Semana con mi novia. Tercer y cuarto día

María vuelve a casa para disfrutar de lo que dejamos pendiente.

Os dejo aquí la parte anterior https://todorelatos.com/relato/163029/

A la mañana siguiente quedé con Sara a espaldas de mi novia. Teníamos que comprar un regalo de cumpleaños para otro amigo y luego iríamos a mi piscina. No le dije nada a María porque sabía que cuando le contase esa tarde que había vuelto a ver a Sara en bikini le entraría una gran envidia.

Dejamos el regalo en mi casa y bajamos a la piscina. Por la mañana no suele haber nadie y ese día no fue una excepción, estábamos los dos solos.  Estuvimos hablando de cosas sin importancia hasta que no aguantamos más el calor y nos fuimos al agua. Mientras nos bañábamos ella me abrazaba bastante, lo cual no es extraño porque ella es así con todos amigos, pero hubo un momento en que, sin dejar de abrazarme, me miró desde muy cerca.

-Cuando te vi en la playa, recordé aquella noche que pasamos juntos. María tiene mucha suerte.- dijo ella sonriendo.

-Seguro que has pasado noches mejores.

-Estuve con un chico casi un año. Le quería muchísimo y se nota la diferencia cuando hay amor.

-A mí me pasó lo mismo con María, no la cambio por nadie. Por qué se terminó lo vuestro?

-Ya no era lo mismo. Ambos pensamos que era lo mejor.

-La monotonía nos afecta a todos- dije sonriendo- no es algo malo.

-No era eso, ya no nos queríamos como antes. Hablamos a veces pero ya no le veo como algo más que un amigo.

-No todos pueden ser como yo.- dije guiñándole un ojo y ella sonrió.

Seguimos hablando hasta que ella tuvo que irse. Miré el móvil y tenía una llamada perdida de mi novia. Subí a casa y la llamé.

-Hola cariño, qué ocurre?

-Quería preguntarte a qué hora puedo ir a tu casa.

-Cuando quieras, yo voy a estar aquí.

-Voy en cuanto acabe de almorzar vale? Llevo todo el día con ganas y necesito verte ya.

-De acuerdo.

Mientras comía tocaron al timbre. Abrí la puerta y María se abalanzó sobre mí y me besó. Cerró la puerta con la pierna y me empujaba hacia mi habitación.

-Cariño, espera solo 5 minutos que termine de comer.

-Pues yo también quiero comerme algo.

Me senté para terminar mi almuerzo y ella se arrodilló debajo de la mesa. Era la primera vez que me la chupaba mientras comía. Terminé de comer y mientras me lavaba los dientes ella fue a mi habitación. Me la encontré totalmente desnuda en mi cama. Sin pensarlo, fui hacia ella y dejé que me desnudara. La tumbé y empecé a masajearle las tetas y a lamerle los pezones, cosa que a ella le volvía loca. Mientras tanto, acerqué mi pene a su vagina, pero solo la restregaba.

-Métemela ya por favor.- decía ella entre gemidos.

Yo la ignoré y seguí lamiendo sus pezones hasta que se corrió. La puse a cuatro patas y lubriqué mis dedos con sus jugos. Con paciencia, conseguí que mis dedos entrasen en su culo y ella seguía gimiendo. Llegó el momento de metérsela por detrás. Lo hice con mucho cuidado y despacio, pero ella pegó su culo a mi cadera y la metió de golpe. No hace falta ser un genio para entender lo que quería y comencé a embestirla. Ella gemía más que nunca, aunque tardó en correrse de nuevo. Yo seguí hasta que acabé dentro de su culo. Sin sacarla, me desplomé sobre ella y la abracé.

-Qué te ha parecido?

-Ha estado bien, pero disfruto mucho más por el otro sitio.- respondió ella.

-Eso tiene fácil solución.-saqué mi pene de su culo.

-Espera.- se levantó y me cogió de la mano para llevarme a la ducha.

Después de ducharnos volvimos a la cama. Más tarde fuimos al salón y pasamos la tarde juntos. Tenemos hablado que si a uno de los dos le entran ganas de acción y al otro no, podemos masturbarnos, darnos sexo oral o follar mientras el otro está haciendo otra cosa. Yo me puse a leer y a mitad de un capítulo noté su mano en mis pantalones. Sacó mi miembro y me hico una mamada mientras leía. Cuando acabó, me subió el pantalón y me pidió que me tumbara. Se tumbó a mi lado y escuché su respiración. Puede ver como su mano se deslizaba por debajo de sus pantalones.

-Hoy he quedado con Sara.

-Y qué habéis hecho?

-Nada del otro mundo, echar un polvo y poco más.- dije en tono de burla.

-Y mientras tanto yo en casa aburrida…- dijo sin dejar de tocarse.

-Hemos comprado el regalo y hemos ido a la piscina.

-Sara va a la fiesta el viernes?

-Sí.- le guié un ojo.- volverás a verla en bikini.

-Y tú la habrás visto hoy verdad?

-Puede ser que me haya abrazado estando en bikini.

-Que suerte la tuya.- y ella aceleró el ritmo.

Dejé el libro y le quité la parte de abajo para comerle el coño. Ella no dejaba de mirarme y me llamaron al móvil. Le pedí a mi novia que lo cogiera ya que yo tenía trabajo.

-Hola Sara. Estoy en su casa, ahora no puede ponerse. La verdad que nos vendría muy bien. Vale, nos vemos el viernes.- y dejó el teléfono.- Era Sara, dice que puede recogernos en su coche ya que le pilla de camino y así no tenemos que llevar nosotros el nuestro.

