Sencillamente una historia

Algo hermoso que me ocurrió.

Sencillamente una Historia.

Esta es una historia como muchas otras, que sucedió hace tiempo… Hará cosa de un año mientras estudiaba unos de estos ciclos formativos tan famosos que hay hoy día.

Este ciclo, estaba relacionado con la educación física, por lo que se pueden imaginar las bonitas figuras que tenían las chicas. En clase eran sobre 14 chicas y 15 chicos, entre los que por supuesto me incluía yo y aunque había chicas muy guapas y atractivas sólo una de ellas me llamó la atención, se llamaba Layla….

Era una chica de 20 años a priori muy normal, tanto de cara, como de cuerpo, aunque eso si, mas bien bajita ya que sólo medía 1.55 y pesaba 50 Kg. que estaban magníficamente repartidos por todo su cuerpo, aunque no precisamente en el busto, que era mas bien escaso aunque con unas formas redondeadas y perfectas que lo hacían muy apetitoso… Aparte, su piel era morenita y su pelo lacio y castaño, le llegaba hasta la mitad de la espalda. Más abajo empezaba unas nalgas muy bien proporcionadas, suaves y tersas, como tiene que ser en una chica tan joven. Pero una de las cosas que más me gustó de ella eran sus ojos; eran en color miel claro, casi trasparente, tenía una mirada felina que dejaría tieso a cualquiera con sólo mirarlo

Al principio no me fijé en ella, pero poco a poco nos fuimos acercando amistosamente debido al trato que hacía el día a día, en clase y en prácticas ya que, como he dicho, todo era relacionado con el deporte… Muchas de las veces también hacíamos acampadas y caminatas por las montañas y la campiña para aprender las técnicas y los trucos para poner en práctica una vez que fuéramos monitores deportivos de los chavos, además de adquirir una magnifica condición física. Bien, como decía, el día a día con ella me fui acercando a tal punto que terminé enamorándome locamente de ella, aunque había un pequeño defecto… tenía novio!!

Podría relatar muchas historias que me han pasado con ella y ya las iré contando poco a poco, pero hoy sólo les voy a adelantar el primer encuentro que tuvimos… fue en un probador y fue totalmente inesperado por mi parte.

Esta historia empieza un día como otro cualquiera en el que nos encontramos en clase. En un descanso entre clase y clase comenzamos a hablar de las prácticas de socorrista que teníamos que hacer en un curso de auxilio acuático de la Cruz Roja al que nos apuntamos, ella era ya voluntaria y yo me apunté sólo para ese curso. En esto, me dijo que tenía que comprarse un bañador para hacerlas ya que los que tenía eran viejos o no servían y me preguntó si querría acompañarla después de clase a comprarse unos. Por supuesto le dije que si.

Por tanto, al finalizar las clases, nos dirigimos a la tienda departamental donde siempre se compraba este tipo de ropa. Entramos y comenzó a mirar algunos modelos dos piezas que le gustaban y otros más normales. Escogió en total 3 bañadores y entró al probador. Mientras, yo me fui a mirar algunos para mí, ya que también los tenía muy desgastados y no iba a ser menos que ella y entonces sentí que Layla me llamaba

  • Juan, puedes venir?.

  • Dime.

  • Es que me he puesto este bañador aunque no estoy muy segura de cómo me queda, que te parece a ti? me preguntó mientras corría la cortina del probador….

La verdad es que yo tuve que poner una cara como de asombrado o de imbécil, porque enseguida puso una sonrisa en sus labios que me dejó más loco aún. El bañador era de una sola pieza, de color lila con rayas verticales azules, con un escote redondo que dejaba entrever más de lo deseado y por los laterales tenía unos aros que dejaban a la vista parte de su cuerpo y un escote lateral muy atractivo. Layla empezó a moverse de un lado para otro, darse la vuelta para que yo opinara sobre su cola y a agacharse para comprobar que era cómodo.

  • Mmmmm, no sé, es bonito, le dije, mientras los ojos se me salían de las órbitas y mi varga bajo mis bermudas decía que era perfecto, porque empezó a ponerse dura al instante.

  • Bonito? pero dime algo más!!

  • Pues, me gusta, lo que pasa es que con los aros puedes hacerme daño en las prácticas, ya que íbamos a ser compañeros en el curso de socorrismo.

