Senderismo con mi maduro
El tenía planeada una venganza, sin embargo no salió como el quería, creo que no le gustó compartirme con nadie, su sexo rudo era algo que ya extrañaba
Ya tenía más de 2 semanas que no veía a mi maduro, a la tercer semana el regreso a correr en su horario habitual, decidí no hacerle caso, después de todo si el ya no quería saber nada, porque yo lo tenía que buscar, así que simplemente seguí con mi rutina, me reunía con compañeros y compañeras, de vez en cuando me invitaban a hacer senderismo, no me animaba pues no es lo mismo ir a correr que realizar senderismo pero accedí. En total nos juntamos 6 personas para subir un cerro que había cerca que además en su recorrido encontrabas cascadas, al final fuimos dos amigos habituales jóvenes David, Rebeca, me sorprendió ver a dos hombres grandes, Leonardo y Samuel que eran dos hombres ya adultos cerca de la edad de mi maduro y ahí estaba él, también Ricardo y yo.
Decidimos ir después de dos semanas un sábado, para aumentar las vueltas corriendo y caminando para generar más resistencia, el fin de semana llegó, era un día muy caluroso, yo me fui en shorts y un Bra deportivo top con una blusa de tirantes, mi gorra y mi botella de agua, caminamos a la entrada, pasamos el filtro de protección y comenzamos el sendero, al principio no era nada pesado, pero conforme llegábamos al río y subir hacia la primer cascada se ponía más intenso, Leonardo y Samuel eran dos grandes conocedores de ese sendero, conocían los caminos, indicaban dónde pisar, dónde había que colocar cuerdas y dónde apoyarse, al llegar a la primer cascada David y Rebeca se rindieron decidieron quedarse ahí, pero yo quería llegar más lejos, me sentía con mucha energía, Leonardo y Samuel fueron muy amables en acompañarme todo el tiempo, me sorprendió ver a mi Ricardo estar en forma y no batallar, cuando pasamos dos cascadas más y al llegar al inicio del ojo de agua me sentía cansada, Leonardo y Samuel decían que un par de kilómetrosas arriba había la figura de una persona en piedra, me contaron su leyenda, al parecer era un gran soldado que amaba a una chica, pero el padre de esta le dijo que en cierto lugar del cerro había oro, que si lo buscaba le daba la mano de la chica, pero el camino era muy peligroso, solo eran dos kilómetros, pero no cualquiera podía subirlos, ahí es cuando Leonardo y Samuel comentaron que no seguirían, yo que me sentía con ánimos quise seguir, mucha gente de ahí se regresaba y en realidad era muy poca la gente que seguía el sendero, incluso no ví a nadie ir a ese lugar, me dió gusto saber que mi maduro dijo que me acompañaría, era bueno pues al fin podríamos charlar.
Continuamos el sendero, era muy inaccesible el camino, de vez en cuando Ricardo aprovechaba para tocarme, al seguir cerca de 800 metros me sentía súper cansada, me detuve a tomar agua, no se veía una sola alma, el lugar era el único más o menos parejo.
-Creo que no subiré más, no soy capaz de seguir, no se cómo lo haces - dije recargandome en una piedra grande cerca del árbol, Ricardo no dijo nada se quedó ahí tomando agua, tomándose un respiro. De pronto se levantó, saco sus cuerdas, pensé que seguiría el camino, pero lo que hizo fue tomar mis manos y atarlas, estaba sin aliento y ese hombre parecía que no le había afectado la subida, me hizo levantarme y subió mis manos arriba de mi cabeza y me amarro del árbol, no negare que ya deseaba que me tocará, desde un buen tiempo quería que me quitará la ropa y me lo hiciera como solo el sabe, ese sexo rudo que me vuelve loca, me sentía muy cansada siquiera para hablar, no dije absolutamente nada simplemente deje que el hiciera conmigo lo que quisiera.
Comenzo tocándome toda, me besaba el cuello, yo solo me sentía sedienta y cansada de las muñecas y las piernas, me besó el cuello, metió mató por debajo de mi shorts.
