Seduciendo a Susana (2)
Mi esposa y Susana continúan con sus juegos y nos unimos en un trío sensacional y morboso.
Del capítulo anterior…
De repente Susana empieza a dar grititos entrecortados anunciando su inminente orgasmo. Todo su cuerpo empieza a temblar incontroladamente, se le escapan ruidos como si fuera una ratita gritona. Se mueve a un lado haciendo que mi polla se salga de su vulva y finalmente se derrumba a un lado de Carmen.
Durante unos instantes siguen los espasmos incontrolados, y los grititos. Después el silencio y la quietud, para dar lugar a lo que parecen sollozos entrecortados.
- “Cariño, qué te sucede… por favor, no llores… qué te pasa”, le dice Carmen tratando de consolarla.
- “No lo he podido evitar… me ha venido tan fuerte y tan de repente que no lo pude controlar, y ahora os habéis quedado a medias”, dice gimoteando, “lo siento, lo siento muchísimo”, añade.
- ¿Acaso crees que ya está… que solo puedes tener un orgasmo?, le pregunta sorprendia mi esposa. “Solo acabas de empezar y por ser mujer tienes el premio de poder disfrutar de múltiples orgasmos en una misma noche. Anda ven y déjate llevar”, le dice.
A mí me hace señas indicándome de que vamos a pasar una noche inolvidable.
Seduciendo a Susana (2)
Mi esposa contempla con ternura como Susana descansa y se recupera de su apoteósico e inesperado orgasmo. Acto seguido comprueba que mi erección permanece intacta, por lo que decide tomar la iniciativa.
- “Ven cariño, vamos a terminarlo nosotros mismos”, dice invitándome a que me eche sobre la cama bocarriba.
Me pongo cómodamente recostado con los cojines dejando que mi polla señale al techo como el mástil de un barco señala al cielo. Carmen se relame sabiendo que va a tener ese pedazo de carne ardiente y firme entre sus piernas.
Se pone a horcajadas sobre mi pubis, levanta la cadera, con la mano me toma la polla para asegurar su verticalidad y poco a poco se va descendiendo para que quede toda dentro de su coño.
Carmen es una buena deportista, tiene las carnes muy prietas, sus músculos están perfectamente entrenados con lo que los movimientos de sube y baja los domina a la perfección. Sabe mover las caderas adelante y atrás de forma vigorosa o suave según le place, así que está capacitada para masajearme la polla intensamente y también para conseguir el frotamiento adecuado con sus puntos mas sensibles para conducirla a su climax.
Ver como cabalga sobre mi con ese ímpetu y determinación es una gozada, solo me tengo que dejar llevar, manosearle las tetas o chuparle los pezones para estar en la situación más placentera.
Después de unos minutos la veo sudorosa y súper excitada. De forma abrupta empieza gemir fuerte y a literalmente empieza a brincar encima de mí cómo si necesitase un último empujón antes de su orgasmo.
Se inclina acercándose a mi cara y me da un beso pastoso en la boca, mientras noto que sus jugos vaginales chorrean mojándome por completo.
Se echa a un lado sobre la cama dejando mi polla tiesa y llena de fluidos. Susana ya está recuperada y expectante. Está semi incorporada y mira golosamente hacia mi miembro.
- “Aprovéchala querida, es cuando está más rica”, le aconseja Carmen que se ha pegado a uno de mis costados.
-
En los grandes ojos de Susana aparece un brillo especial, y de forma mágica su expresión de niña inocente y pudorosa se convierte en otra llena de lujuria contenida.
La mamada que me hizo a continuación supero mis expectativas y consiguió sacar varias andanadas de leche hasta dejarme completamente vacío. He disfrutado de cada una de sus chupadas mientras le acariciaba su piel sedosa de pecho, nalgas y hombros. Carme me ha acompañado contemplando la escena sin intervenir sabiendo que la elección de Susana ha sido muy satisfactoria.
Después de unos minutos yaciendo en silencio sobre la cama, mi esposa propone ir darnos un baño en la piscina.
Hemos disfrutado como niños jugando los tres desnudos en la piscina. En esta época del año el agua todavía está un poco fría y a los pocos minutos ya hemos vuelto al calorcito de la casa. Carmen reparte unas toallas para secarnos momento que aprovecho para disfrutar de la vista de sus bonitos cuerpos desnudos y temblorosos. En ambos casos parece que sus cuerpos consecuencia del frio están prietos y sus pezones resaltan erizados y duros.
Susana se enfunda una de mis camisetas, Carmen una bata corta anudada a la cintura y yo me pongo unos bermudas. Después del sexo y la piscina se nos abre el apetito, comemos fruta y algunos canapés con una copa de vino.
- “Que os parece si jugamos un rato con el Karaoke”, propone Carmen cuando parece ya que hemos comido suficiente.
- “Me parece buena idea”, le confirmo sabiendo que es una de las actividades que más gusta a mi mujer.
Susana queda muy sorprendida por la ocurrencia pero le seduce la propuesta puesto que también le gusta mucho la música.
