Seduciendo a mi profesor de Educación Física

-¿desea tocar mis senos?- le decía mientras me los tocada encima de la camisa, acariciando mis pezones circularmente-vamos profesor déjese de anticuadas, nadie lo sabrá. Cerraré mis ojos no sienta verguenza.

Era un martes y me encontraba en los banquitos de la universidad  sentada conversando con mi amiga Juana, saludando a todo mundo puesto que  era inicio de semestre  y estábamos  cada una recién llegando de sus lugares de origen, toda emocionada me encontraba porque por fin estaba en la ciudad y yo quería ver a mis amigas.

Ese día en la tarde decidimos mis amigas y yo dirigirnos al centro donde estaban unas tiendas que venden ropa deportiva, ya que una de las asignaturas nuevas que nos tocaba ver ese semestre era “Educación Física y Deporte”.

Mi amiga Juana sufrió un poquito buscando una ropa que se ajustara moderadamente al cuerpo, todo porque era un poquito rellenita y se sentía inconforme cuando se veía en el espejo y notaba no estar satisfecha; sin embargo, a mí me pasó todo lo contrario:

Lo primero que me puse me vino como anillo al dedo, mi figura bien moldeada era la envidia de muchas de mis amigas y justamente ese pantalón pegadito que me puse me hacía ver mis nalgas aún más paraditas, siempre me ha gustado verme provocativa, no sé por qué pero me sentía bien cómoda verme sexi.

Los días fueron pasando y  empezamos a conocer nuestros nuevos profesores, entre ellos había hombres y mujeres, desde el lunes todo se manifestaba como de costumbre: saludos de bienvenida, hablar de las vacaciones, hablar sobre el plan de evaluación…

Yo estaba toda emocionada porque había llegado jueves y era nuestro día  de hacer deportes, la verdad es que la emoción se debía a que desde que había comenzado la  carrera me he sentido atraída por el profesor de deportes, quién no? Semejante hombre alto, de buenos pechos y piernas, moreno y con las manos bien grandes como siempre me han gustado los hombres.

Todos estaban en la  cancha mientras yo me disponía a ponerme cada vez más provocativa, con esos  pantalones pegaditos que me compré ,mis piernas se veían tonificadas y mi brassier me ayudaba a que mis pechos se vieran bien paraditos...sólo de verme ya me pasaban cosas por la cabeza.

Me dirigí hacía la cancha con mis cosas metidas en el bolso, todos me miraron y hacían comentarios de oreja a oreja, el profesor  dirigiéndose hacia mí me dijo:

-oye muchachita ¿qué hora es?

-las diez y media ¿pasa algo?-le pregunté asustada, pues sabía que me había demorado mucho alistándome en el baño

-pasa que aquí no se viene a modelar, ni a bailar bailo terapia.

Me quería morir, todos se rieron  de mí-discúlpeme profesor no volverá a ocurrir- me limité  a decir sólo esas palabras.

-          Está bien sólo espero que eso no se vuelva a repetir, y para que los demás tomen escarmiento has  20 flexiones.

-          ¿qué? Profesor que le pasa?

-          Hágalo mientras sus compañeros hacen otra cosa

Sin más que decir me dio la espalda  y se dirigió al resto del grupo, por mi parte me dispuse hacer los ejercicios  que el muy tarado me había mandado hacer, me puse a espaldas de él y colocándome en posición de flexiones comencé a realizar mi rutina.

Juro que lo odiaba en ese momento, apenas conociéndolo  y se derrumbaron mis alegrías, todas mis expectativas se fueron al suelo, entre tantos pensamiento dirigí mi mirada hacia él y me fue cuando me di cuenta que tenía los ojos clavados en mis nalgas, claro los demás estaban haciendo no sé qué cosa que él desde dónde estaba podía ver lo que se le diera la gana y esta vez esto fue otra cosa sino mis voluptuosas nalgas.

No sé por qué pero eso hizo que mi cuerpo temblara completamente, en vez de pararme y gritarlo decidí abrir mis piernas  y que se deleitara con la vista no solamente en mis nalgas sino también que se imaginara mi vagina.

Así paso un rato que para mí fue el más largo del mundo, fui contando poco a poco hasta que llegué a 20 cuando me paré me voltee y buscándolo con la mirada, el muy astuto ya había cambiado la mirada hacia otro lugar…pensé que tal vez sólo eran  ideas mías y me dirigí al filtro de agua.

Ese día la verdad fue agotador, regresé a mi casa bien cansada, hablé con mi mamá antes de irme a bañar, en el baño recordé todo ese día en especial la vergüenza que me hizo pasar el profesorcito de deportes, sin obvia claro que el muy honesto hablando de responsabilidad no dejaba de mirarme mi trasero en toda la clase, creía que no me había dado cuenta, de sólo recordarlo  me volví a poner furiosa y me dije: ¿por qué no seducirlo? Así me la pagaría de una vez.

