¡ Semental!

En un trío hay todo tipo de sexo, más si es en familia.

SEMENTAL!

A partir de la boda de nuestro hijo , Sandra, mi mujer, ha sacado la puta que lleva dentro y no hemos parado de coger.

La noche de la boda estuvo poniéndome burro hasta que la monté como a una yegua en celo. Estaba medio borracha, así que tras un buen zapa-zapa,cayó en brazos de Morfeo, yo hice la meada tras coito y también me dormí.

Me despertó una mano que me meneaba la pija, mi gatita me masturbaba buscando que se me pusiera dura. Verla tan entregada, en cueros, sólo con las medias, la boca roja, no se le había ido la pintura de labios, hizo que ¡pum! se levantara, engrosara y se endureciera como una piedra. Me miró a los ojos , tiró de la piel y dejó el cipote el aire, luego con la punta de la lengua lo recorrió con un mimo especial en la zona del anillo .

-

“ ¿ Qué quieres? Viciosa”-

-“ ¡ Qué me rompas el culo! ...garañón.”-

Era un ruego que viendo como movía la cola, imposible de rechazar. Me levanté y fui al baño por alguna crema que me ayudara a penetrarla. Había una crema de manos que podía valer, cuando volví, me la encontré a cuatro patas delante del espejo.

-

“ Ven... y metesela a tu mujer”-

Me puse detrás suyo, movía el culo en un delicioso vaiven, se lo sujeté, me puse crema en el índice, lo fui extendiendo alrededor de su esfínter, eché un choro en el agujero cerrado y le metí el dedo gordo untando bien el principio de su ano.

-“

Está frío”-

dijo ansiosa. Se relamía, esperando. Apoye el ciruelo y lo fui introduciendo poco a poco. En el espejo la veía con los ojos cerrados, mordiéndose los labios, le dolía pero le gustaba. Empecé el mete y saca despacio al principio, más rápido a medida que sus gemidos comenzaron a convertirse en gritos de placer. Echó la popa para atrás de un golpe ,hasta quedar empotrada en mi polla. No pude aguantar más y le solté todo el chorro de mi leche. La saqué y me la fui a lavar, Sandra me siguió en cuanto se repuso y para cagar. La noche había sido de buenas cogidas, y aunque no abundante, uno no tiene 20 años, el semen le actuó como una lavativa.

-“

Deja que te la chupe un poco, ahora que está limpia”-

S

entada en la taza agarró mi pija y chupó las gotas de agua de la última e íntima lavada. Era hora de ir a desayunar, nos duchamos, nos vestimos y bajamos a comer algo.

Allí nos esperaban mi hija, su marido y nuestra consuegra. Mi hija es una belleza morena como su madre, su marido un rubio flaco, alto y simpático. Mi consuegra, Jane (Juana en realidad), es una rubia de pelo largo, muy flaquita, poca cosa, baja, con bonitos ojos azules, parece mucho más joven que los cuarenta y muchos que tiene. Ellos ya habían casi acabado, los chicos salían para Europa de viaje de novios y la madre del novio se había levantado más temprano.

Nos despedimos con un montón de besos y abrazos, mi hija contenta, pensé que a las mujeres en cuanto tienen rabo legal, se les alegra el cuerpo y hasta el alma. Y a mí me tocaba aguantar a mi consuegra durante una semana, que se iba a quedar con nosotros antes de volver a su casa en el interior, donde tenía sus campos. Veía un panorama de tener que salir a teatros, cenas y demás. Me salvaba que Sandra se ocuparía de ella, y yo sólo tendría que ir y pagar el restaurante. En casa comprobé que dejas a dos mujeres juntas y no paran de hablar. Jane y Sandra no eran una excepción, me volvieron loco, charla que charla, comimos poco, no teníamos ganas después de la zampada de la boda. Y llegó la noche.

Sandra apenas entramos en el dormitorio se abalanzó sobre mí, agarrándome por la polla.      - “

Cógeme”-

me abrió la bragueta y me sacó la pija, comenzó a meneármela, la cerda lo sabe hacer y enseguida la tenía dura como una piedra.

