Semana de negación, tortura y reto
Mi pareja-ama me pilla masturbandome empezando así una semana de torturas, mucho preseminal y negaciones de orgasmo, edging constante y termina con un reto que sale mal.
(Relato Real)
Ya ha pasado una semana desde que mi novia me sorprendió masturbándome en la cama, cosa que tengo prohibido hacer debida a mi total sumisión hacia ella, y llevo ya desde entonces sin correrme.
Mi novia es una chica de 29 años.1’70. Tetas grandes y perfectamente posicionadas, culo grande, redondito y blandito, delgada, con unos mofletes adorables y lo más importante para mi, pelirroja y muy guapa a mi gusto.
Una de las normas de mi nueva sumisión es que siempre que quiera un orgasmo se lo tengo que pedir y ella de una forma u otra, y diciéndome cuanto tiempo tardaré en poder correrme (minutos, horas o días), me lo va a dar, siempre que primero la deje a ella satisfecha . No hace falta decir que me ha torturado diariamente desde entonces y que además me obliga a llevar los mismos boxers todos los días por casa para ver como evoluciona la cosa.
Los primeros días empezó solo con caricias y manoseamientos en cualquier lugar de la casa, chupando brevemente la cabeza de mi pene, pasando su lengua, acariciándome la entrada del culo sensualmente y cada rato comprobando si estaba mojando los boxers de preseminal para aprovecharlo y dar unas vueltas con su dedo indice por la punta del tronco y crearme un constante estado de excitación que ha ido creciendo sin parar.
a partir del tercer día empezó chupando más prolongadamente mientras con un dedo o 2 depende de la ocasión masajeaba mi prostata llevándome muy cerca del orgasmo una y otra vez. Cuando veía que ya estaba a punto de no aguantar ni la mínima caricia me guardaba todo en los boxers porque sabía que al rato empezaría a chorrear preseminal y quería que se fueran encharcando para hacerme sentir sucio y caliente a más no poder. Cada día me costaba más dormir y sin poder evitarlo intentaba masturbarme a escondidas cada vez que podía mientras me rozaba con ella en la cama, con la polla a siempre a punto de explotar y muy sensible, a lo que ella cuando se daba cuenta respondía golpeándome en las manos y en los huevos, lo cual muchas veces lejos de molestarme aumentaba más mi líbido.
El quinto y el sexto día, tres veces al día me estuvo poniendo unas bolas anales con vibración en el ano y haciendo que le hiciera mientras lasllavaba puestas sexo oral, lamiendo y chupando lentamente hasta hacerla llegar el orgasmo, siempre sin quitarme los boxers, aprisionando la humedad y mi falo al limite constante. A cada rato mi excitación subía y subía y no podía evitar subir yo también el ritmo de los lametones y de mis dedos dentro de su vagina. Cada vez que ella notaba que me descontrolaba, apretaba mi polla dentro de los boxers para extraer más preseminal y sacaba y metía las bolas un par de veces. Cada ronda se terminaba únicamente cuando ella ya no aguantaba más orgasmos y su cuerpo ya extremadamente tembloros y caliente me llenaba la boca y cara con su caldito caliente y mojábamos la cama o el sofá depende de donde había empezado a atormentarme.
Era el séptimo día. Me levanto por la mañana como casi todos los días sobre las 9:30. No hay nadie a mi lado, ya que mi pareja trabaja a esa hora y yo no entro en el mío hasta pasadas la 14. Me encuentro una nota en la mesa del comedor acompañada del plug anal largo y suave y un botecito de lubricante con el siguiente mensaje:
‘’Esta mañana vas a trabajarte ya prepárate tu mismo para la ordeñada que te espera esta noche y a ver si así se te quitan las ganas de sacarte las lechaditas tu solito. Aquí te dejo las normas’’
- 10 minutos
-3 veces
- cuando te vayas a correr para de tocarte, pero sigue jugando con el plug
- grávalo y enviámelo
-Si fallas hemos terminado
Aterrado por lo que podía pasarme, pero sobre todo apenado porque no quería fallarme a mi señora, preparo la cámara en la mesita de noche, el cronómetro del móvil, una toalla en la cama y empiezo primero con la mano izquierda a acariciar la entrada de mi ano para prepararlo. Con la otra mano me acaricio lentamente y en 10 segundos ya está la erección en su máxima capacidad.
