió de sobar a su empleada le dijo que se le descontaría la botella de su sueldo, en realidad lo haría el triple de su valor, pero ella no tenía que saber eso, para remarcar le dio una fuerte nalgada, pero ni así se dio cuenta, al menos no le quedaba mucha jornada, en una media hora ya se había ido por fin.

Su viaje también fue un asco apestaba a alcohol barato y todos la miraban raro, así que prefirió bajarse en unas cuadras antes e irse caminando.

Cuando al fin abrió la puerta se encontró con el rostro sonriente de Sarah, normalmente sería suficiente para alegrarla, pero este día había sido especialmente malo así que sospechaba de todo, Sarah no dijo nada de su olor, así como tampoco diría nada si llegara desnuda pensó divertida, pero esta vez se veía aún más alegre que de costumbre.

Se acercó y le tomó de las manos y le dijo que tenía algo que mostrarle, a tirones ignoró sus peticiones de si podia esperar hasta después de la ducha, y la llevó hasta su cuarto donde le mostró una prenda, Lisa la tomó con las manos y la miro con cuidado, era una ropa negra oscura, suave al tacto al estirarla notó que era flexible y elástica, ahí se dio cuenta que tenía la forma de un traje de baño de una pieza, en ese momento Sarah comenzó a enumerar las cualidades que tenía esa ropa, resistente al calor y aislante para agua y electricidad, además de estar hecha de una nueva alineación de materiales que la hacían resistente a los disparos y a los golpes.

Al preguntarle de donde la sacó, solo guiñó un ojo y le dijo que ella lo hizo, sin dar más detalles.

-… y ¿para qué quiere alguien un traje de baño antibalas? - le preguntó finalmente cuando le pidió que se lo probara, ella terminó de golpe con su raro entusiasmo y bajó los ojos.

- no es un traje de baño… es uno de su… superheroina - dijo en un susurro.

- Sarah, ya hablamos de esto - y lo habían hecho varias veces, hace rato que su amiga insistía que retomara la labor de vigilante, que la ayudaría a volver a ser la que era, normalmente empezarían los gritos, siempre terminaban igual, era la única razón por la que peleaban, se gritaban y se atacaban, pero la última vez que hablaron del tema Lisa le dijo que porque quería que la volvieran a violar tan pronto, a lo que Sarah respondió con una cachetada, ambas se quedaron estupefactas y asustadas, sorprendidas de lo que habían dicho y hecho, afortunadamente para su amistad, ambas se tragaron su orgullo y se disculparon casi simultáneamente.

Esa tormenta se había evitado, pero Lisa no quería otra así que decidió tomarse esto con calma,  hizo que se sentara a su lado en la cama y le preguntó con cariño porque era tan importante para ella, la respuesta fue ponerse a llorar y enterrar  su rostro en el pecho de Lisa, ella tomada por sorpresa, la abrazó con fuerza, nunca había tenido que consolarla, siempre había sido más fuerte que ella, estuvo así por varios minutos, hasta que al fin sin moverse de entre las tetas de Lisa comenzó a explicarle.

Le contó cómo estaba tranquila en casa cuando mataron a sus padres, la impotencia, la rabia al ver que esos tipos salían libres, que quería que volviera la superheroina que ella admiraba, como cuando más necesitaba a su amiga, se enteró que era una prostituta y que estaba lejos de su alcance, que cuando se enteró que ella era ambas se sintió terrible, como la valiente y poderosa superheroina terminara reducida a eso, que desde entonces había querido ayudarla a volver a lo que era, a lo único en los que los criminales temían.

En esa parte Lisa también se puso a llorar y la abrazó con más fuerza, cuando le decía que ella la admiraba y la quería en sus dos formas, como la linda y tierna Lisa y como la poderosa y temida Señora Medianoche, que a pesar de que haya otras como ella que salían en la noche a detener el crimen ella era la mejor que a pesar de que la ciudad parecía no mejorar, ella daba esperanza y fe en un futuro mejor a las personas como ella, y que su sueño era estar a su lado luchando en las calles con un disfraz igual al de ella.

Por supuesto el discurso conmovió a Lisa, se quedó en silencio disfrutando el contacto con su amiga por casi una hora, mientras pensaba, finalmente se separó de ella y con soltura se desnudó tirando su ropa al suelo, luego tomó la prenda que hizo Sarah y estirándola lo más que pudo se lo puso, posó ante ella y sonrió.

- Señora Medianoche volverá a defender a la ciudad.

Pasaron varios meses antes que se cumpliera la promesa de Lisa, fue sobre todo por culpa de Sarah quería que terminar el traje para hacerlo el más avanzado que había tenido hasta la fecha, además, para desazón de la superheroina quería usar un disfraz y ser una compañera en la lucha, le decía que había entrenado distintas artes marciales desde que tenía 8 años, no sirvieron de nada las advertencias de su amiga, de señalarle el peligro y que ni siquiera tenía poderes como ella, lo que hizo ella fue retarla a una pelea.

Con dudas Lisa aceptó, hicieron un espacio en el centro de la sala y se acercaron cada una con ropa cómoda y ajustada para evitar agarres, se pusieron en guardia y se miraron con calma, Lisa por supuesto que no iba a ir con todo la mataría si lo hiciera,  comenzó con un golpe ligero dirigido al centro de su rostro, como un borrón Sarah se agachó y desapareció de su vista, lo siguiente que supo Lisa es que se elevaba del suelo con una patada en el mentón y caía estrepitosamente al suelo.

Tuvo que reconocer que si hubiera sido alguien normal estaría fuera de combate, ella solo un poco aturdida giró en el suelo justo en el momento en que Sarah daba un puño en donde había estado hace un segundo, con la velocidad de un rayo desde esa posición se giró y pateó el brazo de Lisa cuando se apoyaba para levantarse, cayó de nuevo al suelo esta vez Lisa se lo tomó más enserio desde su posición dio una patada baja para que tuviera tiempo de levantarse, pero Sarah adivinó su intención, saltó por sobre su patada y con ambas piernas la golpeó en el pecho.

Ese golpe de verdad le dolió, pensó mientras giraba en el suelo aprovechado el impulso para al fin ponerse de pie, su pie derecho le había dado precisamente en su seno izquierdo y el otro en la boca del estómago sacándole el aire de los pulmones, esta vez decidió aprovechar su velocidad, en un rápido sprint se colocó bajo su guardia y lanzó un golpe ascendente, Sarah lo esquivó en el último segundo y usando su brazo como apoyó se colgó de él, hasta que con sus piernas envolvió el cuello de Lisa y apretó, de inmediato sintió que la cantidad de aire que recibía era reducida, pero ahí tuvo un error de cálculo, no tomó en cuenta toda la fuerza que podia hacer Lisa, con esfuerzo dobló su brazo, y la tiró al suelo.

Antes que se recuperara la aplastó con su rodilla en la espalda obligándola a quedar tendida, en un instante tuvo una idea para enseñarle a lo que se exponía, con una mano le sujetó la cabeza al suelo y con la otra levanto su cadera, ignorando sus gritos y preguntas de que hacía se arrodilló detrás de ella topando su trasero con su entrepierna, después desapasionadamente le apretó una teta hasta que le sacó un grito, después comenzó a decir con calma que haría ahora uno de los que tenían que detener, como le rompería la ropa y acompaño esa afirmación con rasgando la ropa, dejándola desnuda en un minuto, después se la cogería con brutalidad y simulo el movimiento pélvico necesario, que después aburrido le daría por el culo y si es realmente uno de los peores, tomaría un cuchillo al terminar le rebanaría el cuello o la mutilaría dejándola irreconocible.

Sus intentos no funcionaron, en vez de quebrarse y rendirse, se resistió en todo momento intentó levantar su cabeza, de darle manotazos y morderle la mano, cuando finalmente la soltó en vez de quedarse en el suelo se le tiró encima y la derribó, se sentó en su abdomen y trató de darle golpes en el rostro, Lisa los detuvo todos con frialdad, se fijó más en sus ojos donde no había ira u odio, sino pura determinación, ahí Lisa por fin entendió lo importante que era para ella y que comprendía los riesgos, con lágrimas en los ojos le dio un abrazo y le dijo que la quería como compañera.

Por fin estaban listas, pensaba Lisa un año después de que se liberara de Toro, mirándose desnuda en el espejo, miraba sobre todo los tatuajes que aun la marcaban, excepto el de su pubis, el nuevo vello púbico que se había dejado crecer tapaba casi por completo la imagen del toro, lo sentía como una pequeña victoria, como una muestra de que ya no era de nadie, estaba tan concentrada en su propio reflejo que cuando le dieron una palmada cariñosa en el trasero no pudo evitar gritar, se giró avergonzada para encontrar a Sarah tan desnuda como ella sonriéndole, ambas se miraron otro segundo y se rieron juntas, ya no se sentían incomodas sin ropa, los últimos meses habían estado entrenando para pelear en todo tipo de situaciones, muchos incluían pelear desnudas.

- ¿estas lista? – le preguntó su amiga, ella solo asintió y se dirigieron hacia una pared de la habitación, mirando las paredes gastadas y el piso manchado Lisa no pudo evitar acordarse del lugar de Toro, pero venir aquí había sido su idea, sabía que usar la casa de Sarah era peligroso, costaría mucho salir y entrar sin que las vieran sus vecinos, además que las podían seguir más fácil porque tendrían que ir a pie, la solución fue buscar un edificio cerca al centro tan abandonado al caos como el edificio en que había estado con Toro, no fue difícil encontrarlo, era sorprendente lo mal que estaban las cosas por esa zona, se decidieron por ese porque había un piso entero que no había ocupado ni siquiera por drogadictos, por lo que solo tuvieron que comprar puertas y cerraduras nuevas y tenían el control de su nueva guarida secreta.

Lo primero que hicieron fue aumentar su seguridad de cada forma que se les ocurrió, puertas con código genético, llaves de voz y una puerta secreta detrás de un librero que además se abría con sus cuerpos desnudos como clave, la idea era que fueran sus rostros pero no lo calibraron bien, abría la entrada a la mitad del piso, ahí entraron ambas en ese momento, viendo el resto que habían hecho, el par de computadores avanzados que Sarah había armado, las bolsas de boxeo y otros aparatos de entrenamiento, el par de camas y la puerta al baño, y en unos maniquíes sus nuevos trajes con sus reemplazos por si estos se perdían o dañaban.

Sin dudar ambos fueron al suyo, se la colocaron y se miraron el gran espejo de la pared, Lisa miró el mismo traje que le había dado Sarah hace unos meses, una especie de traje de baño con el cuello alto para cubrir su tatuaje en el pecho, lo mismo pasaba en su trasero donde le cubría la totalidad de los glúteos, también le hizo otras modificaciones a petición suya, su entrepierna y su pecho tenía una doble protección que hacía más difícil de agarrar a la vez que le daba más protección en la zona, el resto de su traje era, unos guantes como de las artes marciales mixtas, unos zapatos y unas coderas todo completamente negro.

Le gustaba lo que veía, el diseño dejaba todas sus bonitas piernas a la vista además el traje delineaba su delgada figura sin mostrar más de lo que quería, miró hacia el costado y vio a Sarah con un diseño similar, aunque tenía unos pantalones que le llegaban hasta la rodilla así como mangas hasta la muñeca, no porque no quisiera mostrar su piel, sino porque le daba protección que no tenía sin el traje, además llevaba una especie de mochila en la espalda donde llevaba varios artilugios que necesitaría,  una vez más Lisa sintió celos del cuerpo de su amiga, tenía los pechos que ella siempre había soñado tener así como un culo mucho más apetitoso que el suyo, con ese traje se veía increíblemente sexy.

Finalmente se colocaron la última pieza de su traje, la máscara, era una que le gustaba bastante le tapaba casi completamente la cabeza con excepción de los ojos y la boca, además de la protección adicional, tenía un dispositivo de comunicación en su interior y en el caso del de Sarah visión nocturna, además era difícil de quitar, para evitar que lo hicieran por un golpe de suerte, por ultimo tenía una medida de seguridad que daba toques eléctricos al que trataba de quitarla por las malas.

Lisa miró nuevamente a Sarah que se había anudado el cabello y salía por una pequeña abertura en la parte de atrás de su máscara, y ambas asintieron con la cabeza al tiempo que bajaban unas escaleras para salir a la azotea a su primera noche de patrulla.

Fueron juntas Señora Medianoche saltando de azotea en azotea y su acompañante usando un gancho, vieron algunos delitos menores, como prostitución o vandalismo, pero simplemente los ignoraron, siguieron hasta que Sarah comenzó a hablar, había escuchado en la radio de la policía de que habían escuchado gritos en una calle cercana, de inmediato se dirigieron ahí donde notaron a 3 hombres acorralando a una joven mujer.

Con puros gestos se pusieron de acuerdo y cayeron entre los villanos y la mujer, en una gran muestra de sincronía ambas saltaron al combate en un vendaval de golpes patadas y cabezazos, en menos de 5 segundos los hombres en ese callejón estaban en el suelo gimiendo y sangrando, se quedaron hasta que la joven huyó con un agradecimiento al pasar y se fueron de vuelta a la azotea.

Una vez allí Sarah le dio un gran abrazo a Lisa, ambas sonriendo bajo sus máscaras, su nuevo comienzo como superheroina comenzaba con una contundente victoria.

Los siguientes meses, fueron una sucesión de victorias para el nuevo dúo, después de un tiempo perdieron la cuenta de la cantidad de delitos que habían detenido de manera violenta, sin haber estado ninguna vez en peligro de perder, sus esfuerzos no pasaron desapercibidos en unas semanas la prensa volvió a mostrar noticias de la audaz vigilante, esta vez aparentemente acompañada por una secuaz, Sarah tenía razón, a pesar de que había otras, ella seguía siendo la más popular e inspiraba aprecio y odio a parte iguales para la gente.

En su vida normal las cosas no habían cambiado, ni para bien ni para mal, seguía yendo a trabajar todos los días al bar, muchos se sorprenderían al enterarse que la Señora Medianoche, el terror de los delincuentes pasaba sus mañanas limpiando inodoros de rodillas y siendo manoseada seguido por su feo jefe, al menos cada vez le costaba menos darse cuenta que algo iba mal, ahora  reaccionaba después de unos segundos y sacaba la mano del lugar indebido, pero curiosamente no podia enojarse con él, creía que era porque durante tanto tiempo fue normal que le hicieran de todo que no podia molestarse por un manoseo inofensivo.

De todas maneras, siguió trabajando en el mismo lugar, a pesar de los ruegos de Sarah ella estaba conforme, parte de ella pensaba que era una forma de expiación por todo lo que había hecho, recordaba con especial culpa lo que les había hecho a esas pobres policías.

Esos eran los pensamientos de Lisa mientras se bañaba en la guarida, había salido tarde del trabajo así que se fue inmediatamente ahí, se restregaba con fuerza aun sentía el olor a cloro en sus manos y pelo.

