Seductor seducido

Seductor seducido

En los últimos tres años, desde que mi suegro murió, he estado visitando a mi suegra dos o tres noches por semana con la finalidad de acompañarla y hacerla sentir que no esta tan sola. En esposa la visita durante el día por lo que por lo general cuando yo la visito durante las noches mi esposa ya a regresado a casa.

Muchas ocasiones la acompaño durante la cena y luego regreso a casa después de las 9 o 10 de la noche. Todas estas atenciones para con mi suegra eran completamente inocentes de mi parte hasta una noche hace cuatro meses.

Mi suegra y yo habíamos terminado la cena, yo miraba la televisión mientras mi suegra leía un libro en su silla mecedora, cuando de repente, sin ninguna razón el collar de perlas que ella estaba usando se rompió, haciendo que todas las perlas cayeran dispersas sobre la alfombra y alrededor de su silla.

Mi suegra iba a levantarse para recogerlas, cuando yo le decía que permaneciera sentada y que me dejara a mí recogerlas. Inclinándome rápidamente reuní casi todas las perlas que estaban en el suelo, mientras mi suegra juntaba las que estaban alrededor de ella sobre su silla. En el momento que me acercaba a dárselas me percate de que debajo de su silla había aun algunas, por lo que inclinándome trato de recuperarla, es precisamente en ese momento que mi suegra moviéndose un poco para permitirme el acceso bajo su silla, abre leve e inconscientemente sus piernas, permitiéndome ver el nacimiento de las medias de liga que estaba utilizando.

Aquella visión me sorprendió en sobremanera, siempre me habían excitado mucho las medias con ligas, las asocio inmediatamente con sexo. Siempre he considerado a las mujeres que usan ligueros muy sensuales. Esto me provoco un sentimiento hacia mi suegra que sinceramente no había tenido nunca antes, hasta ese momento.

Permítanme describir a mi suegra, es una mujer madura de 59 años, viuda desde hacia tres años, es alta, tiene el cabello entrecano un poco largo el cual recoge en un moño, su cara es redondeada, con algunas arrugas alrededor de su boca y sus ojos, señales del inequívoco paso del tiempo sobre ella. Aunque nunca se los he visto directamente, puedo decir que posee unos senos enormes, y bajo sus largas y anchas faldas se adivinan unas grandes y redondas nalgas. Sus piernas nunca las he visto más arriba de sus rodillas, sin embargo ahora que sabía que usaba medias, estaba determinado a cambiar eso.

Tratando de tranquilizarme, recogí las perlas que faltaban y se las entregue a mi suegra. El resto de la noche la pase tratando de reprimir el deseo que crecía por mi suegra en mi interior. A partir de esa noche cada vez que iba a visitarla procuraba buscar la ocasión en que pusiese vislumbrar parte de sus medias. Empecé a fantasear sobre el hecho de ser seducido por mi suegra. Me imaginaba quitándole sus medias y cogiendomela hasta el cansancio. Estos pensamientos ocupaban mi cabeza el día entero. Cada vez que visitaba a mi suegra, trataba de obtener una posición que me permitiera tener cercanía con ella.

Pero entonces, en una ocasión fui demasiado lejos. Era una calurosa noche de verano, mi suegra se encontraba vistiendo un holgado y conservado vestido azul sin mangas que la hacia verse muy bien. Mirándola detenidamente me percate que sus brazos no estaban flácidos, como en la mayoría de personas de su edad, quería tocarlos, entonces increíblemente la ocasión se presentaba. Habíamos estado platicando sobre mi difunto suegro, cuando mi suegra sorprendiéndome me decía que ella no solamente extrañaba que mi suegro la hiciera reír, sino que también extrañaba el hecho de que El la hacia sentirse mujer. Terminando de decir esto mi suegra se levanto de su silla y camino hacia la cocina. Al escuchar su comentario inmediatamente me levantaba de mi lugar y la seguía.

