Segundo contacto sexual: la anaconda de Pepe

Esta es la historia de amor entre una verga y un culo en busca de placer en una noche de carnaval. Sorpresa al despertar.

Puedes leer la primera parte de este relato en el siguiente link

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Contacto Sexual

Visualice mi ropa encima de un mueble y sin hacer ruido me dirigí hacia allá pero mi gran susto fue cuando apareció un señor como de 50 años totalmente desnudo y con tremenda manguera colgándole y saludándome a tres metros con una cara como de “te pille, yo sé lo que hiciste anoche”. -Maldita sea, maldita sea, MALDITA SEA-pensé-mírale la cara no la anaconda.

-Freddy tu acompañante se despertó-Grito el señor de lo más normal. Yo estaba que no quitaba la mirada del piso después de eso aunque había un imán que me llevaba a tratar de mirarle todo el cuerpo. En contextura era como dos veces yo, grandes músculos y pecho con una barriga cervecera no tan pronunciada todo esto sumado a un pedazo de guevo que si dormido era largo, despierto debía ser la fantasía de los pasivos del mundo.

Apareció Freddy igual de desnudo que su compañero- Buen día, quédate a desayunar-Dijo con aquel porte que le daba seguridad a todo lo que decía. Ahora que lo detallaba bien no estoy nada arrepentido de nada de lo que ocurrió anoche.

-Debo irme ya es tarde-les dije no tan convencido pero Freddy se coloco frente a mí, me agarro la verga y me dio un beso que me dejo sin aire y así fue como bajaron todas mis defensas y aunque antes estaba que salía corriendo desnudo de esa casa, sabía que era un preso que no quería salir de esa cárcel.

-Quédate con nosotros la pasaras rico-dijo Freddy sabiendo que le diría que si-El maduro me pico un ojo desde atrás y yo… yo… bueno me gusto como sonó el ”Nosotros”.

Termine en la mesa de la cocina comiéndome unas arepas con queso. Yo no quería hablar sobre lo de anoche y trataba de no llegar al tema mientras desayunábamos pero…

-Hicieron bastante ruido anoche- dijo el maduro con picardía. Yo me ahogue con la arepa, tosiendo como un estúpido por tan sutil forma de romper el hielo en el desayuno-almuerzo. Freddy y el maduro quien después se presento como Pepe se cagaron de la risa con mi reacción.

-Este galán tira como los dioses-Comento Freddy y yo me sonroje. Es un poco tonto pensar a que esta edad uno reaccione así pero una cosa es la práctica del sexo y otra es conversarlo normalmente cosa a la que apenas estaba medio acostumbrando con mis amigos.

Luego de tan incomodo desayuno-almuerzo yo les pedí lavar los platos, y mientras lo hacia ellos fueron muy simpáticos, me iban contando de sus vidas.

Estuvimos bastante tiempo conociéndonos, Pepe era el papá de Freddy cosa que no creí y estuvieron minutos convenciéndome de eso entre risas hasta que me mostraron las cedulas. Mas que sentirme incomodo, me entro una excitación que no paso desapercibida. Segundo después Pepe se acerco a mí lo más que pudo.

-Quiero conocerte tan bien como lo hizo mi hijo-Poniendo voz de suplica para que cayera en sus redes.

-Debo hacer una diligencia pero dentro de un rato vuelvo. Pórtense bien- Se despidió Freddy.

Mis nervios no se hicieron esperar aunque también la excitación, las manos del maduro se posaron en mis abdominales y hablándome al oído sus palabras me derritieron.

-Nosotros queremos lo mismo no te niegues yo sé que me deseas- me dijo al oído y pequeños besos inundaron mi cuello mientras su bulto se restregaba entre mis nalgas. En ese momentazo si que me perdí, cuando se activa la cabeza de abajo los líos se esfuman.

Atrapado por un gigante no había forma alguna de liberarme, y tampoco quería hacerlo, tal vez estar encerrado en una casa a escondidas de la sociedad ha sacado un nuevo lado de mí que había deseado desde hace mucho tiempo.

Su lengua juguetona se encargo de desaparecer cualquier pensamiento de negación, solo inclinaba la cabeza hacia un lado para que sus caricias a mi cuello hicieran estragos. Nunca en mi vida había sentido tan profunda excitación por acaricias en mi cuello y tetillas. Sus manos bajaron a acariciar mi pecho y abdominales hasta bajar a la única prenda que me dejaron colocar, el bóxer, y así quedar totalmente desnudo en medio de la cocina.

