Segunda parte: reencuentro con un viejo amigo
Después de que mi chico se fuera de la fiesta mi amigo Héctor y yo seguimos dándonos gusto
Segunda parte: Reencuentro con un viejo amigo.
La fiesta estaba en lo máximo, varias parejas bailaban y los ánimos comenzaban a caldearse, con unos buenos tragos encima y aún sacada de cuadro por qué mi chico se había ido molesto no me había dado cuenta que ella seguía sentada a mi lado, su manita traviesa masajeaba mi pierna y su cabeza se recostaba sobre mi hombro.
Ella me decía algo, pero yo solamente repasaba las imágenes de lo sucedido hacia unos minutos apenas y es que me acababa de comer a dos cabrones, verlos excitados y temblando de placer sin duda me prendía muchísimo, con las imágenes aun frescas en mi mente mi panochita volvía a mojarse , me sentía inquieta y claro que aún tenía ganas.
Al regresar de mi viaje mental me di cuenta de su presencia y comencé a examinarla mas detenidamente, a pesar de ser chaparrita era linda, su cuerpo menudito la hacía verse estética, pero lo que realmente me llamaba la atención era su sonrisa que era una mezcla entre tierna y traviesa, sus labios eran delgados pero se veían sensuales así que sin saber exactamente por que razón rodee sus hombros con mi mano y la atraje hacía mi, bese sus labios frescos que tenían sabor a alcohol, su lengua tierna rodeaba la comisura de mis labios, como si estuviera dibujándolos dejando un rastro ardiente, verdaderamente estaba disfrutando eso, mis manos buscaban inquietas los faldones de su blusa, con la clara intención de introducirse bajo ella, su piel era suave y cálida y sus pequeños pezones ya comenzaban a sentirse duros al ser acariciados .
Sus besos comenzaban a ser mas ardientes ya no solamente me besaba la boca, buscaba mi cuello, mis sensibles orejas eran víctimas de sus labios y comenzaba a jadear, el juego era más intenso pues no me contentaba con pellizcar sus pechos, quería sentirlos en mi boca, tenía ganas de verlos de olerlos y llenarme de ellos, la recosté en el piso, ya era muy noche y no se veía gente en la calle, ella no objetó nada así que supuse que no le importaba, desabotoné su blusa y subí su bra dejando libres sus pechos, eran pequeños pero redondos y sus pezones tenían un delicioso color rosa, imposible no darles unos ricos lametones.
Me pegué a sus pechos mientras buscaba introducir mis dedos dentro de su rajita caliente, la humedad de su entrepierna se sentía por encima de su ropa y su suave aroma a mujer comenzaba a llenar mi olfato, al sentir mi mano ella abrió sus piernas dándome pie a seguir adelante.
Sentir la humedad y el calor de su rajita hizo que instantáneamente me mojara y olvidé completamente lo demás, en ese momento mi chico y mi amigo dejaron de existir así como la gente dentro de la casa, solo las sensaciones del momento tenían cabida, ella había metido sus manos por debajo de mi falda y haciendo a un lado mi ropa interior hurgaba con un par de dedos dentro de mi rajita.
Estaba a punto de escurrirme cuando el sonido de un carro me puso alerta, levanté la cabeza y me di cuenta de que una patrulla se acercaba , nos levantamos lo mas rápido que pudimos y nos metimos dentro de la casa, apenas habíamos pasado la puerta cuando el auto pasaba justo frente a nosotras, cerramos la puerta y ahí recargada en el zaguán seguí recibiendo sus besos.
Ella me tomó de la mano y me llevó a donde se encontraban los demás me extendió un vaso con no sé que y me dijo que bebiera por el gusto de estar juntas en ese momento, esto me causó gracia ya que realmente había sido solo una coincidencia, seguimos bailando y bebiendo con los pocos que aún quedaban, Héctor me miraba desde una esquina con un vaso en la mano, no podía descifrar su mirada y era extraño ya que anteriormente siempre me había sido fácil saber lo que estaba pensando.