  • Tienes razón, me voy a poner los otros.

Cerró la cortina y yo por fin pude respirar… si hubiera durado algo más ese suplicio me hubiera vuelto loco por completo.

Seguí recorriendo la tienda, intentando olvidar lo que había visto para concentrarme en la compra que tenía que hacer. En esto, oigo su voz otra vez llamándome...

  • Y éste que te parece?, mientras abría de nuevo la cortina.

Era un bañador dos piezas de color negro. La parte de arriba era como un short de esos que dejan el ombligo a la vista, con tirantes y ajustado que tapan lo justo las tetas para que no se le vieran todas. La parte de abajo era aún si cabe más ajustado, como los bóxer de hombre, pero más sexy ya que por detrás se adivina la parte de abajo de las nalgas.

  • Bueno, dime algo, mientras se movía y se inclinaba hacia delante, permitiéndome ver mejor su precioso y apretado culo.

  • Que talla es?, le pregunté.

  • La S, es que no hay M.

  • Es que te queda muy justo, muy apretado y puede que te sientas incómoda al nadar.

Y si que le quedaba pequeño, porque se le marcaban perfectamente los pezones erectos, me imagino que le excitaría también ser observada, su culo casi se apreciaba en toda su magnitud… daban ganas de empezar a mordisquearlo y no parar nunca

  • Está bien, tienes razón otra vez, me puedes hacer un favor?

  • Dime, cada vez estaba más nervioso ante la situación que estaba viviendo en ese momento

  • Me puedes buscar uno de este modelo en azul en talla M y otro cualquiera que te guste a ti, mientras me pruebo el último, porque pareces que entiendes de bañadores femeninos… me dijo, mientras sonreía de nuevo con esa linda cara que Dios le ha dado...

  • Claro, no te preocupes.

Fui rápidamente a buscar el modelo en azul, ya que sabía donde estaba porque pasamos por esa zona, antes de elegir. Aparte de esos, también cogí un par de ellos para mí, para ir haciendo algo mientras ella se cambiaba, aunque lo que más deseaba era poder seguir viéndola y opinar mientras se movía ante mí.

Cuando llegué enfrente del probador, ya se había puesto el tercero y de nuevo me preguntó:

  • Y éste, te gusta?

Era un modelo de pieza única de color rojo y algún adorno por medio, de lo más normal, salvo por una faldita corta que tenía y que le tapaba justo el culo y la parte delantera de la entrepierna.

  • Este es horrible, que feo es!!! pareces una bailarina de ballet", le dije, poniendo una cara como de asco

  • No te gusta? y ahora? mientras pronunciaba esa frase se daba la vuelta y se levantaba la faldita que llevaba

Me quedé atónito mientras ella se reía ante la cara de asombro que puse. Ella no lo hizo con la intención de calentarme, eso creo, ya que teníamos mucha confianza entre nosotros, sino más bien como una broma picante. Lo malo es que yo me estaba calentando ya a más no poder y creo que ella lo notaba, porque el bulto en mis bermudas no dejaba lugar a dudas.

  • Déjate de tonterías y pruébate estos, mientras yo llevo éstos a su sitio y me pongo en el probador de al lado, sale?.

Le di los dos bañadores a ella y llevé rápidamente los otros donde los habíamos cogido. Entré en el probador de al lado y me probé uno de los bañadores que había escogido para mí. Era un Speedo de color azul con dos rayas en un lateral.

Entonces oí de nuevo mi nombre. Me estaba llamando para que opinara sobre el otro bañador.

  • Ahora no puedo Layla, me estoy probando yo uno.

  • Anda Juan, porfa, que si no opinas no estoy segura de si me gusta.

Con la voz de niña buena con la que lo dijo, quién se iba a resistir?. Me puse las bermudas encima del bañador Speedo y salí a mirarla

  • Este es el dos piezas azul, decía mientras abría la cortina para que la viera.

Estaba realmente estupenda. Ahora si que era su talla ideal y la verdad es que el bañador le sentaba de maravilla. No le marcaba los pezones pero si dejaba intuir la forma de sus pechos mientras que su culo se ocultaba sensualmente hasta los bordes de la parte inferior del bañador

De pronto, Layla puso una cara de espanto y cogiéndome del brazo, me arrastró hacia dentro del probador, diciéndome:

  • Entra, rápido!!!