Finalmente terminó y salió del baño, mientras tenía la sensación de que su buena racha no podia seguir mucho tiempo, no podía tener más razón…

Al salir del baño, se encontró con Sarah vestida ya con el traje mirando su computador con atención, el saludo de pasada y se recostó en la cama para descansar hasta la hora de salir a patrullar.

Esa noche más tarde, ambas estaban bastante arrepentidas de haber salido, era la noche más lluviosa de lo que iba del año, estaban empapadas hasta los huesos, Lisa sin saber cómo se sentía mojada hasta dentro del traje y la máscara, además de un frio que no había sentido ni cuando dormía desnuda, habían decidido volver simplemente, tal vez hasta tomar una sopa caliente, cuando vieron como varios tipos de aspecto siniestro se metían a la fuerza a una pequeña tienda de electrónica.

Suspirando tuvieron que intervenir, Señora Medianoche se ocultó detrás de la puerta de entrada y su compañera al ser más flexible y silenciosa se trepó hasta encontrar una entrada en el techo por donde hacer su entrada, antes de empezar Lisa analizó a sus enemigos, eran 6 hombres de distintas edades y corpulencia, 2 de ellos tenían armas de fuego otros 3 con bates de aluminio y el ultimo parecía descansado le llamó la atención especialmente, en primer lugar no parecía llevarse con los otros miembros de esa banda de maleantes, se le veía distante y algo ofuscado, era el más joven ahí seguramente debería estar en el colegio aun, aun así algo en su postura le hacía parecer más seguro que el resto, que se veían despreocupados y mientras asaltaban la caja registradora reían y bromeaban.

Entre susurros planearon rápido el plan de ataque, Lisa atacaría primero al hombre a la izquierda que tenía una pistola mientras Sarah se dejaba caer y noqueaba al que tenía una escopeta, después se encargarían del resto, el plan salió mal en el instante en que comenzó a ejecutarse.

En el momento que Lisa puso un pie en la habitación, Sarah se dejó caer desde el techo, estaba tan mojada que al tocar el suelo se resbaló y cayó hacia adelante, desesperada trató de sujetarse de algo y lo hizo finalmente, de los hombros del hombre de la escopeta, que más sorprendido que asustado le dio un golpe con la culata en el centro del pecho.

Todos en la habitación se quedaron mirando como Sarah se caía adolorida sobre su trasero, en un pestañeo Lisa lanzó por la borda su plan previamente discutido, viendo como el tipo de la escopeta le apuntaba a su amiga, sintió un tipo un miedo que no sentía desde… nunca había sentido eso, olvidó su propia seguridad y se deslizó entre la mayoría de sus enemigos a toda velocidad hasta llegar al que amenazaba a su  amiga, con una furia temible pateo su rodilla que se partió en un audible chasquido, sin perder el impulso le dio un golpe con toda su fuerza al arma que aun apuntaba a Sarah partiéndola a la mitad y mandando el sujeto a volar con un par de costillas rotas.

A pesar de haber noqueado a uno y de esa manifestación de fuerza, sabía que estaba en problemas tenia a sus espaldas a 5 personas en perfecto estado y molestos con ella, su compañera seguía en el suelo adolorida y confusa y no mostraba signos de recuperarse, sin distraerse más retrocedió un paso un instante antes que un bate se estrellaba donde antes había estado ella, rápidamente golpeó al causante en el estómago lo que le hizo caer de rodillas, antes que se recuperara lo liquidó con un golpe al mentón, no alcanzó a voltearse hacia el resto de sus enemigos cuando sintió un fuerte golpe en el hombro que la derribó.

No tenía daños graves aunque quedó vulnerable, mientras intentaba ponerse de pie pudo notar como todos se le acercaban con sus armas y malas intenciones, alcanzó a ponerse de rodillas antes que el que ya la había golpeado intentara darle en la cabeza, pudo agarrar el bate con ambas manos, de un tirón se lo quitó y con el paró otro golpe que venía a sus espaldas, luego con una sádica sonrisa le dio con la punta en la entrepierna y lo remató con otro golpe en la cara, creía que las cosas estaban mejorando, ya había acabado con la mitad de los ladrones pero, escuchó un fuerte estruendo y casi al instante sintió un impactó en la sien.

Lo siguiente que supo es que estaba de boca al suelo, con la cabeza dando vueltas y con la mirada desenfocada, miró como pudo a uno de los hombres que se le acercaba con una pistola humeante en la mano, y entendió que había pasado, con un esfuerzo sobrehumano alcanzó a ponerse a 4 patas pero un pequeño empujón con el pie de un ladrón la hizo volver a caer esta vez de espaldas, no estaba débil, estaba más mareada de lo que había estado nunca, no sabía ni donde era arriba ni donde era abajo, nuevamente trató de levantarse sin resultado, solo pudo hacerlo al ser ayudada por uno de ellos que la tomó de la parte de atrás del traje y la hizo ponerse de rodillas.

Lisa recién pudo enfocar la mirada ante el teléfono que la estaba grabando en esa posición tan humillante, era el ladrón más joven el que lo hacía, trató de sacudirse pero se dio cuenta que si la soltaban se iba al suelo por lo desorientada que estaba, esperaba que la humillaran, que la desnudaran y la obligaran a mamársela, solo esperaba que Sarah pudiera escabullirse mientras lo hacían, lo que no esperaba es que el tipo de la pistola se aproximara y le metiera a la fuerza el arma entre los dientes.

Esto no era una humillación era una ejecución, notó con una insana curiosidad que el que la sujetaba y el del teléfono no estaban de acuerdo pero obedecían de todas maneras, trató por última vez de resistirse pero un golpe con el bate en la otra sien la dejó colgando de nuevo  por su traje, no estaba segura de sobrevivir a eso, hasta ese día nunca había recibido un disparo y no estaba segura si lo había aguantado con ayuda de la máscara, de todas maneras fue como si le hubieran dado un martillazo en la sien a una mujer normal, ahora el interior de su boca no creía que fuera mucho más resistente.

Ya se había dado por derrotada y una pequeña lagrima le corrió por fuera de su máscara, para alegría del hombre que grababa, ellos también se habían dado por victoriosos, pero cometieron un error básico, se olvidaron de la otra enemiga que tan rápido habían derrotado, ella ya recuperada había visto con horror como le disparaban a su amiga y como se preparaban para ejecutarla, tuvo que esforzarse mucho para no entrar en pánico y saltar a la pelea, lentamente sacó su pistola de electroshock y apuntó con cuidado al que amenazaba con matar a su Lisa, cuando estuvo segura de dar en el blanco accionó el gatillo.

Desde la posición de Lisa solo vio como tres cables se insertaban en la cara del hombre con pistola que retiró el arma de su boca por la sorpresa, y al siguiente instante se retorció mientras el sonido de electricidad recorriendo su cuerpo cubría toda la habitación, lo que Sarah no calculo que con el incontrolable movimiento de sus músculos se le fue un tiro, recto a la frente de Señora Medianoche.

Muchas cosas pasaron simultáneamente, el pistolero al fin cayó inconsciente, Lisa nuevamente sentía que el mundo giraba a su alrededor esta vez acompañadas por náuseas y una jaqueca espantosa, creía que debía tener una contusión cerebral o algo similar, al menos el hombre que la sujetaba la soltó para ocupar sus manos para detener al vendaval furioso que respondía al nombre de Sarah, mientras tanto el tipo del teléfono se acercó a ella literalmente pisando a la superheroina en el suelo y sin dejar de grabar sujetó la cola de caballo de Sarah, lo suficiente para que su víctima pudiera darle tres golpes, primero en una teta luego en el estómago y por último en su mejilla que logró mandarla al suelo.

Las cosas pintaban mal nuevamente, pero esta vez fue Lisa quien salvó el día, agarró el pie del que acababa de golpear a su amiga y solo con la fuerza de sus manos le rompió la pierna, dio un grito no muy masculino y cayó en el suelo donde Sarah, que también estaba bastante aturdida trató de darle una patada en el pecho, pero falló y le dio en la cabeza noqueándolo.

Mientras las cosas se ponían difíciles con su compañero, el de la cámara de teléfono había tomado la pistola y un bate del suelo después de apagar y guardar el teléfono, cuando vio caer inconsciente al último de sus acompañantes decidió que los más prudente era huir, con cuidado para no tropezarse con la cantidad de cuerpos que había en el suelo salió al callejón trasero.

Ambas lograron ponerse de pie, aunque Lisa solamente pudo apoyándose en la pared e intentando no vomitar, para desespero de Señora Medianoche, su compañera decidió salir persiguiendo al delincuente tambaleándose, Lisa desesperada le pidió, le ordenó y finalmente le rogó que se detuviera, sin saber que un disparo había roto el mecanismo de comunicación de su máscara.

Hizo lo único que podia hacer, salir casi arrastrándose tropezando dos veces y maldiciendo en voz alta cientos de veces, ahí pudo salir al callejón a tiempo para poder ver como el tipo trepaba la escalera de incendios, con Sarah varios metros detrás aun siguiéndolo, cayendo de nuevo, esta vez por la lluvia se quedó unos segundos en el suelo respirando lentamente, esto hizo que pudiera recuperar un poco el equilibrio para poder seguir a los dos a la azotea de ese edificio.

Mientras Lisa luchaba por subir las escaleras, Sarah los recorría con una ira apenas manejable, no podia creer lo que había estado a punto de pasar, casi matan a su... casi matan a Lisa, no pudo evitar recordar lo que sintió cuando mataron a sus padres, la impotencia, la rabia sin objetivo, de solo pensar que le pasara algo parecido a ella hacia que se le helara la sangre y tuviera intención de hacérselo pagar.

Al fin salió a la azotea y para sorpresa suya el tipo la estaba esperando en el centro, con las manos en la espalda, evidentemente era una trampa, pero a ella no podia importarle menos, se acercó a toda la velocidad que sus inestables piernas podían llegar y cuando estaba a menos de un palmo de su enemigo se agachó como había hecho tantas veces para patearlo hacia arriba, la diferencia es que esta vez, no solo su enemigo estaba preparado para algo así sino que sin saberlo estaba mucho más lenta que de costumbre, él solo dio un paso al costado dejando que su pierna pasara a un lado de su cabeza, Sarah se dio cuenta muy tarde de lo vulnerable que estaba en esa posición.

En un solo movimiento derribó a la aprendiz de superheroina de una patada y se preparó para rematarla con un golpe de su bate, Sarah vio venir el golpe sin nada que hacer para evitarlo, apenas pudo poner sus manos a un lado de la cabeza para amortiguar el impacto cuando el golpe al fin llegó.

Precisamente en ese momento Lisa llegó jadeando a la azotea, a tiempo para escuchar el ruido del impacto del bate sobre su mejor amiga, el terror que sintió la hizo gritar haciendo que la vista del hombre se dirigiera a ella, a la vez que ella se caía nuevamente en su afán por acercarse, al menos vio como Sarah giraba su rostro hacia ella, mirándola fijamente, pero si esperaba que la ayudara estaba equivocada, el ladrón se acercó casi riendo a ella que todavía trataba de ponerse de pie, cuando llegó con ligereza le pateó el rostro, normalmente apenas lo habría sentido pero ese pequeño golpe bastó para hacer que su debilitado equilibrio se redujera nuevamente, quedando a cuatro patas tratando de alzar la vista hacia su agresor.

El ladrón no podia estar más satisfecho, ambas superheroinas se arrastraban a sus pies casi inconscientes, con una sonrisa nuevamente sacó su teléfono, aprovechando que había parado de llover y comenzó a grabar la escena sobre todo la que sabía que era la jefa, la que había aguantado dos disparos, con la mano libre la tomó del traje como había hecho su compañero hace un rato y con fuerza la arrojó sobre su amiga que también había llegado a estar a cuatro patas.

Lisa trataba de pensar, pero no era nada fácil, la jaqueca hacia que todo se volviera más difícil, lo único que tenía claro era que ese hombre no quería matarlas, no aun al menos, pudo ver una pistola en su bolsillo, lo otro que notó que Sarah se veía peligrosamente con ganas de hacer algo sin darse cuenta el peligro en que estaban, Lisa entonces se dio cuenta de algo, vio el rostro de su enemigo y se dio cuenta que no quería violarlas o destruirlas, lo que se veía en sus ojos eran ganas de humillarlas, por eso grababa todo con el teléfono, ella tomó una decisión lo único que se le ocurría para salir de ese aprieto.

- nos rendimos - gritó con tono asustado, no tuvo que fingir mucho de verdad lo estaba- no nos hagas daño, por favor.

Después de eso hubo un extraño silencio mientras Lisa se acomodaba en su posición de rodillas, Sarah la quedó mirando como si no pudiera entender que es lo que pasaba, pero era una chica inteligente, además sabía que esto era culpa suya de principio a fin así que decidió seguirla poniéndose de rodillas.

El hombre sonrió con suficiencia, ya había domado a ese par de perras y ahora estaba grabando como ambas le rogaban que no les hicieran daño, quedando claro en el video quienes eran ellas y lo que estaban pidiendo, con voz seca él ordenó que le entregarán los trajes a la vez que retrocedía 3 pasos, para grabar con mayor amplitud lo que iba a pasar y además recordaba lo que Señora Medianoche le había hecho a su amigo solo con sus manos, no quería que le pasara a él.

La orden cayó muy duro entre ambas, Lisa solo miro a su amiga por un par de segundos con el ruego incrustado en sus ojos y se quitó la parte principal de su traje, como aún no se sentía segura para pararse tuvo que hacerlo sentada en el suelo, cuando finalmente su trasero desnudo tocó el embarrado tejado y se ensució Lisa tuvo otra idea, mientras Sarah lentamente se quitaba la ropa ella se tendió en el tejado boca abajo con las rodillas juntas en una mezcla de postración y arrodillarse, sobre todo para cubrir de suciedad su ultimo tatuaje visible, Sarah no entendió su intención  así que cuando finalmente se desnudó y entregó todo su traje excepto la máscara y su mochila, se postró de la misma forma que su mentora.

El hombre no podia estar más satisfecho, planeó varias formas de humillarlas, pero lo estaban haciendo solas y lo tenía todo en cámara, ya sabía que haría con el dinero cuando le vendiera ese video a algún noticiero, una sirena de policías lo devolvió a la realidad, tenía que irse de allí y ellas también, ni siquiera quería verlas sin máscaras, perderían el misterio, con un movimiento le quitó el seguro al arma.

Ambas mujeres saltaron de sus posiciones ante ese ruido, Lisa prácticamente cubrió el cuerpo de su amiga con el propio, mientras ella luchaba por controlar su vejiga, con una amenaza velada él les dijo que tenían 5 segundos para irse y comenzó a contar en voz alta.