- ¿No traes ropa interior? Cómo siempre de puta.
No dije nada, solo me deje que el hiciera conmigo lo que quisiera, me quito el shorts, me subió blusa y top, ahí semi desnuda a merced de ese hombre, me cargó se ensalibo y sin compasión me la metió, yo no entendía como es que tenía tanta vitalidad, atada de manos, solo pude abrazarlo con mis piernas y me deje llevar, deje que disfrutará de mi, de pronto escuchamos ruidos, alguien venía bajando. Yoe asusté, pero era obvio que el tenía otros planes.
- Gime puta, así como tenías cuando le hacías ver a mi hijo que yo te cogía.
No supe si hacerlo o no, cuando de pronto me solto una cachetada
- Gime puta
No me quedo mas remedio, me sentía cansada y sinceramente ya no me importaba, comencé a gemir, decidí disfrutar, sin importarme nada más.
El me tomaba por las nalgas, me la metía sin compasión, su pene grueso me encantaba mis pechos subían y bajaban, yo seguía gimiendo, los pasos se escuchaban más cerca y el morbo de que me vieran así, a merced de un hombre era demasiado, comencé a exitarme más, quien sería, otra pareja, jóvenes, adultos, no importaba, solo quería que ya estuvieran aquí y me vieran, era algo nuevo, jamás había hecho algo así, de.solo pensarlo me exitaba más, el noto mi humedad.
Porque mi maduro comenzó a hacerloas rápido, los pasos se escuchaban ya muy cerca y yo seguía gimiendo haciendo aún más escándalo, de pronto aparecieron dos jóvenes, entre algunos 18 o 20 años, al vernos abrieron sus ojos.
- Gime puta, deja que te escuchen como gozas
El siguió su ritmo, los chicos se acercaron
- Han estado con alguna chica?
Elas grande asintió, el más pequeño no dijo nada.
- Vamos, toquenla, es una puta, no dirá nada
Yo no supe que hacer, estaba atada nunca había estado con dos hombres a la vez y menos con tres, seguramente está venganza ya la había planeado Ricardo o solo fue un acto del momento, no lo sabía ni quería saberlo, estaba exitada, de pronto el más joven tocó uno de mis pechos, inmediatamente Ricardo se separó de mi, dejándome con deseos de más, ambos chicos ya me tocaban el cuerpo, de pronto mi maduro me soltó del árbol.
- Toquen todo lo que quieran, besenla, saboreen su cuerpo.
El más grande comenzó a chupar uno de mis pechos, el más joven me besó, se notaba inexperto, luego me besó el cuello, de pronto sentí unas manos temblorosas en mi vagina, ya solo estaba ese chico disfrutando de mi, me tocaba, me besaba, de pronto escuché un golpe, Ricardo le había dado un golpe al otro chico, el jovencito no supo que hacer.
- ¡Váyanse! - dijo mi maduro mientras los chicos se retiraban, el se acercó a mí me giro me subió una pierna a una roca y me volvió a penetrar mientras me tocaba un pecho y me mordía el cuello, su embestida fue muy fuerte, sentía demasiada fricción, pero me gustaba, de pronto la saco, me giro y me sento en la roca, se inco y volvió a penetrarme, no niego que fue tosco y aunque lo disfrutaba me dolía, de pronto saco su pene y lo metió en mi boca, no tuve tiempo de nada, me inundó con su leche.
Cuando terminó, me desato, me pidió que me vistiera, me dijo que descansará un poco, que en unos 15 minutos bajaríamos.
Cuando bajamos y nos topamos con Leonardo y Samuel nos preguntaron si vimos a una pareja cogiendo, yo les dije que si pero que ahí mismo nos regresamos. Una vez en el inicio nos separamos, no supimos más de Rebeca y David, mi maduro camino conmigo hasta tomar un taxi, una vez que llegó me pidió que fuera a su casa el próximo sábado a las 10am, que me comprara lencería nueva, quizá la historia con mi maduro no tenía porque acabar, sin embargo aún estaba su hijo. Quien seguía buscándome