Seductor seducido (2)

Despues de la mamada viene la cogida...

Seductor seducido II

Diez minutos más tarde, sentado en un sofá en la sala completamente desnudo escuche los pasos de mi suegra entrando lentamente en la habitación, dándome tiempo de apreciarla.

Traía unos zapatos de tacón alto, estuve un poco desilusionado al ver que se había quitado sus medias, sin embargo al ver la diminuta bata roja que estaba usando mi desilusión se fue, era la misma que había visto hacia unas horas cuando había subido a su habitación por la revista para mi esposa, sus grandes melones se balanceaban como péndulos bajo el fino material de la prenda, mis ojos estaban fijos en su raja. Un arbusto de pelo entrecano surgía ante mi vista. La visión era completamente excitante.

Ella camino y se coloco frente a mí, deleitándose ante la evidente reacción que había tenido sobre mi, mi verga esta completamente duro otra vez, yo me levantaba del sofá y me acercaba a ella, mis manos empezaron a acariciar su cuerpo a través del delgado material de su bata.

Mi suegra dejo escapar un gemido al sentir mis manos acariciar sus caderas, y descender hasta rozar sus labios vaginales. Sus ojos estaban fijos en mi verga, que se levantaba poderosa frente a ella, mientras mis manos subían para desatar su bata.

Por fin cuando la prenda cayo sus enorme senos quedaron expuestos ante mi por primera vez, mis dedos fueron directo sobre estos, empecé a acariciarlos pellizcando con mis dedos sus rosados pezones.

Estos se endurecieron aun mas cuando inclinando mi cabeza empecé a chuparlos, mientras acercaba cada vez mas a mi suegra al sofá, hasta hacerla sentarse en el.

Entonces levantando sus piernas, me inclinaba poniendo mi verga en la entrada de su ansiada raja, moviendo mis caderas fuertemente empujaba mi verga dentro.

Su raja estaba muy caliente y estrecha, justo como imagine que iba a ser, despacio mi gruesa verga se abría paso en su interior, poco a poco mis movimientos empezaron a ser mas rápidos, mi suegra gemía al sentir como mi verga la llenaba completamente, cerro sus ojos gozando mientras su boca se abría gimiendo cada vez mas. De un empuje le metía mis ocho pulgadas de dura carne dentro, sus uñas se clavaron en mis nalgas, temí en ese momento que fuese a dejar uñas que mi esposa pudiera identificar, sin embargo la excitación era mayor.

Mientras las manos de mi suegra continuaban apretando mis nalgas, empecé a notar como su respiración era cada vez mayor, mi suegra empezó a gemir mi hombre fuertemente "Oh si Pedro, así Pedro, ohhhh!"

Sentí como su cuerpo empezó a convulsionar, acerque mi boca a la suya y mi lengua ferozmente penetro en su interior, nos besamos ardientemente mientras continuaba cogiendomela como un desesperado. Siento como su cuerpo se endurece mientras alcanza su orgasmo. Su vagina empezó a contraerse y expandirse masajeando deliciosamente mi verga, sentía que también iba a acabar.

Justo en el momento en que me iba a regar, enterré mi verga tan profundo como pude en su interior, llenando su caliente raja con mi espeso esperma. Permanecimos unidos gozando de nuestro placer.

Después de ambos nos habíamos recobrados, mi suegra se levanto y tomándome de su mano, me llevo a su habitación.

Eran cerca de las dos de la mañana cuando una poderosa erección me despertó, girándome sobre la cama vi a mi suegra desnuda durmiendo junto a mi, yo retiraba la sabana de nuestros cuerpos, mientras una de mis manos se deslizaba entre los muslos de mi madura suegra, quien al sentir el roce de mis dedos dejo escapar un suave gemido.

Me moví sobre ella, colocando mi dura verga en la entrada de su raja, la empuje dentro… mi suegra gimió y abriendo los ojos me sonrió, estaba muy excitado y era hora de coger otra vez.

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