En un instante se pusieron de pie y corrieron en la dirección contraria, Sarah solo se detuvo una milésima de segundo para tomar su mochila con los artilugios, sobre todo para sacar su gancho, cuando la cuenta iba en 3 ellas ya se habían ido a la azotea siguiente de un salto y se hundían en la noche, el hombre victorioso, guardó su teléfono mientras se reía, ya les quería contar a la banda que también se había encontrado con la Señora Medianoche.

Ambas superheroinas siguieron corriendo y saltando hasta que llegaron a su departamento, de inmediato ambas se pusieron a llorar y se abrazaron y entrelazaron una serie de emociones, miedo, alivio y una inmensa vergüenza, se quitaron la máscara al unísono, Sarah tenía un pequeño moretón en el lado derecho de la cara, Lisa por su parte tenía la mitad superior de la cara de un mezcla de azul y morado, con toques negros oscuros en el punto donde las balas habían impactado, finalmente más calmadas se turnaron en ducharse y luego se durmieron sin saber porque abrazadas y desnudas.

Lisa fue la primera en despertar, la jaqueca y nauseas aun persistentes hacía difícil dormir, con un suspiro abrió los ojos y notó que estaba virtualmente atrapada por su amiga, que la abrazaba como si fuera un oso de peluche, curiosamente se percató que no le molestaba el contacto del cuerpo de su amiga con el suyo, a pesar de que sentía perfectamente sus pezones en su abdomen y aparentemente, sus labios vaginales contra su muslo, trató de zafarse aunque fue más bien un intento simulado, estaba muy a gusto, lentamente su respiración se fue haciendo más pesada y sintió como su vagina se humedecía, sin poder evitarlo restregó su cuerpo contra el de Sarah, sintiendo sus pezones, su abdomen y sus muslos, perdida en sus impulsos deslizo sus manos desde su cintura, hasta su trasero donde apretó sus nalgas con sumo placer.

Un ligero gemido de Sarah logró que reaccionara de golpe, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y entró en pánico, se estaba aprovechando de su amiga, de la mejor y más pura mujer que nunca había conocido, se estaba aprovechando de su confianza y de su cariño, la revelación le causó una conmoción peor que los disparos, se dio asco a si misma lo que sumado a las náuseas que ya sentía hizo que tuviera que soltarse de golpe y salir corriendo al baño a vomitar hasta que se le vaciaron los intestinos.

Estuvo ahí unos minutos y cuando terminó miró a la puerta que había dejado abierta, en la puerta estaba Sarah mirándola preocupada, Lisa no pudo mirarla a los ojos, pero sin planearlo terminó mirando sus preciosos pechos, molesta consigo misma desvió la mirada fijándola en la pared, respondió con un asentimiento cuando le preguntó si estaba bien y luego cerró la puerta.

Se bañó con agua fría, para quitarse la calentura del cuerpo, cuando salió se sentía mejor, aunque igual de avergonzada, se quedaría un rato más en el baño haciendo tiempo, pero sintió que su compañera la llamaba a gritos y salió afuera en guardia lista para pelear, pero solo estaba Sarah que miraba mortificada el televisor se acercó rápidamente y lo vio también, era un noticiero local, informando los sucesos de la noche, donde una bella chica rubia informaba con voz monótona y bastantes sonrisas a la cámara.

No vio ningún problema salvo la evidente superficialidad de la mujer que informaba a la población, hasta que vio la parte inferior en la que mostraba en letras grandes “la derrota de Señora Medianoche”, aturdida se quedó estática junto a Sarah escuchando lo que decía.

-…. en viral se ha convertido el video en el que la vigilante conocida como Señora Medianoche, acompañada por la que parece ser su compañera, son derrotadas y obligadas a rendirse por un delincuente, en el video se puede ver como son obligadas a desnudarse y humillarse por este antisocial, se avisa a todos los televidentes que las siguientes imágenes no son aptas para todo público, se aconseja discreción y que no haya menores de edad apreciando el video que mostraremos a continuación- de inmediato se mostró el video, de ella arrodillada con una pistola en la boca, y después la peor parte una completa evidencia de su total humillación en el techo de ese edifico.

Lisa no pudo decir nada, había sido humillada de tantas formas distintas, pero nunca había visto su cuerpo desnudo postrado ante su vencedor en televisión abierta, al menos no se habían visto sus tatuajes, su plan con el barro funcionó, no le importaba demasiado la humillación de los tatuajes, lo que le importaba era que varios cientos de personas habían visto esos tatuajes y no se necesitaba ser un genio para unir los puntos.

De todas maneras, no fue agradable de ver, verse humillada de esa forma, escuchar su voz suplicando para que no le hagan daño y por sobre todo ver a Sarah en un estado similar, a ella que era tan valiente, tan pura, entregando su ropa y humillándose por culpa de ella, bastó echarle una mirada para ver que estaba tan o más afectada que ella, las lágrimas le corrían por las mejillas y temblaba visiblemente, Lisa no pudo soportarlo quitándole el control remoto apagó el teléfono cuando hablaban de 2 millones de reproducciones, luego sin otra palabra la abrazó contra su pecho.

No se consideraba digna, ya la había ensuciado bastante, de diversas formas, pero el solo sentir su cabeza cerca de su corazón significó una paz que no había sentido nunca, sin poder evitarlo también lloró aun cuando sintió los labios de Sarah contra su seno derecho, no estaba dispuesta a enturbiar también ese momento entre ellas.

Unos ratos después por fin se separaron, ambas se sentían mejor, aunque aún estaban deprimidas y humilladas, al verse a la cara Lisa desvió la mirada aun arrepentida de lo que había hecho, antes que le pudiera decir algo se dirigió hacia la puerta.

- ¿dónde vas? - preguntó Sarah secándose las lágrimas.

- a trabajar - respondió ella con un suspiro, ya estaba atrasada unos 10 minutos, creía que llegaría una media hora tarde si salía de inmediato.

- ¿queee? - le gritó poniéndose de pie y haciendo que su rebotar de senos distrajera a su amiga- con…. ¿Por qué?

- si faltó un día, me despiden el jefe ya me dijo - además le daba una razón para alejarse de Sarah, necesitaba estar sola un momento para entender que pasaba con ella, esa presión en su corazón, ese burbujear en el estómago cada vez que estaba cerca de ella no era normal, tal vez se esté ena…

Un sonido de golpe la hizo reaccionar, era su jefe por supuesto, golpeando la mesa sin dejar de insultarla por llegar tarde, llevaba así 10 minutos ya desde que había llegado, estaba mucho más molesto que de costumbre ni siquiera la había manoseado como siempre hacia.

-… entendiste puta estúpida? La próxima vez que llegues tarde lanzaré tu usado trasero a la calle, no me importa que te paso, si te entretuviste con tu proxeneta o te acóstate con otra puta…

- CALLATE - el gritó resonó por la habitación, Lisa estaba tan sorprendida como su jefe, se tardó varios segundos en darse cuenta que ella había sido quien había gritado, aturdida hizo el ademan de llevarse las manos a la boca para cubrirla pero se detuvo a mitad de camino- no tienes ningún maldito derecho a hablarme así- continuó hablando para su propia sorpresa- no sé quién que te crees tú, pero solo eres dueño de un maldito tugurio de mierda, donde viene la peor basura que puede ofrecer esta puta ciudad, donde…- no pudo terminar la frase porque su jefe le dio una bofetada con el dorso de su mano.

Si hubiera sido una chica normal habría caído al suelo, tal vez con un diente menos, en el caso de ella solo le dolió un poco, pero moralmente fue devastador, ayer había sido golpeada como enemiga, como un peligro a tener en cuenta, ahora fue golpeada mecánicamente, como si no fuera nada, como una simple molestia que había que poner en vereda, ni siquiera usó toda su fuerza, bastó una mirada a sus ojos para darse cuenta que lo mismo pensaba el, en sus pupilas vio desprecio vio… a Toro en él.

Su mirada la hizo paralizarse, sintió que su boca se abría y sus rodillas temblaban, que su respiración y latidos se aceleraban, que los músculos no le respondían y como el terror le atenazó el corazón, Joel le tomó del cuello de su blusa y la tiró hacia arriba, de inmediato Lisa se vio elevada del suelo al tiempo que sentía como se rompían varios botones de su blusa, su jefe solo acercó a su cara para intimidarla, pero al notar su rostro de puro pánico simplemente sonrió, sabía que la tenía dominada, sin dejarla tocar el suelo la llevó hasta el baño y literalmente la arrojó dentro.

Durante un segundo entero se vio volando en el aire, hasta que se encontró con la dura pared, cayendo después aturdida en el sucio suelo, retrocedió con manos y piernas hasta poder sentarse en la pared intentando alejarse de la fuente de su miedo, una pequeña parte de su conciencia se dio cuenta de que su ropa estaba quedando asquerosa, bastaba con sentir el olor acre en sí misma, pero el resto de su mente concentrada en su supervivencia lo ignoró.

Toda resistencia se acabó en cuanto su jefe se acercó, nuevamente se quedó paralizada lo suficiente para que él llegara a agacharse a un lado de ella, tomó su camisa con ambas manos y a tirones se la arrancó, dejando sus pequeños pechos libres rebotando en todas direcciones, no podia creer que otra vez estaba desnuda frente a un patán, aunque no tenía la voluntad de hacer algo, solo temblar sentada al suelo indefensa, con desesperanza miró a la puerta del baño donde con cara de sorpresa se encontraba Sarah.

Se miraron una a la otra por interminables segundos, Lisa se sorprendió al darse cuenta que lo primero que notó era lo bien que se veía con ese vestido floreado que le llegaba hasta las rodillas, lo segundo que notó por supuesto era la evidente sorpresa y horror por lo que veía, Lisa no pudo evitar sonrojarse completamente porque ella, precisamente ella la viera así, tan humillada y sometida, cuando iba a abrir la boca para decirle que se marchara ella se adelantó.

- ¿QUE ESTAS HACIENDO? - le gritó a su jefe, furiosa como nunca la había visto, se acercó a zancadas y Lisa pudo notar de inmediato que no estaba bien, había entrenado incontables horas con ella además de haber peleado codo a codo de ella contra muchos delincuentes, conocía su manera  de pelear y hasta la de caminar y por la forma de acercarse ahora se dio cuenta que estaba débil, mareada y adolorida, si ella con sus capacidades de recuperación aún se sentía mal por la pelea de ayer ella, no podría vencer ni a un niño.

Lisa trató de ayudarla, pero no pudo ponerse de pie, mientras, ella se acercó a su jefe y le dio un golpe al pecho, pero sin fuerza ni peso además perdió el equilibrio y trastabilló, él solo se rio y le dio un ligero empujón que ella normalmente habría esquivado, ahora la recibió de lleno terminando de perder su equilibrio y retrocedió varios pasos hasta que finalmente cayó sobre la pared con tan mala fortuna que terminó sentada sobre un urinario.

Una sonora carcajada hizo que ambas mujeres se estremecieran, Sarah como pudo salió de su incómoda posición e intentó mantener una pose intimidante, sin resultado, era difícil parecer dura con la cara roja como remolacha y la parte trasera de su bonito vestido irremediablemente asqueroso pegado a su trasero, mientras su jefe se acercó de nuevo con renovada confianza, con soltura le tomó el vestido por el escote y tiró hacia su cuerpo la sujetó por las caderas y le sobó el culo con descaro, ella intentó soltarse pero en esa posición apenas podia moverse, molesto por cómo se revolvía la alejó y con rabia le dio un puñetazo en la entrada del estómago.

Lisa solo pudo observar con horror como el puño se hundía a fondo en el estómago de su amiga, una vez que Joel la soltó cayó de rodillas pesadamente, se quedó en esa posición un segundo mirando a Lisa a los ojos, como pidiendo ayuda, pero ella no podia hacer nada, su miedo era demasiado grande, ni siquiera podia ayudar a la persona más importante en su vida, las lágrimas corrieron por sus mejillas marcado su autodesprecio.

Finalmente Sarah terminó su caída quedando a cuatro patas en el suelo, luchando por respirar de manera desesperada, aun así nunca dejó de mirarla, confiando en que reaccionara y le diera un paliza a ese cabron, su Jefe se colocó detrás de su amiga y con poca ceremonia tomó su vestido y le levantó la falda revelando su redondo trasero, con fuerza le dio una nalgada, Sarah no pudo evitar gritar, pero esto solo sirvió de aliciente para su enemigo, continuó con su castigo un golpe tras otro, después de unos minutos recibiendo castigo dejó de gritar y comenzó a susurrar el nombre de Lisa mirándola con desesperación.

Ese sentimiento se vio exaltado cuando él, aburrido de seguir golpeándola se abrió el cierre del pantalón, la mirada de pavor que pusieron ambas mujeres ante ese acto, solo sirvió para excitarlo más,  sacó su pene que según la experiencia de Lisa era de tamaño un poco inferior a la media, y lo puso entre los vírgenes labios de Sarah, ella se puso más lívida si eso era posible, El jefe la tomó del pelo y la acercó a su oído manteniendo el contacto de su pene en su vagina pero sin penetrarla.

- ¿esta puta es tu amiga? – le preguntó, pero sin esperar realmente una respuesta- mírala… es tan estúpida y cobarde que va a dejar que su amiga sea violada delante de ella y no va a mover un puto musculo, no le importas ni tu ni nadie solo ella y cuantos penes puede tener al mismo tiempo - ninguna mujer le respondió, pero ambas reaccionaron internamente de manera distinta, Lisa solo aumento el odio a sí misma, encontrando cada una de las palabras de su jefe como reales, Sarah al contrario se molestó mucho con él, Lisa estaba pasando por un momento difícil, pero ayer ya había visto como en dos ocasiones se ponía en peligro mortal para intentar salvarla, ella no era nada de lo que decía de ella y no iba a permitir que un maldito hijo de puta insultara a su Lisa.

En un giro sorpresivo le dio un fuerte codazo en el labio, él se alejó de ella sorprendido, se llevó una mano al labio y vio como sangraba y empezó a ver todo rojo, en un torbellino tomó a Sarah por el cuello y la estrelló con la pared del cubículo de uno de los baños rompiendo la delgada pared en el proceso, después la giró en el suelo y la puso boca arriba, después con una aterradora ira le dio un fuerte puñetazo en la nariz.

El horrible ruido de la pared rota fue suficiente para hacer que Lisa reaccionara algo, después al ver como casi le rompe la nariz de un golpe empezó a sentir un miedo más profundo, cuando el fuera de si tomó el cuello de su amiga con ambas manos y comenzó a apretar, entendió que no la iba a violar sino a matar, recién en ese momento pudo reaccionar aunque no como le hubiera gustado, se lanzó contra él, pero no a golpearlo, le tomo ligeramente las manos y suplicó que no la matara.

