Semana de Cumpleaños
Me invitan a la fiesta de cumpleaños de la mujer me mi mejor amigo
Antes de nada quisiera presentarme. Mi nombre es Lucas. Físicamente me considero un tipo normal, 1’80, depende de la época entre 80 kilos y un poco más si me descuido, moreno, barba corta como la gran mayoría… un tipo normal.
Durante un tiempo ejercí el periodismo pero un día decidí dejarlo todo, montar una empresa de comunicación y probablemente fuera la mejor decisión de mi vida. Llevamos las redes sociales de deportistas, famosos, empresas, etc… Asesoramos a gabinetes de comunicación de diferentes empresas y lo más importante, me permite delegar en mis empleados lo más voluminoso del trabajo, con lo que me queda mucho tiempo libre para mis aficiones: leer, viajar, hacer deporte y sobre todo, pasar tiempo con mis amigos. Precisamente en una de esas cenas con amigos, ocurrió algo que me cambio la vida.
Un martes a la mañana sonó el teléfono. Era Pablo, mi mejor amigo. Nos conocíamos desde que teníamos recuerdo y desde entonces fuimos inseparables. De hecho nos considerábamos casi hermanos, inclusos nuestras respectivas madres lo hacían a veces solo por reírse de nosotros.
- Hola Lucas, te pillo muy ocupado?
- No mucho. Estaba preparando la bolsa para irme al gimnasio. Necesitabas algo?
- Solo informarte que el sábado es el cumpleaños de Sonia – su mujer desde hacía 10 años aunque llevaban juntos mucho más y a la que consideraba familia- y evidentemente estas invitado, jajajaja
- Bueno, lo agradezco jajajaja. Qué plan tenías en mente?
- Nada especial. Sonia trabaja de tarde y tenía pensado una cena de los amigos más íntimos en casa y darle una pequeña sorpresa cuando llegue.
- Sale a las 10 del hospital, no?
- Sí, pero si pudierais estar todos sobre las 9,30 para ir preparándonos sería perfecto.
- Sin problema, cuenta conmigo. Quienes vamos?
- Lucia y Adri, Sara, Esther y Javi, Róber, nosotros y tú. Nueve en total si no traes compañía.
- Jajajajaja, 9 es un buen numero. Voy solo. Hablaste ya con todos?
- Si, eras el ultimo porque sabía que no me dirías que no
- Vale, pues hablo con ellos para el tema del regalo
- Genial. Hasta el sábado entonces?
- Hasta el sábado
Si alguno de ellos se encargaba del regalo, me podía despreocupar hasta el sábado. Debía ponerme en contacto con uno de ellos para ver que habían decidido. Afortunadamente éramos todos del grupo habitual y teníamos nuestros respectivos teléfonos. Mi mejor opción era Lucia, compañera de trabajo y una de las mejores amigas de Sonia así que la llame antes de salir de casa.
- Hola Lucia, que tal estas?
- Hola Lucas. Pues me iba a comprar que tengo que comer pronto. Trabajo de tarde.
- Pues no te entretengo. Me llamó Pablo y me comento lo del sábado, lo sabes?
- Sí, me llamo ayer a la noche para ver como tenía los turnos, pero libro de viernes a lunes
- Vale, entonces te encargas tú de comprarle algo, no?
- No hablaste con los demás?
- No, eras mi primera opción.
- Es que este año decidieron regalar por “libre” en vez de hacer regalo conjunto. El año hubo a alguien al que no le gusto el regalo elegido y dijeron que mejor cada uno lo suyo. Yo por mi seguía como siempre pero ya sabes cómo son Esther y Javi…
- Nada, no te preocupes. Ya me buscare la vida. Nos vemos el sábado
- Hasta el sábado
Ahora sí que tenía un problema. Mis ex siempre me decían que tenía buen gusto para los regalos, pero la verdad no me salía de lo clásico: ropa, joyas y ocasionalmente un perfume: sota, caballo y rey. Lo pensaría mientras hacía algo de deporte.
