Segunda Vida 4. Aqui no pasó nada

Eva se esfuma sin decir nada y aquí no ha pasado nada, entonces llega Bárbara casi como si fuera algo preparado o lo supiera; hace pasar a David un día diferente, pero luego todo esto tiene su recompensa.

Segunda vida

Capítulo 4. Aquí no pasó nada

Sistema segunda vida:

Objetivos cumplidos con éxito:

  1. Demostrar a tu prima ser un chico decente: 100 %
  2. Ser un éxito en la fiesta: 100 %
  3. Gustar a tu prima: 100 %
  4. Tener algo con tu prima: 100 %

Recompensas:

  • 1 carisma por el primer punto

  • 1 carisma por el segundo punto

  • 1 carisma por el tercer punto

  • 1 carisma por el cuarto punto

Recompensa total: + 4 carisma: eres toda una belleza regional, resistirte a tus encantos va a ser difícil a partir de ahora.

Habilidades practicadas:

  1. Hacer ejercicio nivel 1…8 / 6
  2. Carisma…4 / 10
  3. Cocinar…3 / 4
  4. Receta: Berenjena sabor pizza a lo paterno… 3 / 4
  5. Elocuencia…1 / 4
  6. Estilismo…2 / 4
  7. Engañar…1 / 4
  8. Guiarse por Madrid…2 / 4
  9. Guiarse por universidad…1 / 4
  10. Estilismo ropa interior…1 / 4
  11. Italiano: 4 / 4
  12. Matemáticas: 1 / 4
  13. Autocontrol: 4 / 4
  14. Bailar: 4 / 4
  15. Masaje: 3 / 4
  16. Besar: 1 / 4
  17. Tocar: 1 / 4
  18. Sexo: 8 / 4
  19. Sexo oral: 1 / 4

-      ¡Forma física mejora! Nueva barra: 2 / 8

-      Constitución: 2 / 10

Forma física básica --------: Forma física menor: + 2 a esfuerzos físicos.

-      ¡italiano mejora! Nueva barra: 0 / 6

-      Inteligencia: 2 / 10

Conocimiento de italiano nulo -------: Conocimiento de italiano básico: + 1 a saber italiano.

-      ¡Autocontrol mejora! Nueva barra: 0 / 6

-      Sabiduría: 1 / 10

Autocontrol nulo ---------: Autocontrol básico: + 1 auto controlar tus impulsos.

-      ¡Sexo mejora! Nueva barra: 4 / 6

-      Constitución: 3 / 10

Sexo nulo ----------: Sexo básico: + 1 hacer sexo.

Despierto eufórico de tanta mejora abrazado a mi prima que está temblando, los dos totalmente desnudos y manchados de nuestros propios fluidos; mientras ella huele a mí, yo huelo a ella. Al poco ella agarra mi mano con suavidad que está agarrando su pecho derecho, me la abre con delicadeza; empieza a levantarse lentamente creyendo que estoy dormido, la escucho susurrar unas palabras…

-      Oh dios mío, ¡¿Qué he hecho?! – susurra, mirándome y tapándose la boca con las manos.

Busca su tanga desesperadamente, como no lo encuentra; busca su ropa en el armario intentando no hacer ruido, recoge los 8 condones de anoche uno por uno y se los lleva para no dejar prueba del delito y me deja solo en su cama con las sabanas manchadas y un tanga húmedo que encuentro al levantarme.

Huelo el tanga y me voy a mi cuarto, en cuanto suena el agua de la ducha; escondo el tanga entre mi ropa interior y pienso al respecto; creo que hoy será mejor dejarle espacio a mi prima, si la presiono solo pueden salir cosas malas al respecto.

Me duele mi parte como nunca, creo no me hará falta hacerlo durante bastante tiempo; creo en mi vida anterior jamás me dolió asi, sin contar que me tirado al más grande pibón de mis dos vidas que encima para más morbo es mi prima. Tras pensar que hacer, hago ejercicio para variar; le hago el desayuno a mi prima que se está tardando en la ducha, me pongo ropa de deporte y salgo a hacer footing para despejarme.

Cuando vuelvo a casa, mi prima no está; se tomó el desayuno que le deje, pero esta vez no hay nota ni nada, suspiro y me meto en la ducha.