- te lo suplico… por favor, hare cualquier cosa… solo por favor no le hagas nada - él no le hizo caso y ella comenzó a desesperarse a Sarah parecía que los ojos se le salían así como su lengua y se estaba empezando a poner morada, cuando ya se disponía a quitarle los dedos a la fuerza, se escuchó un correr de un líquido, esto curiosamente hizo que su jefe soltara su delicado cuello para buscar el origen del sonido, con una nueva risotada encontró el origen en la entrepierna de la mujer, al acercarse a la muerte había perdido el control de su vejiga y había terminado por orinarse encima.

Mientras él se seguía riendo Lisa se acercó preocupada a su amiga y la abrazó contra su pecho aliviada al notar que estaba consciente y la miraba avergonzada, no la dejaron ahí mucho rato en unos segundos un fuerte tirón de pelo la sacó de su posición, Lisa se dejó llevar sumisa hasta la entrepierna de su amiga donde su jefe empujó su cabeza hacia abajo, hasta que pudo sentir el olor almizcle de su sexo.

Escuchó como Sarah trataba de oponerse, tanto física como vocalmente, pero estaba demasiado debilitada para hacer algo además de quedarse tendida de piernas abiertas.

- se supone que limpias baños  puta estúpida, hazlo - ordenó con voz extrañamente calma, Lisa trató de retroceder para buscar los implementos de limpieza que siempre usaba, pero su jefe la sostuvo en esa posición, aturdida se quitó su blusa que de todos modos ya estaba arruinada y con ella comenzó a secar el suelo alrededor, podia escuchar a Sarah comenzar a sollozar primero despacio pero cuando tuvo que quitarle la falda para seguir secando, quedándose solo con las bragas, aumentó el volumen de su llanto y se cubrió la cara con las manos temblorosas.

La tensión llegó al momento culmine cuando con toda la delicadeza que pudo levantó su trasero para secar por debajo de ella, luego de cumplida su labor se quedó quieta mirando a la pobre chica en la que se había convertido su fuerte amiga.

- límpiala a ella también - por primera vez Lisa dudó, se dio vuelta para mirarlo, y nuevamente sus ojos le causaron pánico, una frialdad, desprecio y odio que no podia soportar, temblando llevó las manos a las bragas de su amiga y con lentitud las deslizo por sus blancas y firmes piernas, la visión de su pubis húmedo la hizo tragar saliva ruidosamente, el calor de esa mañana volvió de nuevo a su pecho y a su bajo vientre, con lentitud dejó en el suelo las bragas mojadas y se quitó las propias, las iba a usar como el resto de la ropa para secarla pero el Jefe se las quitó y las arrojó al inodoro más cercano, ella entendió que quería como podia hacer cuando era prostituta, entendía como la quería humillar y la forma en que lo haría, se inclinó sobre la vagina de su amiga y con la lengua tocó sus labios, el chillido que dio Sarah en otras circunstancias le hubieran parecido tierno, pero ahora no le daban nada más que dolor.

Simplemente la ignoró, lo mejor que pudo, terminó su labor de manera mecánica y desapasionada en un par de minutos ya estaba completamente limpia así que retrocedió, y esta vez se volteó y se arrodilló de frente a su jefe que la miraba con los brazos cruzados sobre el pecho, aprovechó nuevamente su capacidad de saber qué es lo que quería.

- yo… esto es lo que soy - dijo mientras se apuntaba el tatuaje del pecho, escuchó como Sarah detrás de ella se incorporaba por fin y se sentaba en el suelo, luchando por no caer- soy una puta estúpida, como tú dices, traté de hacer algo mejor y… limpiar baños- en ese momento Sarah dio un grito ahogado, sorprendida por lo que Lisa estaba diciendo, el jefe por su parte solo sonreía satisfecho- pero ni siquiera puedo hacer eso, para lo único que sirvo, la única razón de mi existencia es… tener m…mis agujeros rellenados por penes de desconocidos.

Sarah no pudo soportarlo más, sin importarle las consecuencias interferiría en esto, aunque terminara violada o muerta en una zanja, tomó el hombro de Lisa y la giró hacia sí, lo que vio fue como si golpearan de nuevo con el bate en la cabeza, una mirada absolutamente vacía y su rostro carente de toda expresión, la soltó mientras un gemido de desesperación de sus labios, ya la había visto así antes, cuando se la encontró en la calle trabajando para Toro, era el rostro de alguien a quien no le importaba nada, que ya no tenía ganas de vivir, la vez anterior la pudo ayudar ahora, solo podia observar impotente como caía en la oscuridad.

Y el proceso empezó de inmediato, por propia iniciativa Lisa tomó el miembro de su jefe y comenzó a sobarlo con exasperante lentitud, al ver que reaccionaba resoplando ligeramente se acercó a él y besó la punta y posteriormente la lamió como disfrutando el sabor, acompañándolos por pequeños gemidos de placer, Sarah notó de inmediato que eran fingidos, pero era evidente que para ese horrible tipo eran reales y lo excitaban de gran manera, tanto que solo duró unos minutos antes que se corriera en su cara.

A pesar de que Sarah se sentía totalmente asqueada al ver a su amiga y mentora arrodillada en un sucio baño metiéndose el pene de es feo tipo en su linda boca, había algo en eso que la hacía sentir extraña, sin darse cuenta llevó una mano a su sexo desnudo y lo acarició ligeramente, no entendía que pasaba, sabía lo que sentía por ella, lo sabía desde hace tiempo, el despertar durante la mañana fue uno de los mejores de su vida a pesar del dolor de cabeza y de las noticias de la tv, aun se maldecía por haber gemido, no pudo seguir fingiendo estar dormida cuando le tocó el trasero, fue ahí cuando se dio cuenta lo que le pasaba, era la primera vez que veía a Lisa tan sensual, exudando sensualidad por cada poro de su cuerpo, la necesidad se hizo dueña de sus movimientos y en un instante las leves caricias se convirtieron en un manoseo desesperado de su sexo, masturbándose como nunca antes lo había hecho.

Lo que estaba ocurriendo en ese baño hubiera parecido irreal a cualquier espectador, una linda chica arrodillada en el suelo sucio haciéndole una emocionada felación a su despreciable jefe y detrás de ella otra hermosa mujer que vino a salvarla ahora se masturba furiosamente al ver su humillación, el que veía todo esto con regocijo era el dueño de ese bar, cuando esas perras lo desafiaron no pensó que terminaría de esa manera, pero ahora se habían llevado su merecido, sobre todo la nueva chica, ahora se quitaba lo que quedaba de su maltrecho vestido y lo lanzaba lejos de si para poder tocarse más fácilmente, se apretaba las tetas y gemía desesperada, curioso era pensar que esa chica había estado a punto de morir hace menos de 20 minutos, aunque tal vez eso explicaba porque se había roto tan fácilmente.

Lamentablemente lo bueno no podia durar por siempre, Lisa sabía lo que estaba haciendo así que no tardó mucho en sentir que iba a explotar nuevamente, la tomó por la nuca y la acercó lo más posible a su pubis, hasta que su pene llegó hasta su garganta y lisa empezó a hacer ruidos de arcadas, en ese momento con un gemido su jefe se corrió directamente en su garganta, si hubiera tenido menos experiencia tal vez se habría atragantado, en algunas de las primeras ocasiones incluso le salía semen por la nariz, pero había perdido la cuenta de penes que había chupado desde entonces, con maestría se las ingenió para tragar hasta la última gota no dejando que nada se desperdicie, cuando su miembro salió de su boca completamente limpió y reluciente de saliva ella abrió la boca para mostrar orgullosa su lengua limpia también.

Esto último también fue demasiado para Sarah que con un chillido final tuvo el orgasmo más devastador de su vida, Lisa se dio vuelta curiosa y ahí vio, a su amiga desnuda y con la mano aun en su pubis, Sarah pudo ver por un segundo como mente en blanco casi se rompe, pero se afirmó de inmediato y volvió a sus ojos vacíos.

Sarah fue la primera en recuperarse, adivinando lo que se les venía encima tomó algo del vestido en el suelo a su lado y lo sujetó con mano firme, un segundo después la levantaron del suelo tirándole del pelo, el jefe la abrazó por detrás y le tiró los pelos púbicos sádicamente y con la otra mano comenzó a masajear un seno, ella odiaba a ese tipo con toda su alma, pero se acababa de correr hace unos minutos y su cuerpo estaba especialmente sensible, en un segundo sus pezones se endurecieron hasta que le dolían y gimió de inmediato, incluso cuando Lisa se la quedó mirando con esos ojos de muerta, no pudo detenerse, si él quería cogérsela incluso lo disfrutaría, afortunadamente para ella el jefe ya no estaba en condiciones de otra ronda, de todas maneras ya estaba harto de esa perra, con un último golpe estaría conforme.

- eres tan patética - le susurró mientras le apretaba ambos pezones y se los retorcía, ella solo pudo contestar con un quejido miserable- si ella es una puta, que eres tú que ni siquiera puede controlar su cuerpo, ¿eh? – Sarah se odió a si misma pero con su mano libre nuevamente empezó a masturbarse, mientras miraba fijamente los senos de Lisa cubiertos por una capa de sudor y semen, cuando todos en esa habitación se dieron cuenta que se iba a correr nuevamente, él le soltó los pezones y le sujetó la mano con fuerza impidiéndole correrse, ella  dio un gemido necesitado y en su desesperación comenzó a restregar su trasero contra la entrepierna de su captor- si quieres correrte vas a tener que responder, ¿Qué eres?

-yo…- empezó a gritos entrecortados- soy …una… pu…ta… no, soy …. Menos que una puta… no… soy …na…da- a nte eso él llevó los dedos al interior de su vagina, rozando su himen y los sacudió de lado a lado aun esos torpes movimientos fueron suficientes para llevarla al borde del éxtasis, esta vez un segundo antes de su orgasmo le metió dos dedos de golpe en su virgen ano, a pesar del dolor su cuerpo ya no podia detenerse y terminó tan poderosamente que hizo que su anterior orgasmo pareciera un juego.

Al soltarla se derrumbó como un castillo de naipes, estaba en un estado seminconsciente y murmuraba el nombre Lisa con una mezcla de vergüenza y tristeza, tan aturdida estaba que no notó cuando el jefe la levantó y se la puso en el hombro, con su mano libre arrastró a Lisa del pelo pero no era necesario ya que lo siguió sumisamente, de esa forma llevó a ambas a la salida trasera del local, con un patada en el trasero expulsó a Lisa del lugar y antes de que ella ser recuperara le tiró a su amiga encima, luego las insultó por última vez y las amenazó que si volvía a ver sus traseros por ahí, se las cogerían la mitad del bar y cerró con un portazo.

Lisa tomó a su amiga en sus brazos y se puso en una zona más oscura del feo callejón para ocultarse de la vista de los peatones, una vez allí se arrodilló a su lado esperando pacientemente que reaccionara, se tardó más de media hora en dejar de balbucear y cuando lo hizo miró a su amiga y luego al callejón y entró en pánico mientras cubría su cuerpo con sus brazos, se tardó otros 10 minutos en recordar que había estacionado su pequeño auto al otro lado de la calle y que había sacado las llaves del vestido antes de…., cuando pudo.

Le dijo a Lisa eso y que era mejor esperar a la noche para que no la vieran, ella negó con la cabeza, cada segundo que pasaban ahí era peligroso, ella ya había tenido que caminar desnuda por la calle, lo mejor es caminar tranquila sin cubrirse y la gente esta tan aturdida que no atina a hacer nada antes que desaparezcan, en esta ocasión Sarah aceptó, no se creía capaz de negarle nada a su amiga después de lo que hizo.

Fue sorpresivamente fácil, como dijo Lisa que dos mujeres desnudas caminaran a paso firme y cruzaran la calle dejó a todos los transeúntes aturdidos y boquiabiertos, llegaron tan pronto a su destino que ni siquiera alcanzaron a activar las grabadoras de sus teléfonos cuando ya estaban con el auto en movimiento dirigido a la casa de Sarah.

El camino fue silencioso, Lisa aún seguía bloqueada y Sarah estaba demasiado avergonzada y arrepentida para decirle algo, hasta que se enfrentaron a otro problema, al llegar a su casa el estacionamiento quedaba a unos 10 metros de la puerta, lo que no sería un problema si no fuera por el maldito hijo del vecino, un mocoso con las hormonas revolucionadas que siempre había babeado al verlas y que tenía el descaro de apuntar su telescopio hacia su casa, normalmente cerraban las cortinas de ese lado de la casa y se acabó el problema, pero ahora tendrían que caminar desnudas ese trayecto y ya lo podían ver esperando con su telescopio el muy mirón.

Sarah se quedó dudando que hacer, que podia sacar del auto para taparse al menos las partes más pudorosas, cuando escuchó la puerta del lado del copiloto abriéndose, con sorpresa vio como Lisa salía del auto incluso mirando directamente el telescopio del vecino mientras le hacía gestos obscenos, desde donde estaba sentada podia ver perfectamente la cara del cabron, roja y con los ojos muy abiertos, incluso se olvidó de mirar a través del telescopio, solo alzó la vista por encima, antes que reaccionara ya había entrado a la casa, de inmediato el joven dirigió su telescopio al parabrisas polarizado adivinando que allí estaba la chofer con el mismo atuendo.

Sarah se hundió aún más en su asiento, entendía porque Lisa la había abandonado, merecía completamente la humillación de que la viera ese adolescente y probablemente la grabara, ahora iba a estar atento, ya estaba abriendo la puerta del auto cuando la de la casa se abrió de nuevo, salió Lisa completamente vestida y con una muda de ropa en la mano, rápidamente abrió ligeramente la puerta de ella y se la pasó, antes de que dijera nada ya había vuelto a la casa.

En unos minutos ya estaba caminando a su casa vestida, desde allí pudo ver la decepción de su vecino, incluso se dio el gusto de saludarlo como burlándose de él, aunque en realidad no tenía el ánimo para ello.

Ya dentro de su casa buscó a su amiga, no la encontró en el baño ni en la cocina, que era donde normalmente iba cuando pasaban cosas malas, lo siguiente fue su habitación, allí estaba Lisa, con una maleta sobre la cama con algunas prendas dentro, Sarah se quedó paralizada, no podia irse, no podia estar sin ella.

- Lisa… ¿Qué haces? - le dijo lo más suave que podia, la aludida se dio vuelta y la miró a los ojos, aun parecían apagados, pero no tanto como hace un rato.

- me tengo que ir - dijo simplemente y volvió a empacar sus escasas cosas.

- NO - le gritó molesta, pero ella no reaccionó, Sarah se sentía horrible, sabía que se merecía que la abandonara después de cómo no la ayudo cuando más la necesitaba, pero ya no podia vivir sin ella, aunque ella la odiara o la ignorara la necesitaba cerca o… no quería ni pensarlo, vio que su grito no provocó ninguna reacción en ella y le tomó el brazo por debajo de la axila y trato de girarla por un buen rato, hasta que Lisa entendió que no iba a dejar de insistir, se volteó nuevamente y se le quedó mirando.