Quedaron nuestros cuerpos totalmente pegados y entre mis nalgas y la parte baja de mi espalda sentía algo duro y caliente que se restregaba.

Quedamos frente a frente comiéndonos a besos y nuestras vergas frotándose con nuestros líquidos seminales que empezaban a salir. Sus fuertes manos me agarraron y me subieron a un espacio libre cerca del lavaplatos para seguir con nuestros juegos.

Yo con mis piernas abiertas y recibiendo las caricias de su verga junto a la mía que eran masturbadas por su mano mientras nuestras mordidas, caricias y besos eran cada vez eran más salvajes.

Lo seguí, a una habitación más grande que en la que había estado anoche. Olía a sudor y estaba levemente desordenada, nos tumbamos en la cama y de inmediato comenzó la fiesta. Pepe besaba de una forma tan profunda que casi no me dejaba respirar y con su cuerpo encima de mí, sentía que un animal furioso estaba dominándome y yo solo dejaba hacerme, no podía hacer algo más.

Sentía su verga enorme rosarse con la mía mientras él seguía besándome el cuello, la frente, las orejas, y mordiéndome las tetillas haciéndome gritar de vez en cuando. Mis manos eran inmovilizadas por la suyas, quedando a merced de sus deseos. No sabía en lo que me estaba metiendo y que forma de no saberlo.

Fue bajando hasta mi guevo que ya estaba duro y lubricando, sin dudar un segundo fue al grano, se metió mis 19 centímetros hasta el fondo dejándome paralizado de placer. Era un experto mamando guevo y como lo demostraba, una y otra vez hasta el fondo con gula, llenándome de saliva y aprovechando para acariciar mi perineo.

Yo seguía en el puto cielo, sintiendo su garganta y su lengua moviéndose de un lado a otro. Estaba indefenso a las caricias de ese macho que me estaba propinando la mejor mamada de mi puta vida.

Luego levanto mis piernas y comenzó a besar mis bolas para después metérselas completas en su boca y seguir mamándome el guevo. Chupaba por todos lados, las caricias en mi perineo me tenían loco y cuando paso su lengua por mi culo trate de levantarme.

-Ya vas a ver cómo te gusta, quédate tranquilo esto es entre machos y entre machos se queda-dijo Pepe sin soltar en ningún momento mis piernas.- Tranquilo, créeme, no tengas miedo –Dijo de forma tranquila aunque con unos ojos que deseaban probar mas.

-Es que… es que… soy virgen nunca me han acariciado por allí–le dije un poco mas cortado.

Comenzó a pajearme y a jugar con su lengua en mi agujero, al comienzo me dio pena sentir esas caricias pero fue más la excitación que el pudor y en breves segundos estaba gimiendo con la lengua de pepe metida en mi culo.

-No voy a forzarte a hacer nada que no quieras ¿seguimos con esto?–dijo con una sonrisa de confianza sabiendo que no iba a decir no y en caso que lo hiciera me iba a convencer a punta de lengua.

-No pares-Salió de mis labios como por impulso.

El me volteo, quedando boca abajo y a plena disposición. El se hundió entre mis nalgas, sentía su barba rozarme las nalgas y su lengua entrar una y otra vez dentro de mi culo, no le basto solo con eso sino que metió un dedo que me hizo soltar un gemido y desistir de sus caricias pero ya era demasiado tarde para decir no.

Se coloco encima de mí dejándome inmovilizado, escupiéndose los dedos para meter más profundo no solo uno sino dos y hasta tres.

Escuche la puerta abrirse, era Freddy quien había entrado con una sonrisita. Ya yo estaba rendido a las caricias y él lo notó, quería formar parte de la fiesta.

Sentí un líquido cayendo en mis nalgas y agujero, estaba escupiéndome, y ya estaba demasiado perdido para decir no, ahora quería que me hicieran todo lo que quisieran.

-Ponte en 4-Me dijo Pepe, de inmediato su lengua invadió mi culo. Freddy se puso debajo de mí y empezó a chuparme la verga.

Minutos después sentí como un pedazo de carne se colocaba en la entrada de mi ano luego que nos embadurnáramos de lubricante. Fue presionando hasta que sentí un dolor arrechísimo que me dejo sin fuerzas.

-Para, me duele mucho-Le grité pero no hubo respuesta.