Sin embargo el gimnasio de poco me valió. Nada más llegar me encontré a varios habituales de mi grupo y decidimos hacer un circuito conjunto. En vez de pensar en un regalo para mi mejor amiga, me pase las casi dos horas discutiendo de futbol entre risas. Ducha rápida y corriendo a la oficina. Tenía pendientes varios documentos para revisar y firmar, para comer había quedado con uno de mis clientes y después reunión con un potencial nuevo fichaje. A la comida fui solo dado que era más un tema de amistad que de trabajo pero sin embargo a la de la tarde vino Estela, la primera persona que contrate y que a día de hoy era la numero dos en la empresa, y si no era la numero uno ya por encima de mí era porque prefería el trabajo en segundo plano. Además era guapísima, simpática y de trato agradable lo que hacía que todos los clientes estaban encantados con ella y su forma de trabajar.
Llegue a las 4, media hora antes de la cita con el cliente. Ya lo teníamos todo preparado, una presentación configurada para las necesidades del cliente, estudiadas las vías de crecimiento y que puntos eran mejorables en la estructura actual y cuales era interesante mantener. Lo habitual. Vi a Estela preparándose un café en la pequeña cocina que tenemos y me acerque. Se notaba que era un día diferente porque en vez de los vaqueros y camiseta habituales vestía un traje pantalón que le sentaba de maravilla.
- Hola Este, preparada?
- Hola jefe –odiaba que me llamaran así, por eso ella lo hacía-. Siempre estoy preparada, esto ya es rutina y más cuando tenemos otros dos clientes del sector. No creo que nos pille nada por sorpresa.
- No creo. De hecho viene recomendado por uno de ellos así que supongo que está hecho.
- Sí, pero no creo que sea prudente llevar una camisa sucia jajajajaja
- No me jodas… - mire hacia abajo y efectivamente, tenía una pequeña salpicadura en el pecho. Afortunadamente siempre tengo una camisa de repuesto en el despacho para estas ocasiones
- Cámbiate que te da tiempo de sobra, o quieres antes un café?
- Creo que me tomare ese café antes de cambiar la camisa. Por si acaso. Oye, que te gustaría que te regalaran por tu cumpleaños?
- Un BMW estaría bien, aunque a un Mercedes no le haría ascos. Descapotable sería ideal…
- Ya. Claro. En serio, tengo que hacer un regalo el sábado y no se me ocurre nada.
- Amiga, amiga? Especial?
- No. Amiga-hermana. Es para Sonia – habían coincidido varias veces en eventos en mi casa, la inauguración de las oficinas nuevas, etc…
- Pues quizá te pueda ayudar. En la calle de atrás acaban de abrir una tienda “alternativa”. Tienen ropa, joyas, complementos, alguna cosilla de decoración… Es una chica que tenía un puesto en el mercadillo los domingos pero se montó su propio negocio buscando ser diferente. Está muy bien y además sabes que todos los productos son Comercio Justo y apoya a varias ONG’s
- Creo que en la reunión de hoy te voy a dejar hablar a ti. Eres capaz de venderle arena a un beduino jajajaja
- Pues si jajajaja, pero en serio, échale un vistazo. A lo mejor encuentras algo, y si no al lado tienes una joyería TOP
Habíamos acabado el café y debíamos ir preparando todo. Estela fue a aclarar unos puntos de un contrato con dos de nuestros empleados más jóvenes mientras yo me fui a cambiar. Guarde la camisa sucia en una bolsa, cogí la Tablet y el dossier de la empresa y me fui a la sala de reuniones. Acababa de llegar y sonó el interfono.
- Lucas, está aquí la señora Montero. – si Estela era mi mano derecha, Edu era la izquierda. Ejercía de ayudante, secretario, agenda de citas y todo lo que pudiera necesitar. Un sol de chico.
- Voy ahora.
- Olvídate, ya está aquí Estela y van para ahí.
- Aquí las espero.
A los pocos segundos ya las vi a través de la cristalera. Aproveche para oscurecer los cristales de manera que se pudiera ver hacia fuera pero no hacia dentro. Solo lo hacíamos con los clientes potenciales dado que desde que estaban con nosotros ya eran familia y no había necesidad de esa privacidad visual.
- Hola Doña Blanca – aunque ya habíamos tenido varias reuniones prefería mantener las formalidades.
- Si me volvéis a llamar doña Blanca me levanto y me voy. Esa era mi abuela y créeme, no nos parecemos en nada jejejeje -su risa sonaba franca y natural- Me gustan las oficinas. Una decoración muy bien elegida y sobre todo mucha luz natural.