Carmen rompe el hielo con una primera canción imitando a una cantante pop famosa por coloridas coreografías. Tomo el relevo para cantar una conocida canción de Juanes. Al sonar los primeros compases Carmen toma el papel de bailarina acompañante. Se desprende de la bata poniéndose a danzar a mi alrededor de una forma muy sensual y provocativa.
Sólo lleva puestas unas braguitas diminutas con lo que muestra su espléndido cuerpo y su envidiable estado de forma. Evoluciona a mi alrededor y no escatima en caricias y posturas provocadoras. Nuestra única espectadora aplaude con entusiasmo nuestra actuación y las atrevidas maniobras de Carmen.
Después de este precalentamiento, animamos a Susana para que se lance a hacer su interpretación.
Elige una canción con mucho ritmo, poca letra y conocida coreografía con la que se siente cómoda.
Tras sonar los primeros acordes de la canción se quita la camiseta dejando sus generosos pechos al descubierto. Enseguida se sumerge en la coreografía de la canción con un ritmo muy intenso.
Carmen y yo nos quedamos boquiabiertos pues no esperábamos que con un “cuerpo tan rellenito” se pudiera mover así de bien.
Además del buen ritmo, acentúa los movimientos para que resulten de lo mas sexy y provocativos. Le silbamos y aplaudimos como fans enloquecidos, a lo que nos contesta haciendo mover sus tetas de forma endiablada o dándonos la espalda para hacer un twerking de infarto.
Luego nos explicó que toma clases de hip-hop y zumba para mantener a raya los kilos, de ahí su habilidad moviendo su cuerpo.
La siguiente canción es más melodiosa y romántica que la cantan a dúo. A media canción después de haberse acariciado “artísticamente”, Carmen y Susana se morrean y se acarician con clara intención de darse placer mutuamente. Lo observo con atención y disfrutando de la escena.
Después de la actuación toman sitio en el sofá aunque siguen acariciándose como dos adolescentes que acaban de descubrirse. Tomo el micro e interpreto una conocida canción de amor de un cantautor de los 90. A media canción, Susana se levanta, se coloca a mi espalda y comienza a meterme mano por todo el cuerpo.
Primero el cuello y la nuca, después los hombros para pasar al pecho. En el apogeo de la canción mete su mano por dentro del pantalón hasta encontrar mi polla semi erecta. Entre risas de mi mujer, me desabrocha el pantalón haciéndolo caer a los pies.
Trato de seguir la canción pero lo hago cada vez más entrecortado pues nuestra joven amiga ha alargado la mano y me la está meneando con mucha intención. Carmen se une al trio con intención de hacer un solo de flauta.
Termina la canción y los tres nos vamos al sofá. Susana se sienta en medio, se despatarra y me muestra su coñito entreabierto invitándome a tomarlo. Yo ya estoy empalmado como un caballo, le levanto las piernas y se la meto hasta el fondo tras varias enérgicas embestidas.
Carmen adopta una de sus acrobáticas posturas adecuada para poner su coño al alcance de la boca de Susana. Los tres juntos, cada cual entonando su propia melodía interpretamos esta nueva canción que nos llena de placer.
Carmen no deja de gemir, Susana entre lamida y lamida suspira profundamente y yo no dejo de bombear tan fuerte como puedo. Cuando mi esposa ya no puede más, se baja del sofá, viene hacia mí y reclama lo que es suyo, mi polla.
La chupa con deleite recogiendo todos los jugos que la envuelven de nuestra amiga al tiempo que en cuclillas se frota con mucha determinación su raja y especialmente el clítoris. A los pocos instantes grita de placer pues ya le ha llegado su orgasmo.
Cuando me vuelvo hacia el sofá me encuentro a Susana a cuatro patas mostrándome sus hermosas nalgas. Se está masturbando y metiéndose los dedos hasta el fondo. Me pongo detrás y le reclamo el agujero para que pueda meter mi polla.
Esta entra apretada pero muy suave por efecto de sus flujos vaginales. Le doy fuerte haciendo chasquear la piel en cada embestida por la presencia de tanto flujo. Sus hermosas tetas cuelgan agrandándose por su propio peso, y se bambolean de un lado a otro con cada empujón.
Nuestra joven amiga empieza a gemir y gritar igual que antes cuando tuvo ese orgasmo tan sublime.
Me pide a gritos que siga, que siga y si cabe más fuerte. Termina gritando como una ratita y moviendo su culote para disfrutarlo al máximo. Lo ha conseguido por segunda vez.
Después de tanta emoción, la saco de su ardiente chocho para darle unos rápidos meneos y provocar mi corrida. La leche sale en varias avenidas y cae sobre las nalgas de Susana. Mi mujer me toma la polla con cuidado y le da unos últimos meneos para que toda la leche acumulada pueda salir, luego pasa la mano sobre las nalgas de Susana, restriega las gotas de leche.
Con los dedos humedecidos en mi leche le acerca la mano a Susana quién la chupa agradecida y satisfecha.
Deverano.