Seduciendo a la lucura
La locura es una dama que goza del sexo sin freno.
Seduciendo a la locura
Por Pablo Romero
Me invade una sensación
De desenfreno
Una mujer con un collar
De cráneos secos
Me hace el amor
Su carne
Son las lágrimas de los desdichados
Que emanan un aroma atrayente
Que hipnotiza
Ella es locura
Compañera de mis noches de frenesí
Sus besos
Elixir de lo imposible
Que me llevan al umbral de lo eterno
Me convierten en otro
Me controlan a su antojo
Locura es la clavera
Que ronda a los niños por las noches
Que goza torturando a los enfermos terminales
Que revela los mitos de lo obsceno
Es la fiesta
Los gritos
El orgasmo
Es congoja
Martirio
Y depresión
Los extremos de lo posible
La exageración de lo eterno
Es una dama que goza del sexo sin freno
Locura es pasión, lascivia
Dos cuerpos chocando al anochecer
Es descontrol y caricias obscenas
Locura es sinónimos de placer
Locura es un árbol sin primavera
Un cadáver putrefacto, los restos de lo irreal
Sin embargo, me atrae tanto
Me comparte su lujuria, su deseo voraz
La invocan mis cánticos de muerte
Mis suplicas
Mis pesadillas
Mi despecho
Soy a adicto a ella
A sus risas
Y a su lecho
Ella, mi gran amante
La mejor
Me transporta al delirio
A la desesperación
Me sacia con su explosivo fulgor
Con su encanto macabro
Me hace gozar de mi dolor
Gota de amargura
Que sabe más dulce que la miel