Segunda vida 11. Trabajo y tiempo

Tras despedirse de María, David tiene que trabajar; la jefa sigue con un tonteo peculiar, luego llega a casa y a la prima tiene que conquistar. Aprovecha el tiempo, ya que tiene poco y hace todo lo que debe hacer.

Segunda vida

Capitulo 11. Trabajo y tiempo

SISTEMA SEGUNDA VIDA

Objetivos cumplidos con éxito:

1. Demostrar cosas en clase 100 %

2. Identificar problemas en clase 100 %

3. Evitar ligar en clase 100 %

4. Buscar un tutor de inglés 100 %

5. Buscar información del sistema 100 %

6. Hacer amigos 100 %

7. Sincerarme con María: 100 %

8. Ligarme a María: 100 %

9. Follarme a María: 100 %

10. Evitar celos de mi prima: 0 %

Recompensas:

3 + 4 + 2 + 5 + 10 + 2 + 3 + 4 + 5 = 37 + 3 de la reserva = 40 puntos de recompensas.

Habilidades practicadas:

1. Atender en clase Nv: 0 Exp: 5 / 4

2. Hacer tarea Nv: 0 Exp: 1 / 4

3. Matemática Nv: 0 Exp: 4 / 4

4. Programación Nv: 0 Exp: 1 / 4

5. Ingeniería Nv: 1 Exp: 4 / 6

6. Francés Nv: 0 Exp: 1 / 4

7. Beso Nv: 1 Exp: 7 / 6

8. Negociar Nv: 0 Exp: 1 / 4

9. Elocuencia Nv: 1 Exp: 5 / 6

10. Ligar Nv: 0 Exp: 1 / 4

11. Tocar Nv: 1 Exp: 4 / 6

12. Sexo Nv: 2 Exp: 8 / 8

- ¡Atender en clase mejora! Nueva barra: 1 / 6

- Sabiduría: 2 / 10

Atención nula…………Atención básica: + 1 a aprender cuando estas atendiendo.

- ¡Matemática mejora! Nueva barra: 0 / 6

- Inteligencia: 3 / 10

Matemática nula……………..Matemática básica: + 1 a saber hacerlo, cuando estés haciendo matemáticas.

- ¡Beso mejora! Nueva barra: 1 / 8

- Destreza: 5 / 10

Beso básico………………… beso menor: + 2 a besar a alguien, para que ese alguien lo disfrute.

- ¡Sexo mejora! Nueva barra: 0 / 10

- Constitución: 6 / 10

Sexo Menor………….Sexo inferior: + 3 a darle placer a alguien cuando le practicas sexo.

¿Quieres gastar puntos en ventaja o beneficio?

Si / No

¡No!

Una vez me quedo dormido con María en la cama, tras ver las actualizaciones del sistema; suena la alarma, despertándonos a ambos.

-      ¡¿ya?! – se queja ella.

-      Tu puedes dormir un poco más, tengo que ducharme antes de ir a trabajar. – le digo, besando su frente.

-      ¿y si me ducho contigo? – me propone.

-      No, que entonces llego tarde. – digo y la hago reír.

Me voy a la ducha contento a la par que disgustado, contento porque tengo muchas hembras y una hembra de bandera como María; disgustado por lo de mi prima, es un problema gordo y sobre todo porque vivo con ella. El agua caliente, empaña el cristal; pero no me da inspiración; solo se me ocurre reunir para esas ventajas y tratar de no perderla, mientras tanto.

-      Que complicado – digo, notando que mi cabeza echa humo.

Termino de ducharme, me viene María en ropa interior con un café.

-      ¿está a tu gusto? – me pregunta, dejándome de piedra.

-      Vaya, tu sigue asi; no haces más que ganar puntos. – le recomiendo.

Ella sonríe.

-      Eso es lo que pretendo. – suelta una risita.

-      Tu sigue asi, bonita. – le guiño el ojo, le agarro el culo y la beso.

-      Mmm…cuidado que me caliento y te calientas. – ríe divertida.

-      No, tranquila; lo tengo controlado. – digo muy seguro.