Me hizo un stip- tease rápido pero cargado de morbo, yo mientras me desnudé y sin preámbulos caímos en la cama. No tengo 20 años y la jornada había sido agotadora a nivel de follar, así que decidí que trabajara ella. Y trabajó. Comenzó con una buena mamada para mantener la dureza y hasta mejorarla, después se montó, dándome la espalda, su culazo subía y bajaba, se miraba en el espejo, estaba salida , caliente perdida, se tocaba mientras cogía como una condenada.

Dame azotes, pega duro”-

La di un par de nalgadas, flojas.

Más fuerte, que sienta que sos mi macho y mi dueño”-

A medida que más la pegaba , más cachonda se ponía

y más y mas chillaba. Yo la agarré por las caderas cuando sentí que me corría y la largué toda la leche, teniéndola bien sujeta mientras ella tocándose llegaba a su segundo orgasmo.

Me quedé dormido como un niño.

Por la mañana mi mujer dormía cuando me fui a trabajar, el día fue normal hasta las cinco en que me sonó el celular.

-

“Cariño, estamos de compras, ¿ nos vienes a buscar o nos esperas en casa?-

Preguntas como esa no tienen más que una respuesta: - “

Os espero en casa”-

Liberado , llame a a Alberto, mi médico de cabecera, pensé que iba a necesitar incentivos si Sandra seguía al ritmo del fin de semana de la boda. Pasé por la consulta, me hizo un hueco, es amigo desde la infancia.

-

“¡Cómo estaba tu mujer anteayer! Te debió destrozar, estaba salida.”-

- “ Dos veces por la noche, otra por la mañana y luego por la noche. Cuatro polvos , mucho para un cincuentón”-

- “ Es que algunas mujeres cuando entran en la menopausia y casan a una hija, viéndose en vísperas de ser abuela se convierten en lobas”-

- “ Esa sensación tengo, cogíamos dos veces en semana. No está mal para los que llevan treinta años de pareja. Ahora me ve como si fuera un semental, un garañón”- - “ ¿ Y tu consuegra?. Te comía con los ojos. Bailé con ella y tiene un culo espléndido. ….Dos años de viuda generan hambre”-

- “Alberto. Está muy flaca. No tiene tetas. ¿ lo de Sandra durará mucho? Por un lado es estupendo pero....”-

- “ No te preocupes. ….Mira toma una de estas cada dos tres días, y esta otra en el día intermedio. Como una maquina, a sí vas a estar.....Y tu consuegra tiene morbo...lo que pasas a a vos te tiene loco tu mujer.”-

Salí con mis cajas de píldoras y dándole vueltas a lo del morbo de mi consuegra,yo no la veía así pero Alberto, a parte de médico, es un cogedor nato.

Cuando llegué a casa no había nadie. Me volvieron a llamar, que eligiera un restaurante para cenar y les avisara. Para una de provincias pensé que le gustaría Rond Point, reservé y se lo dije.

Estaban charlando cuando yo entré, a su lado había como diez bolsas con las compras. Sandra se levantó y me besó en la boca,

Jane en la mejilla, pero demasiado cerca de los labios. ¡ Iba a tener razón mi médico! Andaba necesitada.

Bebimos un

savignon- blanc, frío, acompañando a las ostras y a unos champiñones al horno con un salmón a la plancha. La bebida las animó más que lo que estaban , querían que vieran como les sentaba la ropa,pero mi capacidad de aguante de su parloteo estaba agotada. Así que aprovechando que al día siguiente tenía que ir a Rosario, pude hacer mutis por el foro e irme a la cama.

Estaba dormido, sentí su mano tanteando mis muslos , luego subiendo hasta que me la agarró y la trajinó poniéndola dura. Yo hice como si siguiera en mis mejores sueños . Comprendí que la calentaba abusar de mí. Se restregó la cabeza de mi polla por su concha, se giró dándome la grupa y dirigió el arma a su funda hasta que se la metió. Una cogida a lo cuchara , donde yo me dejaba hacer, era ella la que se movía. Me di cuenta que al tiempo se estaba masturbando. Cada vez me daba más gusto, así que decidí que era hora de hacer que me despertaba. -

“Nena , ¿ qué haces?”-

pregunté inocente.