- Gracias. Nos costó un poco pero al final nos pusimos de acuerdo –dije señalando a Estela
- Lo habéis elegido vosotros? Os iba a pedir el número del decorador para unas oficinas que voy a abrir próximamente así que quizá os tenga que contratar dos veces.
- No gracias –dijo Estela riéndose-. Creo que si tenemos que volver a pasar por ese proceso uno de los dos no sale vivo
- Es muy probable –refrendé-. Blanca, te apetece un café, una infusión?
- Si no es mucha molestia, un té frio
- Sin problema, te lo traigo ahora mismo mientras Lucas prepara el proyector. Tú quieres algo?
- No, gracias, Este.
Estela salió y yo efectivamente fui encendiendo el proyector .
- Vaya culo tiene…!!
- Perdón? –creo que la mandíbula se me desencajo al oír aquello
- Si, tu socia, o empleada, o tu chica, lo que sea… Tiene un culo monumental
- Es casi más socia que empleada. Lo que no es, es mi chica.
- Pero te la has follado?
- Blanca…!!!
- No me digas que te escandaliza…
- No pero…
- Te las has trajinado o no?
- No
- Pero te gustaría…
- NO, no es que no me guste pero…
- Pero?
- Jajajajaja por un lado, donde tengas la olla, ya sabes y por otro, creo que no soy su tipo. Solo le conocí una pareja y era una chica
- Vaya. Vaya… que interesante!
- Que es lo interesante? –Estela entraba con el té de Blanca y un par de botellines de agua y vasos
- Me estaba contando que prácticamente llevabas tú la empresa –Blanca hablaba como si efectivamente hubiéramos hablado de eso mientras yo no salía de mi asombro
- Bueno, un poco exagerado. Nos repartimos bien el trabajo
- Vamos? –no me lo podía creer, estaba empezando a tener una erección solo pensando en aquellas dos mujeres juntas- Estela, apagas las luces?
Se giró para acceder al interruptor que tenía justo detrás y le mire furtivamente el culo. Efectivamente aquel pantalón le hacía un culo espectacular. Cuando aparté la mirada me cruce con la de Blanca. Me había pillado y ahora sonreía con malicia.
- Si no lo estropeáis demasiado creo que ya me tenéis convencida
- Esperemos no hacerlo –o me estaba volviendo loco o Estela parecía más maquillada que cuando tomamos el café.
Efectivamente la reunión la llevo prácticamente Estela al 100%. Se le daba genial hablar con los clientes y donde más flojeaba que eran los aspectos fiscales yo le apuntaba lo necesario. Como era de esperar, aquello fue la rutina habitual. Dos horas después encendí las luces y Blanca dio un pequeño plauso silencioso
- Eso es que no lo estropeamos? –le dijo Estela sonriendo
- Ni mucho menos, Ha sido mejor de lo que me habían hablado. Se os ve que controláis el sector así que, donde hay que firmar?
- Voy a por los contratos a mi despacho, pero segura que lo quieres hacer ya hoy? Mira que dejamos que te lo pienses.
- Lucas, no hay nada que pensar. Traía decidido firmar antes de entrar y lo habéis bordado. No hay más que decir.
- Ok, vuelvo ahora
Me dirigí al despacho, recogí una carpeta que tenía preparada con lo necesario y volví a la sala.
- Aquí están. Mira que aun estas a tiempo de cambiar de opinión jajajaja
- Hablas como si no me quisieras de clienta
- Ni mucho menos, pero no nos gusta forzar a firmar nada. Queremos que cuando lo hacen, estén plenamente convencidos.
- Trae aquí esos papeles…
Estela y yo nos sonreímos. Blanca empezó a firmar al lado de donde ya lo había hecho yo. Pero eran unos cuantos folios y como lo iba leyendo mientras firmaba, nos iba a llevar aun un ratito
- Tú no tenías que ir a comprar un regalo? – Me pregunto directamente Estela
- No hay prisa, ya iré mañana
- Vete ahora si quieres. Solo es firmar el contrato estándar y cualquier duda que tenga Blanca se la explico yo. Vete y me cuentas mañana como te fue.
- Seguro?
- Segurísima. Vete tranquilo
- Blanca, te importa?
- Para nada. Ya está hecho lo importante. Bueno, falta poner un día para celebrarlo
- Eso está hecho. Cuando tú quieras. Entonces os dejo
Estela me acompaño a la puerta de mi despacho.
