Segunda Vida

A veces cuando deseas algo se hace realidad, Daniel se levanta siendo David; en un tren de camino a Madrid, lo peor de todo es que se levanta sin recordar nada de su nueva vida. Tiene una bella prima llamada Eva, que empieza a conocer de nuevo, aunque para el es tan solo la primera vez.

Segunda Vida

Introducción

Mi vida se ha convertido en pura esclavitud, del trabajo a casa y de casa al trabajo; jamás poseer lo que quiero, no poder hacer nada y prácticamente ir a mi casa de visita…porque vivir, vivo en el trabajo; la chica que quiero la tiene otro, lo que añoro hacer no puedo hacerlo por falta de tiempo.

Esto fue asi durante 5 años enteros.

Hasta que un día pedí una segunda oportunidad, una oportunidad para cambiar mi vida entera; para poder estudiar, para poder ser la persona que quiero ser. Me acosté siendo Daniel Valdepeñas, el cocinero fracasado que trabaja 16 horas al día en Málaga; que no tiene casa propia que vive al día de alquiler, sin novia ni coche ni moto ni nada.

Despierto en un tren, estoy algo aturdido; no recuerdo como llegue aquí, ni siquiera sé adónde voy. Busco en mis bolsillos, hasta encontrar un billete; leo el billete para ver que he cogido un tren desde Cádiz hasta Madrid, ¿Cádiz? No recuerdo haber estado nunca allí.

Busco una cartera entre mis bolsillos, la encuentro y observo lo que llevo; aunque ni la ropa que llevo, ni la cartera me suena de nada y la maleta que llevo entre las piernas tampoco.

En la cartera llevo 1200 €uros, un dineral que no esperaba haber sacado de mi banco y menos sin recordarlo; me pongo a mirar y las tarjetas no tienen mi nombre, tienen otro nombre. ¡¿cartera robada?! Me pongo a mirar el móvil que tampoco recuerdo y veo fotos con una chica muy guapa, gente que no reconozco; en ellas aparece un chico que no soy yo repetidamente y por ultimo compruebo los perfiles…mismo nombre de las tarjetas y fotos del chico que no reconozco, me hago una foto; para mi sorpresa, ¡soy ese chico!

Me pongo a llamar números de gente de mi familia y amigos, muchos no existen; otros no contestan y los que contestan definitivamente no son ellos, cuando llego a Madrid me bajo del tren y veo a una chica rubia con ojos verdes con un cartel con mi nombre.

Me acerco a ella un poco dudoso, ya que no se a que vengo aquí; quien soy, que quiere ella de mi o que es ella para mí.

-         ¡David, que de tiempo! – suelta el cartel que cae al suelo y me abraza con fuerza.

-         Hola – suelto con timidez y sigo su abrazo, un poco cortado.

Ella huele bien.

-         David, ¿Qué te pasa? Te noto extraño. – dice soltándome, pero no del todo; con un tono de preocupación latente.

-         … - en un primer momento no contesto, no sé qué contestar.

Eso solo hace que ella me mire aún más preocupada.

-         ¿David? – insiste.

-         Debo decirte una cosa y no sé cómo te va a sentar. – Digo, nervioso.

-         ¿Qué cosa? – Pregunta soltándome del todo, plausiblemente nerviosa.

-         No recuerdo nada. – sentencio.

-         ¡¿Qué?! – grita sorprendida.

-         Que no recuerdo nada de nada, ni a nadie. – digo mostrando mi preocupación.

-         ¿Estas bromeando? ¿te ha pasado algo? – pregunta nerviosa.

-         No lo sé, ¿Quién eres? ¿a que vengo, aquí? – pregunto.

Suspira, creyéndome al fin.

-         Vamos a tomar un café y te cuento. – dice agarrándome del brazo.

-         Vale, vamos. – le respondo, aliviado de ver que no se lo tomo a mal.

Por el camino voy pensando en qué clase de relación tendré con ella, ¿es posible que sea mi novia? En mi escala de 0 al 12 de mujeres; le pondría físicamente un 9’5, jamás en mi vida tuve una mujer asi.

Cuando llegamos a la cafetería de la estación de trenes, nos sentamos uno frente al otro; no solo yo estoy nervioso, a ella se le ve claramente lo nerviosa que esta. Antes de que nos atienda el camarero, que parece tener pocas ganas de trabajar; seguramente trabajara tantas horas como yo antes y le entiendo, ella agarra mis manos y mirándome a los ojos me empieza a contar.

-         Tu eres David, mi primo pequeño; hace poco tuve que echar a un inquilino que quebranto mi intimidad, te lo conté porque siempre hemos mantenido una buena relación desde pequeños y me contaste que estabas buscando piso por aquí para estudiar. – me empieza a contar.

Ella no ha perdido su tono y cara de preocupación, la verdad es que saber que es mi prima mayor me ha roto las esperanzas junto con el corazón; pero me ha molestado aún más lo del inquilino que quebranto su intimidad, no se a que se refiere.

