Semana con mi novia. Segundo día

Mi novia no ha olvidado lo que tengo que contarle. Para mi sorpresa, esto despierta algo nuevo en ella.

Os dejo aquí la parte anterior https://www.todorelatos.com/relato/162986/

María me despertó dándome besos en el cuello y en el pecho. Me encanta despertarme y verla a mi lado. Me puse encima suya para abrazarla y noté que estaba mojada.

-Ya tienes ganas de guerra?

-Me ha costado mucho dormir, llevo toda la noche pensando en lo que me tienes que contar.

-Voy a preparar el desayuno y más tarde hablamos de eso.

-Vale, pero no puedes dejarme así, recuerdas que me debes una mamada?

-Ahora?

-Ahora. Y no quiero besos ni caricias por el cuerpo, ve directamente al grano.

Sin más dilación, fui a por los jugos que me estaban esperando. Estaba realmente mojada. Mientras lamía su clítoris, le metí un dedo, el cual entró muy fácilmente, por lo que le metí otro. Esto hizo que María diera un gemido enorme que debieron escuchar algunos vecinos. Yo seguí a lo mío y ella disfrutaba como nunca. Apretó mi cabeza con sus piernas y se corrió. Seguía tumbada en la cama, respirando profundamente. Intenté darle un beso pero me detuvo.

-Aún no has terminado.

-Claro que sí, y los vecinos estarán de acuerdo.

-He gritado mucho?- dijo riéndose.

-Bastante.

-Tendré cuidado, ahora sigue.

Me gusta hacerme de rogar, pero también me gusta el sabor de su vagina, por lo que decidí seguir. Cuando terminé, esta vez sí me dejo besarla y me abrazó. Nos quedamos un rato así en la cama. A veces no necesitamos hacer nada, disfrutamos de la compañía del otro sin recurrir a la penetración.

Cuando nos entró hambre, fui a hacer el desayuno y la avisé cuando estaba todo listo. Ella tenía que almorzar con su familia y no podía quedarse a dormir en mi casa, por lo que hablamos de lo que haríamos al día siguiente. Quedamos en que vendría a casa por la tarde, pero eso lo contaré en el próximo relato. Después de desayunar, fuimos a mi cuarto a ver la tele. Ambos estábamos en ropa interior porque hacía bastante calor.

-Amor, en unas horas me tengo que ir, te gustaría contarme ahora lo que tuviste con Sara?- me preguntó ella.

-Vale, pero quiero algo a cambio.

-Lo que quieras.

-Una mamada cuando yo quiera.

Ella asintió, me tumbé en la cama y ella se puso a mi lado apoyando su cabeza en mi pecho y me dispuse a contarle con todo lujo de detalles lo que pasó aquel día.

“Era verano, ya nos habíamos graduado del instituto y salimos de fiesta con todo nuestro grupo para celebrar que todos habíamos entrado en la carrera que queríamos. Ya que nuestra graduación fue un día de diario y estaba todo cerrado, decidimos ponernos los trajes y vestidos que usamos en la graduación. Quedamos a las doce en el centro y de camino me encontré con Sara, por lo que fuimos juntos hasta el centro. Ella estaba radiante y era mi mejor amiga. De camino me contó que el chico que le gustaba resultó ser un incordio y yo le dije que la chica que me gustaba era muy borde y que ya no quería nada con ella.

-No te preocupes que hoy ligamos.- afirmó ella

-Seguro que sí. Hoy es nuestro día.

Cuando llegamos ya estaban casi todos. Estuvimos paseando y escuchando a los RRPP hasta que nos ofrecieron entradas bastante baratas para una discoteca, aunque sin consumición. Como muchos no bebíamos alcohol, incluidos Sara y yo, nos pareció de lujo. Ya era la una de la madrugada y había gente en la discoteca. Bailé con mis amigos y cuando fui al baño me encontré con otro grupo que conocía y estuve hablando con ello cuando pusieron mi canción favorita. Me despedí de ellos y busqué una pareja. La primera que vi fue a Sara así que la invité a bailar y mientras bailábamos le pregunté cómo iba la noche.

-Mal. Los chicos me miran pero ninguno se acerca.- dijo ella desilusionada.