Sarah respiró lo mejor que pudo, luego trató de contener las lágrimas que ya fluían por su mejilla y recién ahí empezó a hablar.

- Lisa, sé que no tengo derecho a pedirte nada, lo que te he hecho no tiene perdón posible, pero…

- ¿Qué? – La superheroina la miró confundida, tanto que pareció salir de su letargo- ¿de que estas hablando? ¿Por qué estaría enojada contigo? – Sarah quedó muy feliz por ver reaccionar a su amiga, pero terriblemente confundida.

- ¿no lo estás? - preguntó después de un rato, ella solo negó con la cabeza- entonces ¿Por qué te vas?

  • y o…- ella intentó desviar la mirada, pero Sarah le sujetó burdamente la cabeza para que no girara el cuello- yo no merezco estar cerca de ti, yo te fallé ayer no pude protegerte y decidí que nos rindiéramos y humilláramos, aunque sabía que eso te causaría dolor, hoy en la mañana cuando despertamos juntas, yo... me aproveché de ti, traicione tu confianza y te… toque, por todas partes, y más tarde… más tarde, yo iba a dejar que te violaran delante mío, sin hacer nada, nada…
  • en ese punto Lisa se quebró se cubrió el rostro con las manos y lloró más fuerte de lo que nunca había visto su amiga, Sarah quería decirle cientos de cosas, empezando por que no sea estúpida, que ella era la que no era digna de estar con Lisa, pero algo le dijo que tenía que dejar que desahogara sin intervenir.

Finalmente terminó el llanto, se secó el rostro con sus mangas y trató de terminar lo que tenía que decir.

- él tenía razón, yo soy una puta - Sarah sintió una gran puñalada en el pecho, todo lo que había avanzado en el tiempo que llevaba con ella se había destruida en unas malas 24 horas- no soy más que eso, nunca lo fue y nunca lo seré, es mejor volver a eso… en lo que sé que soy buena, que seguir aquí y arriesgarme a que te pase algo a ti, que eres lo más importante que tengo…

- Lisa…- susurró con cariño, a pesar de lo triste de lo que dijo, lo último hizo que su corazón se saltara un par de latidos, tal vez ellas podrían…, no lo primordial ahora es Lisa, se reprendió mentalmente -¿ sabes cómo vas a empezar nuevamente como prostituta?- Lisa confusa asintió con la cabeza y luego le dijo algo de proxenetas, zonas y clientes habituales, sin mucha seguridad pero hizo que Sarah se le erizaran todos los pelos del brazo- ¿crees que podrías hacerlo conmigo también?

Decir que Lisa se sorprendió seria subestimar lo que sintió, abrió y cerró la boca como un pez fuera del agua y los ojos se le quedaron como platos, trató de tartamudear alguna respuesta sin poder articular ninguna palabra inteligible, finalmente Sarah le tomó las manos e hizo que se sentaran en la cama una al lado de la otra, luego volvió a hablar.

- si tú eres solo una puta, yo soy menos que eso, recuerdas… yo no pude controlarme y … bueno, tu viste lo que hice, si tú quieres dedicarte a eso, quiero hacerlo contigo, no me importa lo que hagamos, quiero que lo hagamos juntas porque - notó que tenía absolutamente toda la atención de su amiga, este era el momento, tragó saliva y reunió valor- Lisa yo, estoy enamorada de ti.

Lisa tuvo una multitud de expresiones en su rostro en pocos segundos, primero por supuesto sorpresa, después una duda que honestamente molestó a Sarah era su primera confesión y no quería que la arruinara nadie ni siquiera ella no creyéndole, después de todo ni siquiera se había sentido atraída por una mujer hasta que la vio bañándose en su casa, y por último una gran sonrisa, tanto que Sarah no pudo soportar más y le dio un beso en los labios, fue un beso casto, con los labios cerrados, pero ninguna de los dos podia imaginar un mejor primer beso, hasta que Lisa le dio un pequeño empujón a los hombros de Sarah, el rostro que puso al verse rechazada, de puro pánico y vergüenza hizo que Lisa levantara las manos para tomarle el rostro y tranquilizarla.

- Sarah, yo también te amo - dijo sin un asomo de duda, había estado confundida varias semanas, hasta que ella le dijo que le quería no sabía cuánto lo necesitaba- pero, mi boca… tú sabes tiene rastros de semen y no quiero que… - fue interrumpido por otro beso esta vez mas apasionado, Sarah metió su lengua a su boca y saboreó su paladar y la lengua, Lisa no tardó mucho en olvidarse de sus preocupación, sus miedos, sus dolores y de la idea de volver a prostituirse, al besarla era como si de verdad pudiera empezar de nuevo.

Los siguientes meses, fueron muy activos para la nueva pareja, en primer lugar, Lisa se quedó sin trabajo, pero no le molestó tanto, dejó de buscar uno y decidió quedarse en casa, después de todo nunca tuvieron problemas de dinero, tampoco se había convertido en una dueña de casa, la mayoría del tiempo se lo pasaba entrenando e investigando delitos en su guarida, por fin usando su computador avanzado.

Para Lisa su relación con Sarah era mágica y rara para ella, la primera vez que se besaron se había empezado a desnudar pero ella la detuvo, para su sorpresa, pensó que era algo pasajero que quería descansar o bañarse primero, pero siguió así por los próximos días, solo besos, algún manoseo inocente pero no pasaba de allí, pero en esos días Sarah la trató mejor de lo que nunca nadie la había tratado, le traía flores del trabajo, la llevaba a cenar a exclusivos restoranes, le daba joyas y la hacía sentir la mujer más especial del mundo.

Lisa al principio se asustó, toda “relación” que había tenido con alguien era como un simple objeto, un pedazo de carne sin voluntad, solo les importaba su cuerpo, pero Sarah, ella le mostraba en cada momento que la quería por mucho más que su cuerpo, a veces se quedaban varias horas conversando simplemente tomadas de la mano o en un cómodo silencio, fue finalmente Lisa la que la llevó a la cama porque necesitaba hacer el amor con ella.

En la cama fue otra sorpresa, ambas eran igual de apasionadas y cuando empezaban no podían parar hasta un par de horas después quedando en un tumulto sudoroso y exhausto, a pesar de la experiencia de Lisa no sabía lidiar con alguien que también quería darle placer en la misma medida en que lo recibía, tardó semanas completas de prácticas en finalmente dejarse llevar y disfrutar plenamente con ella, en ese tiempo también descubrió las cosas que le gustaban a su pareja, fue… sorpresivo de varias formas.

Lo primero era que aunque no le gustaba decirlo le fascinaba ver a Lisa humillada de alguna forma, cuando se arrodillaba cerca de ella o le lamia los pies, ella se volvía loca y  perdía el control, una vez ella llegó con el traje de Señora Medianoche y le hizo un striptease fingiendo estar avergonzada, quedando solo con la máscara y luego le hizo sexo oral, ella le sujetó la cabeza contra su sexo hasta casi ahogarla, corriéndose en un par de segundos, después se disculpó profusamente, pero Lisa estaba feliz con hacerle disfrutar.

Lo otro que le gustaba era cualquier toqueteó a su trasero, era muy sensible en esa zona si quería que terminara rápido solo le bastaba enterrarle algunos dedos en el ano y se convertía en un animal gimiente y sudoroso, parte de Lisa se daba cuenta que ambos habían sido originados cuando fueron derrotadas en ese baño a manos de su anterior jefe, probablemente porque fue la primera experiencia sexual de Sarah, pero a ninguna de ellas le importaba, no podían estar más felices de su sexualidad en ese momento.

Lo que no había ido muy bien en ese tiempo era su trabajo nocturno, la ciudad había perdido totalmente todo el respeto por ellas después de ese video, que ya llegó a la asombrosa cifra de 20 millones de reproducciones, los medios le quitaron su apoyo y criticaban su cobardía y promiscuidad, la gente que salvaban ya no les daban las gracias, solo les decían putas, cobardes o ambas cosas en un insulto más elaborado.

Lo realmente preocupante era que los delincuentes ya no les temían, habían conseguido la idea de que podían derrotarlas y lo intentaban con ahínco y sin miedo, muchas veces estuvieron en peligro incluso con riesgo real de ser derrotadas, Lisa recordaba sobre todo una ocasión en que se habían enfrentado a un grupo de violadores que habían conseguido arrojarla desde una azotea, por suerte no se hizo demasiado daño y pudo subir rápidamente para ver como tenían a Sarah sometida en suelo mientras trataban de cortarle el traje con un cuchillo, esa noche estuvo a punto de matar un par de ellos.

También adquirieron la costumbre de insultarlas y tratar de humillarlas más de lo común, una vez un tipo agarró del cuello del traje y tiró de él estirándolo de tal manera que todos vieron su tatuaje en el pecho y por supuesto sus senos.

  • vaya, la soplapollas esta tiene unas tetitas- dijo el que le tiró el traje, haciendo que sus compañeros se rieran a carcajadas, aturdiendo a Lisa y dejándola merced de sus enemigos si no hubiera aparecido Sarah con una patada voladora quizás que le habría pasado, con eso Lisa reaccionó y comenzó a repartir golpes noqueándolos a todos, o a casi todos, Sarah tenía al que la había atacado sujeto del cuello en el suelo y con golpes marcaba sus gritos.

-ella tiene unos hermosos pechos- el pobre ya estaba inconsciente a la mitad de la frase y no se necesitaba ser dentista para darse cuenta de que había perdido casi todos sus dientes, luego fue donde ella y la abrazó con fuerza, Lisa le costó separarse, pero tuvo que hacerlo, no podían quedarse mucho tiempo, así que se fueron.

Este tipo de cosas pasaba muy seguido últimamente, a pesar de sus intentos y que consiguieron buenos golpes como terminar con una red de trata de blancas, algunos traficantes importantes y con un violador en serie, ni siquiera con esos resultados la gente las quiso de nuevo, ya pensaban en retirarse definitivamente, cuando un día en una patrulla por una zona de la ciudad, Sarah se detuvo un momento y le hizo señas para que se acercara en una zona más o menos oculta.

- mira - le dijo directamente, sin la comunicación de la máscara, era un dispositivo pequeño parecido a una brújula, pero digital, con dos puntos juntos en el centro y otros dos algo alejados del centro- sabes, nuestros trajes tienen un dispositivo de búsqueda de corto alcance, según esto nuestros trajes que… perdimos está a unos 542 metros en esa dirección - continuó apuntando al norte- esa es la zona que siempre hemos evitado, no sé porque, por eso tampoco los había encontrado antes, sabes, si encontramos los trajes tal vez también encontremos al tipo que nos derrotó, si le ganamos esta vez y la gente sabe que era él… puede que recuperemos lo que teníamos antes de eso y… ¿Qué te pasa? - le preguntó al ver que se ponía pálida y se sentaba en el suelo, preocupada se sentó cerca y le acarició ligeramente la parte interna del muslo.

- recuerdas cuando te hable de mi primera derrota - ella asintió con la cabeza, como olvidar esa tarde en la cafetería con una Lisa bastante rota y que parecía capaz de suicidarse en cualquier momento, recordaba cada palabra de esa conversación- la gente que me dio una paliza está en esa dirección, más o menos a 500 metros, les tengo pánico - la miró a los ojos y de verdad se veía aterrada, Sarah la abrazó casi por inercia.

- ¿Por qué tanto? - le dijo después de un rato- no quiero recordarte, pero comparado con lo que te hicieron otros tipos ellos apenas te tocaron.

- yo… me creía invencible y muy valiente - contestó mirando al vacío- durante esa pelea me demostraron que ninguna de las dos era cierta,  cuando perdí me enteré lo cobarde que soy- Sarah de inmediato abrió la boca para discutirlo, pero ella negó con la cabeza- si lo soy, igual que cuando perdimos en la pelea con ese de que nos hizo desnudarnos, o incluso con el jefe, cuando alguien demuestra que me puede ganar, el terror me atenaza el corazón y me pongo a suplicar y humillarme, no importa que tan fuerte sea, siempre me ha faltado valor y ellos lo saben, me dan miedo Sarah… temo que…

No pudo seguir, se puso a llorar en silencio entre los brazos de Sarah, ella no podia soportar verla así tan afectada, con ternura alejó su rostro y le habló entre susurros.

- Lisa, sé que tienes miedo, pero confío en ti, sé que podemos ganar, te he visto sobreponerte al miedo antes, recuerda… escapaste de Toro, que era 10 veces más fuerte que esos niños, además si enfrentas a tus miedos serás más fuerte, ambas lo seremos, creo que ha llegado el momento de tomar una decisión, o vamos y peleamos o nos retiramos como superheroinas definitivamente.

Ella se sorprendió por lo que dijo, la miró con los ojos muy abiertos, por un segundo iba a decir que era mejor renunciar y terminar con todo esto, se imaginó relajándose por fin, viviendo con Sarah eventualmente casándose con ella, no más peleas ,no más humillaciones ni más derrotas, vivir en paz, hasta el día de su muerte, luego miró los ojos de su amante, no le pedían nada, quería que esa decisión fuera completamente suya, además confiaba en ella, a pesar de estar llorando en el suelo, a pesar de todo lo que habían pasado seguía confiando plenamente en ella, se dio cuenta lo importante que era esto para ella, la muerte de sus padres, ella quería salvar gente así, tenía que hacerlo, no porque ella se lo recriminaría sino porque, sobre todas las cosas, Lisa la amaba y quería hacerla feliz.

- lo haremos - dijo con una determinación que no sentía, la sonrisa de Sarah fue suficiente pago, por ahora, más tarde esa noche tendría el resto, su pusieron de pie y Lisa se secó las mejillas- pero no hoy, mañana, hoy exploraremos, vamos.

Ambas se acercaron a la zona a un paso más lento del normal, muy atentas ante cualquier señal sospechosa sin encontrar nada, cuando finalmente llegaron a su objetivo Lisa dudo, se acercó a la cornisa del edificio y miró al callejón que conocía y recordaba en sus pesadillas recurrentes, luego se tendió en el suelo y buscó rastros de movimiento, al no ver nada se relajó visiblemente, Sarah se tendió a su lado pegando el cuerpo al suyo, ambas observaron y analizaron por varios segundos sin estar seguras de que más hacer, según el aparato los trajes estaban en un edificio pequeño aparentemente desocupado, en el último de 3 pisos,  al pasar el rato Sarah sacó de su mochila una especie de rifle y comenzó a disparar con sonidos apagados en varias partes del callejón, Lisa no entendió que hacía pero decidió confiar en ella, un rato después se fueron a casa.

