Semana con mi novia. Primer día

Me quedo solo en casa durante una semana. Por supuesto, mi novia María se quedará a dormir conmigo la mayoría de los días, pero ocurren sucesos inesperados.

Teníamos una semana por delante y bastamtes planes por hacer. Mi novia vino a mi casa para posteriormente ir a la playa con unos amigos, entre ellos una chica a la que hacía bastante tiempo que no veía.

Estábamos en el salón conversando. Era muy pronto todavía.

-Cuántos vamos?- me preguntó.

-Unos diez. Creo que los conoces a todos menos a Sara.

-La que sale en varias fotos contigo de pequeños?

-Si. Creo que hace tres años que no la veo.

-Bueno, aún queda un rato para salir.- dijo mientras se acercaba a mí.- Qué podemos hacer?

-No lo sé, se te ocurre algo?- le sonreí.

Ella no respondió y me besó a la vez que me tocaba la entrepierna. Cuando notó mi erección empezó a agacharse y a quitarme los pantalones. Cuando liberó mi miembro ya estaba prácticamente en su esplendor. Se lo metió en la boca sin dudarlo. Empezó poco a poco y cada vez se lo metía más al fondo. Estaba disfrutando muchísimo hasta que paró para llevarme a la habitación.

-Tumbate. Hoy me apetece mandar. -me ordenó.

Me tumbé y ella siguió con la tarea. Se estaba empleando en la tarea. No dejaba de mirarme a los ojos, lo cual me encanta. Pasado un rato, le avisé de que no me faltaba mucho para acabar.

-Te he dicho que hables? Si vuelves a hacerlo sin que te lo pida nos vamos a la playa y esperamos a los demás.

Fui obendiente y no dije nada. Ella siguió a lo suyo hasta que acabé en su boca y se lo tragó.

-Me encanta. Quieres decir algo?

-A mí me encantas tú.

-A ver si es verdad.

Se quitó la parte de abajo y se sentó encima de mi cara. Yo empecé a lamer, estaba muy mojada. Ella me miraba mientras sonreía. Desvíe un momento la vista de sus ojos para mirar sus pechos y agarrarlos.

-Mírame. Puedes torcame las tetas si quieres pero mírame.

Así lo hice. No volví a romper el contacto visual. Seguía lamiendo mientras le acariciaba los pechos hasta que se corrió.

-Si que sabes comer un coño. No has estado nada mal.

Yo no hablaba, pues no me había dado permiso.

-Asi me gusta. Creo que te mereces un premio especial.

Agarró mi pene que de nuevo estaba erecto. Fue acercándose poco a poco. Iba a sentarse encima de mí hasta que llegué a tocar la entrada de su vagina.

-Pero tendrás que esperar hasta esta noche. Antes de venir he decidido que no íbamos a follar hoy. Tendrás que esperar hasta medianoche. Vístete que nos vamos ya.

Yo no me lo podía creer. Por un lado me gustaba que de vez en cuando se pusiera así, pero me estaba dejando con las ganas. Entonces volvió a ser la de siempre y me abrazó.

-No te preocupes. Te prometo que valdrá la pena.

-Te quiero.

-Yo más.

Fuimos a la playa y estuvimos solos media hora hasta que llegaron los demás. Le di un fuerte abrazo a Sara y le presenté a María. Hablamos un rato y los demás fueron a un kiosco a comprar unos helados. Nos quedamos María y yo solos de nuevo.

-Sara es guapísima- dijo mi novia

-Era la más guapa del colegio. Muchos estábamos detrás de ella.

-Tú también?

-Yo el primero.

-Yo también lo habría estado seguramente. Tiene un cuerpazo.- nos reímos los dos.

No tardaron mucho en volver y cada uno pasábamos el tiempo como queríamos, algunos charlaban, otros jugaban con palas y una pelota y otros se iban al agua. Yo notaba que mi novia miraba bastante a Sara y hubo un momento en que la pillé mirándole las tetas, pero no dije nada. Hablé bastante con Sara, me contó qué había sido de ella y me preguntó como conocí a María. Cuando nos entró hambre, pedimos unas pizzas y cenamos todos juntos. Más tarde nos fuimos y cuando llegamos a casa nos metimos mi novia y yo en la ducha. Al salir, miré el reloj.

-Ya son más de las doce. -Afirmé orgulloso.

-Que bien.

-Y... no me debes algo?

-Es posible- y me guiñó un ojo. -Recuerda quien manda.- Asentí

Me besó, nos fuimos a la cama y nos quitamos toda la ropa. Me quedé debajo y ella empezó a hacerme cosquillas. Es algo que hacemos mucho entre nosotros y nos encanta. Empezó en mi cuello y fue bajando hasta que llegó a la cintura. Sus cosquillas cada vez se acercaban más a mi miembro hasta que empezó a masturbarme. Mientras lo hacía, se acercó a mí para hablarme al oído.

-Te gusta?

-Si.

-Pues aún no ha llegado lo mejor. Has estado toda la tarde esperando y eso merece una recompensa, pero recuerda que debes mirarme.

Entonces se sentó sobre mí y se la metió de golpe. No empezó suave, lo hizo bastante rápido desde el principio y llevó mis manos a sus pechos. Tras unos minutos, volvió a hablarme al oído.

-Agarrame del culo bien fuerte. Cómo vas?

-Genial.

-Pienso hacerte acabar en un momento.

-Qué te apuestas algo a que duro un rato más?

-Lo que quieras.

-Una mamada cuando el otro lo pida.

En ese momento ella me abrazó fuerte y aceleró aún más el ritmo. Abrí mucho los ojos sorprendido, no esperaba que aún pudiera acelerar tanto. La escuchaba respirar muy fuerte, pero más fuerte le apretaba yo las nalgas. Por más que intenté aguantar un poco, fue imposible y acabé eyaculando.

-Vaya, me parece que has perdido. -dijo ella burlándose.

-Eso me temo.

-Te lo has pasado bien hoy?

-Si. Sara te ha caído bien?

-Es muy simpática.

-Y tiene unas tetas enormes verdad?

Ella se quedó callada.

-Te he visto mirándole las tetas de forma descarada.

-La verdad es que al verla me ha impresionado.

-Ahora mi novia es bisexual? -dije en tono de broma

-Me gustan los hombres, pero sabes que hay mujeres que me parecen guapísimas. Creo que me atrae un poco pero nada más. Quizás si no estuviera contigo probaría pero nunca tendría una relación formal con una mujer.

-Pues quizás te interese saber que años antes de conocerte tuvimos una noche mágica ella y yo.

-En serio? Podrías contarmelo?

-Te excita pensar en mí con otra?

-No, pero a lo mejor con Sara sí.

-Por la mañana te lo cuento, de momento vamos a dormir.

Y dormimos abrazados en mi cama.