Ese macho tan negro como el carbón, me había clavado su anaconda hasta el fondo. No podía cerrar mi culo, me sentía a merced de esa verga que me estaba empalando. Si se movía un centímetro hasta mi respiración cambiaba. Para que negar lo tenso, no lo estaba disfrutando del todo. Me sentía adolorido, lleno, invadido y frágil.

Freddy estaba debajo de mí, acariciando mis bolas y mamándome lo que no estaba duro aunque tampoco muerto.

El tiempo se esfumo no sé si pasaron segundos o minutos hasta que empecé a sentir salir y entrar la verga de pepe. Lo hacía muy lento, haciéndome sentir cada vena y curvatura.

Con cada entrada de su verga en mi culo no podía evitar chillar y mis brazos cedieron un poco, encontrándome con la verga de Freddy que estaba dura. No pude despreciarla, me la metí en la boca para no gritar tanto.

Me sentía como mis novias cuando me las cogía y de una u otra forma sentía pena y culpa aunque la excitación lo podía más.

Pepe aumento las embestidas y yo no sabía que hacer con tantas sensaciones, ya estaba casi pronto a terminar en la boca de Freddy cosa que notó.

Ahora mi cuerpo estaba boca arriba con una almohada levantándome las nalgas y mi piernas siendo agarradas por los fuertes brazos de Pepe quien puso de nuevo su glande en toda la entrada y con impulso la metió desde abajo haciéndome sentir un placer intenso tanto en el culo como en la base de mi verga erecta.

Cada vez me daba más duro y aunque al principio podía aguantar llego un momento que no pude mas y me libere a todas las sensaciones que me regalaba ese pipe que parecía un taladro.

Mi verga se endureció como nunca y mi culo ya dejaba pasar ese pedazo de carbón sin dolor. Pepe con mis piernas en sus manos las alzo más y las cerró provocándome que sintiera más y más.

No podía mantener los ojos abiertos aunque la boca si, estaba muriendo de placer.

El maduro paro las embestidas y su hijo siguió conmigo que aunque más pequeña un culo virgen lo seguía esperando. Entro lentamente hasta el fondo y comenzó con movimientos más rápidos que de inmediato hicieron que me perdiera de nuevo.

Si me hubiesen dicho que estaría así hace 24 horas no lo hubiese creído. Su pipe en mi culo y su mano en mi verga acariciándome lentamente para no hacerme acabar pronto.

-AHHH lento lento-Susurraba Freddy que había parado el ritmo de las cogidas. Pepe lo tenía sujeto de las caderas, le estaba metiendo la anaconda hasta el fondo.

Pasaron unos cuantos segundos mientras Freddy se acostumbraba al guevo de su progenitor, iba y venía poco a poco luego nos activamos de nuevo y con más ganas.

A Pepe le había entrado un diablo por la forma en que penetraba a su hijo, no era normal el ir y venir era intenso y ambos gritábamos.

-OH MIERDA-Grite sin reservas. No había podido aguantar con esta paja que Freddy me hacia como loco, termine con el orgasmo mas arrecho de mi vida. Mi leche cayó en mi abdomen, pecho y algunas gotas hasta mi cara.

Freddy tranco los ojos con mi venida y aunque yo no sentía el mismo placer de antes este acelero más. Pepe lo empujo hacia delante quedando encima de mí, su hijo no pudo aguantar más y se vino dentro de mí. Sentí como resbalaba mejor su verga dentro de mí y salía un poco del líquido entre mis nalgas.

-Que rico culo tienes hijo, sigue apretándolo así. AHHHH-Decía Pepe.

Sentí como desaceleraba a medida que su leche salía y parte de ella salía del culo de Freddy para bañarme a mí también.

Nos quedamos los tres en la cama con la respiración todavía agitada, sudados, oliendo a sexo y bañados en leche recién ordeñada.

-Esto hay que volverlo a repetir-Les dije, mientras Freddy esparcía mi semen por mi cuerpo.

Esa tarde dormimos juntos y repetimos varias veces. Termine con el culo destrozado y con las bolas secas pero una sonrisa que nadie pudo quitármela por días.

En la actualidad son grandes amistades y no solo en el sexo. Me han ayudado a pasar esta etapa de mi vida y no saben lo mucho que les agradezco.

Tarde pero seguro. Mi computadora estuvo en terapia intensiva pero ya está bien. Gracias a todos los que me leen, espero que les haya gustado el relato. Al igual les agradezco a todos los que se toman el tiempo de valorarlos y escribir sus opiniones por esta web y mi mail.