Ella aprovechaba los intervalos entre la música y su trago para besarme o meterme mano debajo de mi falda, al parecer le excitaba mucho la idea de lucirse frente a todos, realmente para esas alturas ya no me importaba mucho lo que ella hiciera, comenzaba a ponerme caliente y realmente me urgía estar a solas con ella.
Me acerqué a su oído y le dije que nos fuéramos a un lugar mas discreto pero ella se negó diciéndome que la estaba pasando muy bien así, me sentí frustrada ya que mi rajita se encharcaba otra vez y el fuerte aroma a sexo ya impregnaba mi cuerpo, Héctor seguía bebiendo y rehuía mi mirada y ya sintiéndome valiente por el alcohol ingerido me dirigí a donde el estaba, lo tomé del brazo para alejarlo un poco de sus amigos, quería saber si se arrepentía de lo que habíamos hecho.
-que te sucede? Por qué me miras así?
-no es nada- pero yo sabía que si sucedía algo con el
-no me mientas, recuerdas que te conozco desde hace tiempo?
-bueno pues yo pensaba que lo que había sucedido era especial y lo estábamos pasando bien, pero luego llegó tu novio o lo que sea y no se, sentí que solo fue un rato mas .
-ahh ese es el problema? Te sentiste celoso?... bueno pues debes saber que si la estábamos pasando bien, y no estaba planeado que el llegara
-esta bien, no estaba en tus planes, las cosas solo se dieron así pero ahora te besas y manoseas con esa vieja y esto tampoco lo planeaste?
-ahh si bueno, jajaja aunque no creas tampoco lo tenía en mente, ni siquiera me acordaba de ella hasta que la vi.
Me miraba intentando adivinar que tan cierto era lo que le estaba diciendo, me tomó de las muñecas y me pegó a la pared me beso con rabia, y eso me ponía loca, de repente el se separó de mi, alguien a sus espaldas le decía algo, pero no podía ver quien era, cuando se dio la vuelta vimos que era ella la que nos decía algo- Ah no seas mala onda déjame algo no? Tu ya tuviste tu turno-estaba tan ebria que apenas se mantenía ya en pie.
-si pero acuérdate que esta noche ella es mi pareja, vino conmigo.
-ah si? Vino contigo y por eso la compartiste con ese otro? Que muchacho tan bueno eres
-Cállate, tu no sabes!! Además ya llégale que tu no tienes nada que ofertarle
Diciendo esto volvió a lo que estaba, sus manos nuevamente me masajeaban ya sea los senos o las piernas, pero ella se empecinaba en seguir ahí, estiré la mano y la acerqué a donde estábamos, besaba una boca y luego besaba otra, Héctor incrédulo de lo que estaba haciendo hizo el intento de irse pero lo impedí diciéndole que tendría dos mujeres para el, le tocaba disfrutar dos cuerpos así como lo había hecho yo hacía apenas unas horas.
Dos pares de manos me tocaban, dos bocas me besaban y yo nuevamente estaba a mil, ahí donde estábamos en un rincón del jardín ella se hincó frente a mi y bajando mis pantaletas pasó sus dedos por mi húmeda rajita, loe llevó a su boca y probo los jugos mezclados que ya escurrían libremente, hundió su lengua en mis labios hinchados succionando con fuerza, Héctor se encargaba de mis pechos mordiendo mis pezones, ya habían pasado unas horas y se encontraba bastante repuesto y listo para un segundo round.
Yo estaba en la gloria pues ambos me estaban dando un buen servicio, pero la idea era regarle una buena noche a Héctor, de alguna manera quería compensarlo por lo que había sucedido con mi chico, bajé el cierre de su pantalón y tomándola del cabello la obligué a mirarme-ahora vas a ser buena y le darás una rica mamada.
Obedientemente abrió la boca y su lengua sedosa y caliente comenzó a ensalivarle la verga que ya estaba bien erecta, yo lo besaba y comenzaba a quitarle la camisa, de verdad que ya no me importaba si alguien nos estaba viendo, solo me importaba darle placer y pasarla bien, mis dientes dejaban pequeñas marcas en su pecho y el jadeaba, con ambas manos la sujetaba del cabello violándole la boca sin prestarle atención a las arcadas que le provocaba su verga al chocar en su garganta.