Al entrar en la cocina, mi suegra se encontraba dándome la espalda limpiando algunas tazas, ella continuaba hablando de cuan viril había sido mi suegro hasta su muerte, así que armándome de valor, camine justo detrás de ella, colocaba mis manos sobre sus brazos desnudos, empecé a acariciar con mis manos su blanca y suave piel, me suegra permanecía inmóvil, aproximándome aun mas yo giraba a mi suegra de cara a mi, y la empujaba suavemente contra la pared. Sujetando aun sus brazos con mis manos, la miraba fijamente mientras le decía "No se preocupe señora, yo la puedo atender en todo lo que necesita"

MI suegra me miraba seria, mientras yo me acercaba aun más a ella, mientras la protuberancia dentro de mis pantalones se pegaba contra su cintura. Mi suegra inclinando su mirada se percataba de cuan excitado me encontraba, entonces con cara de asombro me hablaba

"Me esta lastimando Pedro" decía firmemente.

Inclinando un poco mi cabeza, intentaba besarla

"Pedro, NO!, NO!" hablaba mi suegra mientras yo aumentaba mi fuerza para sujetarla.

Fue una fuerte bofetada en mi cara la que me regresaba a la realidad, soltando sus brazos, ella se separaba.

"Creo que es mejor que se vaya!" dijo suave pero autoritariamente mi suegra.

Trate de justificarme, pero mi suegra no dejándome hablar continuo "Salga de mi vista en este momento!"

Salí de su casa con una preocupación, lo que había hecho me seguramente me metería en un gran lío con mi mujer.

En la siguientes semana no volví a visitar a mi suegra, cuando llegaba a mi casa temprano y le mi mujer me preguntaba que por que no había ido a visitar a su madre, siempre le contestaba que había tenido mucho trabajo y me encontraba muy cansado. MI mujer nunca menciono el incidente que yo había tenido con su madre, parecía que esta lo había callado, seguramente para no perjudicar mi matrimonio.

Mi corazón se hundió un jueves cuando al regresar del trabajo, mi mujer me contó que su madre la había llamado en la tarde.

"Usted se ha portado muy mal" dijo mi esposa

Sentí un enorme terror, seguramente mi suegra le había contado, tratando de mantener mi tranquilidad pregunte que a que se refería con esas palabras.

"Mi madre no lo ha visto en la ultima semana, ella quiere saber si usted puede ir a visitarla esta noche" dijo mi esposa, para mi sorpresa.

MI esposa a ultima hora decidió acompañarme a casa de su madre, aun me encontraba un poco nervioso, no entendía que era lo que pretendía mi suegra diciéndome que fuera a visitarla.

Llegamos a la puerta de la casa de mi suegra, antes de que tocáramos, la puerta se abrió lentamente.

Todo se desarrollo de la manera mas tranquila durante la primera hora de nuestra visita en casa de mi suegra, mi esposa y esta platicaron tranquilamente en la sala. Pero en un momento mi suegra me dijo que si podía ir a su habitación y traerle una revista que estaba sobre su mesa de noche para mostrársela a mi esposa.

Me sentí tranquilo de abandonar la habitación por un momento, camine por las escaleras y subí a la segunda planta a la habitación de mi suegra. Justo en el momento en que entraba en su cuarto, mi vista era totalmente desviada a lo que se encontraba sobre su cama. Sobre esta se encontraba pulcramente acomodada un pequeña bata de dormir roja, podía notar que era muy sensual y excitante. Con mi vista aun fija en la sensual prenda mi mano se extiende hacia la mesa al lado de la cama, descuidadamente, yo dejaba caer algo al suelo, girando rápidamente la vista para mirar que había botado, mis ojos no podían creer lo que miraba. Sobre la alfombra, yacía un enorme consolador. Justo en ese momento escucho la voz de mi suegra gritándome desde las escaleras, si todo estaba bien. Yo le respondía que si, que ya bajaba.

Regrese a la sala y le entregue la revista a mi suegra, ella la tomaba mientras me sonreía discretamente, y se la mostraba a mi esposa. Algunos minutos después mi suegra le comento a mi esposa que en las ultimas noches había estado escuchando algunos ruidos alrededor de la casa y que esto la ponía muy nerviosa, le dijo a mi esposa que ella se sentiría mejor si quizás yo pudiese acompañarla esa noche. Mi esposa estuvo de acuerdo, sin embargo yo argumente que no llevaba cepillo dental ni pijama para dormir.

Mi suegra me dijo que ella poseía un cepillo de dientes nuevo que podría utilizar, mi esposa en tono de broma agrego que no me pasaría nada por dormir en ropa interior una noche.

