Segunda Vida 3. Fiesta de pijama

David se ve envuelto en una fiesta de "pijama" rodeado de gatas, con una prima que no sabe muy bien si le quiere defender o lo quiere para sí misma; todo en la fiesta es una prueba para este hombre, dejo a vuestra elección si queréis pensar que las supero todas o no.

Segunda Vida

Capítulo 3. Fiesta de pijama

Llego a casa pensando varias cosas:

Primero: ¿adónde diablos fue mi prima con tanta prisa? Algo le urgía…

Segundo: ¿Qué demonios hare para la fiesta? No sé ni cuanta gente viene, ni que les va a gustar; con tan pocos datos carezco de información suficiente, pero un error no es posible si quiero algo con mi prima.

Tercero: Demasiadas asignaturas, tengo que mejorar mi técnica de estudio; para poder aprovechar el tiempo, al máximo y no perder ni un segundo sin olvidarme de vivir.

Cuarto: ¿hasta qué punto, va a aguantar estar tan rodeado de harpías semidesnudas; mi cuerpo hormonado? porque mi mente es adulta, pero el resto tiene 18 años…

Mientras pienso en todo eso sin llegar a conclusión alguna, abro la nevera; niego con la cabeza y suspiro, en mi vida anterior jamás participe en algo asi. Bajo al súper de bajo de casa, compro jamón; queso, aceitunas y berenjenas…me gasto unos 20 euros.

Mientras estudio italiano a la vez, hago berenjenas sabor de pizza; una receta paterna, con la esperanza de que me salga bien y triunfar en la fiesta.

Una vez termino de cocinar, me concentro en las Berenjenas…

SISTEMA SEGUNDA VIDA

Receta: Berenjenas sabor pizza a lo paterno

Calidad: Muy buena + 2 a sabor

Efecto: En la fiesta estas berenjenas, serán un éxito.

Precio en restaurante: 18 Euros, probablemente.

Las miro orgulloso, pruebo una; lloro de lo buena que esta, el sabor es súper intenso y deja el regusto en el paladar un buen rato.

Preparo el resto de cosas, aceitunas; jamón, queso y una tortilla de supermercado. Hago ejercicio de nuevo, me ducho y me pongo el pijama nuevo; estudio un poco de matemáticas, hasta que suena el timbre y suspiro antes de ir.

Cuando abro la puerta, es mi prima; viene cargada de bolsas, con alcohol por supuesto.

-      ¿Asi que esto era lo urgente? – pregunto severamente.

-      Más o menos, ¿me ayudas? – sonríe con cara inocente que por supuesto, está fingiendo.

-      Claro – respondo escuetamente.

-      Mmm… ¿a que huele? – pregunta olfateando el aire.

-      A el picoteo – respondo sin dar mucho detalle.

Vamos metiendo las bolsas, en el congelador el hielo; los refrescos en la nevera, ella se acerca a las berenjenas salivando y me mira suplicando probar una.

-      Vale, coge una; pero nada más.

-      Vale, por supuesto; tengo que dejar alguna para mis amigas. – dice antes de probarla.

Coge una y le da un bocado, sus ojos se abren de par en par; no puede evitar gemir ante la explosión de sabores que tiene en la boca, sin haber acabado el bocado que tiene en la boca come el resto de la berenjena y salivando como loca.

Hace el amago de ir a coger una, detengo su mano aferrándola con cariño; ella me mira frustrada, le beso la mano y suaviza el gesto.

-      Por favor. – le pido.

-      Vale, primo; pero cuando estemos solos…las quiero solo para mí. – me ordena prácticamente.

-      Si te portas bien – guiño el ojo y sonrío.

-      Que malo eres… - protesta, sonriéndome.

Sigo ayudándola, entre los dos decoramos la mesa; entonces se retira a ducharse y yo sigo con mis matemáticas, hasta que el timbre suena y ella aparece en el comedor en toalla.

-      ¿abres tu primo? – me pide, provocativa.

-      …Como quieras… - sonrió, dejo el libro bajo la mesa; me acerco a la puerta, miro por la mirilla.

Veo a una muchacha morena, con el pelo rizado; los labios pintados y pronunciados, la cara bastante bonita y de cuerpo bastante delgada.

Le abro la puerta, ella pestañea sorprendida; rompe su sonrisa con aparato, frunciendo el gesto.

-      Saludos, soy David; adelante pasa. – digo, sin decir mi parentesco con Eva.

-      Hola – dice cortada – soy Nuria, encantada. – añade al pasar y darme 2 besos. - ¿y Eva? – pregunta.

-      Eva, está en su cuarto; se acaba de duchar. – explico con pocas palabras, al ver que se siente incómoda conmigo.

-      Vale, voy a verla. – me explica escuetamente.