- Este, ten cuidado
- No te preocupes, se cuidarme solita
- Lo sé, pero aun así, ten cuidado
- Que siiiiii, jefe
Dos besos en la mejilla y me dejo allí plantado. Aquello no iba a acabar bien. Cogí la camisa sucia, la chaqueta y me fui a la calle. La tienda de la que me había Estela estaba a 10 minutos de la oficina, la tarde era agradable y se estaba de maravilla en la calle en aquellos primeros días de Mayo así que disfrute del paseo. Entre en el local observando cuidadosamente. Era un estilo bastante eclético por no decir que era una mezcla absoluta de estilos. Desde lo que parecía un montón de ropa usada a prendas de varios cientos de euros. La chica que atendía estaba cobrándole a una señora lo que parecía un bolso para ir a la compra. Allí había de todo. Cuando acabo vino hacia mí.
- Hola, que tal? En que te puedo ayudar? – entre piercings y dilataciones traía hierro en la cara para mantener activos un día lo Altos Hornos de Bilbao
- Ese es el primer problema. No lo sé. Busco un regalo de cumpleaños pero no tengo ninguna idea clara.
- Ok, no eres el primero en esas condiciones. El regalo es de pareja?
- No, es una amiga, y además la mujer de mi mejor amigo jajaja
- Vale, entonces la lencería la descartamos, no? – la sonrisa era encantadora
- Si, mejor sí. Aunque es probable que no me volviera a ver en esta situación…
- Si, muy probable. Te cuento, algo que sale muy bien son estos vestidos. Son de una marca buenísima, es una pequeña cooperativa de mujeres emprendedoras, todo fibras naturales y el 70% de lo que pagas va a la cooperativa. Y de los mismos tienes estos cestos de la compra, como el que se ha llevado la mujer que acaba de salir.
- El cesto ya te digo que no. Me lo pone de sombrero. Pero los vestidos son bonitos. Qué precio tienen?
- Depende del que elijas pero van desde 45 a 70 euros. Se ajusta?
- Si si, sin problema. Me gusta este – azul marino con unas flores estampadas por un lateral. – Lo tienes en talla M?
- Tallan poco, así que si normalmente lleva una M, llévate una L. De todos modos, si no le vale, lo viene a cambiar sin problema. Tienes las dos
- Pues me llevo la L
- Ok, aquí esta – miro el precio y me lo dijo- este es de 60. De los de mitad de precio.
- Debería de llevar algo mas
- Ropa? Un bolso?
- No, mas ropa no, y bolso fue el regalo del año pasado. – me fije en el mostrador. Allí tenía pendientes y colgantes.- Y esos colgantes?
- Son de plata y cristal. Muy originales. Los hay con letras, signos del zodiaco, figuritas variadas… Buscas algo concreto?
- Pues no, pero se llama Sonia, tienes su inicial?
- Sí, porque me llamo Samanta y sé que aún queda jejeje –el nombre le pegaba-. Te importa que te haga una pregunta?
- Claro que no. Tú dirás…
- Como conociste mi local?
- Mi socia me hablo maravillas de él y la verdad, no se equivocaba.
- Y como se llama tu socia? Si se quién es, para darle las gracias por enviarme un cliente
- Estela.
- Claro que se quién es!!! Somos, ejem, amigas - ¡Vaya con Estela! -. Siento no poder hacerte descuentos de ningún tipo pero justo las cosas que escogiste son de comercios minoristas a los que les sacamos muy poco beneficio
- No te preocupes. Me gusta saber que el dinero que pago va al que lo produce - Pague los casi 90 euros totales encantado. Creo que se me había ido un poco la mano ya que normalmente no ponemos tanto para el regalo común pero ya que habían decidido hacerlo así, si a alguien no le gustaba, mala suerte-. Encantado de haber descubierto tú tienda. Seguro que volveré.
- Muchas gracias. Espero que le guste.
- Yo también jajajajaja Hasta luego…!!!
- Adiós…!!!