Sentí un poco de excitación en quedarme esa noche solo con mi suegra, pero después de lo que había sucedido la ocasión anterior, me sentía un poco inseguro. Después de platicar algún tiempo mas mi esposa se despidió de mí, diciéndome que protegiera a su madre, mientras mi suegra la acompañaba a la puerta de su casa.

Desde la sala escuche a mi esposa despedirse de su madre, luego escuche la puerta cerrarse, permanecí solo en la sala durante algunos segundos, cuando mi suegra entrando de nuevo en la habitación sin hablar se sentaba frente a mi y abriendo sus piernas me mostraba sus maduros y excitantes muslos cubiertos por una excitantes medias negras, mientras comenzaba a hablarme

"La ultima vez que usted estuvo aquí yerno, creo que me comporte un poco mal, sin embargo dicen que es de sabios recapacitar"

Yo estaba desconcertado con el nuevo comportamiento de mi suegra.

"Venga Pedro," me decía, "Venga acérquese, aquí junto a mi silla" continuo

Lentamente me levante del sofá en el que me encontraba y camine hasta quedar a su lado en la silla.

"Permítame mostrarle algo" susurro

No podía creer lo que sucedía, mi suegra extendió sus manos hasta colocarlas sobre mi cinturón y empezó a desabrocharlo, sus largas uñas pronto abrieron la hebilla de este, luego sus dedos se movieron para desabrochar el botón de mi pantalón, luego colocando sus dedos sobre el cierre de este, empezó a bajarlo. En pocos segundos mis pantalones se encontraban a la altura de mis tobillos, la enorme protuberancia dentro de mi bóxer saltaba visible a la vista de mi madura y excitante suegra. Aspire profundo al sentir sus suaves dedos colocarse sobre la banda elástica de mis bóxer justo sobre mi dura verga y arrastrarlo hacia abajo entre mis piernas. MI verga gorda y maciza, quedo completamente expuesta en toda su extensión, justo a dos pulgadas de la cara de mi suegra.

MI suegra me miro directamente a los ojos, mientras humedecía con su lengua sus maduros labios, entonces sin quitar su vista de la mía, lentamente abrió su boca acercándola hacia mi enorme verga, lentamente empezó a envolver la cabeza de mi verga con sus tibios labios, metiéndola poco a poco profundo hasta su garganta. Deslizando su cabeza atrás, empezó a meter y sacar mi dura verga de su boca mientras su lengua jugaba con esta antes de volver a tragársela otra vez. Empecé a gemir fuertemente sintiendo intensas olas de placer.

Envolviendo la base de mi verga con su mano, mi suegra empezó a mover mi verga dentro y fuera de su boca, no podía creer que mi recatada suegra estuviera mamándome la verga como una verdadera experta. Mientras aumentaba la velocidad de su mamada, su otra mano se colocaba sobre mis pelotas y empezaba a acariciarlas, la sensación era total, cerré los ojos cegado de placer. Un minuto después, gemí fuertemente, mientras mi suegra tragaba la abundante y caliente carga de semen disparada por su yerno. Sentí como mi suegra trago todo mi espeso y abundante zumo blanco, no permitiendo que nada escapase de su boca.

Cuando mis pelotas estuvieron completamente vacías, mi suegra sacaba mi verga de su boca, mientras limpiaba alrededor de sus labios con su lengua.

"OH yerno" empezó a hablar "Había olvidado lo bien que sabe la fresca y viril leche de un hombre como usted"

Separándome, camine al sofá junto a ella, mientras esta se ponía de pie, diciéndome que iría a ponerse algo mas cómodo, empezó a subir las escaleras rumbo a su habitación.

En el momento en el que ella empezaba a subir las escaleras, el teléfono sonó. Era mi esposa telefoneando para avisar que había llegado bien a casa. Escuche a mi suegra decir que nosotros también nos encontrábamos bien.

"De hecho hija," hablo mi suegra "tu esposo muy atento, justo me preparo una caliente y deliciosa bebida lechosa antes de dormir, acabo de terminar de beber hasta la ultima gota"

Yo por mi parte me desnude completamente, esperando su retorno

Comentarios y sugerencias alonso29cr@yahoo.com