Yo asentí y continué lo que estaba haciendo. Los gemidos de María cada vez eran más pronunciados. En ese momento paré, me puse de pie para bajarme los pantalones y la cogí en brazos. La apoyé contra pared y se la metí de golpe. A ella le encanta esa postura. Cuando terminamos, se tumbó en el sofá. Le quité la camiseta y el sujetador. Me tumbé a su lado apoyando la cabeza en uno de sus pechos mientras le agarraba el otro y me quedé dormido.

Cuando desperté, vi que ella también se había quedado dormida y empecé a preparar la cena. Preparé su plato favorito y antes de que pudiera ir a despertarla, me abrazó por detrás.

-Tengo el mejor novio del mundo.

-Lo sé. Espero que tengas algún plan para esta noche porque después de la siesta no creo que pueda dormir demasiado.

-No te preocupes que no nos vamos a aburrir.- y me besó.

Terminamos de cenar y después de ver una película ninguno tenía sueño. Hacía bastante calor y bajamos a la piscina. Era casi media noche y no se veía casi nada ya que en la piscina de mi urbanización no hay luces, pero eso jugaba en nuestro favor. En el agua la abracé y, después de comerle la boca, me sumergí y deslicé hacia un lado la parte de debajo de su bikini para comerme otra cosa. Cuando salí para respirar, le llegó su turno a ella. Lo hicimos allí como tantas otras veces, pues sabíamos que a esa hora desde los balcones no se podía ver si había alguien en el agua.

Subimos a casa y nos fuimos a mi cama.

-Qué te apetece hacer?- pregunté.

-Se me ha ocurrido un juego.

-Sorpréndeme.

-Voy a poner un video, y tenemos que imitar todo lo que hagan.

Por supuesto, puso un vídeo porno. Imitábamos todo lo que hacían pero a medida que avanzaba las posturas se volvían complicadas. Lo hicimos lo mejor que pudimos y al final la chica le masturbaba hasta que se corría en su cara, así que pude sentarme a descansar y dejar que ella terminase.

-Ya te has cansado?- dijo mi novia burlándose.

-Ha sido difícil seguir el ritmo.

-Pensaba que no ibas a aguantarlo entero, me has sorprendido.

Me besó y nos quedamos tumbados en la cama. En ese momento, tuve una idea para calentarla aún más.

-Ahora me toca a mí elegir un vídeo.

-Es justo.- afirmó ella.

Empecé a buscar y encontré el vídeo perfecto. Era un trío entre un chico y dos chicas, de las cuales una era morena (como mi novia) y otra rubio (como Sara).

-Eso no podemos hacerlo, pareces tontito.

-Ya, pero no hay nada que te llame la atención de las chicas.

-No, no sé que tienen de especial. Están buenísimas pero…- en ese momento lo entendió – que malo eres.

-Y que bueno a la vez.

-Pues me vas a comer el coño.

Bajé a su cintura y le comí el coño. Se corrió pero yo no paré, seguí lamiendo su vagina y le masajeaba las tetas. Cuando volvió a correrse, no le di tiempo a que dijera nada. La besé y se la metí. Ella estaba en éxtasis. Cambiamos de postura, me senté y ella se subió encima de mí. En esa posición, sus tetas quedaban a la altura de mi boca y le lamí los pezones mientras la follaba y le miraba a los ojos. Ella me abrazaba cada vez más fuerte contra su pecho hasta que exploté dentro de ella. Volvimos a ducharnos juntos y caímos rendidos en la cama.

Me despertó besándome el pecho y el cuello.

-Hoy te he preparado el desayuno.- dijo mientras se sentaba en mi cara.

Pese a estar recién levantado, me activé rápido y ella pudo disfrutar también de su desayuno. No solemos hacer el 69, pero a veces surge así. Una vez terminamos me abrazó y me habló al oído.

-Ahora sí, voy a prepararte el desayuno. Quédate aquí hasta que te avise.

Desayunamos juntos y bajamos a la piscina para darnos un baño matutino. Ella de nuevo tenía que irse antes de comer y no podía dormir en casa.

-Antes de irme tengo que contarte algo.- me dijo ella.

-El qué?

-Llevo tres días soñando con Sara.

-Te apetece contármelo.

-Si.

Subimos a casa, nos secamos y nos quedamos en ropa interior. Nos tumbamos en mi cama y me contó lo que había soñado esas tres noches.

“La primera vez, Sara y yo estábamos en la playa solas cuando de repente me dijo que quería hacer topless. A mí me daba vergüenza pero lo hice también y ella se quedó mirando mis tetas.

-Me encanta tu pecho.- dijo ella- puedo tocarlo?

Antes de que pudiera responder, ella se acercó y las masajeó. Yo no podía moverme. Ella vio que estaba nerviosa, me acarició la cara y me besó. Nos abrazamos y acabamos en el suelo, ella tumbada encima de mí.”

Yo empecé a masturbarme

“En el segundo sueño, estábamos en la montaña nosotros dos, ella y más personas. Hubo un momento en el que ella y yo nos perdimos y nos caímos a un lago. Al salir del agua, vi su ropa mojada y apretada contra su cuerpo y me abalancé sobre ella. Volvimos a caer al agua y cuando nos quitábamos la ropa me desperté.”

Apartó mi mano y siguió masturbándome ella.

“En el tercer sueño, llegué a casa y ella estaba en mi cama desnuda. En cuanto me vio, me quitó toda la ropa, me empujó a la cama y me comió el coño. Yo deseaba saborearla a ella y me desperté antes de poder hacerlo.”

Me subí encima de ella y follamos como locos. Cuando terminamos, ella se vistió.

-Te veo mañana- me dio un beso- te quiero.

-Y yo a ti.- le di un cachete cariñoso en el culo cuando se dio la vuelta.