Disfrutar de mi macho”-

Se apretó contra mi, empotrándose en mi verga, la agarré por las caderas y me descargué en ella. La saqué mientras se encogía, me giré e intenté volver a dormirme, pensando en lo que me había dicho mi amigo el médico que con la posibilidad de ser abuela, a algunas mujeres se les dispara la lívido.

Hoy me he levantado temprano, Sandra dormía desnuda, estaba buenísima, me di cuenta que me gustaba que tras tanto tiempo de convivencia volviera a ser una tigresa como cuando eramos novios que quería coger a todas horas.

Cuando he vuelto a casa la he llamado, me ha dicho dijo que estaban en la Clásica y Moderna, tomando una copa y que se iban a a quedar a la actuación, que si quería fuera y si no, pidiera una pizza y las esperara en casa.

No tenía ganas de salir, llevaba todo el día de arriba para abajo, así que le he dicho que me quedaba en casa. Me he puesto una malla y me he hecho un sandwich de jamón cocido y queso, abierto una cerveza, y tras cenar me he quedado en el jardín junto a la pileta fumando un pucho tranquilo.

Me toco la pija y responde , las pastillas de Alberto hacen maravillas.

Las oigo volver, vienen charlando y riendo, del brazo como dos compinches de aventuras. Me da un punto de celos y precaución ¿ qué habrán estado haciendo?. Se las nota demasiado contentas.

-

“¿ Cómo está mi hombretón?”-

- “Esperando a sus chicas que llevan el día de joda. ¿ Y vosotras?”-

- “Por la mañana pileta y almuerzo, luego compras y unas copas con algo de picar oyendo a una brasileira estupenda. Venimos contentas y desatadas”-

Me besa pasando los brazos por el cuello y pegándose a mí. Huele a alcohol. La noto caliente y se me comienza a endurecer la pija.

-

“Jane, saluda al macho de la casa...No seas tímida”-

se retira , toma de la mano a mi consuegra que ha dejado las bolsas en el suelo y la empuja hacia mí. Me va a besar en la mejilla, cuando Sandra la vuelve a empujar hasta que se empotra en mis brazos.

-

“ Jane, te he dicho que no seas pazguata....dale un beso de verdad”-

Y lo hace, de puntillas, me agarra la cabeza para que no escape y junta sus labios a los míos, cierra los ojos y su lengua busca entrar en mi boca. La dejo hacer y el abrazo se torna apasionado. Está excitadísima. Cuando para me mira con sus enormes ojos azules en los que arde la pasión. A través de la fina tela de la blusa se le marcan unos pezones descomunales.

-

“El agua está estupenda. Vamos a darnos un buen baño.”-

Sandra se baja la pollera, se quita la blusa, está en corpiño y bombachas.

-

“Dejaros de besuqueos y ….”-

Jane no se hace repetir la propuesta, se ha despojado del pantalón, lleva un tanga que apenas le cubre el triángulo del sexo, cuando se abre la camisa me doy cuenta que las tetas apenas se marcan en su torso, son muy pequeñas,por eso destacan más los duros pezones enhiestos, son enormes, dos cilindros del tamaño de falange y media de largo. Se me levanta la verga. Sandra se ha quitado el corpiño y la bombachita. Está buena, con sus curvas voluptuosas, un minón que pide guerra y que mientras me mira con ojos de vicio se acerca a su amiga y le baja el tanga. Jane tiene el coño depilado, parece una adolescente. Mueve la cabeza en un giro que hace volar su melena rubia con picardía que se recoge en un moño.

-

“Sandra , hemos ido a la pelu, y ….”-

- “Vos , siempre cuidadosa. No me extraña que en tu pueblo te llamen la viuda de hielo.....Anda ..mira que joya tenemos para nosotras”-

se ha venido hasta mí y tirado del traje de baño dejando a la vista mi polla en alto. Se hace un silencio, yo aprovecho y de un salto me zambullo.

Cuando saco la cabeza , las dos mujeres de la mano entran andando en el agua , llegan hasta que las cubre algo más de la cintura, se agachan para refrescarse en la noche cálida. Me acerco hasta ellas, la pija sigue alta pero ha perdido algo de dureza con el baño. Es la mano de Jane la que me agarra la verga, la aprieta disfrutando, respira hondo , concentrada en su posesión. Sandra la besa en el cuello.