Me podía quitar una preocupación de encima. Con el regalo comprado me podía olvidar del cumpleaños hasta el propio día. Ahora debía ir al supermercado hacer algo de compra y a casa
Al día siguiente me despertó el sonido del Whatsapp a las 6. Lo deje pasar hasta que me levante casi un par de horas después. No tenía que ir a la oficina en todo el día así que me podía dedicar a acabar de leer el último libro de un cliente. Me levante, desayune un café con un par de tostadas y abrí el móvil. 2 mensajes de Estela y 6 en el grupo del trabajo. Abrí primero los del trabajo. Era la propia Estela diciendo que no se había levantado bien y no iría al menos por la mañana y ya vería como avanzaba el día, y las respuestas de los demás deseándole que se mejorara. Fui al privado por si había algo más grave y no lo quería decir a los demás. Nada más lejos. Dos mensajes escuetos: “Estoy maravillosamente bien” ”Ya te contare”. Ahora ya me picaba la curiosidad. Pero tenía que avisar a los chicos de la oficina que no iba a ir pero si me necesitaban me plantaba allí en 10 minutos. Todos dijeron que tenían trabajo para todo el día así que no me necesitarían, pero si cambiaba, me avisaban. Decidí ir a la piscina a primera hora, así tendría el resto del día libre. Tras nadar una hora, sauna y ducha reparadora volví a casa. Eran casi las 11. Estaba entrando por la puerta y me sonó el móvil. Era Estela.
- Buenos días Estela, que tal la noche? Jejejeje
- Calla calla. Podemos comer juntos? Necesito hablar contigo
- Por supuesto, paso algo malo?
- Nooooo, que va… Te cuento después. Llevo sushi, a las dos te va bien?
- Perfecto, voy a estar en casa leyendo la novela de Emilio. Cuando quieras.
- Hasta después
Ahora a ver quién se centraba en la lectura. Afortunadamente mi cliente-amigo no me iba a pedir un resumen. Leí lo que pude aunque alguna página la tuve que leer varias veces. No recuerdo las veces que mire el reloj pero fueron muchas. A las dos menos cuarto, deje el libro y puse la mesa para dos. Si estoy yo solo normalmente como en el mostrador pero siendo dos, y aunque a elle sé que no le hubiera importado hacerlo así, decidí poner la mesa que tengo junto a una gran cristalera desde la que se ve parte de la ciudad. Puntual como siempre, a las dos sonó el portero. Vi a estela en la cámara y ya no le conteste, abrí y fui a abrir también la puerta de la entrada. Volví a la cocina desde donde escuche llegar el ascensor, cerrarse la puerta y la voz cantarina de Estela.
- Holaaaaaaaa
- Hola Este, estoy en la cocina.
- Voy
Dejo las bandejas en la barra y me dio dos besos
- Que ha pasado – le dije sonriendo
- Calla calla. Ha sido salvaje, pero comamos primero
Casi no pude pasar bocado por la intriga pero ella comió como si llevara dos días sin comer
- Casi. No he comido nada desde ayer a mediodía, -dijo cuando terminamos. – Te cuento. Ayer, cuando fuiste al despacho por el contrato, tu “Doña Blanca” me probó
- Como que te probó?
- Joder, pues que estaba ella sentada y yo de pie a su lado y de repente noto una mano que me empieza a acariciar la entrepierna
- Y que hiciste?
- Nada, que iba a hacer? Pero no contenta con eso, me abrió el pantalón y metió la mano. Bajo más y me metió un dedo – mi cara debía de ser un poema-. Espera, que hay más. Me saco el dedo y se lo chupo como si fuera un helado
- Y en el tiempo de ir al despacho y volver te abrió el pantalón, te bajo las bragas y te metió el dedo????
- Bueno, la verdad es que el pantalón me lo abrí yo y bragas no llevaba jejejeje
- Vaya zorrón jajajajajaja
- Nunca me había pasado, pero me dijo, “si quieres más, lo habrá”. Y ahí llegaste tú. Recuerdas que estaba de pie a su lado?
- Si
- Pues aún tenía el pantalón medio abierto. Y tuve que decirte que te fueras porque quería follarme a aquella tía como fuera.
- Me echaste de mi propia oficina? Jajajajaja
- Un poco sí, pero también te hice un favor que ya me dijo Samanta que compraste el regalo
- Pues sí, pero sigue con tu historia
- Allí no hubo nada más. Firmamos todo rápido, guarde el contrato en la caja fuerte y Blanca ya me estaba esperando abajo. Cuando monte en el coche me pregunto si estaba segura, le dije que sí y arranco. Fuimos al hotel X y allí pasamos la noche. Según me dijo tiene una suite permanente para tener intimidad cunado lo necesita.
