¡Señor conserje, señor conserje!

Un conserje, una alumna, y solo media hora de recreo de tiempo disponible...

¡SEÑOR CONSERJE, SEÑOR CONSERJE!

-¡¡Señor conserje, señor conserje-grita aporreando la puerta-!!.

-Ya voy, un momento...bien, ¿qué pasa?. Ah, espera, tú eres Saray, ¿verdad?. ¿Que haces que no estás en el recreo con los demás?. Ahora mismo acabo de hacer sonar la sirena.

-Es que tengo que ir al baño y no puedo abrir la puerta. Por favor venga conmigo, que ya no me aguantoooooooooo

-¡¡Vaya por dios!!. Venga, vamos, que no es cosa de que te lo hagas aquí en el pasillo.

Ir de la conserjería al baño de las chicas es un visto y no visto.

-Pues sí que está atrancada. Seguro que alguno de los del último curso es el culpable. Como lo pille

-¡¡Aayyy!!, ¡¡por favor abra la puerta, que ya no aguantooo!!.

-Bueno, voy a empujar y si no le daré un par de patadas. Apártate por si salta alguna astilla. Estas puertas viejas son un cúmulo de problemas

Los empujones apenas tienen éxito, por lo que dejan paso a un par de patadas que consiguen el milagro.

-¡¡Serán cerdos, si han puesto cola de pegado rápido en el punto de cierre de la puerta!!. Ahora tendré que cambiar la cerradura entera. En fin…vamos Saray, entra ya.

-¡Señor conserje, señor conserje!. Entre conmigo.

-¿¿Pero que dices niña??, ¿¿tú estás loca??.

-Es que con la puerta abierta me da vergüenza entrar. ¿Y si vuelven para ver como sigue la puerta y me encuentran solita en el baño?. Yo no quiero que abusen de mí.

-Pero es el baño de chicas, yo no puedo entrar, soy un hombre.

-Por favor entre conmigo. Todos están en el patio y si tienen que ir al lavabo irán al que está cerca del parvulario(que pena que me quedase demasiado lejos para poder llegar). Nadie entrará. Por favor

La angustia de la niña y sus continuos vaivenes convencen al dudoso conserje, quien apoya la mano en la espalda de la jovencita para que entre.

-Gracias señor conserje, es usted un sol.

-No hay de que-se ruboriza-, pero procura ser rápida, que no nos vean.

La niña entra en uno de los baños y cierra la puerta mientras él espera fuera como un nervioso perro guardián, mirando y escuchando por si alguien se acerca.

-¿Ya está?.

-Aún no, señor conserje. Solo un momento

Varios minutos después se abre la puerta del baño. Cuando el conserje va a abrir, se lleva la sorpresa de su vida al verla de pie pero desnuda de cintura para abajo.

-¡¡Pero niña, tápate, que te lo veo todo!!.

Saray, pillada por sorpresa, se queda petrificada, dejando al descubierto sus partes más íntimas. El conserje, aunque intenta evitarlo, no puede hacer más que clavar su vista entre las piernas de la muchacha.

-¡Señor conserje, señor conserje!. ¿Se encuentra bien?. Se está poniendo colorado por momentos.

-¿Pero que ha pasado?.

-Solo descorrí el cerrojo después de limpiarme y antes de volver a vestirme del todo, ¿es que está mal?.

-Claro que sí nenita, primero hay que vestirse del todo, si no podrían escandalizarse si te ven con tus partes al descubierto.

-Pero este es el baño de chicas-lo corrige- y aquí ninguna se escandaliza por eso.

La incipiente y pequeña mata de pelo llama la atención del conserje como el canto de la sirena al marinero, y éste es incapaz de mirar a otra parte.

-¡¡Señor conserje, señor conserje!!. ¿¿Pero que cosa es esa??, ¡¡que le van a reventar los pantalones!!.

La tremenda erección del bedel hace que ella se quede mirando a sus pantalones y a la erección que se insinúa dentro de ellos. El intercambio de miradas provoca otro cuando se quedan mirándose a los ojos.

-Eres muy bella Saray, un ángel.

-Ay señor conserje, que cosas me dice. No se burle.

-No me burlo, eres bellísima con esos ojos almendrados y tu pelo cobrizo. Eres…eres

Incapaz de reprimirse se acerca a ella, acariciando su cara y pasando la yema del dedo índice por sus carnosos labios. La niña gime con cada caricia de recibe de aquel extraño.