-      ¿seguro? – dice, pegando su culo a mi parte sexual y meneándolo sensualmente.

-      No seas mala – digo y le cacheteo el culo, quitándome.

-      Bueno, seré buena; esta vez, por un beso. – me pide, poniendo morritos.

-      Está bien, besucona. – suelto, empezando a besarla.

-      Podría llevarme asi todo el día. – me cuenta, suspirando.

-      No, que entonces no llego. – niego, avisándola de que tengo prisa.

-      Venga tomate el café, que me voy vistiendo. – dice, moviendo el culo sensualmente hasta mi cuarto y me hace suspirar a mí.

Niego con la cabeza, mientras le doy sorbos al café.

Al poco sale ya arreglada.

-      ¿quieres que te acompañe al trabajo? – me pregunta.

-      Me encantaría. – agradezco.

-      Pues vamos. – Propone.

-      Espera, que tengo que fregar esto. – le respondo.

-      No seas tan correcto, se un poco malo; eso pondrá cachonda a tu prima. – me aconseja.

-      Mmm…vale, te hare caso. – acepto, con el principio de una sonrisa.

Asi nos vamos, dejando mi cuarto echo un desastre como el suyo; la taza de café sin fregar, siendo un poco malo para variar.

Por el camino a mi trabajo, vamos agarrados; las chicas nos miran, algunos hombres también y nosotros vamos a nuestro rollo.

-      ¿y de que trabajas? – me pregunta.

-      En un sex shop. – le confieso.

-      ¡¿Qué, haciendo que?! – me pregunta, riéndose; sin poder creérselo.

-      Simplemente convenzo a la gente de entrar. – me sincero, ella pone cara aburrida.

-      ¿y cómo lo haces? – me pregunta con curiosidad.

-      Voy disfrazado, asi que actúo un poquito. – sigo contándole.

-      ¿de qué? – me sigue interrogando.

-      … de pene… - digo bajito.

-      ¿eh oído bien? – me pregunta para confirmar.

-      Si, de pene. – le suelto, haciéndola carcajear.

-      ¿en serio? – pregunta incrédula.

-      Sí, es un trabajo; al fin y al cabo. – digo, encogiéndome de hombros.

-      ¿Te da igual vestirte de pene? – ríe aun conteniéndose.

-      No es que me de igual, simplemente es mi primer trabajo; por algo hay que empezar, tengo mucho que pagar. – me excuso.

-      ¿y tus padres no te ayudan con eso?  - dice, dejándome pensativo.

-      La verdad es que no lo sé. – me rio, rascándome la cabeza.

-      ¿no lo sabes? – me pregunta, realmente sorprendida.

-      No, recuerda que perdí la memoria. – le recuerdo, pensando que lo sabe.

-      Es cierto, eh; como sabes que lo sé. – pregunta sin preguntar.

-      Simple, eres la única que sabe que Eva es mi prima por una razón. – digo sin decir.

-      Pues deberías preguntarlo. – me aconseja.

-      Tienes razón. – acepto, su consejo.

Poco después estamos frente a mi trabajo.

-      Una última pregunta – me dice.

-      Dispara. – le pido, avanzando hacia mi trabajo y dándome la vuelta.

-      ¿Cómo conseguiste este trabajo? – pregunta, llena de curiosidad.

-      Sencillo, había un cartel de se busca empleado y entre a preguntar. – digo, entrando en mi trabajo; tras lanzarle un beso.

Entro para dentro de mi trabajo, veo a mi jefa mirando el reloj impaciente; al entrar le sonrío y ella me sonríe, me entra las llaves.

-      Pensaba que hoy no llegabas. – dice, buscando conversación.

-      ¿Por qué? Si he estado puntual. – digo, mirando el reloj; que reza en punto, casi.

-      Porque sueles estar antes. – me explica.

-      Hoy, una muchacha; me entretuvo. – respondo, ella me mira con ojos afilados; aunque su sonrisa no cesa.

-      Entra y no pierdas tiempo. – ordena, sin perder la sonrisa.

Entro sabiendo que mi jefa esta celosa, me pongo el uniforme; una vez salgo vestido de pene, ella me vuelve a sonreír.