-Les impondrás respeto, es que estás guapísima. Ahora mismo veo a algunos mirando hacia aquí, seguro que están celosos.

-Pues parece que ser guapa es una maldición.- dijo mientras se reía.

-Podría verse así.

La noche siguió avanzando pero no me apetecía hablar con chicas. No podía quitarme la sonrisa de Sara de la cabeza. Vi que algunos chicos se atrevieron a hablarle, pero ella se deshacía rápido de ellos. Fui a hablar con ella por si le ocurría algo. Negó con la cabeza. Algunos amigos empezaron a irse y yo me encontraba bastante cansado. Me despedí de los pocos que quedaban y Sara se me acercó.

-Bailamos la última y nos vamos?

-Me parece bien.

Esta vez bailando ella se acercaba mucho a mí. Alternaba entre mirar mis ojos y mi boca. Quería besarla, pero no delante de los demás. Cuando terminó la canción, salimos de la discoteca y nos fuimos a casa. De camino, cuando llegamos a una calle en la que no había nadie, me lancé y nos besamos. Fue un beso increíble y largo.

-Pensaba que no te ibas a atrever.

-Yo pensaba lo mismo, pero a veces me sorprendo. Te atreves tú ahora?

Sin pensarlo, se acercó a mí y me besó. Mientras la acompañaba a casa, hablamos de lo que había sucedido y ambos nos sentíamos raros.

-Creo que más que amor, lo que sentimos es cariño.- dije yo.

-Ya son muchos años conociéndonos, es normal.

-Pero no quiero que afecte a nuestra amistad.

-Yo tampoco, aunque debo decir que besas muy bien.

-Tú podrías mejorar un poco.- me encantaba meterme con ella.

Entre risas llegamos a su casa y para entonces yo tenía una pequeña erección. Por más que solo la viera como una amiga, uno no es de piedra, y cuando me abrazó para despedirse lo notó.

-Me lo tomaré como un cumplido.- ahora era ella la que se reía de mí.

-Culpa tuya por ser tan guapa. Seguro que tú estás igual.

-Quieres comprobarlo?- me guiñó un ojo.

-En serio?- yo alucinaba.

-La verdad es que tengo bastantes ganas y tenemos confianza.- dijo acercándose a mí.

-Mentiría si dijera que yo no.

  • Pues hagamos una locura, estoy sola en casa hasta mañana por la noche.- estaba susurrándome al oído. Me invitó a pasar.

-Después de ti.- dije yo.“

Aquí empecé a escuchar la respiración de mi novia. Vi que se estaba acariciando por encima de las bragas. En ese momento cogí su mano y la metí por debajo de su ropa interior. Entonces ella decidió desnudarse para que le fuera más fácil. Mientras tanto, procedí a seguir con la historia.

“Llegamos al cuarto de Sara y entre besos procedimos a quitarnos la ropa. Cuando estábamos en ropa interior, ella me apoyó en la pared y devoró mis labios mientras yo le agarraba el culo. Se separó para mirarme a los ojos y me habló en voz baja.

-Tengo para mí sola al chico que todas miraban en la discoteca.

-Ya me gustaría.- pero ella me miraba seria.

  • De verdad no te has dado cuenta? Cuando bailábamos te fijaste en que los chicos nos miraban, pero las chicas también lo hacían. Seguro que pensaron que éramos pareja.- la agarré fuerte y la puse a ella contra la pared.

-Y no será que las chicas también te miraban a ti?- dije en tono de burla.

-Posiblemente.- nos reímos los dos y me empujó hacia la cama.

Se tumbó encima de mí y mientras me besaba se restregaba contra mi erección. Yo aproveché para quitarle el sujetador. Fue una sensación increíble notar su pecho contra el mío. Llegó un momento en que pensaba que mi miembro iba a explotar. Ella pareció notarlo y terminó de desnudarme. Cuando lo liberó, lo agarró con una mano para hacerme una paja. No dejaba de mirarme y poco a poco acercó su boca. Empezó a darle besitos y acabó metiéndosela entera.”

Vi a mi novia meterse un dedo. Al parecer la historia le estaba encantando.