- Vaya vaya con Doña Blanca. Y la noche? Qué tal?
- Espectacular. Es una leona. Traigo el coño en carne viva. Tiene una lengua que hace maravillas y además guarda unos juguetitos especiales en la habitación
- Especiales?
- Si. Empezamos por un baño en el jacuzzi. Nos besamos todo el cuerpo. Allí mismo ya me dio la primera comida de coño que me llevo al cielo. Salimos y le dije que ahora me tocaba a mí. Lleva el coño todo rasuradito y parece una niña de 16 años. Me lo comí todo, se corrió como una loca hasta creo que varias veces. Después dijo que iba siendo hora de jugar las dos. Abrió un mueble y saco un arnés con dos dildos. Uno se lo metió ella y con el otro empezó a follarme el coño como un tren de mercancías.
- Menuda noche
- Ya veo que a ti te gusta- me dijo señalándome
Era cierto. Sin haberme dado cuenta tenía un empalme brutal solo de imaginarme aquellas dos hembras follando
- Si quieres puedes ir al baño a aliviarte, o hacerlo aquí mismo que tras lo que te estoy contando ya nada me va a dar apuro
- Ya jajaja no gracias
- Como quieras –me dijo guiñándome un ojo- Por dónde iba? Ah, si… que follamos como animales toda la noche. De hecho, el fin de fiesta fue dejar que me follara el culo
- Como???
- Si, si. Me puso a cuatro patas, me echo un poco de lubricante y me follo por detrás. Nunca lo había hecho y aunque al principio duele un montón, desde que le pillas en punto, flipas.
- Flipando estoy yo ahora.
- De hecho me desgarro un poco el ano y sangre un poco. El mensaje que te mande fue cuando aproveche a ir al baño a limpiarme la sangre.
Creo que por mi cara habían pasado todos los colores imaginables pero lo peor era que tenía un dolor en mi entrepierna que no podía más.
- Estela, creo que definitivamente nuestra amistad ha dado un paso más tras escucharte
- Joder, pues a mis padres no se lo voy a contar y sé que tú eres de fiar. Y necesitaba desahogarme con alguien. Lo siento – no lo sentía en absoluto
- Ahora soy yo el que necesita desahogarse, no aguanto más. Vuelvo ahora
- Espera
Se levantó de su sofá y se acercó a mí. Empezó a bajarme la cremallera
- Que haces??? No podemos
- Somos amigos. No quiero salir contigo, ni nada serio, solo te voy a ayudar. Una vez y punto - Ya me había sacado la polla del calzoncillo y me la acariciaba suavemente. – Relájate
Yo eche la cabeza hacia atrás y cerré los ojos. Realmente estaba en un sueño pero no quería despertar. De repente su mano paro y note como su lengua acariciaba mi capullo.
- Estela… - suspire
Pero Estela ni se inmuto. Me estaba haciendo una mamada antológica. No sé cómo es el paraíso pero aquello se le parecía un montón. Con las uñas de una mano acariciaba mis huevos, mientras con la otra acompañaba el sube y baja de su boca. No aguantaba más y así se lo hice saber. Sin embargo, no hizo ademan de apartarse ni un milímetro. La corrida fue brutal pero no dejo escapar nada de su boca. Se incorporó, y fue al baño. Cuando volvió, me dijo:
- Aun no estoy preparada para tragarlo. Me da un poco de reparo
- Joder Estela, pues quien diría que te da reparo algo. Aunque esto lo va a cambiar todo
- No va a cambiar nada. Seguiremos siendo amigos y además tu mi jefe y yo tu empleada. Eso sí, no le pidas esto a Inés que es muy recatada
- No me digas que también la “conoces”- Inés era la última que había llegado a la empresa
- No, pero un día hablando me dijo que con su novio nada de nada. Que te crees? Que me follo todo lo que se mueve? jajaja
- No te juzgo, pero Samanta, Blanca y ahora esto…
- Samanta fue un rollo del verano pasado y lo de Blanca no sé qué será. Esto, fueron dos amigos que comieron e hicieron sobremesa jajaja
El resto de la semana discurrió dentro de la normalidad habitual. La relación entre Estela y yo era tal y como había sido siempre. Pablo me volvió a llamar el viernes a la mañana para confirmar que estaría a las 9’30 en su casa. No se fiaba de mi memoria y hacia bien.