El fin de semana pasó volando,  ya no estaba tan pálida había ido a la playa y según los comentarios de mis amigos universitarios la soleada me asentaba muy bien.

Por fin llegó el día en que pondría a funcionar mi plan, decidí ir a la cancha con mi  pantalón pegadito y una camisa  bien clarita, hicimos los ejercicios que el profesor nos mandó siempre mis movimientos los hacia provocadores, cuidando que los demás no se dieran cuenta y al final de la clase todas las chicas nos fuimos al baño a mirarnos en el espejo  y algunas a peinarse antes de marcharnos.

Yo hacía todo lo más lento posible, pues mi intención era quedarme a solas con el profesor, una a una fueron  saliendo mientras el profe estaba afuera ordenando sus cosas.

-oye apúrate ya son casi las 6- me dijo la única chica que quedaba conmigo.

-si me maquillo y me voy, puedes adelantarte- le dije, recogiéndome el cabello.

-ok le diré al profe, no vaya hacer cosa que te deje encerrada, acabo de salir y no hay nadie más en la cancha amiga, nos vemos mañana.

-oye dile al profesor que estoy aquí adentro que no me deje aquí encerrada,  por fa amix.

-sin dudas amiga- me dijo, me dio un beso en la  mejilla y salió.

Aproveche el momento de quitarme el brassier y de paso echarme un poco de agua cosa de que se me vieran un poco los pezones, escuche entonces que el profesor toco y decidí no responderle, por lo que él decidió entrar.

-¿por qué no respondiste?¿te sientes bien?- me dijo

-no profesor, que bueno que estamos solos porque me gustaría decirle que fue una falta de respeto de su parte haberme dejado en ridículo la clase pasada….

-niñita ¿qué haces así? sete notan todos los senos-me dijo con los ojos perplejos en ellos

-¿cree que no me he dado cuenta como me ve?¿cómo mira mis movimientos?

Dándome la espalda me dijo:

  • son ideas tuyas quiero que te vayas, ya es tarde.

-profesor vi cómo me miraba los senos, es deseo lo que siente por mí ,¿no es así?

Él seguía de espaldas a mi entonces  decidí dejarme de preámbulos y empecé a abrazarlo por  la espalda- déjese llevar profesor, sé que me desea.

-esto no está bien  niñita, párala ya- dijo dándome la cara.

-¿le parece que soy una niñita? ¿Cree que no soy provocativa?

-para nada, quiero que te vayas y la semana que viene no vengas a la clase, no tendrás problemas mandaré hacer un trabajo así que quiero que pienses bien lo que has hecho y reflexiones.

-¿dijo para nada? Entonces qué  es lo que veo profesor, está bien parado,¿ las niñas lo excitan?-le dije mirando su pantalón de deportes que se ajustaba a sus figura, me di cuenta por la tela tan fina que estaba elaborado el pantalón , no es una tela gruesa como de los  jeans.

-discúlpame, pero ver esa camisa que tienes puesta, no sabía que  te estabas cambiando, salte por favor no quiero hacer algo de lo cual me pueda arrepentir más adelante.

-¿desea tocar mis senos?- le decía mientras me los tocada encima de la camisa, acariciando mis pezones circularmente-vamos profesor déjese de anticuadas, nadie lo sabrá. Cerraré mis ojos  no sienta pena.

-esto no está bien, lo repito...

-shuuuu , le dije quitándome mi camisa rápidamente dejando mis senos al placer de sus ojos, él no evitó  agarrarse su verga  con una mano y la otra la tenía en su cabeza, como lamentándose.

-ahh, profe mis pezones quieren su boca, que rica se ve su verga-  viendo como mi plan estaba dando resultado me puse agüita, mi vagina empezó a dar flujos de excitación, quería que hiciera lo que yo quería y ya no era por venganza, sino porque quería devorarlo.

Seguí insistiendo,-profesor vamos venga sólo saboréalos aunque sea un poco, creo que eso bastara para mí.

-¿si lo hago te vas? Quiero salir rápido de esta tentación.

-me iré pero venga ahh ya no aguanto.

Como el profesor era más alto que yo se agachó, lo detuve y le dije que me sentara en el lava manos,  al subirme lo hizo sin problemas ya que soy delgada pero con buenas piernas, cuando me subió, de una vez metió uno de mis senos en su boca.

-ahhh- no aguanté lanzar un gemido, lo agarré por la cabeza mientras me daba cuenta  que estaba súper excitadísimo, me mordía los pezones, los lamia como cachorro, estaba fuera de sí, se olvidó de mis senos  y me besaba el cuello, hasta que poco a poco lo fui llevando a mi boca, deleitándome con su lengua y abrazándolo con mis piernas.

-profesor hágame suya aquí mismo- le decía mientras nos besábamos lujuriosamente.