  • Pero que pasa? que mosca te ha picado ahora?"

  • Shhhhh, callate!! mientras me ponía un dedo en la boca para que no dijera nada.

  • Acabo de ver en la tienda a una vecina de mi novio que me conoce y como me vea con otro chico, seguramente se lo cuenta, me contaba eso mientras abría un poco la cortina para vigilar a la mujer. Esto no sería nada del otro mundo, si no fuera porque para abrir la cortina y tener su dedo en mis labios, se tuvo que pegar a mi lo más que pudo, con lo que al acercárseme, noté como sus pezones chocaron contra mi pecho y como su pierna se ponía entre las mías, con lo cual, también tuvo que notar la enorme erección que aún me duraba después del magnífico espectáculo que había observado en los probadores.

  • Layla, me tengo que probar los bañadores, se nos va a hacer tarde para ir al curso, le dije como pude, ya que su dedo seguía en mis labios.

  • Pues te los vas a tener que probar aquí conmigo porque no te voy a dejar salir por si nos ve esa mujer.

  • Pero Layla, como me los voy a probar aquí contigo?"

  • Que pasa?, tienes vergüenza?, te recuerdo que ya nos hemos visto desnudos, así que no creo que sea para tanto.

Decía eso porque como ya he comentado antes, hacíamos muchas acampadas y algunas de ellas eran a playas o a presas donde nos bañábamos desnudos todos los compañeros de clase. En ese sentido éramos bastante liberales.

  • Si, tienes razón, pero no sé, me da un poco de pena, aquí tan cerca de ti… le contesté.

  • Anda, cámbiate y no seas tonto", mientras se apartaba para atrás después de estar ese rato observando si la mujer se marchaba.

  • Bueno, está bien. Pero ya me he probado uno. Y entonces me bajé las bermudas, pero sin darme cuenta que todavía tenía la verga tan dura como antes.

Ella se quedó mirando el bañador y sonriendo dijo - Y esto que es? haciendo un gesto y subiéndome la camiseta para observar mejor el bulto que había en el bañador.

Yo me puse rojo como un tomate y no supe que responder, pero ella fue más allá y dijo - Te quedaa bien, aunque algo estrecho para esa verga parada, pruébate los otros.

Me quedé asombrado por la soltura con la que hablaba de mi palo parado. Y sin saber muy bien que hacer me fui bajando el bañador para ponerme el otro.

Cuando mi verga quedó al descubierto, el comentario que salió de su boca sonriente fue: - Pues no estás nada mal, cuánto mide?

Ahora si que me quedé con la boca abierta y la verdad es que no supe que decirle porque nunca me la había medido y así se lo expliqué.

  • Que no sabes cuánto te mide la verga? pues ahora mismo lo vamos a comprobar y sacó una regla de su mochila, porque otra asignatura que teníamos era relativa a la altura y longitud de los saltos, por lo que debíamos hacer dibujos a escala.

Layla se arrodilló y cogiéndome el palo con una mano y la regla en la otra, procedió a la medición.

  • Pues… son… 19 cm.!!, está bastante bien aunque parecía mayor, me dijo

Yo ya no sabía ni que hacer, ni que decir ni nada. Sólo se que la chica que me gustaba me estaba agarrando la verga con la mano y encima estaba vestida con un bañador sexy y arrodillada ante mi!!! era como un sueño del que no quería despertar!!!

  • Bueno, continuó, ahora vamos a ponerte el otro bañador. Dámelo ahora que estoy agachada.

Sin decir nada, se lo di y ella empezó a ponérmelo. Primero por una pierna y luego por la otra y comenzó a subirlo hasta el final. Al llegar a la altura del palo me la volvió a agarrar y siguió subiendo el bañador y después trató de acomodarme la verga por dentro.

  • Ya está, este te queda mejor, aunque con esa erección parece que también te queda muy justito, tu que crees?"

  • La verdad es que sí, pero no hay tallas mas grandes y aparte en el agua no voy a tener la verga así, le contesté.

  • Si, pero hay que estar seguros de lo que se compra. Cómo podemos hacer para que esto se te baje? mientras me miraba a los ojos con esa mirada felina que al principio definí.