Me siento en el sofá y sigo estudiando, hasta que a los minutos suena el timbre otra vez.

-      David, ¿puedes ir? – me pregunta la voz de Eva

-      Si, voy. – contesto, y vuelvo a mirar por la mirilla.

Esta es morena también con el pelo liso y largo, tiene labios pintados y pronunciados; pero tiene un escote y pechos curiosos, esta delgada también.

Cuando le abro, esta al contrario me sonríe.

-      Hola, soy David; encantado. – le digo y le doy 2 besos.

-      Hola, soy Bárbara; encantada. – me dice y hace los besos más lento.

La dejo pasar y ambos nos miramos con curiosidad.

-      Eva y Nuria están en su cuarto. – Comunico un tanto intimidado.

-      Si, ahora la veré; ¿me pones una copa? – me pregunta, respondiendo con desinterés.

-      ¿De que la quieres? – le pregunto intentando no mirarla mucho.

-      Sorpréndeme – se encoge de hombros sin dejar de mirarme.

-      Y aquí viene el primer ataque de la tarde. – Pienso, pensando que esto será duro.

Llego a la cocina, hago mi súper coctel borrachera; este coctel me lo tomaba yo mismo, cuando tenía un mal día y quería parar mi cerebro que sino jamás se detiene.

SISTEMA SEGUNDA VIDA

Coctel: coctel de la muerte

Contiene: ron, vodka; tequila, ginebra, coca cola y mora.

Calidad: normal

Efecto: borrachera + 7

Explicación: un vaso de este alcohol es como haberte bebido, 7 vasos.

Valor en un pub: 12 Euros, aproximadamente.

Me doy la vuelta y la veo mirándome el culo fijamente, un tanto intimidado; le doy el vaso, tomando la distancia de mi brazo.

-      Tranquilo, no muerdo. – ríe divertida.

Antes de que le contestara, llamaron al timbre.

-      Tengo que ir a abrir – digo rodeándola

-      Juegas duro – replica, saboreando el coctel y poniéndose en mi camino.

-      ¿Eh? – pregunto sin entender a qué se refiere.

-      Espera aquí, abro yo. – me empuja suave, con su mano en mi pecho.

Obviamente, desobedezco su orden y me voy al salón; ella abre a un par de chicas más, ella manda a las otras sin que las vea demasiado al cuarto de Eva y se acerca molesta al salón.

-      ¿Eres un rebelde? O simplemente eres un chulo – interroga, acercándose a mí.

-      No sé, un poco de ambas; quizá. – respondo con chulería.

Ella no se amilana, me salta encima; me rodea con sus piernas y con su vestido su vagina está en mis partes, me sonríe ante mi cara de asustada pegando su nariz a la mía.

-      ¿Tendré que castigarte? – pregunta, acercando sus labios a los míos.

-      … - guardo silencio, parece bastante loca; siento que si hablo va a besarme.

-      Guarda, la vara de castigo; Bárbara. – ordena mi prima.

Ambas se miran competitivamente, Bárbara se baja y agarra el vaso de la cocina. Mi prima me sonríe y me presenta a sus 2 amigas que no pude saludar antes.

-      Este es David, ellas son Elisa y Cat.

Mientras les doy 2 besos, las observo y ellas a mí.

Cat tiene los ojos azules, pelirroja; un culazo de infarto, Ely es rubia y tiene un cuerpo fitnes…pero tiene buenos pechos más que Bárbara y mejor culo aún que Cat; encima es la más bonita también.

Suena el timbre, abro la puerta y me encuentro a dos muchachas.

Una castaña con ojos azules, más delgada que ninguna; pero con pechos y culos en miniatura, además de más bajita y una negrita…bastante guapa, con el pelo recogido en una coleta; una cadera y cintura con un culazo brutal, una sonrisa muy blanca.

-      David – me presento ante su sorpresa.

-      Sara – se presenta la castaña.

-      Ashanti – pronuncia.

-      Asanti – intento

-      A-shan-ti – repite.

-      A-sian-ti – repito

Ella se ríe y niega con la cabeza.

Eva me coge a parte un segundo, mientras sus amigas hablan entre ellas.

-      Hay un problema, me olvide de avisar a mis amigas de que habría un hombre en casa; asi que…para que ellas se sientan cómodas, te tienes que quitar el pijama. – me comunica mi prima en voz baja.

-      ¡¿Cómo?! – pregunto alzando la voz.

-      Ellas no traen pijama, traen ropa interior; pero estando tú en pijama, ninguna se pondrá en ropa interior. – argumenta y creo ver una sonrisa victoriosa en su cara, que intenta disimular sin éxito.

-      Está bien, voy a mi cuarto a buscar la ropa interior más chula que tengo – digo sin mostrar el miedo que tengo frente a esta situación.