A la mañana siguiente ambas estaban en su guarida, ya descansadas mirando el computador de Sarah, en él se veía varias imágenes del callejón de sus pesadillas en directo por las cámaras en diversas partes, incluso algunas dentro del edificio, Sarah le explicó que su “rifle” lanzaba pequeñas cámaras de seguridad casi indetectables, les llamo en especial la atención una del tercer piso donde estaban sus trajes, había tres maniquíes en el primero estaba su traje original incluso cosieron de nuevo las calzas rotas, Sarah que no lo había visto antes opinó que era muy feo, sobre todo para aligerar el ambiente pero ni ella se rio.

Los otros dos maniquíes tenían los trajes que le habían entregado a ese ladrón, como no tenían las máscaras, las reemplazó por unos carteles pegados en la cabeza del maniquí, el de Lisa decía PUTA PLANA y el de Sarah PUTA GORDA, lo que hizo que se enojara despotricando contra esos tipos y preguntándole a Lisa si creía que se veía gorda, ella que no era estúpida, le dijo que por supuesto que no, que tenía una delicada figura, aunque pensaba internamente que había notado que su vientre estaba más blando y sus nalgas un poquito más flácidas últimamente.

Después de eso miraron las otras cámaras por varias horas, hasta que pasó lo que esperaban, unos a uno fueron apareciendo los primeros verdugos de Señora Medianoche, el primero en aparecer fue JC, seguía siendo bajo y delgado pero los años pasados le dieron un aura de peligrosidad a su caminar juvenil se veía más determinado y mucho más sádico, sobre todo porque al pasar pateó a un gato inocente que pasaba por ahí, uno de los actos más aberrantes que podia hacer un ser humano, aunque Sarah furiosa dejo de reconocerlo como persona en ese momento,  luego vio el que ella conocía como Larguirucho, aunque ya no lo era su largo cuerpo estaba más tonificado y no tenía espinillas, luego siguió el gordo que había aumentado su derecho al apodo, ahora debía pesar unos 150 kilos o más era difícil decirlo con esa imagen, pero parecía un luchador de sumo pequeño, Sarah susurró que con qué cara la llamaban gorda, luego esperaban al jefe pero el que apareció les llamó la atención a ambas, era el mismo tipo que les había quitado el traje, su objetivo principal, se veía relajado y saludo como si fuera uno más a los otros integrantes de la banda.

Esperaron un rato más, hasta que empezó a oscurecer, se prepararon para salir pero sin apagar el computador, cuando ya estaba listas, vestidas y animadas para ir a pelear, por fin llegó el jefe, llegó con una java de cervezas al hombro y con una sonrisa calmada, de inmediato el bajo vientre de Lisa se sacudió, era aún más guapo que cuando la humilló, había crecido y ahora era de hombros anchos y músculos marcados, su rostro varonil se veía más firme y ahora exudaba seguridad, de no ser porque lo odiaba infinitamente y amaba a su novia, sería el tipo de hombre con el que gustaría acostarse.

Ellas se miraron y asintieron con la cabeza y se dirigieron al techo.

Una hora después estaban en el mismo lugar de ayer, mirando como ellos estaban cómodamente esparcidos en la zona sentados o apoyados en la pared, bebiendo, fumando y con algunas latas de pintura cerca, casi como una repetición de la primera vez, al pensar en eso empezó a temblar y acelerar su respiración, Sarah lo vio y le tomó la mano con fuerza y eso la calmó, con un último suspiro bajó al callejón.

Nuevamente se agazapó en la oscuridad, observando al grupo, esto le traía demasiados malos recuerdos, al menos esta vez no estaba sola, pensó mirando a su costado le hizo un gesto a Sarah y juntas salieron de la oscuridad y se acercaron a ellos, todos las vieron de inmediato y todos se pusieron tensos, dejaron lo que tenían en la mano y el ladrón tomó el mismo bate que sacó del robo que tenía cerca y se le quedaron mirando.

Lisa estaba preparada para burlas y un ataque inmediato o tal vez sorpresa, pero esa actitud indicaba que ya la esperaban, era entendible si el ladrón era parte de la banda, se sentía confusa e indecisa, al menos la elección no la tuvo que tomar ella, ellos cambiaron su posición en un movimiento que le pareció un poco ensayado, como una formación militar, con el jefe delante con el gordo detrás y JC a su derecha, todos bastante juntos, a la izquierda frente a Sarah más alejados del resto, estaban el ladrón con el flaco hombro con hombro, al parecer seria 3 contra ella y dos contra su compañera.

El jefe dio un paso al frente quedando a un metro de ella, le sonrió con suficiencia y puso una mano en su cara por debajo de la máscara.

- hola putita - le dijo con voz grave y sedosa- ¿ Por qué no te rindes ahora y evitamos la pelea? Te puedes evitar a ti y a tu amiga mucho dolor - bajo la mano hasta su hombro y luego hasta su pecho donde lo dejo reposar cómodamente- a cambio te daremos todo el placer que puedas recibir.

Al principio, cuando le ofrecieron rendirse una parte vergonzosamente grande de ella que consideró la oferta, las rodillas le temblaron y creyó encoger ante el jefe, pero no duró mucho cuando le agarró la teta ya tenía suficiente seguridad como para quitar su mano de un manotazo, antes de que pueda darle más golpes todos reaccionaron de inmediato como si fuera la señal de atacar.

A ambas las atacaron al mismo tiempo, a Señora Medianoche fue con el jefe girando hacia su izquierda y JC hacia su derecha mientras el Gordo cagaba por el centro, a su compañera con ambos corriendo directamente hacia ella lanzándole golpes, con las manos y el bate, ambas se vieron sorprendidas por el ataque y se vieron obligadas a moverse, Sarah solo tuvo la opción de retroceder alejándose frustrada de su compañera, Lisa tuvo más problemas, los tres la atacaron de distintas posiciones haciendo imposible esquivar y bloquear todas además por muy fuerte que sea si el gordo llegaba con ese ímpetu la mandaría a volar, la única opción que se le ocurrió fue esquivar al gordo hacia la izquierda hacia la posición de JC, sabía que no podia esquivar su golpe así que apretó los dientes y se preparó a recibirlo, fue un recto hacia sus costillas que no dolió demasiado, al pasar el gordo le rozo el hombro lo que la hizo desestabilizarse, tuvo que sujetarse apoyando sus manos en el suelo ahí no pudo hacer nada para evitar las dos patadas dirigidas a ella.

Una patada le dio en un muslo desnudo, la otra directa a la boca, ahora si cayó al suelo, pero rápidamente se alejó de ellos y se puso de pie, no tenía graves daños solo sangraba por el labio, aun así lentamente sentía que minaba su confianza, esta vez cuando se acercaban para hacer el mismo movimiento simplemente saltó por encima del gordo y cayó en su posición inicial, estiró ambos brazos para empujar a los que aun la rodeaban, JC la esquivó fenomenalmente incluso devolviéndole un golpe en el pecho, pero el jefe no pudo esquivarlo solo pudo bloquearlo poniendo sus brazos sobre su pecho, lamentablemente como acababa de caer no tenía mucha estabilidad así que el golpe no fue suficiente para sacarlo de combate aunque lo mandó al suelo a unos metros.

Mientras eso pasaba Sarah aun trataba de seguir la lluvia de golpes que venían, lo que realmente le molestaba era ese maldito bate, tenía mucho alcance y no quería bloquearlo, mezclado con los golpes de su acompañante era difícil evitar todos, por lo que retrocedía cada vez más, además observaba con cuidado a Lisa, se veía extraña, estaba recibiendo golpes que normalmente no la tocaban, no estaba peleando como siempre, se movía más lenta e imprecisa, por primera vez pensó que venir aquí había sido una mala idea, al menos los golpes ya no eran tan difíciles, tal vez estaban cansando y… solo había uno, el ladrón, se tardó varios segundos en darse cuenta donde había ido el flaco y cuando lo hizo solo alcanzó a gritar.

- CUIDADO - Lisa lo escuchó pero no identificó el peligró hasta que se había el aire y un dolor espantoso le atravesaba la ingle solo reaccionó gritando de vuelta, era el flaco que aprovechando la distracción de su oponente se había acercado a Señora Medianoche por la espalda y haciendo lo que había funcionado la primera vez, la tomó de la tela de su trasero y la tiró hacia arriba, esperando romperla, no que la levantara del suelo y la dejara colgando, sobre todo porque por el material del traje la parte inferior se le metió entre las nalgas y sus labios vaginales, lo que explicaba sus gritos de dolor incoherente.

Sarah solo se quedó mirando hipnotizada como levantaban a Lisa del suelo y sus fútiles intentos de soltarse, si su enemigo no hubiera estado igual de distraído habría perdido en ese momento, ya que contra su voluntad sintió como sus pezones se erizaban y se mojaba su parte baja del traje, era tan… sensual, que los chicos del frente pudieran ver perfectamente su vello púbico y el alto de atrás pudiera ver su humillante tatuaje en las nalgas, de no ser porque en ese momento reaccionó su enemigo y la atacó se habría empezado a tocar a sí misma.

Pero esquivar ese golpe hizo que la razón tomara el control de nuevo, molesta consigo misma le sujetó el bate con ambas manos y lo pateó en el hombro mandándolo al suelo, sin detenerse a pensar lanzó el bate hacia el tumulto donde estaban todos, por una vez la suerte les sonrió a las superheroinas y el proyectil golpeó con un ruido espantoso en el brazo que sujetaba a Lisa, con un grito dejó caer a su carga estrellándose esta contra el suelo aun gimiendo de dolor, el resto del grupo aturdido vio cómo su enemiga trataba de quitarse el traje de  la vagina, mientras todos podían ver sus pálidas nalgas con el gran tatuaje riéndose de ella.

Esto hizo que Sarah, que ya estaba a medio camino para ayudarla se detuviera en seco, se le llenó la boca de saliva al ver a la mujer que amaba tan humillada, trató de concentrarse e ir a ayudarla pero cuando estaba por hacerlo la agarraron por atrás, con un brazo rodeando sus brazos y pegándolos al cuerpo y el otro brazo rodeando su cuello aunque sin apretarlo, de todo ese contacto el único que realmente pudo sentir fue el de su erecto pene rozando sus nalgas, a pesar de ser consciente del peligro suyo y de Lisa no pudo evitar gemir ante el contacto.

A pesar de que su compañera estaba sometida, al menos temporalmente, no todo eran malas noticias para Lisa, aprovechando que estaban distraídos por el gemido de Sarah, a quien le dirigió una mirada preocupada, se pudo poner de pie de nuevo y rápidamente le dio un empujón al gordo, pero distraída como estaba no calculó bien la fuerza, en vez de mandarlo a la pared contraria para noquearlo terminó cayendo a mitad de camino y al parecer por cómo se movía no le hizo demasiado daño.

Se giró rápidamente para ver llegar al jefe en ese momento, él viendo como los golpes no estaban funcionando decidió probar la táctica del flaco y fue por agarrar su traje, Lisa entendió su intención y pudo bloquear sus primeros intentos pero eventualmente la tomó por la parte de la cadera y la tiró al mismo tiempo el flaco se acercaba y con el brazo bueno le tomó la parte del hombro, al verse atrapada trató de sacudirse pero el jefe se acercó por delante pegando su cuerpo al de ella, y por atrás el flaco hizo lo mismo restregando su miembro contra la parte baja de su espalda.

Lisa estaba en problemas graves y lo sabía, para su desesperación, en esa posición no podia moverse lo suficiente para dar un golpe real, ya el jefe metía la mano libre por debajo del traje, en su entrepierna, mientras el flaco lentamente comenzó a sacar su traje de los hombros para liberar sus pechos, el gordo se paraba ya y se acercaba y ni siquiera sabía dónde estaba JC, así que miró a ver si Sarah podia hacer algo o ya habían sido derrotadas.

No recibió mucho consuelo, seguía en la misma posición firmante sujeta por el ladrón y aparecía JC por el frente con malas intenciones, esta vez Sarah no estaba tan dominada por el placer, porque le tapaban la visión de su novia, así que cuando JC le tomó las piernas para cogérsela y el ladrón le soltó el brazo de la cadera ella, en un increíble movimiento acrobático, agarró con las pantorrillas la cabeza de JC y con sus brazos la del ladrón girándose en el aire, que por sorpresa le soltó el cuello, en ese momento ella usando cada gramo de agilidad y toda la fuerza de su abdomen se dobló sobre si misma haciendo que sus cabezas chocaran fuertemente cayendo los tres al suelo, pero Sarah la única que podia seguir peleando.

El resto de las personas en el callejón se quedaron estupefactas, nadie esperaba nadie de ella ni siquiera Lisa, incluso ella se quedó quieta mirando en todas direcciones, tan sorprendida como todos, pero no se quedó mucho tiempo allí se puso de pie y se dirigió lentamente hacia donde estaba Lisa, pero no alcanzó a avanzar dos pasos antes de que el jefe llegara corriendo después de soltar a su pareja, agarrar el bate al pasar e interceptar su camino.

Señora Medianoche vio su oportunidad, el jefe la había soltado precisamente cuando el flaco por fin sacaba la parte superior del traje dejando la parte de sus hombros alrededor de sus codos, envolviéndola, y por fin dejando sus pechos vulnerables al aire frio de la noche, se comenzó a revolver intentando soltarse, pero solo consiguió sacudir sus tetas y que rebotaran en todas direcciones, lo que hizo que Sarah se distrajera de nuevo e hizo que apenas pudiera esquivar un derechazo del jefe.

Lisa se estaba asustando en serio, ahora el gordo se acercaba mirándola con lujuria, si el flaco hubiera seguido sujetándola probablemente la pelea al menos de parte de ella, se habría acabado, pero no aguantó la tentación y llevó sus manos a sus pechos y los apretó con dureza, si hubiera sido la chica ingenua de hace unos años, le habría afectado considerablemente y se habría quedado paralizada, pero en el último tiempo sus pechos había sido apretados, retorcidos, mordidos, pateados, golpeados y pisados por una innumerable cantidad de hombres y algunas mujeres, estaba acostumbrada y apenas sentía ya las manos en sus tetas.

Tuvo la suficiente presencia de ánimo como  para dejarse caer simplemente y escurrirse entre sus brazos, al tocar el suelo lanzó una patada hacia atrás dándole en el estómago y mandándolo contra la pared con un grito, echó una mirada hacia donde quedó y notó que estaba en el suelo con mal aspecto, se veía bastante aturdido, solo quedaban dos en estado de pelear, las cosas iban bastante bien sorpresivamente dado que estaba con las tetas al aire y Sarah una se veía un poco dubitativa y algo excitada, pero esa distracción fue suficiente para que el gordo por fin la agarrara.

Tarde se dio cuenta que una gran mano la tomaba por la nuca y le empujó la cabeza contra el suelo, nada pudo hacer Lisa para evitar que su frente se estrellara con dureza en el suelo, su nariz fue la más afectada, aun con su super resistencia estuvo a punto de romperse, y después que el gordo repitió el movimiento en tres ocasiones cada vez con más fuerza, ya sangraba profusamente y estaba muy atontada.