  • Pues no lo sé, esperar y punto.

Layla se me quedó mirando contrariada, creo yo, ya que no le sugerí nada "especial". Entonces se levantó, se puso junto a mí y mirando hacia el espejo del probador dijo:

  • Entonces tu que crees, somos buena pareja de socorristas? llevamos ambos el bañador de color azul, mientras me agarraba de la cintura y se acercaba más a mí. - Y no me has comentado nada de este bañador, me queda bien?

Me quedé más tranquilo al ver que se pasaba el "apuro" de los comentarios de antes y observé su figura reflejada en el espejo.

  • Te sienta de maravilla, este si que te queda muy bien y la verdad es que si le quedaba estupendamente, porque por más que intentara que mi verga se tranquilizase, no lo conseguía.

Mientras decía esto, Layla se movía de atrás hacia adelante y de un lado a otro para verse mejor y cuando terminó de moverse se puso de espaldas a mi y apretó las nalgas contra mi varga, al tiempo que exclamaba

  • Coño Juan, aún la tienes así, tan atractiva te parezco?.

Yo no dije nada, sólo me limité a cerrar los ojos y disfrutar de ese momento, de sentir en toda mi verga la dureza de ese precioso culo que tan loco me estaba volviendo

  • No dices nada? Y si te hago esto?.

Y nada más terminar de decirlo, empezó a mover las nalgas a un ritmo lento, de arriba abajo, sintiendo toda mi verga como recorría sus nalgas y con sus manos se agarraba a mis muslos para hacer más presión todavía. Yo no sabía muy bien que hacer, si apartarla, ya que tenía novio o comenzar a seguirle el juego… menos mal que opté por esta segunda opción.

Entonces empecé a usar mis manos, empecé agarrándola de la cintura para acercarla más aun a mi durísima verga y seguir disfrutando de ese movimiento, pero luego pasaron a sus pechos. Primero los acaricié por encima del bañador pero luego se lo subí y seguí manoseándoselos, pellizcándoles los pezones hasta oír un leve quejido de dolor… Para entonces, Layla me había bajado un poco el bañador, ya que se había agachado y con las manos por detrás, había logrado quitármelo lo justo para dejar nuevamente mi palo al aire. Entonces ella abrió las piernas, se metió la verga entre ellas y las cerró, aprisionándola y haciéndola rozar con su bañador con un suave balanceo de su cintura, como si estuviéramos cogiendo. Echó la cabeza hacia atrás y empezó a besarme de una forma que ninguna chica antes me había hecho sentir, eran unos besos muy cálidos y tiernos.

Al principio, me mordisqueaba sólo los labios, pero luego, empezamos a unir nuestras lenguas y estuvieron jugueteando un buen rato, todo sin dejar de menear mi palo entre sus piernas. Jamás pensé que se podría disfrutar tanto de esa manera, me estaba llevando al séptimo cielo. Mis manos comenzaron a bajar lentamente acariciándola todo el cuerpo e introduciendo mi mano derecha en su bañador, comencé a acariciarle el clítoris, mientras con la izquierda seguí tocándole las chichis. Cada vez que mis dedos rozaban ese bultito, ella abría más la boca y emitía un gemido que significaba que estaba disfrutando con mis caricias y yo aprovechaba para metérle más mi lengua en su boca. Desde luego yo estaba disfrutando con las suyas, porque estaba a punto de vaciarme entre sus piernas.

Pero antes de eso, quería cogérmela, ya no aguantaba más y aunque tuviera novio no me importaba. Saqué mi mano y me humedecí el dedo corazón para lubricarle el coño y prepararla para mi palo. Metí de nuevo mi mano en el bañador y así lo hice. El gemido que soltó creo que se oyó en toda la tienda, por lo que con mi otra mano, le tapé la boca y seguí metiendo y sacando mi dedo de su panochita. Aún no lo he comentado, pero lo tiene muy bonito ya que está depilado salvo por una fina tira de pelos recortaditos justo encima de su rajita, lo que lo hace muy agradable a la vista.