Tras la ducha, estudio matemáticas; ingeniería, italiano…fisica y química, tras eso me duele la cabeza; asi que me hago de comer, como no creo que mi prima aparezca en todo el día me hago unos filetes con patatas normales.

Estoy comiendo, cuando suena el timbre de casa; me extraño un poco, asi que abro la puerta bastante extrañado y veo a Bárbara.

Esta me sonríe y yo me quedo sorprendido.

-      Hola David, ¿esta Eva? – pregunta victoriosa

-      Hola, ¿Sara? Que va, Eva no está – me meto con ella deliberadamente.

-      Muy gracioso, me llamo Bárbara. – protesta molesta.

-      Ah ¿Bárbara? Perdona, no lo recordaba. – me excuso, mintiendo.

-      Sabes perfectamente cómo me llamo, ¿puedo pasar, aunque no esté Eva y nos divertimos un rato? – me pregunta Bárbara.

-      Mmm…vale, pero estoy terminando de comer. – acepto, dejándola entrar.

-      ¡¿berenjenas?! – grita emocionada.

-      Lamentablemente no, hoy no me esforcé. – sonrío y voy al salón.

Ella suspira y cierra la puerta, viene al salón y se sienta a mi lado; observa la mesa llena de libros, la televisión apagada y sobre todo le llama la atención el italiano.

-      ¿estudias italiano? – pregunta sorprendida, agarrando el libro y ojeándolo.

-      Un poco, me estoy preparando para entrar en la universidad. – confieso, mientras cómo.

-      Eres todo un estudioso, seguro que apruebas con buenas notas. – comenta, sorprendida.

-      Eso dice Eva. – menciono a Eva para ver su reacción.

-      ¿Estás muy unido a ella? ¿Sabes que tiene novio? – pregunta, dejando claro que Eva tiene pareja.

-      Sí que lo sé, aunque hoy en día tener pareja o no; no importa mucho me parece. – digo mi opinión, recordando los 8 polvos que echamos anoche.

-      Yo creo que sí importa, bueno cambiando de tema ¿has terminado de estudiar ya? – me pregunta con retintín.

-      Si, tras comer no sé qué hacer; te cedo el privilegio de decidir que hacemos. – digo consiguiendo una sonrisa de su parte.

-      No se… ¿te apetece un plan dentro de casa o fuera? – me pregunta, sin saber muy bien que quiero de ella.

-      Llevo todo el fin de semana encerrado, sin duda me apetece salir; aunque sea un rato. – comento siendo sincero.

-      Bueno…pues salgamos un rato y luego nos divertimos aquí dentro. – empieza a provocarme.

-      No te voy a hacer berenjenas. – digo para fastidiarla.

-      No es lo que pretendo… - contesta molesta.

Tengo que reírme y ella me sonríe aun sin saber de porque me rio.

-      ¿Te gusta torturarme? – dice sin perder su sonrisa.

-      Un poco, eres adorablemente torturable. – contesto siendo un poco sádico.

-      … - un gruñido es su respuesta.

Termino de comer mientras ella se remanga la falda para enseñar más muslo, cruza ambas piernas; agarra el mando y pone la televisión, mostrando que no quiere seguir charlando conmigo y tiene gracia pues ella ha venido a mi casa…seguramente para estar conmigo.

Sin decirle nada, voy a la cocina y friego; una muchacha se me abraza desde detrás pegando sus pechos a mi espalda, me da besitos en el cuello y sus manos empiezan a bajar hasta agarrar lo que no deben.

-      …Podríamos divertirnos un rato…señor responsable. – me intenta seducir.

Uso mi autocontrol recién ganado y el dolor que siento en esa parte de mi anatomía para resistirme.

-      No gracias, quizás otro día; hoy vamos a pasar un día agradable conociéndonos y pasándolo bien juntos, lo demás se verá otro día. – digo sin detenerla.

-      Dices eso, pero no me detienes… - dice sin querer parar.

-      Por favor, tengo las manos ocupadas. – insisto a duras penas.

-      Está bien…voy a empezar a pensar que no te gusto. – rechista molesta.

-      No me gusta ir tan rápido. – miento.