-      Buen día de trabajo – me desea. – no te olvides que tenemos una cita el viernes. – me recuerda.

-      Gracias, tranquila; no lo olvidare. – le agradezco y la calmo, yendo a trabajar.

Como siempre intento actuar, cambiar la voz; ganarme a la gente, para causar sensación.

La actuación no me sale esta vez, cambio la voz adecuadamente; pero me gano a la gente, esta vez sobre todo a los tíos y eso que muchas mujeres también.

Al acabar la jornada, vuelvo a local que esta empetado 60 % hombres; 40 % mujeres, agarro las llaves y me voy cambiando.

-      ¿Y hoy que hiciste? – me pregunta, al rato.

-      Parece que mi actuación, le gusto más a los hombres esta vez. – me encojo de hombros.

-      Estoy deseando que sea viernes. – me dice, de repente.

-      Y yo. – respondo, escuetamente.

-      ¿tu, por qué? – pregunta, acercándose.

-      Porque eres una diosa, quiero ver; que más hay aparte de eso. – me explico.

-      Hay mucho más. – responde, con tono sensual.

-      Eso, espero. – digo, cuando me doy cuenta estoy acorralado contra la taquilla y hace el gesto de morderme.

Sonrío y le doy un muerdo, pero no congeniamos mucho; entre la que pillo desprevenida y que es una diosa que me intimida, pero la aptitud besos si estaba activa y se ha calentado lo noto por el cambio en su olor.

-      Vaya…que sorpresa. – dice para sí. – toma aquí tienes el sueldo de hoy, nos vemos mañana. – me dice, sonriendo mucho.

Tras ver 20 euros de nuevo en mi bolsillo, me apresuro a llegar a casa; para tener tiempo para mí, ya que tengo mucho que hacer.

-      El viernes debo negociar un aumento. – pienso para mí, está claro que cada vez que voy llena la tienda.

Por el camino, llamo a mi madre; tengo promesas que cumplir y algo que averiguar, necesito saber si el dinero que llevo encima es suyo.

-      Hola hijo, al fin me llamas. – me reclama, mi madre.

-      Perdona mama, la universidad; los dos trabajos, ayudar a la prima en casa…todo eso me tiene que no paro. – me excuso.

-      ¿dos trabajos? Para que te buscas trabajo si te dije que todos los gastos correrían de mi cuenta. – se enfada.

-      Como te conto la prima, he perdido la memoria y no lo recordaba. – digo.

-      ¿Qué recuerdas? – me pregunta mi madre, preocupada.

-      Mi nombre, mi edad. – le confieso.

-      ¿has ido al médico? – me pregunta.

-      Sí, me dijo que podía ser algo transitorio o fijo; que es algo que pasa a veces, normal en chicos de mi edad. – le miento, obviamente la verdad no se la puedo contar.

-      ¿y de que trabajas? – me pregunta mi madre.

-      Trabajo promocionando un local y en una pista de patinaje sobre hielo. – le digo, ella parece sorprenderse.

-      ¿y con todo eso te da tiempo de estudiar? – me pregunta.

-      Si, mama; lo llevo todo para adelante. – le suelto.

-      Como has cambiado hijo. – aprecia.

-      Un poco quizás, pero todo para mejor; según la prima. – le digo a mi madre.

-      Me alegra, cuando necesites dinero; pídemelo, ¿vale? – me pregunta. – te acuerdes de mi o no, sigo siendo tu madre. – rechista, molesta.

-      Gracias, mama. – le agradezco.

-      Si llamas mañana, estará aquí tu hermana. – me propone.

-      Llamare, un beso mama; te voy a dejar que acabo de salir de trabajar y quiero hacerle la cena a mi prima…además de hacer la tarea y estudiar un poco, sin olvidar que me estoy poniendo en forma. – le cuento.

-      No pierdas el rumbo. – me aconseja.

-      No lo perderé, mama. – digo, poco después de eso; colgamos.

Vaya, casi me siento mal por no haberla llamado todo este tiempo; para ella obviamente soy su hijo, aunque para mi ella no sea mi madre.

