Semana con mi novia. Quinto día
María y yo vamos a una fiesta con Sara y acabará siendo uno de los mejores días de nuestra vida.
Os dejo aquí la parte anterior https://www.todorelatos.com/relato/163342/
María llegó pronto a mi casa. Estaba aburrida y le apetecía estar conmigo. Vimos un película y cuando terminó ya casi era la hora en la que vendría Sara a recogernos, por lo que fui a cambiarme.
-Podrías ir así.- dijo cuando me desnudé.
-Podría.- dije riendo.
-Al menos haz una cosa. Cuando te quites la camiseta para bañarte, no vuelvas a ponértela.
No tengo un físico demasiado musculado pero se nota que voy al gimnasio y a mi novia le encanta. La primera vez que me quité la camiseta delante suya se quedó sorprendida.
Sara nos avisó cuando cogía el coche y bajamos para esperarla. Llegamos puntuales a la fiesta. Eran las 7 de la tarde y duraría hasta que cada uno quisiera irse. Estábamos en un chalet con una piscina, un jardín muy grande y música. Ayudamos a llevar mesas y sillas desplegables y cuando estaba todo listo, fui a bañarme y mi novia me siguió.
-Recuerda, ya no puedes ponerte la camiseta.
-Me la pongo cuando te la pongas tú, te vale eso?
-De acuerdo.- y me dio un beso.
Los demás también se bañaron y jugamos a water polo, con la condición de que el equipo perdedor debería preparar la barbacoa. El equipo de María perdió y cuando estaban haciendo la cena, saqué a Sara a bailar y María no nos perdió de vista. Después de la cena, había varias formas de pasar el tiempo: cartas, juegos de mesa y una consola dentro de la casa. Estuve jugando al poker hasta que María me abrazó por detrás para que fuéramos a la piscina de nuevo.
-Mientras hacía la cena tú te has puesto a bailar con Sara, te parecerá bonito.
-Celosa?- dije guiñando un ojo.
-Me da vergüenza pedirle que baile conmigo.
-Aún tienes tiempo.
Cuando salimos estaban todos en el jardín. Jugamos todos a un juego de mesa hasta bien entrada la noche y yo empezaba a tener sueño. Fui al baño y al salir me crucé con Sara en el pasillo.
-Cómo te lo estás pasando.- me preguntó.
-De lujo, y más sabiendo que no tengo que conducir.
-Hablando de eso, cuando te llamé y María cogió tu móvil, qué estabas haciendo?
-Estaba en el baño.
-Podía escuchar la respiración de tu novia.
Aquí me quedé callado sin poder aguantar las ganas de reírme.
-No me molestó, pero me quedé bastante sorprendida.- explicó ella.
-Llamaste en mal momento.
-Pero no te preocupes que hay confianza. Pero una pregunta, he notado que María nos miraba cuando bailábamos, está molesta?
-Está deseando bailar contigo, pero le da vergüenza.
-Conmigo por qué?
-Lleva toda la semana soñando contigo.- me acerqué mucho a ella- creo que hasta le gustaría que te vinieras a casa.
Ella se quedó callada sin saber qué decir.
-No te apetece hacer una locura?- le susurré al oído.
-No sé, es tu novia y no quiero meterme en una relación.
-Bueno, sácala a bailar y cuéntale lo que hemos hablado. Que ella decida.
Salimos fuera y seguimos jugando al juego de mesa. Al terminar, Sara se acercó a María y bailaron juntas. María me miraba y yo le sonreía. Cuando acabó la canción vino hacia mí. Tenía calor y me pidió que fuese a la piscina con ella. Me abrazó y me besó.
-Estás seguro?- me preguntó mirándome a los ojos.
-Solo si tú quieres.- ella asintió. - Pues vamos a secarnos y avisamos a Sara.
Nos despedimos de los que quedaban y fuimos en coche a mi casa. En el ascensor, María se acercó a Sara, me miró y la besó. Cuando entramos, fuimos al salón. Me senté entre ellas y besé a Sara. Luego, besé a mi novia y la subí encima de mí pero dándome la espalda y Sara se sentó en mis rodillas. Volvieron a besarse y llevé las manos de Sara a la camiseta de mi novia para que se la quitara. María hico lo mismo y le tocó el pecho por encima del sujetador. Sara se puso de pie para que María le quitase el pantalón. En ese momento, Sara levantó a María y se volvieron a besar. Sara iba bajando mientras la besaba, llegó a su cintura, le quitó los pantalones mirándome y le acariciaba el culo.
-María, por qué estamos casi desnudas y tu novio está totalmente vestido?
-Buena pregunta, pero tiene fácil arreglo.
Cada una me cogió una mano y me llevaron a la cama. Se tumbaron dejándome a mi en medio y mientras me besaban me quitaron la camiseta y los pantalones. Sara pasó por encima de mí y se tumbó sobre María para besarla. Yo aproveché para acariciar el culo de Sara y mi novia le desabrochó el sujetador. Rodaron y María quedó encima.
-Cariño me ayudas?- dijo cuando le quitó el sujetador y empezó a besarle una teta.