El gordo la dejó caer y se sentó sobre su espalda, dejándola inmovilizada, si no tenía agarre no servía de nada su fuerza, después con una sonrisa intentó quitarle la máscara, llevándose un golpe eléctrico que lo hizo retroceder con un quejido, Lisa hubiera sonreído pero lo único que hizo fue molestarlo más, con rabia le tomó los pechos y se los retorció con furia, a pesar de que estaba acostumbrada, no dejaba de ser doloroso y ella solo pudo gemir fuertemente.

Después de aburrirse de causarle de hacerle doler, se concentró en quitarle el traje, mientras Sarah hacia todo lo posible para ignorar el erótico estado de la mujer que amaba y seguir esquivando el bate del jefe, parecía que habían estado practicando como usar esas cosas no lo movía al azar, sabía lo que hacía y no mostraba ninguna apertura que ella pudiera utilizar, al principio pensaba en esperar a que se canse pero ella notaba que se estaba cansando más rápido que él, cada vez sus movimientos eran más lentos y más desesperados, si quería acabar esa pelea tenía que atacar.

Por fin vio su oportunidad un mal golpe del jefe que no tuvo que esquivar, dio un paso adelante para golpearlo en su puta garganta con toda su fuerza, pero algo le sujetó el pie de apoyo, miró hacia abajo y notó al ladrón, agarrando su pie, aun medio semi-inconsciente, le iba a dar una patada pero su otra pierna también estaba fija, era JC en el mismo estado de su compañero, vio con desesperación como el jefe se acercaba con una sonrisa.

Sin poder esquivar como siempre ella sabía que era cuestión de tiempo pero decidió pelear hasta el final, bloqueo el primer golpe que iba a su cara con ambos brazos sintiendo como estaban a punto de partirse en el proceso, el dolor la distrajo no vio el siguiente golpe demoledor en su vientre, dio un grito ahogado mientras sentía que su almuerzo le subía a la garganta y perdía la capacidad de respirar mientras se encorvaba sobre sí misma, de inmediato el jefe la remató, con un golpe ascendente que le dio en la mandíbula en la parte sin mascara.

Hubo otro grito esta vez de Lisa que desesperada, vio como Sarah caía de rodillas y luego hacia el costado quedándose quieta, Señora Medianoche entró en pánico total, Sarah podría estar muerta, casi sin darse cuenta se las ingenió para soltarse del agarre dándole una patada al pasar, y fue corriendo casi a cuatro patas sin notar que el gordo se había quedado con su traje en las manos.

En el camino apartó al jefe de un empujón y tomó a Sarah entre sus brazos, y se fue corriendo hasta la pared más alejada del callejón, ahí casi en un acto reflejo desenmascaró a su compañera y llorando desesperada le tomó el rostro con ambas manos mientras le susurraba

- Sarah, por favor no me hagas esto, no puedes mo…, reacciona por favor - con alivio notó su respiración aunque era leve, levantó un poco su cabeza y con un tos dejo salir un poco de sangre y vomito sobre el suelo, ahí pudo respirar un poco mejor y abrió los ojos vidriosos incorporándose levemente, ambas miraban hacia el jefe, que se acercaba acompañado por toda la banda ya recuperados completamente, Lisa notó con pena que solo se veían un poco magullados, en cambio ella estaba desnuda y asustada y Sarah aunque estaba consiente apenas si podia moverse.

Todos sabían que los resultados de esa pelea ya eran claros, Lisa no quería seguir prolongándola y que terminaran matando a la única persona que quería en el mundo, si eso significaba entrar en un infierno interminable lo haría y no lo lamentaría, con lentitud se puso de rodillas, una posición que tan bien conocía y habló.

- me rindo - su voz sonó bastante clara para su sorpresa, sin dudas, sin miedo- me entrego, me someto, hare todo, todo lo que quieran, pero por favor, por favor, déjenla ir a ella- terminó postrándose en el suelo levantando su trasero lo más posible para que vean sus nalgas.

- entonces - dijo el jefe con una risa contenida- ¿ Qué te hace creer que puedes pedir algo? Puta estúpida, la tetona también viene por supuesto, entera o por partes ¿cómo quieres que sea?

Las palabras del jefe dichas con total seriedad de su parte, hizo que a Lisa se le helara la sangre levantó la cabeza del suelo e iba a hacer una estupidez, pero Sarah la tomó del brazo y la sujetó, pego sus labios a su oído y le susurró unas pocas palabras.

- mientras estemos juntas… - Lisa solo asintió llorando en silencio y entregando la máscara de Sarah, mientras Sarah se alineaba a su lado, arrodillada también y luego ambas al unísono se postraban rindiéndose nuevamente, seguras de estar sellando su entrega total y perpetua.

De inmediato el jefe le ordenó a Lisa que le entregara la máscara, recordando como el gordo se había electrocutado al intentarlo, ella se lo quitó de inmediato y se lo entregó, el solo se lo lanzó a alguien y luego en una muestra de dominio se puso entre ellas y tomó a cada una del pelo y las hizo caminar arrastrándose detrás suyo.

Todos fueron en grupo hasta el edificio donde ellas sabían que estaban sus trajes robados, todos en el camino se fueron burlando y riendo de las mujeres que caminaban a cuatro patas, con patadas y nalgadas en el trasero o en el caso de Lisa en sus pechos que colgaban indefensos, ellas solo miraban al suelo y lloraban con el espíritu roto.

Finalmente entraron al edificio y subir las escaleras se convirtió en un reto extremadamente difícil, con las zancadillas y golpes a sus brazos y piernas terminaron llegando al último piso casi siendo arrastradas por el pelo, donde finalmente las lanzaron al centro de la habitación, mientras el líder les gritaba una bienvenida a su nuevo hogar.

Con espanto miraron la habitación en donde vivirían el resto de su vida, ya la habían visto en videos, pero ahí no se notaban muchas cosas, como lo sucia que era, el olor a cigarros y basura y que había una jaula en una esquina, sospechosamente grande, como para que quepa una persona apretada, probablemente dormirían allí, si es que las dejaban dormir alguna vez.

- ¿cómo se llaman? -  preguntó el jefe parándose sobre ellas, ambas dijeron sus nombres mirando el suelo- te llamas Lisa - repitió el riéndose- como tu pecho, está bien elegido el nombre - todos rompieron en carcajadas mientras Lisa se ponía roja y Sarah se veía molesta, el jefe fue hacia sus trajes que tenía exhibidos y tomó ambos carteles y se los puso en su pecho, ambas instintivamente las sujetaron- me imagino que tú eres la puta plana o lisa como prefieras - las risas se reanudaron y Lisa se volvió más roja por como denigraban su cuerpo y su nombre, después se acercó a Sarah y continuó- eso te convierte a ti en la puta…

- No estoy…gorda - dijo entre dientes, aunque con suficiente volumen para que todos escucharan, las risas cesaron de inmediato, ante la última muestra de rebeldía de Sarah, Lisa solo la miró pálida de miedo, el jefe la tomó del cuello y apretó fuerte, aun así, mantuvo la mirada determinada y sin ánimo de retroceder, le pasaron el bate al jefe, para que le dieran una paliza para que nunca volviera a rebelarse, pero él la soltó y sonrió.

Le dijo que sería fácil para ella que la castigara, ante la confusión de todos ahí ordenó que el gordo y el flaco levantaran a Lisa y le abrieran las piernas lo más que pudieran, sonriendo todos los hombres entendieron que quería hacer, y cumplieron las ordenes de inmediato, Lisa entendió también que iban a hacer, pero de puro miedo no reaccionó, no entendía como podían ser tan crueles, esto iba más allá de lo que cualquiera le había hecho antes.

Sarah miró confusa lo que hacían con Lisa, incluso sintió un leve ardor en la zona baja al verla tan vulnerable, pero cuando el jefe colocó la punta del bate entre los labios vaginales de Lisa, todo excitación que pudo haber sentido desapareció de golpe, trató de incorporarse para hacer algo pero solo se pudo quedar a cuatro patas ya que el ladrón se había puesto detrás de ella sin que lo viera, se había arrodillado y agarrado sus brazos, pegó su entrepierna a su culo y tiró los brazos hacia arriba para obligarla a mirar.

Lisa por fin pudo encontrar la voz, rogó que no le hicieran eso, lloró y gritó aun cuando ni siquiera había penetrado un poco en su interior, incluso empezó a revolverse desesperada en brazos de sus captores que la tenían muy bien agarrada y no podia hacer nada, Sarah nunca la había visto así, parecía una niña asustada, también empezó a suplicar y llorar, pero el jefe ajeno a todo ruego empezó a meter el bate.

Lisa había sentido todo tipo de dolores en su vida, la habían golpeado, violado arrojado de la azotea de un edificio y le habían perforados varias partes del cuerpo, pero nada se comparaba a sentir como ese frio metal del grosor de un brazo iba entrando por su vagina, de inmediato los miles de sensaciones que sentían su interior se convirtieron en una oleada de dolor horrendo que le quitaba cada pizca de pensamiento racional.

Sarah se petrificó, espantada se dio cuenta que el que su querida Lisa estuviera en ese estado, más parecido a un animal torturado que a la mujer valerosa que conocía y amaba, era 100% su culpa, por no saber cuándo rendirse, por su maldito orgullo, por no querer reconocer que era gorda o que daba lo mismo si lo era porque ahora les pertenecían y el dolor de Lisa era innecesario, era como si ella la estuviera violando con esa mierda, sin darse cuenta empezó a gritar en sincronía con ella, sufriendo y prefiriendo que se lo hicieran a ella.

El jefe no se veía muy conforme, apenas entraba y se veía incomodo, con una sonrisa dijo que mejor se lo dejaba en manos de un profesional del sadismo y le entregó el bate a JC, él encantado lo recibió y con precisión logró que entrara de golpe varios centímetros llegando hasta el fondo de lo que podia soportar, Lisa dejó de resistirse y los ojos se le pusieron blancos y parecía estar a punto de perder la conciencia, en ese momento un líquido se había empezado a escurrir por el bate y caía al suelo, por un segundo pensó que era sangre y se asustó aún más si eso era posible, pero era muy líquido y claro, ahí se dieron cuenta que la pobre se había orinado.

Todos los hombres se rieron de ella, mientras Sarah observaba en silencio culpable y recordaba cuando a ella le pasó lo mismo, lo que más le dolía ahora no era verla así, sino que no podia consolarla ni siquiera decirle algo porque quizás que castigo le den, solo miró mientras JC le quitaba el bate y fue como romper un dique, un largo fluido que salpicaba el suelo en todas direcciones, después de la burla JC se dispuso a empezar de nuevo.

- No, espera - dijo Sarah sollozando, se detuvo y todo el mundo la miró, incluso Lisa la veía con ojos vidriosos- soy gorda, soy… una puta gorda - se rieron y JC bajó un poco el bate, pero aun esperaban algo- soy… una vaca, miren mis gordas tetas, bolsas… de pura grasa o el culo gigante que tengo, perdimos la pelea por qué no podia levantar este inmenso trasero.

- eso está mejor- dijo el líder, y con un gesto indicó que dejaran a Lisa en el suelo, lo hicieron y la dejaron sentada sobre el charco que dejó, luego la soltaron a ella, que tuvo que aguantar la tentación de correr a abrazarla, y se arrodilló delante del jefe que le puso una mano en la cabeza y la acarició como si fuera una mascota- pero no es suficiente - le entregó el bate- golpéala con fuerza en las tetas, como es super dura tienes que darle con toda tu fuerza, si creo que te contienes le meteré eso por el culo hasta que el bate eyacule, ¿entiendes vaca?

Sarah tomó el bate con ambas manos, ya no dudaría, con el corazón desecho se puso de pie y se preparó delante de Lisa, la miro con pena y ella le devolvió la mirada, pero confundida, al parecer recién reaccionaba y no entendía porque se acercaba con un bate.

- Sarah, ¿Qué haces? - dijo asustada, pero ella no la escuchó, ella tenía una misión, al ver que le sujetaban ambos brazos, ella lo hizo, giró todo su cuerpo, para usar hasta el último gramo de fuerza, y le dio justo en los pezones, Lisa no lo esperaba, dio un grito confundido y trató de soltarse sin mucho empeño, la vio a los ojos preguntando porque simplemente, ella no podia responderle, le dio la espalda y nuevamente se arrodilló delante del jefe, internamente había llegado a una decisión, borraría ella misma todo lo que era y dejaría solo dos puntos centrales, su amor por Lisa y su obediencia absoluta y sin cuestionar a cualquier miembro de la banda, les daría todo lo necesario para mantenerse a Lisa y a ella a salvo, su alma, su cuerpo y mente.

Lisa, aunque no sabía, intuía lo que acababa de pasar, perdonó en el mismo instante a Sarah que ahora se arrodillaba ante el jefe y respondía con una sonrisa a la caricia en su cabeza, todos le estaban diciendo al jefe si ya podían empezar, era obvio a que se refería, pero él les dio sus máscaras y a Lisa su traje mientras le explicaba que tenían que hacer algo antes.

Minutos después ambas estaban vestidas completamente con su traje de pie ante el grupo, el ladrón tomó con una cámara de video en un trípode que la sujetaba a la altura de su pecho, con una señal lo encendieron, y ellas empezaron el show que les habían explicado.

- hola ciudad - dijeron al unísono alzando la mano- yo soy la superheroina conocida como Señora medianoche - continuó Lisa por si sola luego apuntó a Sarah- ella es mi compañera y mi amante, juntas luchamos durante un largo tiempo contra la delincuencia en nuestra ciudad.

  • pero nos dimos cuenta, que no podíamos- siguió Sarah- l os delincuentes son muy fuertes y…
  • ambas se apretaron un seno y con la otra mano se tocaron la entrepierna y dijeron juntas - nos encanta perder, que nos cojan, nos follen o nos violen, por eso caminamos con esta estúpida ropa, para que nos la puedan quitar fácil
  • Lisa en ese momento se quitó toda la ropa en dos movimientos, quedando desnuda frente a la cámara, Sarah solo mostró las tetas, porque su traje era más difícil de sacar.

- A mí - dijo Lisa- me encanta chupar pollas miren - dijo y se apuntó el tatuaje en el pecho- además en mi tiempo libre salía a prostituirme en las calles - terminó dándose vuelta y mostrando los tatuajes en su culo- no les digo con cuantos estuve porque perdí la cuenta. Jajaja - terminó con la risa más falsa en las historias de las grabaciones.

- A mí- dijo Sarah- me encanta que me follen las tetas - se las agarró con fuerza y las exprimió con gesto lascivo luego se dio vuelta y mostró el culo y también se dio unas nalgadas- también que me den por culo me encanta sentir un pene duro y venoso en todo mi esfínter.