-      Está bien…te espero en el salón. – suelta cabreada – moñas – susurra por lo bajo y me entero.

-      Esta nueva, carisma es peligrosa. – pienso para mí.

Voy a mi cuarto y me pongo lo más guapo y cómodo que puedo

Cuando llego al salón, esta enfurruñada; pero no puede disimular que se le cae la baba conmigo, aunque lo intenta.

-      ¿Qué tal estoy? – pregunto dando una vuelta.

-      … - me mira, pero no responde.

-      Bueno, como estoy solo me voy a la calle tan tranquilo… - digo, provocando que se levante corriendo y me siga.

-      ¡Espérame! – grita, casi se cae al seguirme.

-      Apaga la tele – ordeno.

-      Vale, voy; pero no te vayas sin mí. – me pide.

-      ¿Ahora si me hablas? – rio divertido.

-      Que gracioso eres. – responde seria.

Una vez en la calle ella se me agarra del brazo, no es lo que me apetece la verdad; pero tampoco quiero estar solo, asi que esta vez lo tomare como un intercambio equitativo eso es.

-      ¿Adónde me vas a llevar? – le pregunto interesado.

-      No sé nada sobre ti, asi que me lo pones muy difícil; no es justo, pero te llevare a un sitio que me gusta a mí. – argumenta fastidiada.

Vamos por la calle y noto que las muchachas me miran más de lo normal, incluso las que van en grupos de amigas; con su familia o novio, añadiendo a las que van en grupos mixtos también. Bárbara lo nota y se pega más a mi delimitando un territorio que no existe realmente.

-      Eres un poco pegajosa, ¿no te parece? – le digo, para ver si me da espacio.

-      ¿y tú un tanto arisco, ¿verdad? – me responde, demostrando que no tiene intención alguna de soltarme.

Rio por su comentario y ella me sonríe.

-      En el fondo disfrutas de mi compañía – comenta, sin perder su sonrisa.

-      Debo admitir que al menos eres divertida. – juzgo sin mojarme demasiado.

-      ¿solo divertida? – responda enfurruñada.

-      No sé, está bien empezar con eso. – le sonrío tímidamente, aunque es todo; una simple careta, claro.

-      Sí que eres paradito, eres el primero que conozco asi. – resopla frustrada.

-      ¿Y qué te hace sentir eso? – le pregunto con curiosidad.

-      Me están entrando unas ganas de follarte vivo… - me susurra al oído siendo lo más sensual que puede.

-      No entiendo, ¿y eso por qué? – interrogo lleno de duda.

-      Porque eres el primero, que no quiere follarme el a mí a toda costa; supongo. – sentencia sincerándose.

Mientras pienso en sus palabras, viendo cómo puedo utilizarlas a mi favor; llegamos a la plaza del sol de Madrid, una plaza espectacular en la que además hay una pista de patinaje sobre hielo.

-      ¿asi que vamos a patinar sobre hielo? – pregunto sorprendido.

-      Asi es, mi sitio favorito de Madrid. – responde, ella; jalando de mí.

Nos ponemos en la cola que va bastante rápida, en esta hay muchas mujeres; algunas parejas, pero pocos hombres. Recuerdo en mi vida anterior esto se me daba bien, me concentro en la pista de patinaje…

SISTEMA SEGUNDA VIDA

El sistema “segunda vida” detecto habilidad anterior de patinar sobre hielo: ¿Quieres cargarla en este cuerpo?

Si / No

Elijo si, sin dudarlo; de repente me duele la cabeza un poco, entonces concentrándome veo un siguiente mensaje.

SISTEMA SEGUNDA VIDA

Adquirida habilidad patinar sobre hielo: + 10

Sonrío, mientras caigo en que Bárbara me está hablando; entonces pongo mi atención de nuevo en ella, que me zarandea molesta.

-      ¡¿quieres dejar de ignorarme, David?! – me pide molesta.

-      Si, perdona la pista de patinaje me recordó algo; me quede ensimismado. – digo, ella sonríe.

-      Vale, te perdono por esta vez; decía… ¿que si has patinado antes?

-      No, creo que no. – miento a medias, que yo sepa David no ha patinado; a menos que sus habilidades hayan desaparecido, porque no he visto ninguna por ahora.