Estaba a punto de sacar mi mano para bajarle el bañador cuando empezó a venirse y a gemir como una perra en celo y sentí como sus fluidos corrían por mi mano. Estaba disfrutando al máximo y yo lo iba a hacer de un momento a otro. Pero de pronto se dio la vuelta, se arrodilló delante de mi dejando mi palo a la altura de su boca y me dijo

  • Ahora voy a hacer que te vengas tú.

Nada más terminar de decirlo, empezó a chuparme los huevos mientras una mano subía y bajaba por mi palo. Fue recorriendo lentamente con su lengua desde los huevos hasta la punta de la varga y al llegar al final, empezó a metérsela en la boca suavemente, primero poco a poco y luego cada vez más hasta que terminaba por tragársela entera.

Como he dicho, me la había medido un rato antes y medía 19 cm, no es mucho, pero en ese estado parecía más, tanto que de esa manera, me estaba llevando al séptimo cielo. Mis manos comenzaron a bajar lentamente acariciándola todo el cuerpo e introduciendo mi mano derecha en su bañador, comencé a acariciarle el clítoris, mientras con la izquierda seguí tocándole las chichis. Cada vez que mis dedos rozaban ese bultito, ella abría más la boca y emitía un gemido que significaba que estaba disfrutando con mis caricias y yo aprovechaba para metérle más mi lengua en su boca. Desde luego yo estaba disfrutando con las suyas, porque estaba a punto de vaciarme entre sus piernas.

Pero antes de eso, quería cogérmela, ya no aguantaba más y aunque tuviera novio no me importaba. Saqué mi mano y me humedecí el dedo corazón para lubricarle el coño y prepararla para mi palo. Metí de nuevo mi mano en el bañador y así lo hice. El gemido que soltó creo que se oyó en toda la tienda, por lo que con mi otra mano, le tapé la boca y seguí metiendo y sacando mi dedo de su panochita. Aún no lo he comentado, pero lo tiene muy bonito ya que está depilado salvo por una fina tira de pelos recortaditos justo encima de su rajita, lo que lo hace muy agradable a la vista.

Estaba a punto de sacar mi mano para bajarle el bañador cuando empezó a venirse y a gemir como una perra en celo y sentí como sus fluidos corrían por mi mano. Estaba disfrutando al máximo y yo lo iba a hacer de un momento a otro. Pero de pronto se dio la vuelta, se arrodilló delante de mi dejando mi palo a la altura de su boca y me dijo

  • Ahora voy a hacer que te vengas tú.

Nada más terminar de decirlo, empezó a chuparme los huevos mientras una mano subía y bajaba por mi palo. Fue recorriendo lentamente con su lengua desde los huevos hasta la punta de la varga y al llegar al final, empezó a metérsela en la boca suavemente, primero poco a poco y luego cada vez más hasta que terminaba por tragársela entera.

Como he dicho, me la había medido un rato antes y medía 19 cm, no es mucho, pero en ese estado parecía más, gusto que jamás había sentido. Ahora el que gemía era yo. Le puse mis manos en su cabeza y la ayudé a que mi verga le entrara entera en su boca. Layla me miraba a los ojos, sonreía y me preguntaba si me gustaba lo que estaba haciendo. Como no me iba a gustar!!!!.

Empezó a mamar de una forma más rápida. Quería que me corriese pronto para irnos porque ya íbamos a llegar tarde al curso. Estaba a punto de soltar toda mi leche y entonces dijo,

  • Vamos, vacíate en mi boca.

  • En tu boca, estás segura?

  • Claro, quiero sentir toda tu leche en mi boca y así no se me mancha el bañador que me voy a comprar.

No hizo falta que me lo repitiera dos veces. No tardé más de diez segundos en llenarle la boca con mi venida y cada vez que aventaba algo, ella se metía todo mi palo en su boca, para que le llegara hasta el fondo y que no se le derramara nada. Cuando terminé, ella volvió a sonreír, le dio un dulce beso a la punta de mi verga y dijo

  • Así me gusta, que me hagas caso!!!. Se levantó, se quitó el bañador, se vistió con su ropa normal, y me susurró al oído

  • Este va a ser nuestro pequeño secreto, sale? mientras me guiñaba un ojo y me besaba dulcemente en los labios.

No se si es un secreto o no, lo que si sé es que a partir de ese día mi relación con Layla fue mucho más intensa y hemos tenido otros encuentros, algunos más íntimos que otros.