Segundo encuentro con marta

Tras la sesión compartida con nuestra ama, Marta me hace una visita para hacerme su sumiso...

SEGUNDO ENCUENTRO CON MARTA

Estaba una tarde en mi despacho de abogado, cuando entra mi secretaria Carmen, y me indica que ha llegado su hermana Marta, que según le dice me conoce y quiere hablar conmigo, y como en ese momento no tenía citas pendientes y dado que era la hermana de Carmen, le indiqué que la hiciera pasar, primero de intentar sonsacar sin éxito el motivo de la visita.

Antes que nada indicar que Carmen es mi secretaria desde hace unos diez años, entró a trabajar para mí nada más terminar su carrera de Graduado Social, a través de una amiga común, por lo que ahora tendrá unos 34 años, y con la cual nunca he tenido nada sino una relación cordial y de complicidad entre Jefe y Secretaria, teniendo novio cuando entró a trabajar para mí, casándose con él hace unos cinco años, habiendo tenido ya dos niñas con él.

Pues bien me dispuse a recibir a su hermana Marta, sentado tras mi mesa de despacho, dejándome asombrado al ver entrar tras Carmen a la misma Marta con la cual había compartido sesión de dominación con mi señora una semana antes, lo cual me puso algo nervioso ya que sí que era cierto que me conocía. Tras las presentaciones y comentarios entre ambas Carmen se marchó y le ofrecí asiento a Marta en un sillón frente a mí, dejándome expectante ante lo que me pudiera decir.

Marta como ya indiqué en el otro relato, tenía unos 40 años, 1,70 m de estatura, media melena rubia con mechas, cara agradable con ojos verdes,  cuerpo fibrado por el gimnasio, aunque con buenos pechos y culo pequeño y respingón,  caderas anchas y venía vestida informal aunque elegante, lo cual denotaba un buen nivel económico, con un vestido de tirantas y sandalias de tiras y tacón, dejando entrever sus tetas contenidas en un sujetador, la cual tras tomar asiento me indicó que como hablamos en el bar ella me conocía a través de su hermana de referencia y de vista desde hace muchos años, por lo  que se sorprendió al verme, a la par que le dio morbo y algo de vergüenza el otro día al encontrarme en aquellas circunstancias con nuestra común señora, y que si bien ella era bisexual solo se dejaba dominar por mujeres , considerando a los hombres inferiores,  preferiendo tratarlos en una relación de superioridad femenina y que yo era ideal para ello a partir de ahora, ya que ella no necesita a los hombres para vivir al ser una odontóloga con buen nivel de clientela y con suficiente tiempo libre para explorar sus gustos sexuales.

Al verme escéptico ante sus comentarios y mirándome fríamente a los ojos, me indicó esperaba que me aviniera a ello, ya que de otro modo  lo primero que iba hacer es llamar a su hermana y contarle todo, aunque ella ya creía que Carmen sospechaba algo, y después a mis clientes, por lo que más me valía colaborar. Por mi parte, por un lado me daba un morbo tremendo tener una mujer dominante delante de mí, la cual ya había conocido tanto desnuda como íntimamente, y más aún conociendo su relación con mi secretaria, pero por otro me turbaba que aquello se fuera descontrolar y acabara muy mal para todos.

Solo le hice la pregunta sobre esto que me proponía como afectaba a mi relación con nuestra señora en común, a lo cual me respondió que eso ya lo tenía arreglado con la señora, ya que yo había sido cedido por ella a cambio de un arreglo bucal completo y por tanto, de momento yo solo le serviría a ella, salvo que quisiera compartirme.

Dicho lo cual me indicó que ya como su sumiso esclavo y si estaba de acuerdo, y a fin de sellar el acuerdo, me desnudara completamente y me arrodillara ante ella, cosa que estaba dispuesto hacer, si bien con cierto reparo al principio dada la situación y el lugar donde estábamos, me levanté y encaminé a la puerta para cerrarla con llave, si bien ella me recriminó con voz dura, aún sentada en el sillón confidente de la mesa, que dejara la puerta como estaba y que no se me ocurriera hacer nada que no me hubiera mandado ella previamente, a lo cual contesté con un sí mi ama.

Ella giró el asiento y yo en medio del amplio despacho me fui despojando de mi ropa: polo de verano, pantalones chinos, mocasines sin calcetines y calzoncillos, dejándolo todo encima de un sillón cercano, y arrodillándome ante ella, la cual indicó que así le gustaba que fuera obediente, y que la descalzara de las sandalias y procediera a adorar y lamer sus pies, cosa que hice con gran excitación por mi parte, lo cual fue detectado por Marta,  la cual con su pie derecho empezó a darme patadas en la polla y huevos, lo cual me excitó mucho más, a la par que le empezaba a lamer su otro pie. En ello me encontraba cuando, sin percatarme de nada, me indicó que levantara la cabeza y con su móvil me hizo varias fotos en esa postura, desnudo y humillado a los pies de una mujer, y lamiéndole los mismos, y con la cara al descubierto, por lo que ahora sí me tenía en sus manos totalmente, pudiendo usar dichas fotos para lo que quisiera y tenerme agarrado de los huevos en el futuro. Y ya puestos, me indicó que me levantara y con las piernas abiertas y manos sobre la cabeza siguió haciendo fotos para su archivo, así como varias en otras posturas humillantes.

Cuando terminó me dijo que por hoy estaba la  misión cumplida, se marchaba pero pronto tendría noticias suyas, levantándose se encaminó a la puerta y cerró tras sí, aprovechando esos momentos para vestirme a toda prisa no fuera a entrar Carmen, la cual hizo su aparición segundos después de volverme a sentar tras mi mesa, y me interrogó sobre qué quería su hermana….

continuará....