-Mmmmm ay que rico señor conserje, que atento es conmigo…en casa no me tratan tan bien…ni en clase

-Ay que mal, pero si eres una belleza de niña.

-¡¡Eh, que ya tengo 13 años recién cumplidos-lo contradice algo enfadada-!!.

-Entonces eres una mujercita preciosa-se corrige-. Serás una mujer fuera de serie, una auténtica hermosura.

Las manos de la niña acarician la cara de él, mientras él mete el dedo pulgar en la boca de ella. Cerrando los ojos la niña deja que su instinto decida por ella y sin querer baja sus manos hasta palpar la escondida erección de su nuevo amigo.

-¡¡Arrea, pero sí está durísimo!!. ¿¿Qué hay aquí escondido señor conserje??.

-Es una tranca, que sirve para amar a niñas tan guapas como tú y hacerlas mujer. ¿Te gustaría ver como es una tranca?.

-Síiiiiiii, me pica la curiosidad, quiero verla. Nunca he visto ninguna.

Tras quitarse el cinturón, pantalones y ropa interior caen al suelo mostrando una verga en toda su plenitud. Saray se lleva la mano a la boca fruto de la sorpresa.

-¡Ahí va, que grande!. ¿Y no le duele?.

-No mi alma, no duele, pero sí me arde. Si quieres puedes tocarla para ver lo caliente que está. Tranquila, no pasa nada mi bello ángel.

Los piropos doman a la muchacha, que baja sus manos hasta rozar levemente la primera verga que ve en su vida. El conserje gime y ella las retira rápidamente.

-¿¿¡¡Le he hecho daño señor conserje-pregunta asustada-!!??.

-Claro que no, es que me hiciste sentir placer con esa caricia y por eso gemí. No te preocupes, toca cuanto quieras linda.

Mirándolo fijamente a los ojos y luego abajo, ella vuelve a tocarla, recorriéndolo de lado a lado y de arriba abajo. Sus ojos brillan como si hubieran descubierto el Santo Grial al ver el efecto que causa en él.

-¿Le gusta lo que le hago?, ¿lo hago bien?.

-Siiiiiiiiii pequeñaaaaaaaaaaa…uuuuuuuuuufff que bella eres, que bien lo haces, así, cógela más fuerte con tus manitas, y empuja de arriba abajo, quita esa piel y deja que asome la cabecita de la tranca…mmmmmmmm eso es, asíiiiiiiii…aaaay nenita linda, ay nenita preciosaaaaaa…no pares…no pareeeeeeeeeeeeeees

Las caricias de la muchacha se hacen más intensas conforme crece en ella el deseo de complacer al amable hombre que la acompañó. Llevado por el momento, el conserje lleva su mano a la entrepierna de ella y la roza con la yema, haciendo que Saray entrecierre los ojos ladeando la cabeza hacia atrás, con sus labios entreabiertos y gimiendo levemente.

-Mmmmmmmmmm que cosita que más ricaaaaaaaa…aaaaaaayy ¿pero que es estoooooooo??...¡¡señor conserje, señor conserjeeeeeeeeee!!...

-Dime amor, ¿qué te pasa?, ¿es que te gusta lo que te hago?, ¿lo hago bien?.

-Síiiiiiii lo hace muy bieeeeeeeeeeeenn…por favor no se detenga, ámeme más, ámeme máaaaaaaaaaaaaaaasss…por favooooooooooooooooooor

-Mmmmm adoro a las muchachitas como tú, me vuelven loco y os quiero muchísimo a todas, por eso trabajo aquí, porqué puedo estar rodeado de bellezas como tú….te quiero mucho Saray…te amo

-Aaaaaahhh…yo también le quiero…síiiiii le quierooooooo...¡¡señor conserje, señor conserje!!...¿¿cómo sabía mi nombre si nunca habíamos hablado??.

-Porqué llevaba mucho tiempo fijándome en ti y pasaba a tu lado esperando que alguien te llamara. Tienes un nombre precioso. Toda tú eres bellísima. ¿Quieres ser mujer?, ¿te gustaría que yo te hiciera mujer?.

-Aaaaaaayy no séeeeeeeee…no estoy seguraaaaaaaaaaaa

-¿¿Te gustaría ser mujer-repite, ésta vez haciéndola humedecerse a base de suaves e interminables caricias-??. Responde linda, ¿quieres serlo?.