Yo cogí la otra y me llevé el pezón a la boca. Sara estaba disfrutando mucho, nos tenía a mi novia y a mí comiéndole las tetas y acariciándole por encima de las bragas. Le llegó el turno a María y repetimos el proceso Sara y yo.
-Ahora te toca a ti.- me dijo mi novia.
Me tumbé y ellas me quitaron los calzoncillos. Mi miembro salió totalmente erecto. María lo cogió y lo acercó a Sara. Se la metió en la boca y luego lo hico mi novia. Estuvieron un rato chupándomela las dos y besándose.
-A quién se lo quieres comer primero?- me preguntaron.
-Túmbate.- dije mirando a Sara.
Le quité las bragas y besé a María. La agarré de la cabeza y suavemente la fui acercando a la vagina de Sara. María hizo lo que yo siempre hacía con ella. Le besaba las piernas, la barriga y se acercaba cada vez más. Llevó su lengua a la vagina de Sara y escuché a Sara gemir.
-Mírala- le dije a María al oído.
Me tumbé al lado de Sara para besarnos y ella cogió mi pene para masturbarme. Nos quedamos así hasta que Sara se corrió. María se sentó encima de Sara para que le comiera el coño y me señaló la vagina de Sara. Yo me acerqué y empecé a metérsela mientras mi novia me miraba. María me besaba mientras me follaba a Sara y no tardó en correrse. Se tumbó al lado de Sara.
-Quiero que te corras dentro de ella- dijo mirándome – y quiero que tú me mires en todo momento – dijo mirando a Sara.
Yo obedecí y embestí a Sara sin parar. Escuché como ella se corría sin dejar de mirar a mi novia y eyaculé dentro de ella. Entonces María volvió a chupármela hasta que me empalmé de nuevo y se tumbó encima de Sara. Oía como se besaban y se la metí a mi novia. Estaba disfrutando más que nunca y parecía no tener fin. María se corrió y sacó mi polla.
-Todavía no te he visto comerle el coño a Sara. Quiero que le des un masaje como los que me das a mí.
Tumbé a Sara boca abajo y empecé a acariciarle la espalda. Luego bajé a sus piernas y subía sin llegar a su culo. Le pedí que se diera la vuelta y le masajeaba las tetas. De nuevo fui a sus piernas y cuando llegué a acariciar su vagina sus gemidos se incrementaron. Entonces llevé mi boca a su coño y se lo comí delante de mi novia, quien no perdía detalle de la situación. Cuando Sara se corrió, mi novia se acercó a mí para besarme.
-Ahora me lo vas a comer a mí y mientras tanto vas a follarte de nuevo a Sara, que creo que aún tiene ganas de guerra.- dijo María.
Me tumbé en la cama y se subieron encima de mí. Aproveché para tocarle las tetas a María, pero ella me apartó las manos y Sara fue a comérselas. Volvieron a correrse las dos, yo aún aguantaba y me hicieron una mamada entre las dos hasta que eyaculé en la boca de María. Sara se acercó abriendo la boca y compartieron mi semen mientras se besaban.
-Mientras te recuperas, voy a disfrutar con tu novia, así que mejor date prisa. – dijo Sara e hicieron el 69.
Yo me quedé observando. Nunca había pensado en la posibilidad de hacer un trío con María y tenía que aprovechar al máximo esa experiencia. Cuando me recuperé, las dos se levantaron y me besaron mientras me acariciaban el pene. Sara se agachó para llevarlo a su boca mientras seguía besando a María.
-Gracias. – me dijo María.
- Te amo.
Cambiaron sus puestos y me besé con Sara. Unos minutos después, mi novia se tumbó en la cama y Sara se puso a cuatro patas para comerle el coño mientras la follaba.
-Quiero que acabes dentro de mí. – dijo María y yo asentí.
Cuando se corrieron las dos, cambiaron las posiciones y acabé dentro de María.
Invitamos a Sara a quedarse a dormir y nos acostamos los tres, quedando yo en centro. Escuché a Sara quedarse dormida pero yo no podía dormir y se me levantó de nuevo. Empecé a masturbarme hasta que María lo hizo por mí.
-Tampoco puedes dormir?- me preguntó.
-No.
-Podemos divertirnos un poco más – y se acercó para besarme.
Se subió encima de mí y empezó a metérsela muy lentamente.
-Te ha gustado? – le pregunté.
-Mucho.
-Cómo estaba tu primer coño?
-Riquísimo, pero donde haya una polla que se quiten todos los coños, sobre todo si es la tuya. – seguía metiendo y sacando mi pene lentamente.
-Puedes comerte mi polla cuando quieras.
-Lo sé.- empezó a acelerar el ritmo.
Vi a Sara llevarse la mano al coño.
-No seas tímida.- le dije.
Ella se acercó y nos besó a los dos
-Perdón por despertarte, luego te recompenso. – dijo mi novia.
María aceleró el ritmo y nos corrimos a la vez. Entonces ella le comió el coño a Sara mientras yo le comía las tetas. Cuando Sara se corrió, nos quedamos los tres abrazados, con Sara en medio, y nos dormimos.