Una vez llego a casa, lo primero que hago es la cena; hago unos huevos duros con atún y salsa rosa…no me sale espectacular, pero si pasable.

Me pongo ropa de deporte y salgo a correr, tras eso hago deporte en casa; mientras estudio ingeniería, tras eso me ducho y hago la tarea.

Justo cuando termino la tarea, lleva mi prima cansada de trabajar; al verla entrar, se empieza a desnudar como siempre.

-      Hola prima, te hice la cena; me voy al cuarto. – le digo, ella me mira con el ceño fruncido, pero me detiene.

-      ¿te está esperando allí tu amiguita? – me pregunta.

-      Estoy solo. – respondo, escuetamente.

-      Vente conmigo al salón y me haces un masaje de pies. – me pide.

-      No, sino me besas en los labios. – rechazo, dejándola sorprendida.

-      ¿No tienes ya a tus amiguitas para eso? – me debate.

-      … - me quedo en silencio y empiezo a marcharme.

-      Espera, estamos hablando. – me pide.

-      Mira prima, tengo 18 años; me pides un compromiso que a mi edad no puedo tener, pero si te quiero tener a mi lado. – le explico.

-      ¿y por qué te iba a tener? Si te tengo que compartir. – me pregunta.

-      Porque es mejor que no tener nada. – le respondo.

-      Está bien, me lo pensare; pero vente conmigo al salón. – me pide, asiento y voy con ella, llevándole la cena y su cerveza.

Ella se sienta y pone los pies sobre la mesa, está en braguitas y camisa ceñida sin sujetador; agarro la crema y me pongo a hacerle el masaje de pies, mientras ella cena.

Noto por su olor y algún suspiro que se pone cachonda con mi masaje.

-      Vale, hagamos una cosa. – me dice, cuando termino el masaje.

-      ¿Qué cosa? – le pregunto.

-      Por las noches, soy tuya y tú eres mío; el resto del tiempo puedes ser de las demás, pero los lunes y domingos son míos. – me exige.

-      De acuerdo, pero 1 día del fin de semana; podemos saltarnos esa norma, ¿vale? – negocio con ella.

-      Vale, puedes traer chicas a casa; siempre que me lo avises con antelación. – me dice.

-      De acuerdo, ¿tenemos un trato? – le pregunto, ofreciendo mi mano.

Ella jala de la mano y me besa en los labios.

-      Tenemos un trato - sonríe.

-      Me gusta esa forma tuya de sellar los tratos. – aprecio, haciéndola reír.

-      Dame un minuto y vente a mi cuarto, voy a arreglarlo. – me explica.

-      Entiendo. – asiento, aprovecho para fregar.

Una vez friego voy a su cuarto, ella está totalmente desnuda tirada en la cama.

-      ¿eso es una invitación? – le pregunto.

-      Ven aquí, tigre. – me pide.

Una vez me tumbo sobre ella, desnudándome en el proceso; ella agarra mi culo y mi nuca, para besarme. Ella me acoge con piernas y brazos abiertos, empezamos a rozarnos; mientras nos besamos, nos rodeamos y acariciamos con nuestros brazos.

En poco tiempo ya estoy erecto, ella sin decir nada; la agarra y me la dirige a su entrada, culeo hacia delante y ella gime al sentirla dentro. Ella está bien estrecha y húmeda, por mi lado estoy bien duro; nuestros labios se funden con mucho apego, nuestras manos nos tocan como si fuéramos imanes deseosos de estar pegados el uno al otro.

Empiezo a follarmela usando todo lo que se, sus gemidos se intensifican; entonces me voy dentro de ella, pero no paro y sigo moviéndome hasta que ella tiene un orgasmo brutal.

Mientras tiene el orgasmo, masajeo su clítoris; le cómo los pezones y me la voy follando despacito, hasta que cae muerta en la cama.

-      ¿mas? – le pregunto.

-      Por hoy suficiente. – dice entre jadeos.

La abrazo y dormimos asi, juntitos; ella también me abraza, es la primera vez que duermo con alguien asi.