-Aaaahh aaaaaahh…yoooooo…no sé…aaaaaaaayyyyy…mmmmm que gustitoooooo…síiiiiiiiiiiiiiiiii-contesta presa de una irrefrenable lujuria-…síiiii hágame mujer señor conserjeeeeeeeeeeeeeeee

Los dos se atrincheran en el baño más arrinconado del lavabo, cerrando la puerta con el pestillo. Sin dilación alguna él se arrodilla para lamer la vulva de tan bella muchacha, haciéndola jadear sin control alguno.

-Que conchita más deliciosa, está toda mojadita. A los hombres nos encanta chupar una vulvita de mujer, nos gusta dar placer a la pareja. ¿¿Te gusta??:

-Aaaaaaaahh aaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaaahhh…aay ayy aayyy aayaay ayaay…oooooooohh señor conserje, ¿qué me haceeeeeeeeeeee?...

-¿Quieres parar?, puedo hacerlo si lo deseas, no me gustaría hacerte nada que tú no quisieras hacer

-¡¡Noooooooooooooo!!, no se pare, por favor. ¡¡No se pareeeeeeeee!!...¡¡oooooohh señor conserjeeeeeeee!!...déme más, lámame a fondo, a fondoooooooooooo

Las lametadas se hacen más profundas e intensas. La niña se retuerce cual serpiente con su primera cunnilingus, que el conserje procura darle en toda su intensidad, lamiendo y mordisqueando los labios mayores y el clítoris para luego volver a penetrarla con la lengua. Al notarla empapada se bebe todos los jugos de la nena, incorporándose después.

-Ahora tienes que hacerme lo mismo porqué si no te dolerá muchísimo cuando te haga mujer. Si lo haces bien el dolor será menor y muy breve. Es como chupar una golosina…pero nada de morderla-concluye-.

-¿Y sabe bien?.

-Nunca en tu vida habrás probado nada tan rico-asegura él sonriendo-.

Sentándose en el retrete ella acoge con sus manos la vara de amor del conserje, pasando a lamer la puntita con mucho cuidado, como si temiera lastimarla. Luego de probar su sabor y paladearlo unos momentos como si estudiase si le gusta o no, coge por sorpresa a su querido conserje al metérsela toda en la boca y empezar a mamarla con fervor juvenil. El conserje queda atónito al ver la forma de mamar de la nena, gimiendo sin parar e intentando contener los terribles espasmos que ella le provoca al lamer la puntita y besarla.

-Aaaaaaaaahh aaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaaaahh…ooooooooh dios míoooooo, oh dios de mi vidaaaaaaaaaaaaaa…pero que cosaaaaaaaaa…aaaaaaay que rico…eres increíble Saray, me sorprendes a cada momento…uuuuuuuuufff así, asíiiiii…eso es, ahora la puntita, la puntitaaaaaaaaa…oooooooooooooohh que bien lo haceeeeeeeess…te quiero mi niña…te quieroooooooooooooo

-Mm mmmm mmmmm mmmmm mmmmm…señor conserje señor conserje, ¿así está bien?...¿la chupo un poco más?...

-Sí mi amor, solo un poco más, y acaríciame en las bolas, que me gusta…por favor ángel…hazlo por mí

La nena retoma la felación a la vez que desliza las manos y masajea las pelotas de su hombre, haciéndolo con lentitud y sin prisa. En su inocencia, la nena le da al conserje la mejor mamada de su vida.

-Aaaaaaaaaaaaaaahh…ayyyyyyyy basta cariño…ahora te toca hacerte mujer…abrázate a mí y aguanta…al estar mojaditos se deslizará y dolerá poco, pero debes ser fuerte y aguantar ¿vale?...te prometo que te volverá loca hacerte mujer

-¿Y que a va hacer con su tranca?.

-Penetrarte mi amor…penetrarte.

Tras besarla con un profundo y apasionado beso de tornillo el bedel acorrala a la niña entre la pared y él, intentando penetrarla. Ella se queja y chilla levemente aguantando la embestida, abrazándose a él más fuerte. Él insiste y aprieta hasta que consigue colarse y robarle a la niña su virgo. Ella, sorprendida, desgarrada, penetrada, intenta quitárselo fruto del dolor, pero él la retiene y la besa hasta apaciguar sus intentos.

-Ya te dije que dolería-dice enjuagándole las lágrimas a la pequeña y calmándola-. Ahora solo relájate y déjate llevar.

Ella asintió con sus ojillos vidriosos, mirándola con dolor y devoción a la vez. El conserje empieza a embatir a la nena lenta y amorosamente, desvirgándola y poseyéndola en todo su ser. La nena comienza a jadear y retorcerse presa del amor que comienza a recibir en forma de potentes estocadas que la llenan como nunca se sintió plena en su vida.