-      Entonces no te preocupes, que yo te enseño. – me ofrece amable.

-      Eres muy amable, a pesar de que soy un poco cretino contigo. – me sincero.

-      Yo…es que soy asi, pero si es verdad; que eres un poco cretino conmigo. – responde con sinceridad, pero ocultando algo.

Suelto una carcajada y ella sonríe al verme reír.

Entre charla, llegamos a la dependienta que está en la carpa.

-      ¿Buenas, que desean? – pregunta la muchacha.

-      Media hora en la pista de patinaje. – pide Bárbara.

-      Serán 20 euros contando el alquiler de los patines. – suelta la muchacha.

-      Toma, cóbrate. – suelto, invitándola.

-      ¿Qué te crees que haces? – contesta molesta.

-      Aquí tienen – contesta la muchacha ignorando nuestra rencilla.

-      Pagar tu amabilidad. – contesto tajando el tema o eso creo.

-      Podrías pagarla de otra forma. – sopesa molesta.

Sonrío ya que sé, por dónde van los tiros.

-      Ahora te callas, ¿no? – insiste molesta.

Rio ante su enojo, mientras recogemos los patines; nos lo ponemos uno sentado junto al otro, entonces dice algo que me gusta.

-      Eres el primer chico que traigo aquí – se sincera.

-      ¿Quizá porque soy el primero que te ha pedido ir afuera, en lugar de adentro? – pregunto riéndome.

-      Es posible…. – suelta por lo bajo, pero no la escucho; demasiado jaleo entre los que nos rodean, todo el mundo está muy emocionado.

Nos ponemos de pie agarrados, vamos hasta la puerta de entrada; entonces el de la entrada nos hace entrar por separados, ya que nos podemos caer y hacernos daño.

-      ¿Has patinado antes? – pregunta el muchacho en la puerta.

-      Negativo – miento, ya que entre comillas es cierto.

-      ¿Y tú? – le pregunta a ella.

-      Soy cliente de aquí, regular. – contesta ella.

-      Pasa tu primero y dentro le ayudas. – le recomienda el tipo.

Ella le obedece, entro y me hago un poco el torpe; ella agarra mi mano y me lleva hasta la valla, me hace dar una vuelta por allí y una vez la termino me ofrece su mano.

Entrelazo nuestras manos y noto como le cambia la cara a una emocionada, me va enseñando como patinar y va tirando de mí; dejo que haga de maestra, es bonito como se esfuerza. Cuando damos una vuelta asi, me suelto y voy solo; ella se queda sorprendida, aunque va junto a mí.

-      Vaya, eres bueno; ni te has caído, la primera vez me caí varias veces. – me confiesa.

-      Veamos qué tan bueno soy… - digo al ver a los que trabajan aquí.

Ella se queda sorprendida al ver que empiezo a imitar a los que trabajan allí cojo velocidad ella intenta seguirme, pero no puede; me giro a toda velocidad y patino de espaldas, en un momento dado salto y giro sobre mí mismo para frenar…cuando me alcanza:

-      Eres un mentiroso, tú has patinado antes. – dice y me pega.

-      No es cierto, simplemente le he cogido el truco. – me excuso, intentando ser amable.

-      ¿Seguro? ¿No querías todas mis atenciones para ti? – me interroga.

-      No, pero ha estado bien tenerla. – sonrío y le huyo, mientras ella me persigue.

El resto del tiempo lo pasamos jugando de aquí para haya, ella presiguiendome a mi o yo persiguiéndola a ella; en una de estas que estábamos asi abrazado riéndonos, ella me beso y nos quedamos cortados los dos.

Tras eso sono el pito que anuncia el final de la media hora, al salir el tipo de la entrada me dice:

-      Necesitamos alguien que trabaje aquí, veo que te manejas bien con los patines; ¿por qué no te propones trabajar aquí?, te daremos tickets gratis para tu novia y sus amigas. – me ofrece el tipo, intentando convencerme con su oferta.

-      Si me ofreces un buen sueldo, quizás me vendría aquí sábados y domingos por la tarde; tengo trabajo de lunes a viernes y, me hace falta un dinero extra. – le confieso al tipo negociando.