El sábado tuve que ir al despacho porque a uno de los clientes lo habían invitado a un programa de TV y teníamos que pactar los detalles con la cadena. Minutos previstos, si teníamos alguna pregunta o tema que vetar y poco más. A la 1 estaba de vuelta en casa con el finde libre por delante. Cuando estaba comiendo me llego un Whatsapp de Estela “Hoy he quedado. Adivinas con quién?” Me imaginaba que sería con Blanca y así se lo mande. “Pues no, estas equivocado jijiji” ”Con Samanta. Gracias por hacer que nos reencontráramos” y el emoji de un beso. Sonreí y le dije que lo pasara bien. El lunes supongo que me lo contaría. Acabe de comer y me fui al sofá. Quería estar fresco a la noche y o dormía un rato o me daba el sueño a las 11 de la noche. Me vi a medias una película, después un rato hice zapping y cuando estuve despierto al 100% decidí retomar el libro pendiente. Leí hasta las 8 y media. Ahí me fui al baño, me arregle la barba un poco, me duche y me vestí. Vaquero, camisa y sudadera sport. A las 9 estaba saliendo de casa. Como mis amigos viven cerca y la noche era agradable, decidí ir andando. A las 9’20 estaba llamando al portero. Como imaginaba, era el primero.
- Hola Lucas
- Hola Pablo –nos dimos un abrazo- donde dejo esto?
- Qué es? El regalo de Sonia?
- Si- tome la precaución de guardarme el colgante en el bolsillo de la chaqueta
- Déjalo aquí en el ropero.
Guarde la bolsa y mi chaqueta donde mi indico y pasamos a la cocina
- Un vino? Una cerveza?
- Vino – sonó el portero – abro?
- Si, por favor
Eran Sara, Lucia y Adri. Mismo ritual. Guardar chaquetas, regalos, algo de beber y portero de nuevo. Rober. Al subir, con el venían Esther y Javi.
- Cuando cerraba el portal vi que venían detrás y ya los espere. Así ya estamos todos, no?
- Si. Ahora solo queda esperar por la cumpleañera – Pablo ya tenía todo preparado y esperando por su mujer. – Vamos para el salón que la esperamos allí. Estará aun saliendo del hospital así que al menos 20 minutos
No se equivocaba. Oímos la llave en la puerta a las 10’25. La cara de susto cuando le gritamos sorpresa fue impresionante, creímos que le daba un infarto allí mismo. Nos besó y abrazo a todos y a su marido le dio un cachete cariñoso
- Que callado te lo tuviste eh… - se notaba que le había gustado la sorpresa- Os importa si me doy una ducha antes de cenar? Vengo sudando y prefiero ponerme algo mas cómodo
A todos nos pareció bien y poco más que nos dio tiempo a poner las bebidas que faltaban y picotear algo antes de que apareciera por la puerta ya lista. Traía un vestido veraniego de flores que le sentaba muy bien y más aun con el pelo aun mojado. La cena fue impresionante, nos reímos como siempre hacíamos, alguno incluso bebió media copa de vino de más que lo ponía especialmente gracioso. Llego la hora de los regalos y fueron dándoselos en orden inverso a como fuimos llegando. Es decir, fui el último. La verdad sea dicha me pareció que mis amigos habían sido un poco cutres en sus regalos así que decidí guardarme el colgante para otro momento. Abrió el vestido y dijo que le encantaba. Le conté las mismas bondades que me habían contado: la pequeña cooperativa, las fibras naturales, etc… Parecía encantada así que afortunadamente había acertado. Ya había dado la una de la madrugada y la gente empezó a decir que se marchaba. Uno tras otro fueron desfilando y cuando dije de irme me preguntaron si “tenía mucha prisa”. Lo cierto era que no así que me serví otro gin-tonic. Nos quedamos los tres solos y empezamos a recoger la mesa.
- Bueno Sonia, que tal lo pasaste?
- Genial, Lucas. Lo único que siento es haberos hecho esperar.
- No te preocupes, Pablo ya nos avisó de que habría que esperar. De verdad no te lo esperabas?