El siguiente paso es meter un dedo e ir entrando y saliendo lentamente haciendo círculos para darle paso al siguiente. Por todo lo pasado durante la semana, solo con eso la parte entre mi próstata y mis huevos ya me estaba dando más placer de lo normal, y ya hacia rato que la primera gota grande de preseminal caía lentamente por uno de los costados de mi pene. Ya habiendo acariciado mi próstata con 2 dedos llega el momento de introducir el plug y darle al botón de iniciar del cronómetro.
Los primeros 2 minutos pasaron eternamente lentos, y con los primeros mete-saca del plug ya noto la primera subida de la leche, que interrumpo dejando de tocarme bastante antes de saber que eso iba a ser el fin si no reaccionaba. Mi polla palpitaba y no paraba de salir grandes cantidades de preseminal a cada 6 o 7 sacudidas, a un ritmo extremadamente lento, ya que de aumentar mínimamente el ritmo, no había marcha atrás. Mi próstata palpitaba también a un ritmo más lento, haciendo que sintiera un placer agonioso y profundo.
Con 2 minutos más intenté seguir tocándome ya con el miedo de que casi no podía aguantar más y aún quedaba más de la mitad del tiempo. Ahí decidí como buen esclavo masoca empezar a torturarme aún más acariciando con el dedo indice la punta del pene haciendo diferentes formas. Primero delante y atrás unos segundos, después en círculos, después de lado abriendo un poco el agujerito… y volví a tocarme muy lentamente llevándome justo al borde del orgasmo durante casi 30 segundos más hasta no poder más y parar con una de las manos.
Solo me quedaba un round y unos 4 minutos así que después de unos instantes de descanso con la mano del pene volví a la tortura. Sube, baja, sube, baja… un ritmo muy lento y tormentoso, pero que al menos era mínimamente soportable, cuando quedaban 2 minutos note que ya no aguantaba más. Mi prostata estaba a punto de estallar y hasta los huevos los tenía mojados de tanto preseminal que no paraba de brotar de la punta de mi pene y entonces pasó algo inesperado… ya a falta de 1 minuto me quedé justo al borde del orgasmo, haciendo fuerza para no terminar, pero debía seguir con el plug anal para cumplir con el reto, seguí y seguí y a los pocos segundos noté que las paredes de mi ano aprisionaban el plug. Mi pene se contraía rojo en el tronco y muy morado en la cabeza, reluciente por todo el caldo que había sacado, y dejando a un lado las dos manos mi próstata empezó a inundarme de placer y mi pene a rociar mi cara y mi pecho de semen caliente a una gran velocidad y en gran cantidad.
Segundos después del orgasmo mi próstata seguía palpitando sobre el plug y mi palo seguía extremadamente duro. Me lo extraje con cuidado y me duché. Envié el video con gran miedo y desesperación, pero por sorpresa recibí risas y burlas por parte de mi dueña. ‘’Ya sabía que no podrías soportarlo putito, en ningún momento te vi capaz, pero quería ver hasta donde eras capaz de llegar. Limpia el desastre con los boxers y tíralos a limpiar, cuando estén limpios volveremos a empezar’’. ‘’De todas formas de lo de esta noche no te escapas’’.
Respiré aliviado sabiendo que mi diosa no iba a dejarme abandonado pero tembloroso al no poder imaginarme lo que venía a continuación.
Si os ha gustado y queréis la continuación me lo decís en comentarios. Yo al menos solo de revivirlo en mi mente y escribirlo estoy chorreando a mares… Hasta la próxima.