- por eso - dijeron juntas de nuevo y se arrodillaron una al lado de la otra - decidimos renunciar a ser vigilantes . - se quitaron sus máscaras y dijeron rápidamente su nombre real y ocupación - no queremos golpear delincuentes, queremos chupar sus pollas, no queremos detener violaciones, queremos que nos las hagan a nosotras, no queremos patear traseros queremos que cojan los nuestros - hicieron una pausa dramática- por eso entregamos nuestros culos a nuestros benévolos captores, rogándoles que hagan buen uso de ellos y renunciamos a nuestras vidas previas y a nuestra calidad de personas.

-yo, ya no me llamo Sarah, soy la puta vaca o vaca a secas.

-yo, ya no me llamó Lisa, soy la puta plana o puta a secas.

Ambas alzaron la mano despidiéndose y se cortó la grabación, sorpresivamente le salió bien a la primera, sus dueños revisaron las imágenes y una vez de acuerdo enviaron el video a su contacto en los medios, para que todo el mundo vea en lo que se habían convertido.

Luego, dijo el jefe que ya era hora, sin que tuvieran que decirle nada, Sarah se desvistió en unos segundos, mientras Lisa la miraba con pena por lo rota que estaba, al igual que ella antes, solo quería abrazarla y decirle que todo iba a estar bien aunque fuera una mentira, pero no pudo pensar mucho ya que el gordo la levantó por la cadera y la apoyó en un mueble que había, aplastando sus tetas contra la madera, luego sin preámbulo le colocó el pene entre las nalgas, mientras el Flaco aparecía por el frente poniéndole su erecto miembro en la entrada de su boca.

Lisa recordó con una rara nostalgia que el gordo siempre le tuvo ganas a su culo, al menos no lo hizo en su vagina donde le parecía que le habían metido un fierro caliente por el dolor que aun sentía, trató de separarse de su mente, como hacia cuando se prostituía, pero no podia con Sarah tan cerca, entonces se decidió por otro enfoque, solo pensaría en ella mientras esos tipos hacían lo que querían con ella, como si fuera ella lo que le estuviera haciendo todo eso.

Mientras a Sarah, la pusieron a cuatro patas en el suelo, con el jefe a sus espaldas masajeando sus nalgas y provocándole suspiros contenidos mientras JC y el ladrón se le arrodillaban delante con ambos penes delante de su cara, ella que no había visto muchos, en realidad solo uno y en el interior de la boca de Lisa, no sabía muy bien cómo eran en comparación, el de JC parecía un poco más pequeño  y el del ladrón parecía más grueso que largo, ambos le hicieron arrugar la nariz y llorar los ojos de lo asquerosos que olían, pero tampoco se quejaba, probablemente ella olería así después de estar un par de semanas sin bañarse.

Al parecer el gordo fue el primero en comenzar con la carga, lentamente fue introduciendo su pene, probablemente creyendo que le dolía a Lisa, que apenas lo sentía, no porque fuera pequeño sino porque aún le dolía horrores la vagina, y eso la distraía, para que no tuviera problemas empezó a gemir levemente, como sabía que les gustaba a los hombres cuando le daban por el culo, gemidos que aumentaba a pequeños grititos cuando comenzaba a nalguearla.

Para Sarah al contrario todo era nuevo, cuando el jefe puso su miembro a la entrada de su vagina, donde antes solo había habido lenguas y dedos, se puso tensa mientras sentía como el cuerpo extraño comenzaba a entrar en su interior, mientras ante la insistencia de los dos de al frente los había tomado cada uno con una mano, como había visto en unas películas hace unos años movió las manos de arriba hacia abajo y viceversa al parecer por sus expresiones les gustaba.

El jefe sintió algo raro al interior y se tardó en percatarse que era el himen de esa chica, sonriendo para sus adentros retrocedió la pelvis hasta la entrada y de un solo empuje llegó hasta el fondo destrozando su himen en el proceso, Sarah se dio cuenta que un grito había atravesado su garganta involuntariamente, se reprimió para seguir gritando y cualquier otra queja que pueda tener, se prometió que iba a hacer lo más sumisa posible, ni siquiera disminuyo la velocidad de su movimiento de manos, mientras el jefe empezó a acelerar el ritmo y sentía como su pelvis chocaba cada vez más seguido contra su trasero.

Lisa estaba cómoda aun, acostumbrada al ritmo predecible del gordo sufría más al ver como desvirgaban con brutalidad al amor de su vida, abrió la boca para recibir el pene del flaco, que tampoco necesitaba permiso ya estaba llegando y de inmediato se lo metió hasta la garganta, sintió una arcada, pero la contuvo y empezó a usar sus artes de sexo oral que tanto le costó aprender, haciéndole creer que él llevaba el ritmo, aunque solo era una ilusión.

El jefe estaba bastante contento, sin saber se había desvirgado a esa puta que creía que podían venir a derrotarlos en su casa, se llevaba lo que merecía pensaba cuando por fin JC se aburrió y puso su miembro en su boca con brusquedad, lo que no se esperaba que el ladrón tuviera la misma idea al mismo tiempo y la recién bautizada vaca tenía dos penes en su pequeña boca presumida y luchaba por mantener algo de su dignidad, aunque la baba que caía de su boca se le escurría por los pechos y la ensuciaba, haciéndola parecer de verdad un animal, mirando al otro lado de la sala veía, a su antigua enemiga, rota y hundida, que ahora recibía dos penes mirando a su amante atragantarse con otros.

Esto terminó siendo demasiado para el jefe que inclinándose y apretando sus tetas se corrió en su interior, el gordo tampoco pudo seguir más, apretando con fuerza las nalgas de la puta plana, se corrió en su espalda, de inmediato ambos que habían terminado se salieron de su lugar para dejar el lugar a otro, en el caso de Sarah era el turno del ladrón, que rápidamente se puso en posición mientras, JC comenzó a moverse más rápido queriendo correrse en su boca, a pesar de que ella apenas podia respirar y se estaba poniendo un poco azul.

En el caso de Lisa fue el flaco el que dejó su boca y se dirigió a la parte trasera, pero en cuanto llegaba el jefe le dijo que esperara, de inmediato la giro sobre la mesa y la levantó sobre la cintura, ella en cuanto entendió lo que quería se sujetó de sus hombros levemente, el de inmediato la empaló por la vagina en esa posición, pasó extremadamente fácil, por lo dilatado que estaba y ella gritó en agonía, a punto de morderle el hombro desesperada, no alcanzó ni a acostumbrarse a él en su interior cuando por la parte de atrás se le sumó el flaco entrando en su trasero nuevamente.

Lisa ya había hecho eso antes, la primera vez en la maratón de Toro, pero nunca había dolido tanto, el roce de sus miembros en su interior separados por una tela de carne, siempre le había producido una curiosa sensación, ahora cada movimiento era una agonía que la quería hacer llorar de dolor, y ambos se dieron cuenta y solo se empezaron a mover a un ritmo más acelerado.

JC por fin en un último empellón se corrió en la boca de Vaca y se alejó, dejándole le visión de esos dos hombres  cogiéndose a Lisa que solo podia gritar entrecortadamente, no pudo evitar sentir excitación, no trató de contenerla si de todas maneras se la iba a coger no la mataría disfrutarlo un poco, sobre todo cuando el ladrón comenzó a apretar sus nalgas con una lujuria no contenida, esto hizo que Sarah gimiera satisfecha, y moviera el culo buscando sentir el pene del primero que la había humillado, entre sus nalgas, no tuvo que esperar mucho, el encantado por su reacción, abrió las nalgas hacia el costado y puso la cabeza de su pene ante su pequeño ano.

Como hacían todos los de esa banda el ladrón la metió de golpe, la explosión de sensaciones hizo que la receptora se volviera completamente loca, el dolor se mezcló con el placer a un punto que no pudo distinguir uno de otro, babeó y gimió de una manera que Lisa nunca la había visto y ella misma se apretó una teta con mucha fuerza y se empezó a masturbar con la otra, no detuvo el ritmo aun cuando el gordo se acercó y ella comenzó a chupársela con devoción.

Esta visión de su amante entregada al placer por otros tipos hizo que el corazón de Lisa se terminara de quebrar, se la quedó mirando mientras al fin el dúo terminaban sincronizados en su interior, después simplemente la dejaron caer, JC llegó de inmediato, abrió sus piernas con fuerza y la penetró por la vagina sacándole otro grito, como si no fuera suficiente le tomó el cuello con ambas manos y empezó a apretar, no lo suficiente para ponerla en peligro pero si lo suficiente para ponerla en riesgo.

La última imagen fue demasiado para Sarah, aumentó la velocidad de su toqueteo y le rogó al ladrón y al gordo que se corrieran con ella y todos estallaron en un devastador orgasmo. Después el flaco la tomó del pelo y la arrastró hacia donde estaba Lisa, y la tiró a un lado suyo, luego viendo el efecto que tuvo el ladrón decidió cogérsela por el culo de la misma forma, a un lado de su amante para que viera de cerca esa cara.

Pero no funcionó, ambas al estar tan juntas, olvidaron todo lo que pasaba a su alrededor y se miraron a los ojos pidiéndose perdón mutuamente y enviándose amor solo con la mirada, a pesar de que en esos momentos sus cuerpos pertenecían a otros sus almas siempre serian una de la otra.

Ajenos a esto JC y el flaco aumentaron su velocidad lo máximo que su cansancio lo permitía y se corrieron sobre los rostros de ambas, dejándolas a las dos cubiertas de semen, al fin todos estaban agotados, había sido una larga noche y como dijo el jefe riéndose esta no sería la única noche, las hicieron arrodillarse a pesar de que apenas podían sostenerse en pie, luego dirigieron a Sarah a la burda jaula, apenas entraba tuvo que meterse a cuatro patas y las tetas le molestaron el paso, apenas si podia tenderse, Lisa la estaba siguiendo pero del pelo la alejaron y la arrastraron a otra habitación para desesperación de ambas.

En la otra habitación había otra jaula aún más pequeña donde hicieron meterse a Lisa, una vez que estuvo dentro El jefe le mostró un marcador de hierro de esos que se usan para marcar ganado y un especie de calentador a gas manual, para acampar, con una sonrisa le dijo que había que marcar al ganado y antes que le dijera nada le contó que a Sarah también le perforarían pezones y clítoris, pero que no necesitaban gastar en tatuajes, luego la dejó sola en esa habitación con la luz apagada.

Ella solo pudo quedarse esperando hasta que escuchó los gritos de la mujer que amaba que se deformaban tanto que parecían de un animal y se dio cuenta que eso eran ahora, lo habían dicho en el video, se acurrucó en el suelo cubriéndose los oídos para no escuchar esos gritos, tenía que dormir algo hasta que también la marcaran a ella.

Epilogo

Teresa caminaba por un feo callejón, en la mano derecha llevaba con determinación su arma de servicio y en la izquierda como siempre su placa de policía, a ese lugar la habían llevado sus investigaciones de todos esos meses, desde que se le entregó el caso de la misteriosa desaparición de la vigilante Señora Medianoche y su acompañante, amante si creía en ese video.

Ya hace 8 meses que ese video había salido a la luz pública, el efecto fue devastador, mucha gente que aun trataba de mejorar la ciudad, abandonó y dejó de intentarlo, muchas buenas personas tomaron sus cosas y decidieron largarse, no solo ambas habían sido derrotadas, sino que las cosas que dijeron fueron demasiado para muchos, incluso entre los policías el caso de su desaparición estuvo abandonada por meses, hasta que ella pidió tomarlo.

Lo había pedido porque ella si creía en esa vigilante, y creía que aun ahora solo necesitaban un poco de ayuda para levantarse de nuevo y volver a luchar por esta ciudad, dejo de preocuparse por eso porque había llegado a su objetivo, un viejo edificio abandonado como otros tantos en esa maldita ciudad.

Con cuidado trepó la escalera de emergencia hasta el tercer piso, donde su fuente le dijo que había algo interesante, llegó finalmente a la ventana que buscaba con lentitud la abrió y entró, lo primero que vio fue los maniquíes en el centro de la sala con cuatro trajes, de inmediato se dio cuenta que eran los de las superheroinas que buscaba, miró a los lados y en una esquina la vio y prefirió no haberlo hecho.

Allí estaba una de las que buscaba, esta era la ayudante Sarah, estaba completamente desnuda y con una eminente barriga, de quizás 7 meses de embarazo, pero eso no era lo más chocante, lo peor era su rostro con una marca de hierro caliente en su piel, cubriendo su mejilla derecha, otra de las mismas sobre su teta izquierda y en ambas nalgas, ambos pezones estaban perforados y tenían piercings grandes y de aparecía pesados, también le pareció ver un brillo similar, en su vagina pero era difícil de saber por el gran vibrador que tenía puesto, que al menos no era tan grande como el que tenía en su ano.

Tenía los ojos cerrados y babeaba profusamente, Teresa se acercó profundamente impresionada, decidió sacarla de allí de inmediato, abrió la puerta de la jaula que no tenía ni siquiera cerradura, y la tocó eso la sacó de su letargo, fijando sus ojos en ella, antes que pudiera decir nada se puso a gritar pidiendo ayuda, ella le dijo que estaba aquí para eso, antes de darse cuenta que no le hablaba a ella, de la escalera aparecieron dos tipos con aspecto de pandilleros, sorprendida las apuntó con su arma y les dijo que estaban arrestados ellos solo se rieron y silbaron con fuerza.

De la puerta de la habitación salió la otra mujer que buscaba Teresa, la mismísima Señora Medianoche, con su habitual traje, aunque con grandes diferencias, una total abertura en la zona de los pechos y simplemente terminaba en sus caderas, dejando al aire su pubis al completo, tampoco tenía mascara lo que le dejaba ver la marca en su mejilla derecha igual a la de Sarah, también notó piercings similares y que también tenía su barriga de embarazo aunque al parecer era de varios meses menos.

Esa fuerte visión la distrajo lo suficiente para que en un borrón apareciera a su lado y le quitara el arma, después de tres rápidos tirones le arrancó toda la ropa y luego la arrojó al suelo delante de esos hombres.

Teresa supo de inmediato que estaba perdida, pero no se fijó en los hombres que la destruirían sus ojos estaba fijos en las dos mujeres que buscaban, que se miraban a los ojos como si no hubiera nada más en el mundo para ellas, con lentitud se les acercó el pandillero más guapo, de inmediato señora medianoche se postró y le besó los pies, con un susurro le dijo que habían hecho un buen trabajo y tenían una hora.

De inmediato ambas saltaron de alegría y Lisa se metió de inmediato a la jaula y abrazó desesperada a Sarah, como si se agarrara de un leño en un naufragio, Teresa encontró esa visión extrañamente obscena y también muy tierna, con desesperación se dio cuenta que terminaría como ellas y al ver al otro pandillero volver con un hierro ardiendo solo pudo empezar a llorar.

El fin.

Mis agradecimientos a la lectora y tambien escritora de esta pagina SE, sin la cual no habria podido escribir este relato.