Seduciendo al doctor.

Antes de estos meses de encierro, tenía muchas ganas por disfrutar una buena verga, no me quede con las ganas y fui su putita.

Tenía muchas ganas de llegar a consulta, la última vez que había ido a un chequeo de rutina había observado que el doctor que me atendería hoy no perdía oportunidad para verme las nalgas, y mi plan era que las revisara a profundidad, todo empezó como una consulta normal.

Doc. -así de dígame porque acude a consulta señorita-

Yo - es que me duele mi panza doctor y aquí abajo-

Doc. -y cuándo empezó? -

decidí verme lo más puta posible y le respondí:

Yo-es que me duele después de pasar mucho tiempo sin sexo-

Después de insinuarme descaradamente el doctor me pidió que pasara a la mesa de exploración. hasta ese momento el doctor mantenía una postura bastante profesional, trataba de no dejarse provocar tanto, aunque un bulto en sus pantalones me indicaba que yo iba ganando. Me pidió que me pusiera una bata, me quitara la ropa y subiera a la mesa de exploración donde me empezó a revisar, muy profesional empezó a palpar mi abdomen en busca de enfermedad, puse carita de putita y con la voz más sensual que puede hacer le dije:

-me duele más abajo doctor, más abajo aún, ahí donde está mojadito, toque toque, mire como está mojado! -

Al escucharme el doctor se quedó en shock, no reaccionó por algunos segundos, quizá se le hizo sorprendente que una jovencita le estuviera rogando por que le palpara la vagina.

como el no hacía nada tomé su mano y la lleve hasta mi rajita que en realidad estaba muy mojada, al sentir sus dedos sobre mi empecé a gemir, él estaba a mi lado derecho por lo que pude ver que en ese momento su verga ya estaba tiesa como un fierro, podía notarse fácilmente gracias a su pantalón, y a través de la bata blanca, decidí llevar mi mano hasta esa verga y la empecé a palpar y decirle:

-mire doctor y a usted no le duele? -

Excitado a más no poder, empezó la exploración profunda de mi vagina, metiendo sus dedos, lo más que podía mientras yo movía mis caderas facilitando la entrada de sus dedos en mi apretada vagina. le baje la cremallera del pantalón y le saque la verga jalandola hacia mi boca, mientras sus dedos seguían haciendo lo suyo arrancándome gemidos, desafortunadamente no podíamos hacer mucho ruido ya que en los consultorios contiguos había médicos y pacientes en consulta, solo se escuchaban mis jadeos mientras sus dedos seguían penetrándome y su pulgar estimulaba mi clítoris de manera enérgica, se dio cuenta de que sus movimientos estaban causando cosas muy ricas en mí, noto como mi clítoris estaba duro y gordo de excitación, mientras el me masturbaba yo lleve su verga hacia mi boca noté que estaba palpitando cada vez más a causa de la rica mamada que le estaba dando, recuerdo sentir como movía su verga cada vez que mi lengua jugaba con su glande, saco su verga de mi boca para evitar terminar, yo creo que quería la consulta durará más tiempo jiji.

El doctor coloco las pierneras de exploración y puso mis talones en ellas, jalo una silla y se colocó entre mis piernas para hacer una exploración más a fondo, en cuanto tuvo mi vagina húmeda delante de el con los labios vaginales abiertos, húmedos; acerco su rostro para oler mi aroma, de pronto su lengua empezó a lamer mi clítoris; a meterla en mi coño, en ese momento mis jadeos eran más que evidentes, acompañado de los ruidos que el doctor hacia al succionar mi clítoris y mis labios, mientras su lengua saboreaba cada gota de mis fluidos sentí sus dedos regresar dentro de mi vagina, froto enérgicamente mi punto G al grado de que mis piernas comenzaran a temblar y dejara salir un chorro de squirt caliente en su boca.

Me levanto de la mesa de exploración, su verga en ese momento estaba más dura que cuando me la metí a la boca, de un golpe me penetró hasta el fondo, ¡¡¡¡me hizo sentir como mi cuello uterino chocaba con su glande!!!! Me embestía una y otra vez, hasta que chorros de semen inundaron mi vagina al mismo tiempo que sus manos apretaban mis deliciosas tetas, después de venirse dentro de mi seguía moviendo su verga haciéndome gritar por unos instantes mientras un segundo orgasmo hacía que mi vagina tuviera una contracción que ayudo a exprimirle hasta la última gota de leche.

En eso la enfermera en turno toco la puerta y dijo:

-Todo bien Doctor? -

¡Si Lolita ya estamos terminando la consulta!


Sigo contestando cada correo que recibo, gracias por dedicarme tiempo lo valoro mucho.

Saludos en especial para mi amigo Hector.