-no puedo no tengo condón aquí, decía besando mis senos nuevamente

-no me interesa quiero ser suya,  nadie lo sabrá se lo prometo ahhhh ahhhh

Me baje le quité la camisa le baje los pantalones y allí en frente mío tenía  a esa verga tan rica que mi vagina me pedía a gritos, sin pensarlo me la metí en la boca, la saboree como a un dulce, con mi lengua recorrí su glande y me trague ese líquido que delataba lo excitado que se encontraba.

-ahhh niñita párate, no sabes lo que estas haciendoooo ahhhhh.

Obviamente no le hice caso seguí y podía ver que se dejó de necedades y me agarraba la cabeza con sus ojos cerrados, me acariciaba la cara mientras lo seguía lamiendo sin dejar de gemir,

-ahhh mami que rico, ven aquí dame un beso, no quiero terminar aun.

Levantándome me dio un beso, era tan fuerte, tan extraordinariamente bello y esbelto, fue un beso lleno de ternura de pasión pero no de pasión netamente sexual, era muy sutil, me estaba enloqueciendo.

-quítame el pantalón, todo lo de abajo quiero estar desnuda- le dije

Me lo quitó sin pensarlo dos veces, y a medida que lo hacía me besaba todo el cuerpo: mi ombligo, vientre piernas y al subir  se ha pegado en mi vagina, le dio unos lametones realmente fabulosos

-ahhhhhhhhh ufffff. Te amo te amo

No sé por qué se me salió decirle esas palabras tan románticas, siguió dándome placer   con esas deliciosas lamidas.

-¿ya me amas? Me dijo sonriente-umm eso me agrada nena.

No lo oía estaba a punto de estallar, pero me aguanté, lo subí hacia mi cara y le di un beso salvaje.

-¿harías algo por mí?

-lo que quieras nena.

-acuéstate en el piso quiero que cojas quiero esa verga dentro de mí.

Haciéndome caso se acostó  en el piso y yo me monté encima de él, viendo como estaba tan lubricadito decidí colocar la su glande en mi rajita.

-ahhhh, nena eres una mujerzota  ahhhhh

-lo sé, quería verte así- le decía mientras lo hacía esperar hasta meterla dentro de mí, le quería sacra toda la información: lo que pensaba de mí, lo que sentía en ese momento, en fin.

-dime profesor ¿te gusta?

  • ahhh¿ te parece poco? Juegas conmigo nena, estas lindísima, mi ética contigo se fue a la basura..ahhhh ahhhhhhh oh dios.

Aquellos gemidos fueron suficiente incentivo para que decidiera meterlo dentro de una vez.

-ahhhhh ahhhh ahhhh que rica verga tienes.

-toda tuya muñeca, muévete más, ahhh que rico te mueves mi nena.

-tu mujer¡

-Ahhh si mi mujer.ahhhh

Me movía y lo hacía aguantar lo más posible,  quería que terminara pero cuando yo quisiera, quería tener todo el control, cuando creía que iba a terminar me movía más lento y lo besaba con furia, pasión, ternura…

-me enloqueces amor.

Esta vez fui yo quien ya no podía quería su lechita caliente dentro de mi –ahhhhh—gemía sin parar

Sudorosos los dos, estábamos como bailando una danza prohibida, gemíamos juntos, nos movíamos al mismo son.

-nena me vengo ahhhh ahhhh.

-también yo, ahhhhh ahhhhh dame tu lechita mi rey dámela.

-  ahhhhhhhhhhhhhhhhh aaaahhhhhh

-ahhhhhhhhh estoy terminando ahhhhhhh ahhhhh

-toma tu lechita ahhhhhh ahhhhhhhha ahhhhhhhhh

Después que terminamos me lancé sobre el, había hecho todo por los dos y me sentía agotada, mi cuerpo no dejaba de temblar mientras me acariciaba la espalda.

-sabes? Eres una mujer súper hermosa, me permites llevarte a tu casa?

-claro-

En el camino no hablamos me sentía de una u otra manera apenada, pero satisfecha de haber hecho mi plan.

-es en esa casa rosada- le dije señalando la casa desde tres casas adelantes.

-me parece perfecto, quería saber dónde vivías.

-vaya, tus razones tendrán, no quiero problemas por lo ocurrido.

-¿tienes marido?

-claro que no- le dije exaltada, molesta me bajé del auto y cuando me retiraba me llamó y me dijo:

-oye se te queda tu celular

Devolviéndome a buscarlo le dije:- gracias que descanses, olvida lo ocurrido.

-nunca olvidaré que me dijiste que me amabas- me dijo arqueando una ceja y con una sonrisa

Me puse colorada de pies a cabeza.

-ajajajajaj.

-más te vale que te vayas a dormir nena, porque si no has tenido una pareja celosa pues ya tienes una.

Sin más que decir se fue y me dejó  pensando en lo que me había dicho. Me metí en la casa y recordando todo lo maravilloso que fue me quedé dormidita como una angelita.