Segunda paquete para Tamara de Amazon

Unas semanas después, aun con Filomena reciente, me tocó ir a llevarle a Tamara otro paquete, pero esta vez no sabía lo que me iba a encontrar. Otra nueva aventura del repartidor de Amazon donde esta vez pasa mas peligros para poder tener sexo.

No aguantaba más. No sé si os pasa a vosotros y vosotras, cuanto más follo mas ganas tengo luego.

Hacía unos días que me había tirado a la cerda de Silvana en la clínica dental, pero tenía ganas de algo morboso.

Efectivamente, os hablo de la andaluza, de Tamara.

No había recibido ningún paquete que llevarla y mira que había preguntado veinte veces en la agencia, pero nadie sabía nada de ella. No me jodas que había conocido a la única persona de Madrid que no pedía por Amazon.

Entonces indagué por internet, sabía que nos habían grabado pero no sospechaba lo que vi.

Me metí en google y busqué follando Tamara pero solo salían videos de una tal Hassen, y pensándolo bien, si la grabaron desde los pisos de enfrente ¿por qué iban a saber su nombre?

Así que me puse a ver alguno que me excitaba y en esas estaban cuando sonó el whatsshap.

Al principio no le di importancia con lo que me vi el video completo, vaya manera de excitarme joder. Me la machaqué imaginando follando en el patio ese que tiene mientras nos miraban los vecinos. Dios que cerda que es la cabrona. ¡Tengo ganas de verla!

El caso es que el al final miré el movil, era del curro, venga ya… si hoy es mi día libre.

Lo abro. -Tienes que llevar un paquete, la furgo DV56 ha pinchado en la M40, ¿podemos contar con la tuya?

-Ya os vale, -respondí, venga, ¿dónde hay que llevarla?

-Gracias tío, te debo una. Deja que mire…

….

….

-¿Estás ahí?

-Sí colega, perdona es el puto windows que va como el culo. A ver, es por Usera, la calle es…..

-¿No jodas?

-¿Qué ocurre? ¿Te viene mal? Si quieres busco por otro lado.

Na, tío perfecto. Su puta madre me había corrido hacía diez minutos pensando en ella y ahora, ahoraaaaa… tiene un pedido la muy cerda.

Me duché, me depilé algo ahí abajo para no dar la imagen de ser un dejado. -Bien, mi polla reluce.

Abrí una cosita que tenía guardada, una cremita procedente de EEUU. Había leído la usaban los actores pornos para aguantar empalmados horas. Me lo llevé.

El caso es que en media hora estaba aparcado y con el paquetito, que pesaba como un demonio, en la puerta, bueno en el portal.

Os voy a ser sinceros, al ser un bajo intenté verla por la ventana que daba al baño, nada. Decidí llamar. Estaba empezando a ponerme empalmado, el efecto de la crema empezaba a funcionar. ¡Que cabrones los actores pornos así que tienen esos miembros que parecen mastiles!

-¿Diga?

Era su voz, su voz grave y algo rasgada, con ese acento andaluz que me pone como un simio en celo.

-Ostia parece que me va a explotar. ¿Pero cómo ha crecido tanto?

Me agaché para que ningún vecino viera nada raro y aunque el paquete que llevaba pesaba un huevo me lo puse delante para ocultarlo. Toda la sangre se me estaba yendo al mismo sitio. Mejor porque no necesito pensar, solo abrirle el culo. Diossss. En cuanto me abra, por que fijo que aparece desnuda la muy cabrona, la beso y le saco la polla. ¡Sopresa!

Abrieron la puerta del portal y entre, fui decidido a su piso.

-Soy el de amazon… -lo repetí enfatizando lo de Amazon. -Voy a metérsela en la boca y que la niña esa lo vea, y los vecinos también, todos los putos vecinos que sepan que me follo a una salida casada. Puto marido Cornu…

La puerta se abrió y para mi sorpresa cuando ya estaba quitándome el botón del pantalón apareció un tio repeiando.

¡Vamos no me jodas!” -Pensé.

-¿El de Amazon?

-Sí el mismo, -habló alguien dentro de mí. Porque yo acababa de morir.

-Un momento. ¡Tamara cielo, hay un paquete para ti!

-Cógemelo cielo.

-Traiga, que yo se lo doy.

Negué con loa cabeza.

-¿Ocurre algo?

Volví a negar.

-Oiga, déjese de gilipolleces que tengo bastante prisa. Deme el paquete.

-No puedo, -respondí al final.

-¿Cómo que no puede? ¿Esto es una cámara oculta de esas? -El tio salió al pasillo y al ver que estaba solo intento hacerse con el paquete, pero yo lo sujeté con fuerza.

-Dámelo, hostias. -Gruñó.

-Que noooooo, -insistí.

-Pero de donde ha salido este pirado, carbón dame el paquete de mi mujer.

-Ahí estamos de acuerdo, -pensé.

-¿Qué sucede? -Dijo Tamara apareciendo tras la puerta en pelotas.

-¡Ay dios! -Exclamé.

-Cielo, ¿qué conoces haces así?

-Ah mi Thermomix. ¿Puede ponerla en la cocina?

-¿Vas a dejarle pasar a este fumado?

-Desde Lugo cielo, ¿de quién fue la idea de ir en bolas todo el día por casa? Tuya. -Y le besó delante mía. No me jodas, un respeto por dios.

-Bueno Tamara yo llego tarde que el Uber ya está en la calle.

-¿Llevas el pasaporte?

-Sí.

-¿Y sleeps nuevos, calcetines, toalla, maquinilla de afeitar?