- Que va…!!! Contaba que cenaríamos contigo, pero no todo el grupo
- Vaya, me halaga jajaja.
Ya habíamos recogido todo y nos fuimos a los sofás a acabar las copas que teníamos en la mano.
- Bueno, yo tengo otro regalito
- Siiiiiiiiii??? – miro furtivamente a Pablo y este le negó con la cabeza casi imperceptiblemente
- Uy, no sé si te defraudara. Que esperabas?
- Nada, nada. Pero es más que suficiente con el vestido. Que por cierto, es precioso
- No quería quedar por encima de los demás con dos regalos, pero este es una cosita de nada- le tendí la cajita del colgante
- Ohhhh, que bonito. Mira cari, a que es original?
- Sí, mucho
- Me alegro que te guste. De todos modos si no te gusta, o el vestido no te vale, puedes cambiarlo
- Me voy a probar el vestido – mientras lo recogía le hizo una seña a su marido para que la siguiera.
- Volvemos ahora
- Oye, a ver que hacéis eh, que os oigo jajaja
- No, tranquilo, vuelvo ahora – a Pablo se le notaba algo tenso en la voz. Pero aun no sabía por que
Ciertamente Pablo no tardo mucho, pero venía con una cara rara
- Pablo, pasa algo?
- No, que va…
- Pablo?
- Que no…!!
- A ver, hace mucho que nos conocemos. O me dices que pasa o me voy.
- Espera un momento que viene ahora Sonia
- Vale, viene, le veo el vestido y me voy. No me apetece estar con historias a estas alturas
- Joder, Lucas, espera un rato, y de verdad, que no me pasa nada.
- Lo siento, no te creo
- Que os pasa, chicos? – Sonia estaba en la puerta
- Nada cari, no pasa nada
- Vosotros sabréis. Bueno, que tal me queda el vestido?
- Genial- La verdad es que le quedaba de infarto. Le marcaba el pecho y el culo perfectamente y aunque tenía algún kilo de más estaba preciosa.
- Si amor, te queda genial
- Gracias – se dio una vuelta para que la viéramos otra vez y le mando otra miradita a su marido.
- Chicos, me tengo que ir – no sabía de qué iba aquello pero no quería meterme en el medio de sus historias-. Mañana quiero madrugar y ya no recupero de las noches como antes
- Espera- Sonia se había puesto seria-. Siéntate un momento por favor. Pablo?
- Lucas, sabes que te queremos como si fueras de la familia, verdad?
- Es reciproco. Sabéis que siento lo mismo por vosotros.
- Por favor, no queremos que cambie eso que sentimos los unos por los otros. Pero Sonia y yo estuvimos pensando algo últimamente…
- Me estáis asustando
- No, no es nada malo. Es que queríamos probar algo mas
- Algo más, como qué?
- Joder, como sois los tíos dándole vueltas y vueltas. Lucas, queremos hacer un trio y queríamos que el tercero fueras tu…!!!
Sonia me soltó eso de sopetón. No sé cómo sería mi cara pero me quede absolutamente en blanco.
- Venga ya…
- Oye, que va en serio
- Estáis locos
- Que no, Lucas…
- Vosotros entiendo que lo habéis pensado bien, pero estáis seguros de ese paso? Podemos joder nuestras vidas. Además, no sé qué queréis que os diga…
- Yo personalmente estoy seguro. Si me ves dudar es por lo que pensarías de nosotros no porque no me apetezca hacerlo. Y Sonia ya te digo que se muere por estar con los dos.
- Pablo no te lo dice todo. Creo que estoy enamorada de ti.
- Que dices?????
- Lo que oyes. No significa que no ame a mi marido. Lo amo más que nunca, pero creo que lo que siento por ti es algo más que amistad.
- Estoy en shock
- Eso sí, no te queremos forzar a nada, solo si te apetece. Probamos una noche, si nos gusta podemos repetir si estamos de acuerdo, y si no, seguimos como amigos.
- Últimamente estoy escuchando demasiado esa frase…
- Te repetimos que no queremos condicionarte a nada. Que te hace dudar? No te apetece?
- Sinceramente? Aun creo que os estáis quedando conmigo
- De verdad crees que te diríamos algo así si no fuéramos en serio? Cari, me ayudas? –Sonia se puso en pie y su marido se acercó por detrás-. Amor, quítame el vestido y entrégame…