Los demás ya borrachísimos apenas se daban cuenta de lo que pasaba en esa esquina del jardín, solo unos cuantos curiosos observaban y un par de parejitas nos imitaban ya con la calentura a mil -te gusta? Cógetela-
-en serio? Si quiero, pero vamos al cuarto
-para que? Nadie nos pone atención
Héctor me miró como adivinando si hablaba en serio,y al ver que la tomaba de la mano y le ayudaba a ponerse de pié quedo bastante claro que si estaba hablando en serio, cuando ella estuvo de pie aproveché para besarla sientiendo en su lengua el sabor de el, le quité las pantaletas y le devolví el favor, le estaba manando la panocha y pude ver el deseo ardiendo en los ojos de Héctor-acomódate, quiero metértela!!! Ella se puso en cuatro dejándole el camino libre a Héctor quien sin esperar un segundo se la metió hasta el fondo con sus manos en las caderas de ella se la dejaba ir toda, me recosté frente a ella con las piernas bien abiertas, mis deditos entraban y salían de mi rajita mojada, ella rodeó mis piernas con sus pequeñas manos y hundió su cara nuevamente entre mis piernas, umm si que sabía usar su lengua, yo comenzaba escuchaba a alguien gemir pero no sabia si eran las otras parejitas que se daban gusto o si era ella o Héctor, pero los sonidos a mi alrededor me ponían muy inquieta.
La voz de el me sacó del trance que me provocaban todas esas sensaciones, me acomodé como me lo pedía, en cuatro a un lado de ella pude sentir sus dedos de el ensanchando mi culo, mientras la empalaba a ella, su expresión me dejaba claro que lo estaba disfrutando, y claro que yo tambien, un dedo primero, dos, tres y bastante saliva, ya estaba lista para recibirlo.
Unas embestidas a ella y unas a mi, Héctor estaba por terminar, temblaba e intentaba reprimirse para durar más, unas gotas calientes escurriendo en mis nalgas y un sonoro gemido indicando que había terminado, se dejó caer al piso recostándose sobre el pasto con un brazo doblado por detrás de su cabeza, se sentía satisfecho pero ella y yo no, ella estaba tendida de espaldas sobre el piso, me recosté sobre ella comiéndole sus pechos, masajeaba su clítoris, ella estaba caliente y abría sus piernas a mas no poder.
La sentí escurrir sobre mis dedos, pero cuando pensaba que le sería suficiente se sentó abriendo sus piernas y me pidió que hiciera lo mismo se entrelazó conmigo dejando su rajita pegada a la mía y comenzó a frotarse conmigo- uhhh que delicia-al tenerla de frente podía ver su sonrisa traviesa y esa manera tan sensual de morderse los labios, siguió frotándose acelerando el ritmo, ella quería terminar y yo estaba punto, nuestros jugos se mezclaron dejándonos completamente agotadas.
Héctor dormitaba ahí tendido, ella y yo nos pusimos de pie, necesitaba asearme el olor a sexo estaba totalmente impregnado en mi cuerpo, caminé hacia el baño, me limpié lo mejor que pude, al salir a la sala ella estaba recostada sobre un sillón, me tendió la mano para que me recostara con ella pero preferí ir con Héctor, después de todo había llegado con el.
Despertamos al escuchar ruido, nos habíamos quedado dormidos en el jardín, nos paramos y vimos la magnitud de la “fiesta” varias parejitas habían pasado una buena noche, bueno al parecer no habíamos sido los únicos, nos arreglamos lo mejor que pudimos y nos despedimos de aquellos que ya estaban despiertos, ella se había ido en algún momento sin despedirse de mi y sin dejarme su numero de teléfono.
Ya en el camino de vuelta hablamos de lo que habíamos hecho, sin embargo el y yo teníamos pareja (en mi caso yo tenía dos) por lo que decidimos simplemente olvidarlo, comentamos algunas cosas de la fiesta que rayaban en trivialidades, al llegar al punto donde me dejaría nos despedimos como viejos amigos, pero estaba segura de que pronto me buscaría de nuevo.