-      ¿Qué te parece de 3 a 7? 10 euros la hora. – me pregunta el tipo.

-      Me parece bien, cuenta conmigo. – le estrecho la mano y el me la estrecha a mí.

-      Te espero el próximo sábado. – me dice el tipo.

-      Aquí estaré. – me despido, de él y me siento a quitarme los patines.

-      ¿Asi que ahora soy tu novia? – ríe divertida Bárbara.

Le sonrío con cara de malo.

-      ¿Qué? – pregunta al ver mi gesto.

-      Eso quisieras tu… - suelto y ella se sorprende.

-      Pero que malo eres. – dice pegándome, provocando que me ría más.

-      Sí, pero eso te gusta. – dejo caer y ella sonríe sin palabras.

-      La que calla otorga – me rio y ella se enoja.

-      ¡No te rías de mí! – grita molesta y ahora soy yo el que la besa.

-      ¿Qué haces? – pregunta sorprendida.

-      No lo sé, me dejo llevar. – confieso.

-      Eso sí que me gusta, déjate llevar más. – se sincera ella.

-      Ya veremos… - sonrío y me levanto, ayudándola a levantarse a ella. – no veas como duelen las piernas ahora. – añado tocándomelas dolorido.

-      Pues imagina 8 horas a la semana…se te van a poner unas piernas… - añade mordiéndose los labios.

-      Asi tendré cuatro tracciones en la cama. – comento y ella se carcajea.

-      Las cosas en las que piensas

-      ¿Vas a decir que tú no pensabas en lo mismo? – pregunto y ella se ríe, pero se calla.

-      La que calla otor…

Empiezo a decir, pero ella me besa en los labios y me silencia.

-      Cállate ya y vámonos. – ordena.

-      ¿adonde? – pregunto, interesado.

-      A cualquier sitio, donde nos podamos sentar. – dice dolorida y cansada.

La agarro de la mano y la llevo a un café que hay aquí en frente.

-      ¡¿estás loco?! Ese café por estar en la plaza es muy caro. – me informa e intenta detenerme.

-      No importa, yo pago. – ofrezco.

-      No, este café lo pago yo. – debate y me lleva hasta el café.

-      ¿no decías que era muy caro? – pregunto sorprendido.

-      Bueno, pero si tú quieres venir a este café; iremos, antes no te lleve adonde tu querías y te lleve adonde yo quise. – comenta, sin mirarme.

-      No importa, me gusto y conseguí trabajo. – digo haciéndola sonreír.

-      Siéntate, al final te traigo suerte. – contesta sentándose.

-      Es posible – le sonrió y ella me devuelve la sonrisa.

La verdad es que Bárbara es más de lo que parecía en la fiesta, me ha traído a un sitio bonito y mientras mi prima me abandona espantada por lo que paso anoche; ella me está haciendo compañía, sino mi domingo hubiera sido una mierda.

Este café es lujoso, con las vistas de la pista de patinaje; una bonita camarera, que no deja de mirarme mientras se nos acerca.

-      ¿Quieren algo los señores? – dice, mientras limpia la mesa que ya está limpia; enseñándome un lindo escote.

Bárbara que se da cuenta, me da la mano; sonrío inocentemente mirando a la camarera, que me devuelve la sonrisa.

-      Quiero un café con leche y, un vaso de agua. – le digo

-      Yo quiero un café americano, ¿vale cariño? – añade Bárbara, para dejar claro que soy suyo.

-      ¿Traigo entonces un café americano, para tu novia? – pregunta, repitiendo.

-      Bueno…trae ambos cafés. – digo para dejar claro que no es mi novia.

-      ¿de qué vas? – pregunta Bárbara, molesta.

-      Eres muy celosa, yo no soy tu novio. – rechisto.

-      Pero no voy a dejar que una mojigata, venga y te conquiste; cuando yo llevo 2 días intentando hacerlo. – se queja.

-      Está bien, pero sin celos. – riño, como si fuera una niña; ella rechista no muy conforme, pero no tiene otra opción que aceptar.

-      ¿tú que quieres conmigo? – pregunta al rato.

-      Bueno, primero conocerte; ya luego ya se verá. – contesto con mediana sinceridad.