-

“ Es tuya”-

la rubia me la acaricia y vuelve a ser una piedra, mis manos buscan la maravilla de sus pechos minúsculos, los acaricio con las palmas, notando la dureza de sus pezones maravillosos que flexan elásticos. Mi mujer la sigue besando los hombros, las orejas, Jane gira la cabeza para comerse la boca de Sandra, que la devora.

Sin darme cuenta nos hemos acercado al borde, mi consuegra se separa de mí, sumerge el cuerpo, dejando fuera los pechos y el resto del cuerpo, los brazos extendidos, apoyados en el bordillo ,la sujetan, levanta las piernas que abre. Sandra me masturba suavemente y me coloca entre los muslos de su compañera y lleva mi espada hasta la funda que la espera. Empujo y la penetro, la vagina lubricada acoge, como un guante, mi polla embravecida. Sandra pegada a mi espalda mientras me mordisquea el cuello me pellizca los pezones. Yo agarro ansioso los de mi consuegra, los mimo, los acaricio, ….Mi mujer es la que lleva el ritmo de mis embestidas, empujando con su pelvis mis nalgas. Es maravilloso.

-

“ Aaahhh....más rápido”-

suplica Jane. Sandra le agarra las piernas y las entrecruza en mi cintura. Después va hasta su amiga y la besa. Mi ritmo es rápido, duro, llegando hasta el fondo. La rubia separa la cara a mi mujer , para poder chillar un : -

“ YA, ACABÉ”-

Intento dar mayor ritmo a la cogida para acabar , pero Sandra me pide con una sonrisa que pare, que me queda más trabajo. Jane está desmadejada, entre los dos la ayudamos a salir de la pileta, mi mujer y yo acariciamos su piel mojada y desnuda.

Ella se reclina en los pechos generosos de su amiga, con voz susurrante dice: -

“Quiero más....¿ no os importa?.”-

- “Mi marido es tuyo, ¿ cómo quieres?....¿a lo perrito?....¿ él encima? ...o ¿vos?”-

- “Me apetece montarle yo”-

Así que me tumbo en sobre una toalla y Jane coloca un pie a cada lado de mis caderas, se arrodilla, Sandra me sujeta la polla, de modo que cuando la concha de su consuegra está encima, ayuda a que entre en su vulva. Hay algo extraño en la rubia, se empala toda ella, pero se queda parada. La verga está completamente empotrada en su cuerpo. La miro, ha cerrado los ojos, parece entrar en un éxtasis, comienza a mover la cabeza, pequeños giros que hacen volar su melena. Sandra le acaricia los pechos, y de pronto noto como las paredes de su vagina comienzan a apretar y aflojar mi pija. ¡Es una maravilla!. Se me debe notar en la cara porque mi mujer se ríe y se gira para que pueda tocarle las tetas. No sé cuanto aguantaré en esa cogida excepcional, pero debo mantenerme quieto, con toda mi capacidad de placer concentrada en en ese guante que me estruja la verga. Jane se eleva un poco, parte de la polla queda fuera, se inclina hacia atrás y se mueve arriba y abajo, lento al principio, más rápido luego. Mi cipote roza la parte anterior de su vagina, va cada vez mas acelerada.

-

“¡Uaaauuuuu......

!- abre los ojos y se corre como si fuera un hombre, sale de su interior un líquido que me recuerda el semen y sube y baja como si se hubiera vuelto loca hasta que soy yo el que estallo.

Se desploma sobre mi, me besa entregada, la abrazo y mi mujer se une. Estamos juntos , yo no me lo creo, ¡menuda cogida!

-

Ahora te toca a vos”-

la voz alegre de Jane anima a mi mujer a ponerse en cuatro.

-

“¡Rompeme el orto!”-

me pide.

Mi consuegra se arrodilla ante mi verga semidura y empieza a lamerla. Es una maestra, enseguida está dispuesta.

-

“ Es un autentico semental”-

dice admirada Jane mientras mete los dedos en la concha de mi mujer y la embadurna el ojete.