-Cielo, hay un tío raro en la cocina.

-No te creas, este me suena de que ha venido alguna vez.

-Eso es muy cierto, pensé pero no dije nada.

-Bueno, me voy.  Regreso en seis meses, a la noche hablamos cuando llegue.

-Vale mi amor.

Surrealista. Me dejó allí en su casa, con su mujer en pelotas. En fin cuando Tamara entró me había desnudado yo también y le ofrecí un magistral plano de mi miembro tieso como si se tratara de una barra de pan congelada.

-Ja. -Río. -Anda tapate.

-Una mierda. Yo he venido a follar contigo.

-A ver gilipollas, lo del otro día fue un calentón, llevaba sin follar tres meses y como entenderás…

-Pasé de que siguiera hablando, le cogí la cabeza, la puse de rodillas, y le metí la polla hasta la campanilla.

Cierto, ella gimió, quizás fui poco delicado pero estaba muy salido y esa crema vale mucho como para desperdiciarla. Ella intentó mordérmela pero como era tan grande no fue capaz, así que la saqué toda babeada.

Me miraba desde el suelo jadeando.

-¡Eres imbécil tío!

-Seguramente. -Entonces me agaché y le comí todo su coño peludo. Se resistió hasta que el placer le nubló la mente y entonces solo quería seguir sintiendo ese incontrolable placer.

Yo movía la lengua en círculos, -la verdad es que esto lo vi en una peli guarra y funcionaba, así que esperé un gesto que me dijera que iba bien, y vaya si lo vi, le empezaron a temblar las piernas y lo que antes era una voz rasgada y grave se convirtió en una sucesión de finos alaridos orgásmiscos.

Ahora entiendo a los mamíferos que antes de procrear son llamados por los gemidos de las hembras. Aquello me puso mas cachondo aún. Así que entré a matar, mi ballesta pedía ano.

La llevé al baño y la puse en la ventana que da al patio exterior y entonces ahí mientras ella miraba hacia afuera con cara de se avecina el fin del mundo, la penetré como un supositorio que solo conoce un destino, dentro sí o sí.

Joder, como adoro esa sensación tan liberadora de notar al ano aceptar la entrada de mi prepucio, esa rotura que se produce en la mujer es algo que no tendría vida para explicarlo.

Entras y entonces ya sabes que ese cuerpo, ese alma, esa mujer es tuya. A partir de ahora ella es un juguete que sentirá a tu ritmo, y el mío estaba demasiado acelerado para saber si tenía lógica.

Juraría que le golpeé la cabeza varias veces contra la reja. Yo iba como drogado y ella, y eso no lo entiendo me obedecía. La puta, ¿por qué será que cuando te las follas a lo bestia ellas ceden, obedecen, se dejan llevar, pierden su poder y su reinado? Ni puta idea, pero se la estaba clavando como una taladradora.

Hasta que sonó el puto móvil.

-No lo cojas cerda.

-Es mi marido.

-Cómo si es el calvo de la loteria. No…, lo…, cojas, -insistí más despacio.

-Dime cielo. -Le respondió en andaluz y jadeando con mi miembro clavado hasta el ombligo.

-¿El pasapor…, -tragó saliva, cerró los ojos, se sonrojó, respiró hondo y terminó la frase disimulando. -Porte…? Lo metí en el bolsillo de tu bolsa.

-¿Te ocurre algo gorda?

-¿Qué me va a ocurrir? Tienes unas… , joder -musitó, -cosas. Anda mi arma no inventes.

-Es que te noto como perdida.

-Chiquillo, perdida llevo años, es que no te entera ¿eh?

El cornudo rió.

-Me encanta oírte. -No tenía pensado cortar por lo visto.

-Humm, que le jodan yo quiero correrme, -seguí a lo mío, clavándosela. Ella me indicaba con la mano que estuviera quieto, yo no podía y aquello me excitabas aún, su marido en el móvil. Me meo.

Vaya follada, …¡vaya follada!, ella seguía hablando con él cuando me corrí en su careto, para colmo la vecina llegaba al portal con el carro de la compra y lo presenció por la ventana también. La cosa iba mejorando.

Volví mi atención a Tamara llena de semen, en el móvil, en el suelo, sus ojos, el pelo rizado, los labios. Pero oye la tia aguantó bien.

Entonces me dio por ponerle un pie en la cabeza y hacer el gesto de victoria a la anciana que nos miraba con desprecio.

Le hice gestos de que me la acaba de follar, la mujer se santiguó, mas cuando vio mi pene erecto aun lanzando semen. No sabía que se podía tardar en corre tanto.

En fin que esperé a que terminara y me la llevé al cuarto, esa vez hicimos el amor.

-Oye, pues no sabía que hacer el amor contigo fuera tan excitante.

-Bueno, igual cuenta que tenemos mi cámara grabando nuestra primera peli porno.

No le dije que estábamos en la red con mas de 9 millones de visitas. Pensé que no era buen momento. Preferí abrazarme a ella, sentir su sudor frío y seco, besarle los labios gruesos y acariciar sus rizos.

Poco a poco nos quedamos dormidos, ella me apretaba con fuerza, aun recuerdo su respiración profunda y entrecortada. Recuerdo como fue cayendo la noche, como la arropé despacio para no despertarla, y como y eso me empezaba a rallar mucho, mi piola seguí empalmada.

-Una pena hija, -le dije viéndola tan recta. -Una pena.

Y bueno que ni en sueños amigos, ni en sueños. Así que no os desaniméis y recordar una cosa, follar agota, pero cuando es por el culo te hace adicto.