-         Mmm…prima, ¿Qué demonios te hizo ese inquilino?

Ella sonríe tímidamente y se ruboriza un poco.

-         Te lo conté hace poco, pero supongo que no importa; me grabo desnuda, lo pille y lo eche de inmediato. ¿pero no deberías preguntarme por ti? – dice sin olvidarse de mí.

-         Lo mío no es importante prima, ya lo iré descubriendo con el tiempo; me preocupas más tú.

-         Tan adorable como siempre. – me acaricia la cara y me besa el cachete.

Casi me da un infarto, pero eso ella jamás lo sabrá.

-         Has venido a estudiar ingeniería, te lo digo para que lo tomes en cuenta, empiezas este lunes; me tienes que pagar 300 € de alquiler, eso lo añade todo menos comida. – me informa.

-         Gracias, prima; por cierto, ¿cómo te llamas?

Ella rompe a reír.

-         Si supieras lo raro que sonó eso para mí… - dice entre risas – me llamo Eva.

-         Supongo, encantado de conocerte Eva. – le digo y le doy dos besos.

Solo sus carcajadas nos interrumpen.

-         Bonita risa. – susurro y ella se calla abruptamente, pero no dice nada.

Nos tomamos el café, mientras ella me contaba lo que sabe sobre mi vida en Cádiz; mi familia, pero habla poco de ella misma. Ambos sacamos la cartera para pagar, me pone una tierna sonrisa.

-         Hoy pago yo, primo. – me intenta convencer.

-         No, hoy pago yo; Eva. – digo mirándola a los ojos.

Me parece que se estremece al sentir mi mirada y mi tono al decir Eva.

-         No puedo permitir que pagues tú. – protesta con poca fuerza.

-         No está en tu mano evitarlo. – digo con una sonrisa rebelde.

Ella niega con la cabeza y me acerco a la barra para pagar.

-         Asi que tengo una nueva vida, la tengo que aprovechar; no voy a tener más oportunidades como esta. – pienso.

Tras pagar la cuenta y por el camino contarme batallitas de jóvenes, me lleva a su casa; una casa con 2 habitaciones, me enseña la mía y me da las llaves. Le entrego los 300 Euros, para mi sorpresa se despide de mí.

-         ¿Qué haces?

-         Tengo que irme a trabajar, siéntete como en tu casa.

Tras eso se encierra en su cuarto, deshago mi maleta; observo la vista y pienso a que dedicarme…según mi prima estamos a jueves y no empiezo la universidad hasta el lunes, poco después mi prima se vuelve a despedir de mí…

-         ¡adiós primo! – grita dándome un beso a lo rápido.

Tras eso cierra la puerta dejándome solito, llamo a mis padres para que no se preocupen; a pesar de que no los recuerdo.

Bajo a dar un paseo por la gran vía, es enorme; llena de gente, gente tan dispar que me sorprende. Compro alguna ropa de varios estilos, ropa de buen precio nada exagerado; en un sex shop veo el cartel de se busca empleado y entro a preguntar.

Una vez dentro, veo a una mujer que es más una diosa que una mujer; ella me observa con interés, me acerco a la barra.

-         Buenas muchacho ¿Qué deseas? – pregunta intrigada.

-         Buenas señorita, he visto el cartel; me interesa un trabajo a tiempo parcial, que me permita estudiar en la universidad. – me sincero.

-         ¿Y qué sabes sobre el sexo? – me pregunta de repente.

-         ¿Sobre el sexo? Mucho, bueno bastante para mi edad; no puedo quejarme.

-         ¿Te intimida el tema? – pregunta por segunda vez.

-         Para nada, me parece algo cotidiano y normal

-         Entonces, si te digo que me eches un polvo aquí y ahora; no pasa nada, ¿no?

Creo que, si hubiera estado bebiendo algo definitivamente; lo hubiera escupido en su cara.

-         Si tú quieres echar un polvo conmigo, me gustaría aprovecharlo bien; asi que mejor esta noche. – digo y le guiño el ojo.

Ella sonríe.

-         Buena respuesta, contratado; de lunes a viernes de 5 a 8, 6 euros la hora ¿te parece?

-         Me parece, ¿nos vemos mañana?

Ella ofrece la mano y se la estrecho.

-         Hasta mañana, jovencito.

-         Hasta mañana, jefa.

Tras eso voy a una farmacia y compro un lubricante 2x1 masaje, pensando en compensar a mi prima de algún modo; ya que está haciendo bastante por mi o eso creo, tras comprar eso entro en una librería y compro dos cosas.

Un libro de ingeniería básica y un diccionario.

Tras eso regreso a casa, bueno a casa de mi prima; dejo mi nueva ropa en su sitio, decido hacer un poco de ejercicio.

Flexiones, abdominales; sentadillas, tras eso me ducho y me pongo cómodo con el pijama a leer un rato ingeniería básica. Ignoro a qué hora volverá mi prima, pero cuando me entra hambre alrededor de las 10; empiezo a hacerme un sándwich y pienso en hacerle uno a ella, como no recuerdo lo que le gusta…le hago uno de pollo.