“Aunque me faltaba para acabar, yo también quería saborearla a ella, por lo que la paré y la tumbé boca arriba. Empecé a besar su cuello y agarré sus tetas con mis manos. Las masajeaba y las chupaba. Seguí bajando y vi que sus bragas estaban totalmente húmedas. No quise hacerla esperar. Se las quité y exploré con mi lengua todos los rincones de su vagina. Ella no paraba de gemir y me hizo señas para que parase.

-Quiero que me la metas ya.- me pidió ella.

-Tienes condones?

-Tomo pastillas, no nos hacen falta.

Acerqué mi pene a la entrada de su vagina. Entró con un poco dificultad pero ella no sentía dolor. Aceleré el ritmo y nos mirábamos a los ojos. Seguía tan guapa con siempre. No terminaba de creerme lo que estaba pasando. Estuvimos en esa postura hasta que me dijo que la dejara encima. Se sentó sobre mí y cuando le agarré las tetas ella aceleró el ritmo. Después de unos minutos, eyaculé dentro de ella. Ella se tumbó sobre mí

-Te has corrido?- le pregunté.

-Dos veces. Quieres quedarte a dormir?

-Me encantaría.

Y nos quedamos dormidos tal y como estábamos.”

-Amor necesito que me folles ya.- María ya se metía dos dedos

  • Aún no he terminado la historia.

-Pues sigue.

“Cuando nos despertamos, estuvimos hablando de lo que ocurrió.

-Fue brutal. Mucho mejor que ver porno.- dijo ella.

-Mucho mejor- dije riéndome.- Hicimos lo que hemos visto mil veces.

-Bueno… todo no- ella sonreía con complicidad.

-Todo lo que podíamos hacer sin más gente.

-Me estás decepcionando- ella se acercó a mí y cogió mi mano- No te estás olvidando de esto?- puso mi mano en su culo. Yo la miré sorprendido.- Anoche no te dije nada pero antes de que te despertases me lo he lavado. Me gustaría probar lo que se siente.

-No quiero hacerte daño.

-No te preocupes, si me duele lo dejamos.

Se subió encima de mí y me besó. Ella volvió a restregarse contra mí.

-Intenta meterme un dedo, pero no tengas prisa.

Así lo hice pero era bastante difícil. Con paciencia, conseguí meterlo y luego le entró otro dedo. Entonces ella se levantó y se puso a cuatro patas. No hacía falta que dijera nada. Me incorporé y le metí mi pene poco a poco. Estaba bastante apretado, lo cual me gustaba mucho. Llegó un punto en que entraba y salía sin problemas.

-Más rápido.- me pidió ella. Sin dudarlo, aumenté el ritmo.

Ella se desplomó, por lo que intuí que se había corrido. Yo estaba a punto, me tumbé sobre ella y terminé dentro de su culo. Cuando se recuperó me abrazó y me miró a los ojos.

-Ha sido la mejor experiencia de mi vida.- dijo ella.

-De la mía también.

Me invitó a ducharnos juntos y allí volvimos a hacerlo, esta vez por su vagina. Ella acabó primero y me la chupó hasta que me corrí en su boca y se lo tragó.”

En este momento mi novia se tumbó encima de mí, abazándome muy fuerte con la mano que tenía libre y dio un grito ahogado por la almohada. Noté un líquido cayendo por mi pierna. Se corrió como nunca en su vida, incluso empezó a llorar mientras sus fluidos caían. Le costaba respirar y me miró en silencio durante un momento. Cuando se recuperó, me abrazó.

-Me ha encantado oírlo. Uno de los mejores orgasmos de mi vida.

-Me alegro cariño, pero tú te has corrido y yo no. No me debías algo?- Ella miró el reloj.

-Dentro de poco me tengo que ir.

-Dijimos cuando yo quisiera.

-Lo sé- me acarició la cara.- Pero tengo que irme, si esperas hasta mañana cuando vuelva en lugar de eso te dejo usar el agujero que quieras. Me ha encantado oír que se la metiste a Sara por detrás.- su mirada era sincera.

-Acepto.

-Pero aunque diga que te dejaré elegir solo dejaré que escojas ese. Necesito probarlo.

-Lo imaginaba.

Nos vestimos los dos y ella se fue a casa. Esa tarde no pasó nada importante. En la próxima parte os contaré lo que pasó al día siguiente.