-      Eso espero… - susurra, pero esta vez sí lo escucha.

La camarera nos trae los cafés, se agacha más cuando me pone el mío; ambos nos sonreímos, pero Bárbara se enoja.

-      ¿Te gusta la camarera? – me pregunta cuando esta se marcha.

-      Me gusta ser amable. – contesto.

-      Pues…conmigo no lo eres. – protesta.

-      Cariño, si soy amable contigo; te bajas las bragas. – rio haciéndola reír, luego recuerda que está enfadada.

-      ¡No tiene gracia! – protesta sin poder dejar de reír.

-      ¿Ah no? Pues te estas riendo. – argumento y me pega sin dejar de reír.

-      ¡Eres un idiota! – me grita.

-      Sí, pero el idiota que te gusta. – suelto, haciéndola parar en seco.

-      …engreído… - me insulta, pero solo sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

-      ¿y lo bien que te lo pasas conmigo? – pregunto y ella se carcajea.

Nos tomamos el café con buenas vistas, peleándonos entre nosotros; bajo la atenta mirada de la camarera, con las vistas impresionantes de la plaza del sol de Madrid y la pista de patinaje de hielo.

Volvemos a casa y elegimos en Natko usando su cuenta, una película de terror; ella la utiliza para pegarse a mí, esta vez no me hago el remilgado.

-      ¿ahora si te dejas? – me pregunta extrañada.

-      Shhh, quiero ver la película. – la mando a callar.

Ella en silencio, va avanzando poco a poco; acaricia mi mano, me da besitos alrededor de la cara y le devuelvo alguno. Lleva mi mano a sus pechos y se los toco, mientras me besa en los labios y le sigo con aun más besos; ella me la empieza tocar y veo con asombro que sube de nuevo, bajo la mano y empiezo a meterle mano bajo la ropa interior…y en ese momento se pone sobre mí, mientras nos metemos mano entre los dos; nos vamos refregando el uno contra el otro, ella esta mojadisima y yo durísimo.

-      ¿tienes condón? – me pregunta.

-      No, no tengo. – confieso.

-      Vale, no importa… - suelta, sorprendiéndome.

-      ¿no importa? – le pregunto

-      Simplemente, no te corras dentro. – dice y sigue con la faena.

Estamos besándonos casi sin respirar, tocándonos y refregándonos; mientras cada vez estamos más excitados, cuando de repente sin previo aviso se la empieza a meter y mientras gime toco fondo en su interior…pues esta tan mojada que ha entrado hasta el fondo sin resistencia alguna.

-      Mmm…que grande la tienes. – gime

-      Que mojado lo tienes – jadeo

-      Calla…follame. – me suplica.

Empezamos a follarnos mutuamente a pelo, jamás he sentido algo asi antes; el roce y el calor de su interior, la humedad…todo eso no se nota con un condón, creo que no pienso volver a follar con preservativo en la vida; entre besos y caricias noto que voy a llegar al cielo, pero lo retraso lo más posible.

No tiene sentido llegar yo y dejarla a medias a ella, asi que aguanto todo lo que puedo; hasta que voy a reventar en su interior, mientras ella cada vez gime más alto y se está volviendo más loca.

-      ¡me corro me anuncia! – entre gemidos

-      Que me corro – le anuncio.

-      Espera, aguanta; no la saques todavía. – me pide.

-      ¡Que me corro! – grito

-      ¡Dentro no! – grita

Mientras ella arquea su espalda teniendo un pedazo de orgasmo, intento salirme sin éxito; corriéndome a borbotones en su interior, ella grita y entre espasmos me cae encima casi sin respiración.

Tras un rato, en silencio; acojonado por haberme corrido dentro y ella disfrutando de su orgasmo.

-      ¿te has corrido dentro? – pregunta, preocupada.

-      Si, entero. – suelto, aún más preocupado.

-      ¿Qué hacemos? – me pregunta.

-      La píldora del día después. – comento.

-      ¿Esto significa algo? – me interroga.

-      Nos estamos conociendo, es muy pronto para pensar en nada más. – le contesto.

-      Vale, ¿echamos otro? Ya no importa… ¿no? – me suelta

-      Venga echemos otro…