-Aahh aaaaaaaaah haaaaaaaaahh aaaaaaahh…señor conserje señor conserjeeeeeeeeeeee…tómeme, poséame, ámeme, atornílleme máaaaaaas…aaaaaaahh aaaaaaaahh…aaaaaaaahh aaaaaaaaaaaaaahhh

El conserje la mira embobado a sus mejillas ruborizadas y a sus ojos cerrados. Luego la manda abrirlos para besarse, enseñándola a mirarlo mientras sus lenguas chocan y se exploran. La nena siente todo su cuerpo ardiendo, a punto de estallar en llamas.

-Aaaaahh nenitaaaaaaaaaaa…vamos nenita, vamoooos…muévete conmigo, menea las caderas…venga, aprende a montarme a horcajadas

Sentándose en el retrete él la sujeta de las nalgas mientras ella empieza a moverse de arriba abajo, empalándose, penetrándose ella solita. Su corazón parece punto a reventarle del pecho, late a mil por hora…las yemas de sus dedos parecen hincharse manifestando el deseo de tocarle, de sentirle, pidiéndolo a gritos…ambos se besan con pasión desatada a la vez que ella se arquea para que él pruebe la miel de sus pezones, los cuales están hinchados de la excitación.

-Mmmm mmmmmm mmmmmmmmm…que tetas más ricas tienes, que primor…y que pezones, son una delicia…eres una belleza sin igual Saray, te quieroooooooooooo…oooooooooohh Sarayyyyyyyyyyyyyy

-Aaaaaaah señor conserjeeeeeeeeeee…siento que estallo, que me desmayoooooooooooo…algo crece dentro de mí…siento que creceeeeeeeeee…señor conserjeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

-Aaaaaaaah aaahh…Saraaayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy

Tras volver a levantarse, ponerse contra la pared y empujar un par de veces más, ambos estallan al unísono y caen jadeantes de nuevo al retrete, quedando un rato juntos sin moverse recuperando el aliento. Tanto ella como él no paran de mirarse mientras se besan y acarician tiernamente, alargando el momento todo lo posible.

-Ahora ya eres mujer mi amor. Toda una mujer.

-Aaaaaahhh…le amo señor conserje, le quiero muchooooooo

-Y yo a ti mi cielo. Eres la niña más bella que existe.

Ruborizada, ella lo abraza y lo besa en la mejilla antes de separarse y comprobar que tiene un pequeño chorrito de sangre le cae por los muslos de las piernas. Tras quitarlo con papel higiénico ella coge sus braguitas y se las pone en la mano de su amante.

-Es para usted señor conserje, guárdelas de recuerdo.

-Gracias mi amor. ¿Volveremos aquí mañana?.

-Claro que sí-contestó con total alegría-. Volveremos a vernos mañana, y pasado mañana, y al día siguiente

-Jejeje…eres un primor…dame un último beso antes de volver

Muy obediente, ella le brinda el último beso de su primer encuentro, el más largo y visceral de todos. Luego de vestirse, él la acaricia por sus redondas nalgas.

-Nos queda mucho por hacer mi linda Saray. Hasta mañana

-Hasta mañana…mi amor

Saliendo cada uno por separado, él vuelve rápidamente a la conserjería para hacer sonar la sirena, haciéndolo con varios minutos de retraso. Al pasar las profesoras para volver a dar clase, una de ellas se le acerca.

-¿¿Se puede saber que le ha pasado??. Siempre ha sido muy puntual.

-Lo siento, es que alguien se ha cargado la puerta del baño de las chicas del piso de arriba. He intentado arreglarla y me voló el tiempo.

-¡Ah!, de acuerdo, perdone. ¿Tardará mucho en arreglarla?.

-Un par de días si encuentro las piezas adecuadas.

-Pues no tarde. Hasta luego

Al marcharse ella, él se sonríe maliciosamente pensando "sabía que el truco de la cerradura funcionaría, sabía que alguna chica caería en ella, pero no me imaginaba que tendría tanta suerte de que Saray fuera la que cayera en mi trampa", y mientras los alumnos entran a las aulas pasando por delante, Saray se cruza con él, mirándose de forma fugaz, y mientras ella le dedica su sonrisa más tierna y amorosa, él pasa la mano por encima de su bolsillo derecho, recordando el tesoro que allí guarda, el que se llevó consigo…y el que tendrá cada día a su disposición de ahora en adelante