Una vez en mi cuarto…

-      Mierda, esto se nos ha ido de las manos; esto no puede acabar bien, de modo alguno…todas sus amigas están buenísimas, yo llevo muchos años soltero; estoy metido en el cuerpo puberto de un tipo de 18 años que muy probablemente será virgen, además hay una de sus amigas que ya se me ha tirado al cuello y además en ropa interior se notara mi erección. – discuto conmigo mismo en voz baja.

Cuando vuelvo al salón vestido con ropa interior, veo que todas sus amigas ya lo están; han puesto música bailable y están disfrutando. Algunas bailan, otras sentadas comiendo algo; todas bebiendo, al llegar al salón me recibe mi prima en toples y en tanga.

Evito mirarla demasiado, pero mi vista a su cara me muestra sus pechos; me pongo erecto de inmediato, ella mira y sonríe…todas sus amigas me miran al llegar al salón.

-      Toma, te hice un coctel; David. – me dice con tono seductor.

-      Gracias, lo necesito. – le contesto y ella se ríe.

Doy un buen trago, me pongo a contar y veo una chica de más.

-      Hola, soy David.

-      María – me abraza y me da 3 o 4 besos en los cachetes, pasando por delante de mi boca varias veces.

Es morena, no tiene un cuerpo fitnes; pero tiene unas grandes tetas y un buen culo, no es tan bonita pero tampoco fea.

-      Asi que tú eres la famosa María

-      Y tú el famoso David, que eres mimado por Eva; ya entiendo por qué. – Ríe divertida.

-      ¿Por qué? – Pregunto sin entender.

-      Estas bien armado. – suelta, mirando hacia abajo.

Me alejo ruborizado.

-      No te quites, estoy a gusto asi; ¿Bailamos? – me pregunta.

-      No se bailar y no sé si Eva sabe lo bien armado que estoy. – tajo el tema, pero ella no lo permite.

-      Seguro que sí, sígueme es fácil. - deja caer mientras me “perrea”.

Intento seguirle el ritmo, al contrario de lo que yo y ella esperábamos; le di un “perreo”, que tuvo que quitarse ella ajetreada.

-      Disculpa, voy a beber algo; ahora seguimos. – dice alucinando.

-      Aquí estoy, cuando quieras. – digo chulo.

Bárbara viene, pero Eva se adelanta y se mete en medio.

-      Vaya, primito; no sabía que te movías asi, ¿eres capaz de moverte asi conmigo? – me susurra al oído.

-      Asi y mejor… - susurro en su oído.

Lo vuelvo a intentar, pero mi prima tiene otro ritmo que María; estoy demasiado puesto, ella se pega demasiado y soy yo el que tengo que retroceder, pero tampoco lo he hecho mal.

-      Está bien, David; no está mal, nada mal. – dice mirando a mis ojos.

-      Gracias, Eva; tú lo haces espectacular. – la alago, sin pestañear.

-      ¿Quieres más? – me pregunta y cuando asiento, me pone el culo en mi parte y lo empieza a menear.

En ese momento me siento el punto de deseo, de todas las mujeres que hay en el salón; se miran con envidia y hablan entre ellas, provocándose entre sí para ver quien me seduce.

Al final me tengo que quitar para no correrme encima.

-      ¿Ya no puedes más? – ríe divertida.

-      No, no podía – confieso avergonzado.

-      Saca la berenjena anda. – me pide.

Por un momento la miro raro y ella se ríe a carcajadas, me la señala.

-      Esa no, la otra. – me explica y ya le sonrío.

Niego con la cabeza, estoy pensando demasiado con la parte de abajo; quien no lo haría, con 8 mujeres casi desnudas en tu salón. Agarro la bandeja con berenjenas, cuando noto que una mujer me abraza desde detrás con buenos pechos.

-      ¿Bárbara?

-      ¿Cómo lo sabes? – pregunta sorprendida.

-      He medido tus pechos con mis ojos antes. – confieso, dejándola boquiabierta.

-      ¿Y no quieres medirlas con las manos o con la boca? – me provoca.

-      No, gracias; voy a llevar esto.

La dejo ahí plantada, ante mi rechazo; fuera de la cocina, casualmente esta mi prima escondida le sonrío y ella me sonríe.

Pongo la bandeja en el centro de la mesa y todas van como hienas hambrientas, cada una coge una; mi prima falda de mi antes que las muerdan, lo que les llama aún más la atención.

-      Las ha cocinado David, saborearlas bien; porque no hay más. – farda Eva.

Entonces todo explota, gemidos; gritos de placer, jadeos y suspiros…chicas arqueando su espalda, jalándose de los pelos; peleándose por las berenjenas, todas me miran a mi sorprendidas y me felicitan por las berenjenas.