Me como el mío, viendo la tele un rato; cuando me entran ganas de ir al baño y me llevo el diccionario, tras eso escucho como se abre la puerta y escucho ruidos de besos.

-         Adrián, vete; ya quedaremos mañana, anda. – le corta ella al poco…

-         Venga Eva, no me dejes asi. – protesta una voz de muchacho, imagino de Adrián.

-         Shhh, que está mi primo en casa; márchate. – le pide ella, mandándolo a callar.

-         Vale, lo hare; pero si me das un beso. – negocia el chico.

-         Toma, el ultimo pesado. – ella lo besa rápido y tras eso cierra la puerta.

Al salir del baño me cruzo con ella, que está tirando sus tacones por ahí; con cara de cansada, ella me sonríe y yo le sonrío.

-         Siento que escucharas eso. – se disculpa.

-         Prima, puedes traerte a tu casa a tu novio, no me importa. – digo con cara de circunstancias.

-         No, no es mi novio; era una excusa no me apetece, tú también puedes traerte muchachas.  – dice riéndose, mientras frente a mis ojos; se quita el sujetador, ante mi mirada atónita y acto seguido se marcan sus pezones en su camisa ajustada.

Pestañeo dos veces incrédulo y ella repite el mismo gesto al ver el diccionario en mi mano.

-         ¿Qué haces en el baño con un diccionario, primo? – ríe divertida, quitándose la minifalda en mis narices y quedándose en braguitas blancas de algodón; con solo su camisa.

-         Culturizándome. – le sonrío con cara de bobalicón y ella se carcajea en mi cara.

-         ¿Eres un nuevo primo o el mismo? – pregunta mientras se hace un moño.

-         No lo sé, dado que no recuerdo como era antes; me dedicare a ser yo mismo, simplemente…te hice la cena, vete al salón; yo te la llevo. – le guiño el ojo y ella me sonríe atónita.

-         ¿me hiciste la cena? No tenías porque…me gusta mi nuevo primo. – dice dándome un beso tierno en el cachete y tras eso se va para el salón.

Uf, sigue oliendo bien; es linda con moño, está muy sexy vestida asi…

Agarro el sándwich y se lo llevo.

Ella ha puesto en la tele lo mismo que yo estaba viendo, tiene ambos pies en la mesa; le pongo el plato del sándwich en la mano y ella me sonríe.

-         Disculpa lo de los pies, es que me duelen… - se disculpa, con cara dolorida.

-         No te preocupes, me viene bien. – digo sin importarme.

-         ¿te viene bien? ¡Qué pinta el sándwich y de pollo!, mmm… - agradece, mientras pregunta.

Agarro la crema que compre en la farmacia, ella abre los ojos de par en par con la boca llena.

Me siento frente a ella y me junto la crema en las manos ante su atónita mirada, agarro sus pies y ella hace el amago de quitármelos; traga para rechistar.

-         Primo, ¿Qué haces? Que llevo muchas horas por ahí y me huelen mal… - rechista.

-         Tranquila, no me importa; además no te huelen mal. – le digo y le huelo los pies, que realmente apenas huelen mal.

Ella se ruboriza y empiezo a masajear sus pies, su cara de gusto no tarda en aparecer; mientras come el sándwich, se bebe la cervecita que le traje y la escucho suspirar.

Cuando ella termina de cenar, paro con el masaje; me siento en el sofá a su lado, tras llevar los platos a la cocina y fregarlos.

-         Gracias por todo, primo.

-         De nada, gracias a ti; prima.

Viendo la tele, se queda dormida; apoyando su cabeza en mi hombro, hasta que ya estaba cansado.

-         Vamos a la cama, primita; que no puedo más.

-         Vamos. – dice medio dormida.

Cuando llego a mi cuarto, hace el amago de entrar.

-         Huy, casi me voy contigo a dormir. – ríe divertida.

-         A mí no me importaría, si quieres hacerlo; simplemente hazlo. – digo como de broma y ella se lo toma a eso a broma.

Tras eso, me da un abrazo semidesnuda; la aprieto con fuerza y tras eso se marcha, dejándome la visión de su culo medio desnudo.

Me acuesto un poco extrañado, me pregunto si me despertare aquí mañana; en otro lugar o quizás volveré a mi vida original, espero volver a despertarme aquí.

Me duermo de un tirón ya que estoy cansado.

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Objetivos del día:

  1. 1.Averiguar quién eres: Buscar 1 / 4
  2. 2.Caerle bien a tu prima: Carisma 1 / 10
  3. 3.Cambiar tu estilo: Estilismo 1 / 4
  4. 4.Conseguir trabajo: Carisma 2 / 10
  5. 5.Ejercicios: forma física 3 / 4
  6. 6.Ingeniería básica: ingeniería 1 / 4
  7. 7.Receta: Sándwich de pollo 2 / 4
  8. 8.Diccionario: léxico español 1 / 4
  9. 9.Masajear los pies a tu prima: Masajear 1 / 4