-      ¿Haces más? – me pide María

-      ¿Cuándo podemos cenar juntos? – pregunta Bárbara

-      Mmm…no veas como cocina. – le suelta Nuria a Eva

-      Y yo lo tengo en casa, fíjate. – le contesta Eva.

-      ¿Tienes novia? – interroga Elisa

Cat y Ashanti se mantuvieron a distancia diciendo cosas en sus idiomas.

-      ¿Por cómo cocinas, a tu edad debes ser todo un don juan? – comenta Sara.

-      Lo siento no hay más, ya iremos hablando de lo demás. – digo escapando de ellas.

Me siento en el sofá, entre la francesa y la africana, junto a la francesa se sienta Sara, junto a la africana se sienta Elisa; para sentarse sobre mí se pelean Bárbara y María, María le da un culazo a la otra y se me sienta encima recibiendo un puntazo.

-      Que bien armado esta, Eva. – grita María casi gimiendo.

-      Eso no vale, tú ya te has rozado con el – le acusa Bárbara.

-      En mi país no había probado nada igual – me felicita la francesa

-      Pienso lo mismo, en áfrica jamás probé algo igual. – se añade la africana.

-      ¿con cuantas has ligado? – insiste Sara.

-      ¿entonces tienes novia o no? – pregunta Elisa.

-      Chicas, dejadlo en paz; por favor o al menos de una en una. – pide mi prima.

-      Te lo vas a descalabrar – suelta Nuria.

-      No te preocupes Eva, puedo con todas. – chuleo, causando la risa de todas.

-      Él se sabe defender solito. – me defiende Eva.

Y asi paso la fiesta, creo que nunca he estado más atendido por mujeres; sino llega a estar Eva, creo hubiera montado una orgia y es que estoy a punto de reventar. Cuando Eva y yo nos quedamos solos…La que más nos han costado echar han sido a María y a Bárbara, que querían quedarse a dormir; pero hemos conseguido echarlas con la excusa que teníamos que recoger todo y que otro día.

-      ¿Qué tal te lo pasaste en la fiesta? – me pregunta cansada.

-      Bien, ha estado bien; otro día que salgáis de fiesta me animo. – le digo sonriente.

-      Primo, acuéstate que friego yo. – me ofrece, a pesar de estar cansada.

-      ¿Qué? Ni loco, acuéstate tu; que te voy a dar un masaje como te prometí esta mañana. – le contesto.

-      ¿y las cosas? – mira a su alrededor.

-      Yo las recojo luego. – le sonrío.

-      Bueno, vale…te espero en mi cuarto. – me acaricia al pasar por su lado.

Traigo la crema, cuando llego está en la cama boca abajo

-      ¿asi, estoy bien? – pregunta.

-      Asi estas perfecta. – me siento a su lado y me echo crema.

-      Siéntate sobre mí, asi llegaras mejor. – me ofrece.

-      Vale, como quieras.

Al sentarme sobre ella, ella nota mi erección en todo su culo; ya que el tanga desaparece entre sus nalgas, la empiezo a masajear lo mejor que se.

-      ¿Por qué no te fuiste con ninguna de mis amigas? – me pregunta.

-      No lo sé – respondo sin saber que responder.

-      ¿no te gustaba ninguna? – insiste.

-      Supongo que están muy bien todas, pero me gusta otra. – digo rodeando el tema.

-      ¿Es de Madrid? – me pregunta.

-      No quiero hablar del tema. – Suelto, viendo adonde nos lleva esto.

-      MMM…espera dame por el otro lado. – dice y se da la vuelta.

Me intimido un poco, pero sigo con el masaje rodeando sus tetas; las rozo sin querer, pero las evito dentro de lo posible.

-      ¿Primo, te gusto yo? – me pregunta.

-      … - guardo silencio.

-      Asi que te gusto, ¿no? Por eso me tratas asi. – suelta, sonriendo.

-      … - sigo guardando silencio.

-      Masajéame las tetas. – me pide.

Obedezco en silencio, empieza a refregar su vagina contra mi pene; acabo besándola, cuando me doy cuenta nos estamos enrollando y me está poniendo el condón.

-      ¿estás seguro? – me pregunta, parando un segundo.

Sigo besándola y tocándola por toda respuesta, doy un culazo hacia dentro y ella gime como loca; me muerde los labios, mientras me centro en sus puntos erógenos para aumentar su placer y se lo hago despacito disfrutando el momento.

-      Joder primo, eres bueno. – dice una y otra vez, cada vez que libero su boca.

Esas palabras me incentivan a hacerlo mejor todavía, pero estaba tan salido; que acabo en el condón, mientras eso sigue en pie. Se lo como tan bien como puedo y sus gritos no se hacen tardar.

-      ¿tienes otro? – le pregunto.

-      Toma, gastemos la caja. – me lanza una caja de 12.

-      Gastémosla. – le sonrío.

Mientras nos besamos de nuevo.